"Mi marido obtuvo el puesto de director de sucursal y yo el de puta de sus jefes"

Mi marido trabajaba desde hace 8 años en una empresa de publicidad, un lunes llegó a casa muy emocionado, me comentó que se había abierto una vacante de dirección en una sucursal que estaba una ciudad de playa, habiendo una gran posibilidad para él de obtener el cargo, con un gran aumento en el sueldo mas varias prestaciones incluyendo una gran casa a orilla de playa. Para ampliar sus posibilidades había planeado invitar a su jefe y al director de la empresa a una cena aquí en la casa, me pareció gran idea, así que preparamos todo para el viernes de esa misma semana, contratamos a un chef para preparar la cena, yo fui al spa, me dieron masaje corporal, una mascarilla de natural, me hicieron manicure y pedicure, me pinte el cabello de castaño claro, que me quedaba perfecto con mi piel clara, ojos cafés, me maquillaron de maravilla y me puso un vestido nuevo color rosa, de tela sedosa, ajustado a mi cuerpo, en el pecho eran con un escote que dejaba ver el camino entre mis senos de buen tamaño, unos pequeños tirantes al hombro y un escote a media espalda, delineaba muy bien mi cintura y mis amplias caderas, marcándose levemente cada una de mis nalgas, la falda llegaba a medio muslo. Cuando mi esposo Genaro me vio se quedó con la boca abierta.

- Te vez exquisita, hermosísima, pareces una diosa – me dijo.

El se había puesto un saco de color negro, con una camisa rosa pálido y una linda corbata, se veía muy guapo, llegaron los invitados, al igual venían de saco muy elegantes, Rogelio, el jefe de Genaro ya lo conocía tiempo atrás, era de muy buenos bigotes (Guapo), joven apenas 4 años mayor que mi esposo que tenía 33 años, Fernando el director, que yo no conocía era un hombre muy interesante, elegante, de unos 45 años pero muy atlético, cuando me presentó se deshizo en elogios para mí, nos sentamos a platicar en la sala, cuando me senté, crucé mis piernas y la abertura del vestido hizo lucir mis piernas, Rogelio y Fernando no perdían oportunidad de ver mis piernas cada vez que podían, unos minutos después, pasamos a cenar, entre platica y platica no dejaban ninguno de los dos de halagar mi belleza, al terminar la cena, pasamos a la sala a tomar y continuar con la platica, el chef y la chica mesera, recogieron todo y se despidieron, las copas de licor siguieron circulando, en unas de las ocasiones que me pare para sacar otra botella de licor, Fernando me siguió a la cocina.

- Natalia tienes unas piernas y unas nalgas divinas… también tienes unos muy buenos senos, eres una ricura de mujer. – Supuse que debido al licor ingerido, sus halagos eran más atrevidos.

Cuando pasé a su lado con la botella en una mano y la hiera en la otra, me agarró las nalgas, seguí caminando como si nada con una gran sonrisa, pero me dio mucho coraje su atrevimiento, puse las cosas en la mesa de centro y me senté en el sofá, Rogelio se sentó a mi lado, platicamos de diversas cosas, distraídamente, puso una mano en mis piernas, yo riendo se la retire, poco después repitió su movimiento y yo me pare con el pretexto de ir por mas botana, ahí me alcanzó Fernando quien sin decir mas me abrazo por la espalda y me dijo al oído.

- Natalia me tienes muy caliente con este buenísimo cuerpo que tienes. – Sentí el arrimón de su verga en mis nalgas, una de sus manos en mi seno y la otra en mi vagina.

Me solté como pude, tratando de no ser grosera, sabía lo que estaba en juego, no solo el ascenso de Genaro, sino su propio trabajo, cuando me disponía salir de la cocina, llego Rogelio y me agarró de la cintura.

- Que linda estas Natalia – intentando darme un beso en la boca.

Busque con la mirada a Genaro, pidiéndole que me sacara de esta situación de acoso que se estaba saliendo de control y que yo no aceptaba, pero no quería ser grosera con ninguno de los dos, Genaro me estaba viendo, cuando nuestras miradas se encontraron, él agacho la cabeza, agarró las llaves de carro y dijo en voz alta.

- Voy por mas licor y hielos, regreso luego – Y salió de la casa.

No lo podía creer, pues mi esposo me había dejado sola con sus dos jefes queriéndome coger, Fernando me abrazó por la espalda rodeando mi cintura con sus brazos y besándome el cuello, Rogelio quito los tirantes de mi vestido de los hombros dejándolos caer por mis brazos y quedando mis senos al descubierto.

- ¡Que hermosos senos tienes! – Rozó con sus dedos mis pequeños pezones que tienen una areola rosa.

- ¡No, no, déjenme por favor – Suplicaba llorando.

