Amigo José Cortés, en el segundo y tercer e-mail que me enviaste no logro comprender que deseas o que quieres decirme, te ruego por favor lo repitas revisando su contenido, en el primero me das un tema que trataré de complacerte con este cuento, te ruego mantenernos en comunicación y sigue aportándome ideas, pásame alguna fantasía que hayas tenido y la convertiremos en un cuento…By….Plastilina.
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En los últimos tiempos no me ha ido muy bien que digamos en la escuela y mis calificaciones han bajado bastante, yo misma ni sé a que se debe esto, pero la cosa va de mal en peor, casi estoy a punto de suspender el año si la situación continúa así.
Hace unos días atrás mi madre me propuso hablar con algún profesor de la escuela para que viniera a repasarme y le pagaríamos sus servicios por las horas extras que dedicara a enseñarme. Con el primero que se me ocurrió hablar fue con el profesor de historia, un señor muy inteligente, muy buen profesor, pero bastante mayor y un poco resabioso. Comenzamos las clases en mi casa, pero realmente era insoportable, peleaba, me alzaba mucho la voz cuando no entendía algo y esto a mi madre no le gustó, por lo que decidimos prescindir de sus servicios. Recurrí a todos los profesores que por mi parecer eran los más indicados por sus conocimientos y las buenas clases que impartían, pero por una cuestión u otra no se encontraban disponibles como para dedicarme una parte de su tiempo libre, incluso, hasta sin contar con la aprobación de mi madre les hice propuestas mayores de remuneración y ni así aceptaban, dándome siempre alguna que otra excusa.
Quedaba solamente recurrir a Rogelio, un profesor de biología recién llegado a la escuela, con muy poca experiencia docente, bastante joven y no único que tenía a su favor era que es muy guapo y elegante, pero para lo que lo necesitábamos, dudaba mucho que fuese la persona idónea. Le hice todos éstos comentarios a mamá y estuvo de acuerdo conmigo, pero como no teníamos ninguna otra opción, me propuso probar por unos días y si no resultaba, los despediríamos como al primero. A la mañana siguiente me puse en contacto con él y de inmediato aceptó, ya que era una entrada de dinero adicional que a cualquier persona siempre le viene bien.
En la tarde, al concluir la jornada de clases lo acompañé hasta mi casa para presentárselo a mi madre, ella nos recibió con su característico buen humor y nos mando a pasar, de inmediato comenzarían mis repasos. Debo ser honesta y decirles que Rogelio no lo hacía tan mal y me dedicaba bastante atención donde más dificultades presentaba.
Ya les había comentado que el profe era bastante joven, apuesto y muy elegante, por lo que mi madre no le quitaba los ojos de encima, en varias ocasiones sin que él se percatara ella me hacía señas de que era muy bonito y fuerte y hacía imitaciones como si lo estuviese abrazando y besando, lo cual me hacía reír por sus gestos y hasta por poco en una de esas el profe la pilla. Esa tarde al despedirse, ya en la puerta que da a la calle, nos dio un beso en la mejilla a cada una de nosotras y por un movimiento que hizo mi madre poco faltó para que se lo diera en la boca, alcanzando la comisura de sus labios, el se quedó un poco sorprendido, pero no dio mucha importancia al hecho.
Al día siguiente cuando llegamos mi madre estaba vestida con una blusa blanca muy fina a través de la cuál se notaba a claras luces que no llevaba puesto sujetador y un short rojo bastante corto y amplio que cuando nos daba la espalda se le veía la punta de las nalgas. Otra cosa que llamaba la atención era los zapatos que llevaba, con unos tacones altísimos muy finos que hacían resaltar aún más sus bien torneadas piernas y sus nalgas. No perdía ni la más mínima oportunidad de pasar cerca de nosotros para llamar la atención de Rogelio; al principio este se comportó de forma muy discreta y evitaba fijar su mirada en ella, pero no pudo evitarlo por mucho tiempo, su vista ahora se concentraba en el movimiento de sus redondas nalgas cuando pasaba junto a la mesa donde estudiábamos. En dos ocasiones cuando le fui a hacer una pregunta noté que estaba totalmente distraído mirando a mi madre alejarse hacia la cocina o la sala.
