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Categoría: Incestos

Mi media hermana (Última parte)

Ya en los últimos meses de nuestra relación y de haber empezado a hundirle todo el grosor y tamaño de mi pene en su culo, probábamos con cosas más fuertes, todo lo que veíamos en las películas porno lo poníamos en práctica, experimentábamos con todo lo que veíamos o imaginábamos. Teníamos toda clase de juguetes para el disfrute de ambos y salíamos también de la rutina de la casa a tener sexo.



A veces teníamos un sexo tan salvaje y rudo que nos dábamos cachetadas, rasguños y mordiscos, solíamos decirnos cosas muy fuertes en el acto y hasta escupirnos y humillar al oponente, como si se tratase de dos enemigos que tenían sexo y se descargaban su odio entre sí como a veces teníamos encuentros totalmente eróticos donde nos hacíamos el amor con total dulzura y preparábamos lindas sorpresas uno al otro para ponerle mucho romanticismo a nuestros encuentros



Ella terminaría sus estudios y se iría a su ciudad nuevamente a cuidar de su mamá que había enfermado y yo me iría a la capital a trabajar, sabíamos que lo nuestro llegaba a su fin, que la distancia nos pegaría y que a la final no nuestro no podría ser y debíamos buscar cada quien su vida.



Para la despedida y que también coincidía con su cumpleaños, fingimos irnos a una excursión a un pueblito montañoso con un clima frío al cual me agradaba mucho ir, alquilamos una cálida cabaña y empezamos a disfrutar con mucha nostalgia de nuestros últimos días. En el pueblo nadie nos conocía aparte era muy lejano de nuestra ciudad, así que andábamos con total libertad tomados de la mano o besándonos en público como nunca pudimos hacerlo. Paseando por esas calles nos habíamos fijado en un bar nudista que estaba en el pueblo, ella me dijo que le daba mucha curiosidad y que quería ir a uno, acordamos ir en la noche.



Llegada la noche después de la cena, entramos al bar, yo al inicio estaba incómodo y nervioso porque estos sitios generalmente son para hombres, pero al entrar nos recibieron con un excelente trato por ser pareja y nos dieron una mesa donde podíamos ver todo el local, justo donde se hacían los shows, había una que otra parejita también y grupitos de amigos donde habían chicas, el resto eran puros hombres solos en compañía de las damas que ahí trabajan, me sentí en confianza.



Pedimos nuestros respectivos tragos y veíamos los shows, las mujeres que trabajaban ahí eran pura carne de primera, unos cuerpos como sacados de revistas todas muy lindas, incluso habían varios hombres trabajando ahí también para atender a las chicas, le comenté bromeando que ella viera para su lado y yo para el mío.



Transcurría la noche y fingí ir un momento al baño, pero en realidad fui a darle una propina a uno de los bailarines a que le diera un show a ella por su cumpleaños, le indiqué cual era y volví junto a ella, el tipo se acercó a nuestra mesa, se subió y comenzó a hacerle su respectivo baile erótico, ella sonreía toda sonrojada y se taba la cara y disfrutaba de aquello mientras yo me reía y la aupaba, el resto de los visitantes también lo hacía, Se paró a bailar con él y al finalizar el baile me dio un beso muerta de la risa.



Luego hubo una ronda donde todos los strippers bailaban y subían a las mujeres a la tarima, halaron a mi amor al centro donde le hicieron de todo, le hicieron bajar el interior a uno de los bailarines con los dientes y casi la desnudan, yo reía viéndola disfrutar y mande un pedacito de postre al escenario con una velita a que le cantaran cumpleaños con una de las chicas que nos atendía, todos los presentes le cantamos cumpleaños.



