Esta historia es sobre un encuentro que tuve con mi jefe. Hace dos años es mi jefe y siempre me había parecido un hombre atractivo. Un día salimos de la oficina y fuimos a festejarlo por su cumpleaños. Bebimos bastante pero más el festejado y yo con toda la intención me ofrecí a llevarlo a su casa. Con ciertas complicaciones lo llevé hasta su cama y para dejarlo acostado lo desvestí y para mi sorpresa veo que estaba con su verga semierecta con unos boxers negros y ajustados que denotaban su rica verga y me ponían súper caliente. Con miedo pero totalmente caliente, me arrodillé frente a ese hermoso bulto y empiezo a rozarlo con mi lengua. No aguantaba las ganas de tenerlo todo en mi boca. Con cuidado y sin despertarlo, bajé sus calzones y quedé enfrente de una verga maravillosa. No Lo podía creer, tenía frente a mi lo que tanto había deseado. Empiezo suavemente a olerla, tenía el típico olor a sudor que me encantaba. Con mi mano, la tome y sin dudarlo la lamí, mordí y frote en toda mi cara. Luego me la introduje toda en la boca buscando darle la mejor mamada que jamás alguien le haya dado en la vida. Le chupe la verga como un loco, desesperado. Sus huevos, uno por uno. Solo quería que me diera su leche. Cuando su verga empezó a latir sabía que se venía su rica leche. Me inundo la garganta con varios chorros de lechita calentita que trague y saboree hasta la última gota. Una vez terminado, lo deje dormir y me fui a mi casa. Al salir me dijo: Gracias por tan rica mamada!!!