Esta vez Edgar se fue de viaje durante 10 días, en el inter tuvimos pláticas cachondas:
- Tienes ganas papi?
- Muchas mi vida
- Cuándo regreses cómo me lo vas a hacer?
- Te vas a sentar en mí y yo estaré sentado en una silla
- Qué rico papacito, así te vas a venir?
- Sí, agarrándote las tetas
- Ay mi amor, por eso eres mi hombre?
- Claro! para cogerte cuando quiero
- Sí mi vida
Esta vez no quisimos hacer web cam para que llegara bien cargado de semen. Era de noche cuando llegó, yo estaba muy sexy con mini, zapatillas, escote y medias; entró, dejó sus maletas en la sala, lo abracé y lo besé con emoción, ya tenía muchas ganas de que llegara, me agarró ambas nalgas, luego me hincó, se la sacó y me la metió a la boca, sin más miramiento.
Empecé a mamarla, la tenía durísima luego de tantos días sin coger, me gusta mucho cómo me veo cuando estoy mamando y vestida sexy, las piernas se me abren muy rico. Me agarró de la cabeza y empezó a moverse más y más hasta que se vino todo, aunque trataba de tragármelos no me cabían, se me salían por las comisuras, seguí mamando como le gusta, hasta que se le baja y le sale la última gota de su preciado líquido. Qué rico tener a mi marido!
Me cargo y me llevó a la cama, me volteó y me abrazó en cucharas, así se quedó dormido, yo también, poniéndole las nalgas y sintiéndome muy mujer por como vestia, por lo que le acababa de hacer, por el semen que alcancé a tragarme y porque le estaba poniendo las nalgas en su miembro ya flácido.
Así nos dormimos, como marido y mujer, mujer trans y muy contenta de serlo.