:: | Varios |
:: | Hetero |
:: | Lésbicos |
:: | Gays |
:: | Incestos |
:: | Masturbación |
:: | Confesiones |
:: | Dominación |
:: | Fantasías |
:: | Fetichismo |
:: | Orgías |
:: | Sadomaso |
:: | Maduras |
:: | Ciber Sexo |
:: | Transexuales |
:: | Voyerismo |
:: | Zoofilia |
:: | No Consentido |
:: | Primera Vez |
:: | Flechazos |
:: | De Fiesta |
:: | Infidelidad |
:: | Parejas |
:: | Intercambios |
:: | En el Trabajo |
:: | Entre Amig@s |
:: | Juegos |
:: | Aberraciones |
:: | Románticos |
Hace ya bastante tiempo, que nosotros vivíamos en el campo, era una pequeña granja que manteníamos con el trabajo de mí madre tenía 42 años y mí ayuda que ya tenía 20 años. Mi padre hacía tiempo que no vivía con nosotros ya que se había marchado con otra mujer a otro país y no volvimos a saber nunca más de él.
Nuestro trabajo consistía en levantarnos temprano para atender a los animales, limpiar los establos pues teníamos vacas, ovejas y gallinas. Con la leche que nos daban las vacas y las ovejas hacíamos quesos y otros derivados como la mantequilla. Con los huevos de las gallinas hacíamos pastas, galletas etc. Estos productos los vendíamos a los clientes de la ciudad que venían a comprar todos los días.
Teníamos una casa de campo, grande, con bastantes habitaciones, aunque solo usábamos la cocina y un dormitorio para cada uno. El resto lo teníamos cerrado y apenas lo usábamos. Luego apartado de la casa, cruzando un corral grande, había unas naves donde allí estaban los establos, el pienso para los animales, los aperos de labranza, la quesería etc., etc.
El trabajo del día al día era largo, era duro y apenas teníamos días de descanso ya que no teníamos días de fiesta, todos los días había que cuidar a los animales y ellos no distinguían entre verano ó invierno. Pero a pesar del trabajo y la dureza del oficio, nosotros nos encontrábamos a gusto con nuestra pequeña granja de ovejas, vacas y gallinas y también teníamos, debido a la venta de nuestros productos, de una buena cuenta en el banco que nos permitía vivir desahogadamente y tener unos ahorrillos.
Pues así iban pasando los años y yo con 20 años no tenía novia y apenas había estado con otras mujeres por lo cual mí experiencia con ellas era muy poca. Mi madre, con 42 años también había tenido varios pretendientes, pero ella prefería estar sola. Vamos que no quería tener amores con otro tío. Ya que tenía muy mal recuerdo con la faena que le había hecho mí padre que hacía varios años se había ido con otra mujer.
Con el trabajo, apenas salíamos de la granja salvo escasas ocasiones en las fiestas del pueblo o en algún acontecimiento familiar. Para esas ocasiones, como es lógico, nos arreglábamos con bonitas ropas. Mi madre al cambiar las toscas ropas del trabajo en la granja por vestidos modernos, bonitos zapatos, bien peinada parecía otra. Había un cambio en su imagen y sobre todo en su cuerpo que yo me fijaba y veía una bonita mujer delgada, fibrosa, con bonitas piernas y unos pechos firmes y bonitos y una cara guapa y graciosa. Ella antes de salir me preguntaba si estaba bien, si iba guapa y yo le decía que estaba preciosa. Me lo premiaba dándome un abrazo y unos besos. Después en la fiesta casi no apartaba los ojos de ella mirando su bonita figura y el buen cuerpo que a sus 42 años tenía.
En una de las escasas fiestas a las que fuimos, fue una fiesta muy alegre, abundante comida y buen vino. Después hubo baile y mi madre me pidió (antes de que yo sacara a bailar a alguna chica) que bailara con ella. Accedí encantado y entonces sí que noté su cuerpo abrazado a mí, pegadas sus tetas a mi pecho y en ciertos momentos me dieron ganas de apretarla y besarla en la boca. Pensando en esas cosas, me fui excitando y mí miembro se me empezó a empinar y ella lo notó y me dijo sonriendo:
- hijo… que soy tu madre.
Después de madrugada ya cansados nos marchamos a casa a descansar.
Una vez allí, mi madre sin decir nada cogiéndome de la mano me introdujo en su habitación y comenzó a quitarme la ropa hasta dejarme completamente desnudo, después ella se quitó los zapatos, después las medias negras, dejando unas piernas blancas, largas y preciosas al aire, después el vestido, enseguida se despojó del sujetador y por último se quitó las braguitas. Como es lógico, con esta visión no dejaba de mirarla con ojos de deseo y cada vez me iba empalmando y excitando cada vez más y desnudos nos metimos en su cama y allí calladitos y muy abrazados hicimos el amor varias veces.
Como quiera que la vida en una granja es bastante aburrida, nosotros lo pasamos muy bien y así llevamos haciendo el amor hace varios años y así seguiremos mientras nos sintamos atraídos sexualmente.
invitado-Beto 24-09-2018 01:54:54
|
» | Total Relatos: | 38.525 |
» | Autores Activos: | 2.283 |
» | Total Comentarios: | 11.907 |
» | Total Votos: | 512.106 |
» | Total Envios | 21.927 |
» | Total Lecturas | 106.079.833 |
Yo masaje Los pies de mi madre y con el tiempo sus piernas y sus nalgas y su peluda panocha ese es mi secreto solo fue una ves