Intencionalmente dejé caer el lápiz al suelo y cuando me agaché a recogerlo pude observar por debajo de la mesa que tenía su verga tan dura como las patas de aquella mesa; mi madre lo había excitado con sus movimientos y su rítmico andar por toda la casa. Yo sabía que todo aquello lo hacía de forma intencional, pues normalmente esa no es su forma de vestirse. Ahora y casi sin disimulo se pasaba la punta de sus dedos por los pezones, logró que éstos se le pusieran como botones y se le marcaban demasiado, fui hasta la cocina mientras ella nos preparaba un refrigerio y le reproché todo aquello que estaba haciendo, pues el profesor casi no atinaba a repasarme las clases. Cuando nos trajo el refrigerio, al colocarlo sobre la mesa se inclinó tanto hacia delante frente al profesor que le permitió contemplara sus tetas todo cuanto quiso. La cara de Rogelio se puso colorada y comprendí que se estaba excitando demasiado, que de un momento a otro podría explotar.
Por suerte la situación no pasó de ahí y pudimos terminar el repaso de mis asignaturas. Nuevamente al despedirse nos dio un beso en la mejilla, pero ahora él fue quién procuró alcanzar la boca de mi madre, y sin tener en cuenta que yo estaba presente se dieron un buen beso, aunque bastante corto. Era una seña de aceptación entre ambos. No les niego que a mi también me hubiese gustado hacerlo, pero no me parecía fuese lo más correcto, a modo de desaprobación les di mi espalda y entré en la casa. Mi madre entró casi junto conmigo y de inmediato me preguntó que me había sucedido, el por qué había puesto esa cara. Le explique que no me gustaba nada de lo que había estado haciendo para llamar la atención del profesor y se limitó en responderme que ella aún era muy joven y que desde que se separó de mi padre no había estado con ningún otro hombre, el maestro le había gustado y la había excitado, le pedí por favor, que pensara bien las cosas antes de hacerlas para que después no le fuese a pesar. Riéndose me pasó la mano por la cabeza, me dio un beso y se retiró a continuar haciendo los quehaceres de la casa, que había interrumpido por estarle sacando fiestas al profesor.
Al siguiente día como de costumbre llegué hasta el aula de Rogelio para recogerlo e irnos para la casa a repasar mis asignaturas y la profesora que se encontraba me dijo que esa tarde el no había venido pues trenía un problema personal que resolver.
No di importancia al asunto y salí con rumbo a mi casa, al menos esa tarde la tendría libre de estudios y descansaría un poco. Llegué a casa y como ustedes deben estarse imaginando, al abrir la puerta pude presenciar un gran espectáculo, allí en medio de la sala, mi madre y Rogelio rodaban por la alfombra fundidos en un solo cuerpo, desnudos, la ropa de ambos se hallaba por encima de los muebles y al parecer ya llevaban buen rato en aquella faena. --¡Veo que ya el profesor tiene otra alumna…y al parecer le está dando clases de biología!—. Al escuchar mi voz ambos se pusieron de pie y trataron de taparse como pudieron, pero yo ya los había observado bien, todavía la verga del profesor estaba tiesa y levantaba la camisa con que trataba de taparse. –Por mi pueden continuar con la clase, prometo no interrumpirlos, además el profe seguramente no querrá quedarse como está—, les dije mientras apuntaba con mi dedo índice hacia la verga del profesor.
Ninguno de los dos reaccionaba ante lo que acaba de decirles, para ser más explícita me dirigí a Rogelio y de un tirón quité la camisa con la que se trataba de cubrir y con la otra mano la blusa de mi madre que apenas le cubría sus tetas. Aún así, todavía permanecían inmóviles sin saber que hacer, mirándose el uno al otro y después observándome a mí. Los había cogido in fraganti, al parecer habían perdido la noción del tiempo y la lujuria no les permitió percatarse que yo estaba por llegar. Al menos mi madre se había salido con la suya y se estaba tirando al profesor que no desperdició momento en aceptarle el reto.
Mi madre es una mujer nada despreciable, joven, bonita, esbelta, con muy buenas tetas y unas hermosas y redondas nalgas, y encima de todo eso que estaba desesperada por follar, ya que hacía más de un año que no tenía sexo con ningún hombre, con lo caliente que ella es, me imagino la cantidad de pajas que debió haberse hecho en todo este tiempo, así que al menos por esta vez, le permitiría saciar su apetito, pero como castigo, deberían hacerlo delante de mi y así se los hice saber.
Mi mamá, tomando la iniciativa pues aún estaba muy caliente y excitada se abrazó a Rogelio y empezó a besarlo y con la mano acariciarle su verga. Como si fuese una función de teatro me senté muy cómodamente en un butacón de frente a ellos dispuesta a contemplarlo todo sin perder un solo detalle. Rogelio parecía salir de su letargo y comenzó a acariciar a mi madre, como todas las cortinas de la sala estaban cerradas, apagué las luces y solamente dejé encendida una pequeña lámpara que hay encima del televisor, dándole al momento un ambiente más íntimo.
