Estoy saliendo de mí departamento, en eso qué estoy bajando las escaleras no sé cómo sé me trabo el mismo tacón de mí bota izquierda, pierdo el balance y equilibrió me voy de cabeza sin poder evitarlo de repente un vecino me sujeta fuertemente de la cintura como de una pierna para salvarme. Mi marido de casualidad abre la puerta, al molestarse y enfurruñarse todo un macho qué no pregunta sumamente celoso hasta desconfiado, no le agradece al vecino de salvarme que me rompiera toda la crisma reacciona al darle este cabezaso a su vez puñetazo que lo deja tumbada sobre todo desvaratado en fin.

La cosa no para ahí me agarra y jala de mi cabello largo trenzado al mismo tiempo saca su latigo al pegarme fuertemente sin cesar, metiendome rapidamente al departamento encerrandonos; toda una bestia me tira al mismo piso en que nuevamente me da latigazos fuertes y sangrantes por todo mi hermoso cuerpo femenino que no le tilda en maltratarme y aplastarme incluso someterme por supuesto arremeterme todos sus infundados celos cómo desconfianza hoy por hoy.

Mi esposo me da varias veces bofetadas, asimismo puñetazos continuos y profundos que me saca el aire hasta el mismo aliento, acribilla a tutiplén patadas, en efecto rompiendome toda la ropa inclusive las pantimedias, dandome nalgadas cada vez más fuertes sobre todo marcadas por sus manos obvió rasguños con sus uñas largas, etcétera.

Quedó inconsciente de tanto que me propina cóm ofuera un costal de boxeo mi marido, qué el muy maldito me castiga y me hace pagar infundadamente al desgarrarme aún rompiendome inclusive cersenandome tanto mí clitoris como vagina y para rematar cortandome mi rabo y mordiendome al hacerme daño en que me desgarro mis pezones y mucho más produciendome deformaciones corporales y físicamente.

Volviendo en sí sintiendome atropellada hasta aporriada de ahí entre ustedes y yo, giñapo y conchimbac qué me tuvieron que intervenir al someterme a muchas operaciones y cirugías reconstructivas de mis organos sexuales qué tuve tiempos de rehabilitación de mis deformaciones provocadas y acribilladas deshumanamente por mí celoso y desocnfiado marido, solo al verme qué el vecino me salvo de matarme al trabarseme e ltacón de mí bota izquierda al bajar por las escaleras de mí departamento y mucho más.