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Categoría: Infidelidad

MI MARIDO NO SABE QUE SU AMIGO ME COGIO

Hola a todos los queridos lectores y lectoras de esta página, primero quiero agradecerles por leer nuestros relatos y que los míos hayan tenido una buena aceptación, para mí no era fácil contar mis “intimidades”, pero es verdad que me agradó soltar la sopa y más con gente muy parecida a nosotros.



Mi nombre es Cindy, ya me conocen, pero quiero describirme como estoy en la actualidad, 39 años, “casada” y no es por ser pretenciosa, pero la verdad es que estoy muy bien, soy delgada con un culito muy lindo y apretadito que más de uno me lo piropea en la calle, soy de facciones finas con labios delgados y tez clara, tetas grandes y con unos pezones grandes que se paran a la menor provocación, cosa que por cierto me ha delatado más de una vez, en fin, no seguiré con descripciones que lo importante es contarles como empecé a sentir un enorme deseo por el amigo de mi esposo.



Su nombre es Luis Enrique, él es su mejor amigo y también es casado, él viene seguido a casa a visitar a mi marido y la verdad es que está bastante bueno, es alto, con unos brazos grandes y fuertes y unas manos que solo con verlas hacía que el coño se me escurriera cada vez que venía y me saludaba, y aunque siempre era bastante respetuoso se me quedaba viendo las piernas y las nalgas cada vez que tenía oportunidad, yo creo que por respeto a mi marido nunca me hizo ninguna propuesta.



Después de vivir años de aventuras sexuales, decidí sentar cabeza con Darío y me fui a vivir con el viviendo como un matrimonio feliz.



Desde entonces, nunca le había sido infiel a mi esposo, pero Enrique hacía que lo deseara como nunca lo pensé.



Todo comenzó en una ocasión que vino a la casa y mi esposo había tenido que salir por causas del trabajo, cuando llegó tocó y lo hice pasar como de costumbre, yo llevaba puesto un vestido gris ceñido a mi cintura que me resaltaba el trasero y las tetas, al notar que no estaba mi esposo pensó en irse, pero en ese momento se soltó una tormenta así que le propuse que esperara.



La verdad es que yo estaba súper caliente, sentía como mi tanga estaba totalmente mojada esto sin que nada hubiera ocurrido todavía, y él lo notó, mis pezones me delataron.



E: ¿Perdón? ¿Incomoda mi presencia?



C: ¡Para nada, al contrario, siempre es ameno tenerte en casa!



Empezamos a platicar, por momentos notaba como se me quedaba viendo a los ojos de forma seductora y por más que intentaba no podía resistirme a desviar su mirada, me puso muy nerviosa, así estábamos platicando de cosas sin importancia cuando de la nada se acercó a mi rostro y me plantó un beso en la boca que me tomó por sorpresa.



En un principio puse cierta resistencia, pero con una de sus manos me tomó del brazo y con la otra mi cintura y ya no pude más, me fundí con él en un beso largo y apasionado.



Empezó a besarme el cuello, a tocarme y manosearme con desesperación, yo sentía que me venía, me estaba dando un faje de locura, no pensaba más que en que me arrancara el vestido y ahí mismo me cogiera! pero para mí mala suerte en ese momento escuché el carro de mi esposo que estaba llegando, si solo hubiera llegado 5 minutos más tarde me hubiera encontrado ensartada en la verga de Luis.



En fin, eso nos dio tiempo, a mí para acomodarme el cabello, y a él sentarse en la sala, cuando mi marido entró no sospechó lo más mínimo, le dije que por la lluvia había invitado a Enrique a tomar un cafecito a lo que estuvo de acuerdo y hasta agradeció mi hospitalidad para con su amigo.



Esa noche ya no ocurrió nada, aunque yo me quedé empapada y con la calentura hasta la luna, por lo que cogí con mi esposo y me vine recordando ese beso y cómo sus manos apretaron mi trasero y mi cintura.



Los días siguientes esperaba como de costumbre las visitas de Enrique en casa, me ponía más coqueta y con ropa más atrevida, a mi esposo le gustaba, pensaba que era para él, y aunque no tengo nada que reprocharle en la cama el deseo por Enrique era muy intenso y hacía que me olvidara de todo lo demás.



