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Han pasado unos meses desde que mi madre y yo follamos por última vez. En ese periodo de tiempo mi padre no había vuelto a irse de viaje por lo que no pudimos quedarnos solos y hacerlo de nuevo, por lo que echaba de menos el contacto con mi madre.
Hacia un mes que mi madre se había hecho una liposucción en las piernas y el culo por lo que ahora presentaba un aspecto estupendo, como una joven de 25 años, aunque decía que lo había hecho por mi padre, yo sabía que en realidad lo había hecho por mí. Ahora la visión de culo redondito, perfecto y sin celulitis, me excitaba todavía más que antes.
Una noche me había acostado antes que mis padres y estaba meneándomela en la cama cuando mi madre vino a darme el beso de buenas noches de todos los días, pese a mis 25 años seguía dándomelo igual que cuando era pequeño. Me echó la sabana hacia atrás y vio lo que estaba haciendo.
Con su boca cogió mi polla y me la chupó un rato.
-¿Cariño, que haces? Vamos a acostarnos, era mi padre que la llamaba desde su habitación.
-Espera que estoy mirando la lámpara del chico que parece que no funciona.
Entonces cogió mi pene y me terminó de masturbar con la mano, se puso un dedo en los labios y hizo el gesto de silencio para que no gimiera al ver que iba a correrme. Después de correrme mi tripa quedó cubierta de mi semen y mi madre me tiró unos clínex para que me limpiara y me guiñó un ojo y me tiro un beso y se fue.
Oí a mi madre que le decía a mi padre que no había podido arreglar la lámpara y se dieron un beso y apagaron la luz.
Al cabo de un rato, empezaron a crujir los muelles de la cama, mis padres se habían puesto a hacerlo. No gemían pero me imaginaba lo que mi madre estaba disfrutando con mi padre y por un momento me puse en plan egoísta y pensé que mi madre estaba pensando solo en mi mientras mi padre se la follaba.
Después de un rato los muelles empezaron a acelerarse más y más y luego el silencio.
Me di la vuelta en la cama y acabé durmiéndome.
Al día siguiente mi madre vino a verme y me encontró remoloneando en la cama.
-Hola cariño, buenos días.
-Hola le contesté. Pero estaba serio.
-¿Y qué te pasa? ¿Has dormido mal? Tienes mala cara.
-No, estoy bien.
-Uy, esa cara. ¿Nos oíste anoche?
-Sí, mamá.
-Vaya hombre y eso que no gemimos para que no nos oyeras.
-Pero los muelles suenan mucho.
-Si, es verdad. Tu padre estaba muy excitado y me lo hizo con muchas ganas.
-No me des detalles mamá.
-Jaja. Vale, pero ¿acaso tienes celos?
-Bueno… cuando os oigo hacerlo me imagino que tu solo piensas en mi.
-Pues claro cielo. Cuando miro a la cara de tu padre cuando me está follando, me imagino que eres tu el que está encima de mi.
-Gracias, mamá. ¿Cuándo podremos volver a hacerlo?
-A tu padre todavía le quedan unos días para volver a irse de viaje de negocios así que ten paciencia.
-Prométeme que cuando volváis a hacerlo solo pensaras en mi.
-Claro tesoro. Y me besó en la frente.
Se dio la vuelta y se bajó el pantalón corto que llevaba, dejándome ver su culo a través de sus bragas. Estaba estupenda con ese culo nuevo.
Todavía pasaron unos días hasta que mi padre se fue de viaje de trabajo y todavía tuve que escuchar unas noches mas a mis padres haciéndolo, aunque estaba mas tranquilo sabiendo que mi madre solo pensaba en mi mientras follaban.
Al fin llegó al día en que mi padre se iba de viaje y como siempre le acompañamos al aeropuerto.
En cuanto se fue para embarcar mi madre y yo nos fuimos al coche para volver a casa. Mi madre estaba muy excitada y abrió mi bragueta. Se agacho y chupó mi polla con ardor. Yo le dije que tuviera cuidado que alguien podía vernos y que además yo iba conduciendo.
No le importó nada y afortunadamente nadie nos vio de vuelta a casa, pese a que permanecía agachada todo el trayecto mamando mi polla.
En cuanto llegamos a casa subimos a mi habitación y nos desnudamos rápidamente.