Al rato venían las mujeres a hacer su show e iban subiendo a los hombres al escenario, hasta que la chica que nos atendía en la mesa me haló y yo al principio me negaba, pero mi media hermana me terminó empujándome y haciéndome subir, me sentaron en una silla y muchas tetas y nalgas a la vez iban y venían bailándome en la cara, me agarraban las manos y se las ponían en todo el cuerpo, me dejaron sin camisa y yo veía a la mesa y ella muerta de la risa también, terminó el show y volví a la mesa donde me recibe con otro lindo beso muerta de la risa por cómo me habían dejado hasta despeinado…



Finalizando la noche se prendió la fiesta en el local y todos bailamos, nos unimos a un grupito que estaba a nuestro lado a pasarla y venían las strippers y los strippers a bailar también como con los demás clientes incluso uno de los mesoneros la saco a bailar y a mi otra sentía aquel par de tetas desnudas bailando conmigo y de repente se apagan las luces, cambian la música y salen una pareja de bailarines al escenario, hacen un show de sexo en vivo y todos volvimos a nuestras mesas a presenciarlo, ya ahí yo estaba muy alborotado y los besos de ella decían “Vámonos ya a nuestra cabaña” cuando vimos que el bailarín le echaba litros de semen en la carita a la mujer, la stripper más bonita y de mejor cuerpo, tetas, culo que había en ese local, pagamos la cuenta y salimos a tomar un taxi, aquel show y ver todo ese mujerero desnudo en una noche me puso a mil y por lo que se veía a ella le pasó lo mismo.



Una vez en el taxi ya no podíamos aguantarnos las ganas y empezamos a besarnos con total lujuria, se subió encima de mí se sacó sus preciosas tetas sin pena alguna y comenzó a besarme de nuevo, el taxista nos veía por el retrovisor y como que disfrutó de aquello porque manejo tan lento las pocas cuadras que había hasta el complejo donde estaban las cabañas que se hizo largo el camino, saliendo del taxi apenas se acomodó la camisa y me llevaba caminando de espaldas a la puerta de nuestra cabaña que era la última del complejo sin dejar de besarme, la abrió del mismo modo ya que ella era quien tenía las llaves guardadas en su bolso y no paró de besarme hasta que llegamos a un balconcito que había allí con una vista espectacular desde lo alto donde se veían las luces, casas y calles del pueblito regadas por la montaña, una espectacular vista nocturna de aquel paisaje.



Ahí la iba desnudando de a poco y ella a mí, la senté en el borde del balcón y metí mi cara entre sus piernas, me comí, mordí, chupé y lamí todo lo que conseguí ahí hasta sentir toda la cara bañada con sus chorros cuando llegaba al orgasmo, luego ella se baja del balcón se arrodilla frente a mí y mete todo el miembro erecto y grueso del cual ella era la dueña absoluta y yo me reclino con mis manos puestas en el balcón con aquella vista del paisaje, que por momentos se me hacía borrosa con el disfrute que me provocaba aquella mamada, cuando estaba por venirme se mete más debajo de mí y me da un beso negro mientras eyaculaba y me pajeaba, aquella acabada finalizó chorreando semen desde su espalda hasta sus nalgas y con mis gritos de placer que tuvieron que haberse escuchado abajo en todo el pueblo que parecía dormir.



La levante y nos besábamos, con mi mano le regaba todo el semen por su espalda y nalgas con mi mano y con la otra disfrutaba de sus atributos sabiendo que serían las últimas veces que lo haría, así duramos un rato hasta que nos fuimos a dar un duchazo.



Los besos continuaron en la ducha durante más de una hora, siempre que lo hacíamos nunca parábamos de besarnos hasta quedarnos dormidos o tener que irnos. Ella en ese momento detuvo todo y me pide que salga del baño y le pase su maleta y me quede afuera esperándola, y así hice sin rechistar ya que yo también tenía preparado algo para ella, que mejor no pudo haber coincidido con lo que había pasado en el bar nudista.



Mientras ella duró un largo rato en el baño diciéndome “¡Ya salgo!” yo le dije mejor sal cuando ambos estemos listos que yo también estoy en algo, oí unas pícaras risitas dentro del baño y me dijo “¡Ok!” luego no escuchaba más que un secador de pelo sonar dentro de la habitación. Tome el teléfono y ordené un rico vino, que si les soy sincero desconozco mucho del tema y tuve asesorarme con el que me atendió el teléfono, ordené comida, páspalos y postres para dos. Mientras la orden llegaba me preparé, saqué de mi maleta todos mis implementos, me puse un cuello blanco con corbatín de lazo negro, unos interiores muy pequeños de seda negros también y puños de camisa en las muñecas, peinado elegantemente hacia atrás, esa noche tenía planeado ser su mesonero malo…



Tocan la puerta al rato me pongo la bata de baño y salgo a recibir lo que ordené, doy la respectiva propina y arreglo la mesa con el vino, las copas y ya desesperándome un poco por la demora de ella al fin sale, yo parado junto al vino con un mantelito blanco extendido en mi brazo y dos copas en la mano y ella con una braga de cuero muy pegadito a su cuerpo con una abertura en la entrepierna hasta sus nalgas que dejaba ver una micro pantaletica también de cuero negro, con un escote infartante, unas botas de cuero altas con tacón enorme, maquillada y peinada a lo femme fatal DIOS que imagen de esa mujer aquella noche!