En poco instantes ya estaban nuevamente sobre la alfombra dándose las mil y una caricias, la verga de Rogelio pronto fue hasta el fondo de la vagina de mi madre y los movimientos de ambos se tornaban frenéticos. Toda aquella situación me tenía bastante excitada y casi por instinto subí mi falda y comencé a jugar con mi conchita, ahora mi mano recorría mis senos y me pellizcaba los pezones, como se me dificultaba un poco terminé por quitarme la blusa y el sujetador, más tarde lo hice con la falda para quedarme completamente desnuda y haciéndome una paja viéndolos a ellos follar.
Uno detrás del otro tuve dos orgasmos y mis jugos brotaban en abundancia, era un espectáculo formidable que hacía correrse a la persona más fría que existiera en la tierra. Estando mi madre cabalgando encima de Rogelio, acostados sobre la alfombra y sin poder contenerme, me agaché encima de la cabeza de él y puse mi chochita sobre su boca, su lengua en segundos daba muy buena cuenta de ella, entraba y salía en mi concha proporcionándome un exquisito placer, volví a tener otro orgasmo y la cara del profe se mojó bastante con mis jugos. Mi madre, que seguía cabalgando sobre su polla, hizo un alto e indicándome cambiar de posición me dijo que me montara sobre ella y cabalgara un poco, que era muy rico hacer eso. Por lo apretado de mi coñito le costó un poco de trabajo en metérmela completa, pero una vez que estuvo dentro empezamos ambos a movernos hasta que nos corrimos. Chorreando su leche por mis entrepiernas me quedé sobre él mientras acariciaba mis pequeñas teticas y mis pezones muy bien paraditos que tenía en ese momento por la excitación. Me recosté sobre él y nos mantuvimos en esa posición por un rato mientras mi madre nos observaba. Con delicadeza giró hacia su izquierda y me depositó sobre la alfombra aún teniéndome ensartada con su verga que aún permanecía dura; mi madre se colocó detrás de él y lo abrazaba con fuerza, hicimos un lindo trío, quedándonos en esa posición durante un largo rato.
Mi madre volvió a calentarse y ahora pegaba su chocha en las nalgas de Rogelio quien parecía gustarle aquello y pidió que le abriera bien las nalgas para sentir su clítoris rozándole su culo, al excitarse y buscando mayor contacto con mi madre desde esa posición la más beneficiada era yo porque su verga entraba y salía nuevamente en mi panochita. Volteándose hacia mi madre me pidió que continuara con lo que ella estaba haciendo, volteó también a mamá y ahora su ataque iba directamente sobre aquel bien formado culo, separó bien sus nalgas y la penetró hasta el fondo, como mi panochita es aún pequeña me di de cuenta que no satisfacía su gusto, por lo que me puse a hurgar entre sus nalgas con mi mano hasta que encontré su ojete, se lo lubriqué bien con mis jugos y poco a poco le metí el dedo del medio, parecía gustarle aquello y mientras culeaba a mi madre bombeándola con fuerza también se metía mi dedo hasta el final, cuando su culo empezó a contraerse y apretarse comprendí que se estaba viniendo, por lo que aceleré más los movimientos de mi dedo hasta que descargó toda su leche.
Esa tarde si resultaron unas clases fenomenales, después fuimos a bañarnos los tres juntos y allí volvimos a cogernos. Mi madre le hizo preguntas sobre su estado civil y como era soltero le propuso quedarse en casa con nosotras, ya que vivíamos solas y necesitábamos de algún hombre que nos cuidara. Sin pensarlo dos veces accedió y desde entonces lo tenemos en la casa, ya lleva casi dos meses viviendo con nosotras y la pasamos de maravillas. Ahora mis sesiones de estudio en la tarde se han vuelto más intensas, interesantes y profundas, porque tenemos toda la noche para follar, lo hacemos casi a diario, siempre andamos desnudos por toda la casa. Su obsesión se ha convertido en cogerme mi culito, pero aún lo estoy pensando ya que el disfruta mucho con el de mi mamá y además sé que eso duele bastante, mientras pueda trataré de evitarlo. Rogelio hasta me cela cuando me ve hablando con algún chico en la escuela y tomándome del brazo me aleja del grupo dándome un regaño como si fuera mi padre. Me quiere sólo para él, no son todos los hombres que tienen la oportunidad de tener dos mujeres a la vez para darse gusto con ellas, ni mucho menos una chica como yo que el próximo mes cumpliré 14 años.
muy muy bueno excelenteee, muy buen relato, me calento mucho