Nos besamos como dos amantes y le dije al oído que la amaba. Yo también hijo, me contestó.
Me puso un preservativo de los que usaba con mi padre, nunca había querido tomar la píldora y enseguida estábamos haciéndolo.
-Mi niño, me decía, como te he echado de menos, tu polla es fantástica, me follas como nadie, sigue así, así, así, aaaah.
Ella estaba encima de mi cabalgándome y de vez en cuando se agachaba y me dejaba chupar sus hermosas tetas y sus pezones.
Le dije que me encantaba como le habían dejado el culo tras la cirugía y que quería vérselo durante el coito.
-Esta bien, espera. Se salió de mi y me ofreció su trasero poniéndose a cuatro patas
Me dispuse a penetrarla, pero antes de eso, me agaché frente a su culo y lo besé. Luego agarré sus nalgas y las apreté fuerte.
Le abrí un poco las piernas y la penetré hasta el fondo.
-Ufff, gimió.
Empecé a bombearla despacio, saboreando cada embestida y mordiéndome el labio.
Ella se masturbaba mientras yo me la follaba. Era muy excitante vernos así. Yo contemplaba su ahora hermoso culo y gemíamos como dos animales en celo.
Al final no pude evitar gemir su nombre. (Que aquí no diré)
-¡Mamaaaaaaa!
Aquí ella gimió mi nombre real.
Ya no nos importaba que nos oyeran en nuestro incesto.
Unas horas después mi padre llamó para decirnos que acababa de llegar. Mi madre y yo nos encontrábamos desnudos y abrazados después de follar.
Mi padre le dijo que la oía jadeante. Ella le dijo que acababa de terminar de correr en la bicicleta y por eso estaba así.
Después de colgar nos reímos un rato. Si mi padre supiera.
Por la noche preparamos la cena y después del postre tuvimos otra cena.
Se me ocurrió imitar la famosa escena de 9 semanas y media y hacerlo así.
Le llene las tetas de nata y fresas y más que las fresas, le comí sus tetas, esas tetas que me habían dado de mamar y que ahora se moría por tener en mi boca.
Luego ella me correspondió comiendo mi rabo al que previamente también había llenado de nata y que acabó cubierto de otro tipo de nata, ya me entendéis.
Húmedos como estábamos, y cubiertos de nata, decidimos darnos una ducha y allí por supuesto continuamos. Pero mi madre me dijo ahora que quería hacerlo sin goma. Quería saborearme plenamente.
Es la segunda vez que vamos a hacerlo sin condón, la verdad es que estoy algo preocupado y le digo de hacer la marcha atrás, pero ella me dice que no, que quiere sentirme y que no me preocupe, que por su ciclo no se va quedar embarazada.
Pues me despreocupo de todo mientras regulo el grifo de la ducha para ponerla calentita, pero no mucho.
Mi madre se desnuda primero y se mete en la ducha. Luego me desnudó yo y ella se sale y me empieza a enjabonar. Tiene una esponja en su mano derecha con la que enjabona bien y me hace un masaje relajante en la espalda, yo me siento bien, pero todavía no me excito.
Termina de masajearme la espalda, pero no pasa adelante. Me dice que me salga para meterse ella y le enjabono la espalda. Cuando voy a masajear sus tetas me dice que no y que igual que ella no me masajeó por delante a mi, yo tampoco a ella, quiere retrasar al máximo nuestra excitación.
Yo estoy de acuerdo con ella. Ahora nos enjuagamos el jabón de nuestros cuerpos pero sin tocarnos mutuamente.
La visión de su pubis sin depilar del todo, pero recortadito me pone a mil, y mi pene empieza a enderezarse.
Mi madre sonríe al verlo pero no me lo coge. Yo intento tocarle el chocho, pero ella me detiene, parece que quiere hacerme sufrir.
Se agacha frente a mi y la visión de ella con sus arreglos la convierte en una mujer mas atractiva si cabe de lo que ya era. Parece una modelo de Victoria Secret o algo así. Se queda así un momento y quiero comérmela entera, la deseo con toda mi alma. Yo la imito y me agacho frente a ella, con una erección de caballo.
-Así mi niño, me dice.
Sigue en cuclillas y después de un rato, se acerca y me come la boca, mi polla está rozando su tripa. Yo ya no puedo aguantar más, quiero follarmela y mi pene rezuma líquido preseminal.