La invito a sentarse en la cama llena de pétalos de rosas de todos colores y le pregunto ¿Desea un vino? A lo cual ella asiente con una cara muy sexy de verdad que aquel interior que tenía puesto era inútil, ya que mi erección se salía completamente de él y mientras estoy sirviendo ella se mete la cabecita a la boca, tardé unos 5 minutos en termina de servir algo tan simple como dos copas disfrutando de ver como dejaba su pintura de labios pegada en mi pene…



Brindamos y nos recostamos en la cama frente a frente, le dije, “esta noche estoy a sus órdenes amada mía” y ella dijo “entonces empieza a darme placer”, me agarro por la nuca y me llevó hasta su entrepierna, hice a un lado la pantaletica y meto mi lengua y ya todo el camino estaba lubricado con su divino juguito, chupe su clítoris y bese ahí como si la besara a ella hasta que escuché: “penétrame!”. No hizo falta sacar mi pene de ningún lado, ya estaba todo por fuera del interiorcito y así le hundí todo mi miembro viril hasta que no cabía más nada dentro de ella, sintiendo como su pantaletica hecha a un lado me rozaba divino el miembro por completo cuando lo sacaba y lo metía y mis manos sentían lo divino de ese cuerpo totalmente forrado en cuero y mis ojos veían su divino par de tetas con sus pezones marcados en el traje de lo erectos que estaban.



Luego se sube a cabalgarme y saqué sus tetas del traje para verlas menearse como tanto me gustaba, el roce de su pantaletica de cuero me daba un placer extra cuando ella bajaba y subía gimoteando de placer, hasta que me deja bañado nuevamente en su líquido, se sube hasta mi cara para que lama todo y pasó a acostarse de ladito de espaldas a mí y la penetro nuevamente mientras sigo disfrutando con mi manos de cómo se sentía ese cuerpecito forrado en un cuero tan delgadito que me excitaba y veía en un gran espejo a la entrada de la cabaña como entraba y salía de ella.



Me arrodilla en la cama y me deja todo ensalivadito el pene, lo toma con sus manos y se sienta encima de mí con su cara pegadita a la mía y se lo hunde por el culo, se movía tan lento y rico que no me quedó otra que besarla mientras sentía que le dejaba repleto el culo de leche y ella no paraba de decir que rico, me acostó y se quedó encima de mí sin sacárselo, como pude tome las copas y serví más vino y busque de sentarme recostado al copete de la cama, disfrutamos del vino por un rato y hablábamos de lo lindo que había sido todo, recordamos las cosas que habíamos pasado juntos y de cómo era todo cuando llegó a mi casa, nos dábamos comida a la boca sin dejar de entregarnos los divinos besos de siempre.



Recuperadas las fuerzas, la acosté, y ahora iba a ser yo quien la dominara. Tomé la botella y se la metí por su conchita y vaciaba dentro lo que quedaba, pegaba mi boca, tomaba lo que salía e iba y le daba también en su boca, así pasé un rato jugando con ella, la puse a cuatro paticas, le dije toma el teléfono y pide otra botella de vino y justo cuando ella hablaba con la recepción la penetré y soltaba gemiditos mientras trataba de hablar para pedir otra botella, cuando a duras penas termino de hacerlo me senté en una esquina de la cama y la monto encima de mí de espaldas y la penetro nuevamente con mi brazo subo sus rodillas pegadas a su cuerpo y la muevo de arriba abajo.



