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Categoría: Sadomaso

Mi mécanico...

Sentía el sudor de sus manos recorriéndome el cuerpo, trague saliva al sentir el contacto de aquellas manos mugrientas sobre mis pechos, mis pezones respondían ante aquellas caricias, se iban oscureciendo, y me dolían, me dolían al ponerse duros, él se reía de verlos tomar vida, note como sacaba su lengua y se dirigía a ellos, me humedeció primero el izquierdo pasándome suavito su lengua, después se introdujo casi todo mi pecho en su boca, y lo succionaba como si fuera eso lo que hubiera hecho toda su vida, de pronto sentí su mano estrujándome el pecho derecho para acabar pellizcándome brutalmente el pezón, di un grito y retire mi cuerpo de cerca de él, pero mi movimiento fue muy brusco y él no había soltado mi pecho de su boca, así que cuando me retire sentí sus dientes aferrándose a mi pezoncito, sentí tal dolor que pense que se lo había comido, pero pude comprobar que no.


Me fui a la esquina de la habitación, (por llamarla de alguna manera), él no me dijo ni una sola palabra, aun no había escuchado el sonido de su voz, solo habíamos cruzado un par de miradas antes de que yo pasara a la parte de atrás del taller mecánico donde él trabajaba, y donde yo acababa de dejar mi coche estropeado. Al preguntarle dónde podía esperar hasta que me lo arreglara él me abrió la puerta de esa habitación (por llamarla de alguna manera), y ya no puedo decir que más cosas ocurrieron, porque desde que entre por esa puerta solo pude sentir sus labios en mi boca, unos labios que me volvieron loca, y a los pocos minutos me di cuenta de que ya no llevaba nada de ropa.

Así que ahora mismo me encontraba desnuda en una esquina de una habitación de un taller mecánico perdido por esos caminos de dios, con un tio del cual no sabia el nombre, completamente vestido con ropa sucisima y que no dejaba de mirarme, y lo peor es que me dolían un montón mis pechos, pero lo peor de lo peor es que estaba excitadisima, tan excitada que seria capaz de hacer cualquier locura.


Tenia unas ganas tremendas de que él se acercara, yo pensaba decirle que no fuera tan bestia, que gastara un poquito de cuidado, mas que nada porque dentro de un par de horas me iba a encontrar con mi marido, y no era plan de ir toda marcada, pero no reaccione a tiempo, mas que nada por que él había empezado a quitarse su sucia ropa, primero se quito la camisa, después las zapatillas, solo le quedaban los pantalones, eran muy holgados, y yo no dejaba de mirar la parte de la cremallera, esperaba impaciente que él la bajara, poco a poco pude ver que no llevaba nada debajo del pantalón, DDIIIOOOSSSS, era enorme, nunca había visto una verga igual, sentí que me ponía muy malita de excitación, estaba húmeda, tan húmeda que parecía un volcán soltando lava, solo podía esperar que la lava no llegara a mis tobillos.

Él tenia su miembro entre las manos, parecía una barra de hierro, el no dejaba de movérsela mientras me miraba, eran miradas provocándome, yo me moría de ganas de acercarme, de sentir esa hermosura en mis manos en mi boca en mi conchita, no pude contenerme mas tiempo y me acerque, me puse de rodilla ante él, él seguía con movimientos rítmicos, no me lo iba a poner fácil el cabrón, acerque mis manos a sus huevos y fue dirigiendo su pinga a mi boca, quería sentirla dentro de mi, pero él se paro en mis labios, no me dejo que me introdujera mas, así que saque mi lengua para jugar un poquito con su capullito, DDDIIIOOOOOOSSSSSS que saborsito mas bueno, sentí toda su puntita en mi lengua y en mis labios, pero él no me dejaba más, yo estaba impaciente por tenerla dentro de mi boca y luchaba por conseguirlo pero él se movía para no dejarme disfrutar de ese maravilloso manjar, se movió tanto que se alejo de mí, y volvió a sus frotamientos esta vez más intensos, yo me moría por tenerla. Así que me volví a acercar, me volví a arrodillar delante de su verga y esta vez no me dio tiempo a buscarla por que él me agarro la cabeza con fuerza, yo por inercia abrí la boca y allí tenia mi premio, me embistió con brutalidad, la sentí en mi garganta entrando y saliendo a una velocidad que me hacia daño, pero el marcaba el ritmo con sus caderas, mientras que no me dejaba ni moverme un milímetro con aquellas garras a los costados de mi cabeza, me estaba follando la boca.

Cuando penso que yo ya no iba a retirar mi cabeza la soltó, y dirigió sus sucias manos a mis pechos doloridos y los apretó mientras sus movimientos de caderas eran más rápidos, estaba a punto de correrse, y yo deseaba con toda mi alma que lo hiciera en mi boca, pero estaba visto que yo con este tio no acertaba ni una, saco su verga de mi boca y derramo todo su leche sobre mi pecho, sentía los chorreones bajar por mis pezones y gotear al suelo, los pude parar con mi mano y sentí su cálido liquido en ellas, me lo lleve a la boca y lo saboree.