Enrique no se apareció por la casa en toda la semana y yo y mi chocho nos estábamos volviendo locas, me conformaba con solo poder verle, y rozarlo, pero el muy ingrato no hizo acto de presencia, por una llamada que escuché que tenía con mi marido por teléfono me enteré que había tenido que salir de la ciudad por asuntos de su trabajo y que tardaría algunos días en regresar, al oír esto sentí vergüenza de mi por entristecerme, aunque cada noche que trascurría soñaba de nuevo con él y estar entre esos brazos y en su pecho fuerte y provocativo.



Trascurrieron exactamente 12 días, los tengo presentes porque los conté, eran como las 10 de la noche cuando recibí un mensaje en mi celular, era el, decía que acababa de llegar, que, si podía verme al siguiente día a solas, le respondí que sí, que pasara por mí a mi trabajo, que me mandara un mensaje, cuando estuviera en el estacionamiento que yo iría, y así quedamos.



Esa noche no pude dormir solo imaginando lo que podía ocurrir, y en como iría vestida, temprano me duché y me depilé toda, me puse un coordinado beige muy provocativo, una falda roja ajustada, no era mini pero si corta, una blusa negra semitransparente, tacones altos, en fin supe que no me había equivocado de elección, cuando llegué al trabajo y todos los hombres no podían disimular y me veían descaradamente, así dieron las 12 del día y yo estaba como quinceañera esperando su mensaje que no llegaba, me tenía desesperada y lo peor que no podía hacer nada.



Al principio no quise marcarle porque no quería provocarle algún problema con su esposa y arruinarlo todo, pero a eso de las 2 no pude más y tomé mi celular y marqué su número, y maldita sea estaba apagado, con cierta desilusión paseé un rato más pensando que no ocurriría nada y que era una estúpida por estar así por un hombre.



En esos pensamientos estaba cuando escuche el vibrar del celular -era él- me temblaron las piernas y atiné a solo decir “Hola” con voz temblorosa, me dijo que estaba en el estacionamiento que bajara, hice un sobre esfuerzo para no correr a verlo, le dije que me esperara unos minutos que tenía trabajo pendiente, cosa que no era cierto pero esos minutos me servirían para quitarme la agitación de mi voz, y el rápido latir de mi corazón.



Fui al sanitario a revisar que todo estuviera perfecto y noté que mi entrepierna escurría, estaba mojada a más no poder, me tuve que contener para no tocarme ahí mismo y decidí mejor ir ya a verlo.



Cuando llegué me saludó de beso en la mejilla, me invitó a subir al carro y sin más arrancó, platicamos de su viaje, me contó cada detalle y aunque en un principio me importaba un carajo como le había ido me hizo sentir bien que me contara como le fue, cuando me doy cuenta estamos camino fuera de la ciudad.



C: ¿A dónde vamos?



E: Vamos a una cabaña de mi amigo muy cercano, ahí estaremos sin ser molestados, ¿te molesta?



C: ¡Para nada, simple curiosidad!



El camino serio de aproximadamente 1 hora o 1 1/2 a lo máximo, me fui acercando a él y durante el camino pegué mi cabeza a su hombro, cualquiera creería que iba con mi esposo, cuando el camino lo permitía él me abrazaba y acariciaba el cabello, eso me puso a mil, cuando llegamos el lugar era muy agradable, una cabaña de madera en una montaña lejos de la civilización y sin que nadie nos molestara,



A mí me encanta gritar y veces eso en casa es problema por los vecinos, esa idea me prendió más, al llegar el estacionó el auto e inmediatamente nos metimos, él me miró fijamente a los ojos, con sus manos empezó a acariciar mi rostro, y se las empecé a besar, me metía sus dedos en la boca como si fueran pequeñas pollas, le lamía cada uno, le empecé a quitar su camisa, en cada botón le besaba el pecho y su olor a macho me mataba, quería comérmelo, ¡morderlo!



Me tomó de la cintura y me cargó, la falda se me subió y así me empezó a tocar, me acariciaba las nalgas deliciosamente, yo estaba perdida, no podía contener este deseo, le empecé a tocar el paquete que se le formó entre las piernas, ¡tanto tiempo soñando este momento y ahí estaba!



Le desabroché su cinturón y del bóxer le asomaba ese hermoso paquete brillante amenazando salir, en ese momento mis piernas flaquearon y me rendí e sus pies.



Hincada saqué con delicadeza su hermosa verga, por fin la tenía frente a mi boca, era bastante grande, muy gruesa, las venas parecían que le iban a reventar, primero se la besé, palmo a palmo para después intentar metérmela en la boca, era deliciosa, apenas y me cabía la mitad, pero quería chuparla toda, él jadeaba de gusto y me jalaba el cabello y la cabeza.