Pasados unos pocos minutos, tocan la puerta, pongo sus pies en la alfombra y hago pararnos a caminar hasta la puerta sin sacárselo y sin dejar de moverme la reclino un poco con una mano halándole los cabellos dejando su carita cerca del cerrojo, alcanzo un billete, se lo doy en la mano y medio abro la puerta, ella se asoma a recibir la botella y cuando apenas empieza a hacerlo me muevo más duro para penetrarla y le halo los cabellos con más fuerza, apenas pudo agarrar la botella, la hielera, ponerlas en el piso y entregar la propina mientras nunca paró de gemir. Oí una voz femenina afuera decir gracias, siga disfrutando, cuando asomo mi cara a la rendija de la puerta veo a una chica joven quien me guiñe el ojo y se marcha.



Con la maldad activada en mí, empujo de ella sacándole medio cuerpo de lado por la abertura de la puerta, apenas logró agarrarse del marco de la misma cuando me volví a menear salvajemente con mi pene dentro de ella mientras apretaba su cuerpo entre la puerta y el marco, medio cuerpo afuera gimiendo despacito aferrado con fuerzas a la madera que sostenía la entrada y medio cuerpo adentro con una pierna al aire y la otra apenas sosteniéndola mientras era embestida duro por su papi echó una acabada de litros en mis piernas, la terminé de empujar arrodillada afuera y saque mi pene por el entreabierto de la puerta, ella empezó a darle una mamada mientras vi que no había nadie en la caminería que daba a las demás cabañas todo a oscuras tenuemente alumbrado por unos postes de luz.



Hale sus piernas hacia adentro y la puse de ladito acostada en el piso nuevamente su cuerpo a mitades dentro y fuera de la cabaña presionando su cuerpo entre la puerta y el marco de la entrada me arrodillé y la penetre, se oían sus gemiditos de siempre y su boca diciendo hermano que rico, hermano que rico! Y golpes a la madera del piso de la entrada, dándole hasta acabar en su trajecito, resaltaba mi semen blanco en aquel cuero negro.



La dejé ahí tirada en la entrada recuperándose, cogí la botella, la hielera y me fui hasta la mesita donde estaba lo demás, abrí el vino y serví, en eso se levanta y viene hacía mí y me dice agarrando su copa con su mejor cara de perversa “Eres un maldito, que rico me coges desgraciado, me encantan todas las maldades que me haces, las voy a extrañar mucho”



A partir de ahí se puso sentimental todo, se nos escaparon unas lagrimitas y nos juramos cada quien sería feliz por su lado, que a partir de que ella regresara terminaríamos con nuestro sentimiento que de ahí en adelante si seríamos realmente hermanos y nos querríamos como tal, nos despojamos de nuestros trajes e hicimos el amor una vez más, con mucho sentimiento de por medio, con caricias y besos como nunca antes porque sabíamos que era la última oportunidad que tendríamos de estar juntos…



Terminamos de pasar el fin de semana paseando sin separarnos ni un solo instante y regresamos a casa e hicimos el amor otras veces más y estábamos muy tristes de tener que separarnos, hasta que por fin llegó ese triste día, le ayudé a preparar sus maletas y metí sin que ella se diera cuenta, una foto enmarcada donde salíamos los dos besándonos en aquel pueblito que le había pedido a un lugareño que nos tomara con mi cámara. La llevamos al aeropuerto y nos despedimos, hice todo lo posible por no llorar pero mi papá se dio cuenta de lo triste que andaba, al final solo le dije que me había encariñado con ella porque nunca tuve hermanos. A los pocos días yo también me marché a la capital.



Luego de la despedida, fueron meses muy duros donde nos escribíamos y hablábamos largas horas por teléfono, y nos vimos una que otra vez cuando visitábamos a papa. Pero el hecho de saber que lo que vivimos a pesar de todo fue muy bonito y que no terminó a malas nos ayudó a llevarlo un poco mejor hasta que los meses pasaron y ella conoció a otro chico que la hizo muy feliz, yo no me entristecí por aquello, por lo contrario me alegré de que ella estaba feliz e incluso luego llegué a conocerlo, me parecía un buen muchacho para mi hermana, actualmente están casados.



Yo por mi parte no fui tan acertado después de ella pero me dediqué a disfrutar de mi vida y del sexo, mas nunca volvimos a tener algo mientras estuvimos en los momentos difíciles y menos después que ella rehízo su vida, a veces recordamos lo nuestro y nos reímos, pero siempre lo recordamos como lo más bonito que pudo haber vivido cada uno…


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 3
  • Votos: 1
  • Envios: 0
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