Chupe mi mano como si fuera lo mejor que pudiera probar en mi vida, mientras él se recostaba en la pared, para acompasar su respiración, yo estaba temblando de excitación, no pude dejar de arrastrarme hacia él, acudí a buscar su polla, la cual cogí entre mis manos y acaricie, él estuvo quieto unos segundos ante mi atrevimiento, pero después me aparto, me empujo a un lado y tiro de unos de mis pies, dejándome las piernas totalmente separadas quedando mi mecánico entre ellas, me rozo con un dedo mi conchita, un dedo que saco empapadito y lo chupo, yo me moría, me moría allí mismo, estaba como loca, como nunca había estado, me metió dos dedos dentro de mi, los hundía enteritos, y rápidamente los sacaba dejándome muy vacía y expectante, estaba a punto de correrme pero en ese momento él se levanto y se fue.

Allí estaba yo, con todas las piernas abiertas, muerta de excitación y el tio loco con el que estaba no tenia mejor ocurrencia que irse, empece a tocarme mi pepitilla, mientras lo esperaba, cosa que no tuve que hacer mucho tiempo, él se arrodillo entre mis piernas, y sustituyo mi dedo por el suyo, pero su brusquedad era tal que pense que me la iba a destrozar, poco a poco fue bajando su dedo y volvió a entrar dentro de mi, mi rajita estaba muy abierta y entraba sin dificultad con sus dos dedos, de pronto vi que bajaba algo de su mano, era algo así como un destornillador pero con un mango mucho mas grueso, empezó a introducirme el mango, yo quería retirarme huir de aquel loco, pero no pude, no podía moverme los movimientos de él y de ese aparato me tenían atrapada, estaba a punto de tener el mejor orgasmo de mi vida.

Y lo tuve, todo mi cuerpo se convulsiono ante aquella explosión interior, mi cuerpo temblaba incontrolablemente, cada vez que él empujaba aquel mango dentro de mí, yo me sentía estremecer, no sé cuanto tiempo estuvimos, solo sé que cuando él paro pense que se había acabado la mejor experiencia sexual de todos los tiempos.

Yo intente levantarme, debía irme, mi esposo me estaría esperando, me puse de rodillas para irme incorporando, pero mi mecánico no estaba dispuesto a dejarme marchar, me empujo levemente la espalda hacia delante, así que quede a cuatro patas, él esta detrás de mí y dirigía mi posición, empezó a tocarme mi culito, yo intente retirarme, pero era imposible, de pronto en mi forcejeo sentí su polla rozando mis muslos y me di cuenta de lo que pretendía, me di cuenta de que él volvía a tenerla como una vara y con ella empezó a azotarme mis cachetes, que poder ejercía este lunático en mi, que me quede allí deseando ser culeada, sentí como él se encargaba de lubricarme el ano, primero con sus dedos empapados en mi propios jugos, y después con su lengua, el juego con su lengua me volvió a excitar tanto que le pedí a voz en grito que me embistiera, y así lo hizo, me embistió de una manera brutal, sentí un dolor tan intenso, que pense que tendríamos que acudir a urgencias para que me echaran un par de puntos de sutura, pero me di cuenta de que el dolor pasaba, de que tenia toda su polla dentro mía y que sus movimientos me hacían rozar el orgasmo una y otra vez, él imponía el ritmo enganchado con sus garras a mis caderas, lo mismo era tan rápidos que creía que me descoyuntaría, que eran tan lentos que era yo la que tenia que mover mi culito buscándolo, ahora salía de dentro de mi y esperaba un par de segundos y me volvía a embestir con brutalidad, tanta que me la metía toda de una vez, tanta que eran sus testículos chocando con mis cachetes los que hacia que ya no me pudiera penetrar mas, si él hubiera seguido el mismo ritmo me hubiera corrido como 3 o 4 veces, pero el tio cabrón no me dejaba que terminara, hasta que en uno de sus bruscos movimientos ambos caímos al suelo, el sentado y yo totalmente empalada por él arriba, y fue la mia, me moví como una posesa hasta liberar aquel orgasmo brutal, tan brutal como todo lo que me hacia mi mecánico.

Me dormí y cuando desperté él ya no estaba allí, fui al taller y vi que estaba con sus sucias manos en un motor de un renault clio, yo le pregunte por mi coche, y él movió la cabeza hacia la calle, le pregunte que si estaba arreglado, y él asintió con su cabeza, me tenia harta esos modales y decidí marcharme, le pregunte que cuanto le debía por el arreglo, y él muy cabrón abrió la boca y me contesto "que ya había cobrado".

Pense que era el tio más asqueroso con el que me había topado, pero también pense que era con el que mejor había follado.
Datos del Relato
  • Autor: extodo
  • Código: 2608
  • Fecha: 20-05-2003
  • Categoría: Sadomaso
  • Media: 5.38
  • Votos: 47
  • Envios: 5
  • Lecturas: 3120
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