E: ¡Ah, Cindy uhm!!!



C: ¡Papito, uhm, que rica!



Le di una mamada de campeonato, empecé a sentir que su verga se hinchaba estaba a punto de correrse, y soy sincera, a mí no me gusta el sabor del semen, pero estaba tan jodidamenete caliente que eso no me importó, me llenó la boca de su leche, nunca la había tenido tan llena pero no derramé ni una sola gota.



E: ¡Ah! ¡Chiquita, uhm!!!



C: ¡Uhm, que sabrosa!



¡Era una puta! Cogiéndome con el mejor amigo de Darío en una cabaña donde nadie sabía de mi paradero, era lo peor que estaba haciendo, sobre todo porque ello eran más que amigos, ¡eran hermanos!



Al momento me hizo acostar en una mesa que estaba al centro, empezó a besarme los muslos, hizo a un lado mi tanga y empezó a comerme todo el coño con sus labios carnosos, me lo mamaba riquísimo, yo no podía contener mis gritos, una y otra vez.



C: ¡Así papi, chúpame el coño, por favor no pares! Más ¡Que delicia!



E: Que rica concha, uhm, siempre quise comértela, más cuando resaltaba en tus licras, ¡uhm!



Él no dejaba de hacerlo, y en un momento introdujo uno de sus dedos, moviéndolo como si fuese un buen ginecólogo, que rico movía dentro de mí, me tenía gritando como loca.



C: ¡Ah!!! Enrique, dios mío, ¡uhm!



E: ¡Eso mami que buena está, uf!!



En ese momento me vine a gritos, él empezó a meterme otro dedo más que parecía que me follaba con los dedos y su lengua, era delicioso, cuando notó mi primera venida.



C: ¡Que rico!!!



E: Si nena, córrete, que rico sabes, ¡uhm!!



Me llevó al sillón, me quitó la falda y la blusa, me desnudó completamente, a excepción de los tacones y ahí por primera vez sentí su verga, me senté sobre ella y lentamente me la introdujo, sentía como me abría el coño, como esa enorme y gorda verga me partía y yo gritaba fuerte le pedía me cogiera como nunca.



C: ¡Más papi, más que me matas!, dámela, tienes una verga deliciosa, ¡me llena!, siento como me entra hasta al fondo!



E: Si, toma nena, muévete, que rico cabalgas y que buena estas, ¡uhm!!



Lo cabalgué un buen rato en esa posición, pero tenía mucho aguante, me volteó, empezó a introducírmela como una perrita, me la clavaba toda de un solo golpe para después sacarla y de nuevo clavármela entera, sentía su enorme tamaño, ni mi Darío me cogía así, es más me atrevo a decir que ninguno de mis antiguos amantes me tenía tan perra como él.



C: ¡Ah, uhm, ah, si, ah!!



E: ¡Que gritona, eso me encanta!



C: ¡Ms papi, que rica verga tienes!



No resistí más mi excitación y me corrí de nuevo entre jadeos y gritos, me pellizcaba las tetas, me soltaba de nalgadas y me sentía más golfa y puta como nunca en mi vida.



E: ¡Tienes un culo hermoso y delicioso!



C: ¡Es tuyo mi rey!



Y era cierto, a mi esposo no me gusta dárselo, pero a él estaba dispuesta a ser su esclava.



Así empezó a meterme primero un dedo en el culo, mientras me comía su polla, me metía un dedo, y era maravillosamente rico, cuando entró fácilmente un dedo siguió con dos.



E: ¡Que rico culo tienes nena, siempre quise rompértelo y hoy lo voy a conseguir!



C: Si mi rey pártemelo, es tuyo papi, ¡pero no dejes de cogerme así por favor!



Cuando sus dos dedos entraban con mayor facilidad me la sacó del coño, empezó a introducir la cabeza en mi culo y era muy grande que pensé que no iba poder, cuando por fin me metió solo la cabeza grité de dolor, sentí que me rompía toda y le pedí que me la sacara, pero no hizo caso solo se quedó quieto y lentamente empezó a empujar.



Era raro porque me dolía muchísimo pero no quería que me la sacara, me dijo que era una niña buena, que me estaba portando muy bien, que iba a doler, pero lo iba a disfrutar, despacito me la fue metiendo y sentí sus huevos rebotar en mi culo, por fin me la había metido toda! unas lágrimas me salieron de los ojos, un tanto de dolor y otro de gusto y orgullo, tenía esa rica verga en mi culo completamente.