Fernando bajó el cierre de mi vestido que llegaba hasta media nalga, dejando ver los hilos de mi tanga negra que hacía resaltar el color de mi piel. Me recargaron sobre la barra de la cocina y los dos comenzaron a chupar mis senos. Yo seguía llorando y suplicando que me dejaran, mientras intentaba impedir con los brazos que cayera mi vestido al suelo, pero no lo logré, quedando solo en mi tanga negra con maya transparente al frente, los dos me miraron de arriba abajo, Fernando me cargo en sus brazos y me llevó a la cama aventándome en ella, Rogelio saltó sobre mi para seguir chupándome los senos, mientras que Fernando hacia mi tanga a un lado y chupaba mis labios vaginales, metiendo su lengua tan profundo como podía, después me pusieron de pie, me quitaron la tanga y subieron una de mis piernas a una silla, Rogelio, ya sin camisa, se puso al frente comenzando a chupar mi vagina y Fernando por detrás me chupaba y mordía las nalgas y lamía mi culo cada vez que podía, me daba asco lo que me hacían, lloraba y suplicaba que se detuviesen, aunque mi vida sexual con Genaro era plena, experimentando todo lo que se nos ocurriera entre los dos, sólo me habían acostado con tres hombres y Genaro había sido el único desde que nos casamos once años atrás, Rogelio se puso de pie y se quitó los pantalones, Fernando me obligó a hincarme colocándose de mi lado izquierdo, ya estaba desnudo y sacudía su verga cerca de mi cara, era de tamaño normal pero mas gruesa que la de Genaro, Rogelio se sacó su verga y también la sacudió frente a mi cara pidiendo que se la chupara, yo les suplicara que me dejaran en paz, pero no me hicieron caso, Fernando me tomo de la cabeza y me empujó hacia su verga obligándome a que la chupara, me la empujaba tan adentro de mi boca que me hacia salivar en exceso y provocándome horcajadas, me soltaba Fernando y Rogelio me metía su verga a la boca, así tuve que chuparle la verga a los dos al mismo tiempo y casi a punto del vomito.

Me pusieron en la cama en cuatro y Fernando se colocó atrás de mi penetrándome con su verga mi vagina de una sola embestida, yo grite terriblemente al sentir que mi vagina se partía en dos con esa verga tan gruesa, gritaba y gemía a cada embestida de Fernando, Rogelio se puso frente a mi y obligó a que siguiera mamándosela, ahogando así mis gritos, Fernando sacó su tremenda verga de mi vagina y la colocó a la entrada de mi culo.

- ¡No por favor Sr. Fernando!, ¡por ahí no, por favor!. – Le suplique.

Hasta ese momento solo me había penetrado por ahí Genero, solo él me había poseído por el culo, Fernando me separo las nalgas con las manos y empujo un poco su verga, poco a poco me iba penetrando, mi culo se iba abriendo con cada milímetro que penetraba, lo hacía muy despacio, para no lastimarme mucho, cuando me penetró por completo, empezó levemente el movimiento de mete y saca y cada vez aumentaba de velocidad, Rogelio se puso de pie para ver como Fernando me cogía por el culo, después de unos mementos se detuvo y me la sacó.

- ¡Está bien apretadito!, pruébala tu para que sepas lo que te digo – le dijo a Rogelio

Sin decir palabra se puso atrás de mi y me la metió, como la de él no era tan gruesa, entró y salió con mayor facilidad, pero lo disfrutó bastante, Fernando le dijo que se quitara y el obedeció, Fernando se acostó en la cama boca arriba y me hiso que me montara obligándome a que me la metiera yo sola, amenazándome con despedir a Genaro de la empresa. Me monte sobre esa gruesa verga y me jaló para besarme en la boca, Rogelio aprovecho la posición para volver a metérmela por el culo, haciéndome una doble penetración. Me dio tan rápido y duro que terminó llenando mi culo con su leche, Fernando me quitó de encima acercándome su verga a la boca y forzándome a que se la chupara y terminando en mi boca, me trague irremediablemente un buen tanto de su leche, pero escupí al piso lo mas que pude, me limpié rápidamente con la sabana y salí corriendo al baño a lavarme la boca, ellos reían satisfechos, me metí a bañarme, quería quitar de mi cuerpo todas sus huellas, ellos se vistieron y al salir me dijo Fernando.

- ¡Felicita a Genaro!, dile que es el nuevo director de la zona sureste.

Limpié toda la recamara y cambié las sabanas de la cama, cuando escuche que llegó Genaro me hice la dormida, él se acostó sin hacer ruido, a la mañana siguiente me levante normalmente y le hice su desayuno, solo el vestido rosa estaba en la cocina como única señal de lo que había sucedido. Jamás hemos comentado nada de esa noche Genaro y yo, hemos hecho como si nunca sucedió. Un mes después ya estábamos instalados en una casa con una hermosa vista a la playa, auto nuevo de lujo y un Jeep 4x4.

45 días después de la violación, recibí una llamada telefónica de la secretaria del Sr. Fernando, informando que había un boleto de avión a mí nombre para que fuera por dos días con él. Estas visitas se hicieron frecuentes con Fernando y con Rogelio o bien ellos vienen en “plan de trabajo” a nuestra nueva ciudad, así Genaro obtuvo su puesto de “Director de la zona sureste” y yo me convertí en “La Puta” de Fernando y Rogelio.