Me hace un gesto y ahora si, ya puedo follarmela. Se la meto con fuerza y le digo: -Mamá, ¿porque me has hecho sufrir?
-Antes estabas conforme, me dice mientras estoy dentro de ella.
-Bueno, si.
-Entonces, no digas nada y solo fóllame.
Yo la obedezco, evidentemente y en las primeras embestidas ya me corro. Mi madre me sonríe y me anima a seguir.
Claro, yo estoy super excitado y quiero follarmela bien. Vuelvo a bombearla ya recuperado de mi corrida anterior, puf, puf, gimo.
La estaba apoyando contra el grifo y la hacía daño. Me pidió que la apoyara contra la otra pared y así lo hice. Follamos sin descanso conmigo aguantando bien. Ella se corrió 3 veces y quedamos exhaustos.
Sentados en el suelo de la ducha, el agua caía sobre nuestras cabezas y cuerpos y así nos lavamos. Nos vestimos y comimos algo. Mi padre llamó y hablamos un rato. No sospechaba nada de nuestro incesto o eso pensaba entonces.
La noche llegó y le pedí a mi madre hacerlo con ella encima y luego de espaldas a mi. Follamos toda la noche como le pedí y estaba muy contento, pero no sabía lo que estaba a punto de ocurrir.
Dos días después mi padre volvía de viaje y fuimos a recogerlo al aeropuerto como siempre.
Cuando llegamos a casa y mi padre dejó el equipaje, bajo al salón y nos preguntó:
-¿Qué tal lo habéis pasado?
Le dijimos que bien, pero no sabíamos a que se refería.
Entonces encendió la tele y conectó un aparato y vimos en pantalla nuestros encuentros sexuales.
Nos miró y dijo: ¿Conque habéis follado al quedaros solos? Estabais deseando que me fuera de viaje para fornicar como dos conejos en celo. ¡Bastardos! ¡Eso es incesto!
Mi madre fue a hablar, pero mi padre la abofeteó.
-Ahora sabréis lo que es un hombre y no un niñato.
Yo no sabía cómo podía haber grabado nuestros encuentros. No sabía que había puesto cámaras y además debían ser muy pequeñas para no haberlas visto.
Mi padre ató a mi madre a la silla con su cinturón y a mi me tiró al suelo.
-Ahora aprende, pequeño bastardo, me dijo. Dudo que seas hijo mío.
Se bajó el pantalón y el calzoncillo y obligo a mi madre a chupársela.
-Chupa, guarra, chupa como se la chupabas a el. Le obligo a tragarse su polla. La tenia mas larga y gruesa que yo.
Mi madre lloraba amargamente y me recordó la primera vez que ella me la chupó y yo lloré. Se tragaba su rabo con asco, con odio, parecía mentira como había cambiado todo en un momento.
Él se corrió en su boca y la obligó a tragarse todo su semen. Mi madre me miraba mientras lloraba y en eso le pego otro bofetón.
Cabrón, no podía hacer nada, solo mirar, y no quería hacerlo.
La desató y la puso de culo en la silla. La desnudó y le abrió las nalgas, con el rabo aun tieso y se la metió por el culo. Mi madre gimió de dolor. Sin lubricante y así de repente el dolor debía de ser tremendo.
El la bombeaba con fuerza y entonces vi que empezaba a sangrar, le dijo que parara, pero él ni caso. Le dio un buen cachete en el culo y siguió follandosela hasta que se corrió de nuevo.
Sacó su pene manchado de sangre y semen y después de limpiarse el pito se fue y nos dejó allí.
Mi madre tenía una hemorragia y yo la limpié como pude y la consolé. La llevé a urgencias, aunque ella no quería ir. En urgencias mentimos aunque solo sobre quien había sido, mi padre, por un desconocido. Mi madre no quiso denunciar al no haber visto que la había violado. La curaron y yo planeé una venganza, le iba a dar su merecido a ese bastardo.
Unas semanas después, gracias a un amigo que tenía unos tranquilizantes, le puse a mi padre en la comida y cuando se hubo dormido, le di una buena paliza y luego le puse pegamento extra fuerte en el pene y tras vaciar su cuenta corriente, donde mi madre figuraba también, huimos los dos.
Ahora estamos juntos, nos queremos como amantes y estamos muy lejos de él.
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