C: ¡Ah!!! ¡Dios mío que rico, ah!



E: Eso, ¡apuesto que no te la mete así!



C: No, ah que rico, me duele, ¡pero no la saques!



E: ¡Muévete nena, uhm, que rico!



Empezó a empujármela despacio, en cada embestida el dolor era menos intenso, era dolor mezclado con placer, así cada vez más rápido me la empezó a meter, me cogía ya con ritmo semi rápido, empecé a subir al cielo, cerraba los ojos y sentía derrumbarme de placer, era sumamente delicioso, tenía todo el culo lleno de verga, de su rica verga.



C: Párteme, Enrique, mi amor, me matas mi vida, que rico, que rico me coges, párteme así el culo, papito eres delicioso, párteme el culo, soy tu esclava, cógeme duro papi, ¡más duro!



E: Ah, aprieta, uhm, que rico Cindy, uhm, como soñaba esto, tienes un culo súper rico, ¡ah!!



Me empezó a dar más rápido, sus huevos rebotaban en mi coño y sentía que me venía, perdí la cuenta, 5, 6 7 veces me vine como nunca me había venido, sentí de nuevo su verga hinchada, se estaba corriendo y sus jadeos eran más intensos, empecé a sentir el interior de mi culo caliente, era su leche, que me inundaba toda.



E: ¡Toma mi leche, ah!!



C: ¡Ah!! que rico!!



E: ¡Uhm, dios mío, ah!!



C: Dame tu semen, que rico, ah, ¡que rico!



Se la sacó y sentí como tenía un enorme boquete, el culo lo tenía rojo y me ardía, pero eso no importaba, conocí el cielo, y era delicioso, con tantas venidas acabé exhausta, y él igual, nos quedamos tumbados en el sillón y nos dormimos por un rato, me despertó el celular, ¡era mi esposo!



D: ¿Dónde andas?



C: ¡Un poco ocupada con unos clientes!



D: Bueno, espero no tardes mucho ya casi son las ocho, ¡besos!



Me pregunto a qué hora llegaría a casa le dije que tenía mucho trabajo que tardaría un poco en llegar, vi el reloj y eran las 7:30 pm, desperté a Enrique con un besito en sus labios, me empezó a acariciar de nuevo, le dije que no había tiempo que tenía que regresar, me llevó a la ducha y me bañó, enjabonó cada parte de mi piel, y yo la suya, no pude resistir, aun con el tiempo encima otra vez el deseo me traicionó y empecé a mamársela ahí de nuevo mientras lo secaba con una toalla, me abrazó y me cargo, me puso apretada a la pared, me volteó y me empezó a coger.



E: ¡Que rico, ah, que rico!



C: Ah, papi, ya, uhm, ¡me están esperando!



E: ¡Quiero llenarte más!



C: ¡Dios, eres increíble!



Me volví a venir una y otra vez, tenía el ano muy rojo y me ardía si no ahí mismo le vuelvo a pedir que me rompiera el culo, pero igual me hizo suya de nuevo.



Nos cambiamos, y arreglamos, durante todo el regreso a la ciudad y en todo el camino no deje de abrazarlo, venia junto a él en su hombro, me dejo cerca de casa, lo suficiente como para que nadie conocido me viera, me dio un largo beso en la boca y baje del auto, camine a casa mientras mi mente revivía lo sucedido sentí un poco de remordimiento, pero no podía evitar una sonrisa en mis labios.



Llegué a casa a las 10:00 pm mi esposo veía TV, lo saludé con un beso y le comenté que había sido un día muy cansado, inocentemente me sugirió que me hacía falta descansar así que fui directo a nuestra habitación, me quité la ropa y así me enrollé en las sábanas, dormí profundamente.



Después siguieron varios encuentros, me volví su golfa, su puta incondicional, amo a mi marido, pero es inevitable este sentimiento, es una atracción rara, por momentos me confundo si es solamente sexual o siento algo más, en fin, no sé qué pasara si él se entera, pero todas las semanas me la paso ensartada en su rico paquete.



Viendo los problemas en lo que probablemente estaré, he decidido tomarme un tiempo y descansar de escribir, pero espero regresar y contarles mis nuevas experiencias o algunas que se me pasó contarles.



Con mucho cariño y agradecimiento, Cindy.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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