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MI HISTORIA con mis HIJOS

~Ian, un joven de apenas 18 años ha cometido una de las faltas más graves que se pueden cometer a esa edad y es dejar embarazada a su novia de colegio Nancy.

Ambos de la misma edad, con un niño por venir y con el problema de cómo enfrentar tal responsabilidad, lo peor de todo según ellos ¿Cómo se lo dicen a sus padres, a cuál de ellos decirle primero; a los de Nancy o a los de Ian?

Ian, viene de una familia de madre hondureña y padre Judío de primera generación en Honduras y Nancy en iguales condiciones; de madre hondureña y padre anglosajón, proveniente de las tierras de Nueva Zelanda.

Ella una chica hermosísima, líder de porristas en su colegio; con ojos negro azabache que heredó de su madre y un pelo lacio a contraste con los ojos su pelo era rubio oro, la piel blanca inmaculada y unos labios rojo fuego y alta, digna hija del antiguo pueblo guerrero de su padre de origen nórdico que fueran llamados Vikingos en su tiempo.

Ian, por su parte; un niño de nariz bien angulada, cara con rasgos muy masculinos, ojos avellanos, piel trigueña como aceituna y una frondosa melena que hace juego con unas hermosas cejas gruesas y abundantes, más unas pestañas largas como abanicos, su cuerpo firme y musculado a causa de sus múltiples distracciones en deportes y su inicio en el gym.

Que hijo o hija no se iban a tener este par de hermosas criaturas llamadas Ian y Nancy.

El primero en enfrentar sus padres fue Ian, le llovió sobre mojado y un poco más; sus padres muy sabios dijeron que todo dependía de los padres de Nancy ya que ellos estaban dispuestos a hacer frente a la situación y solventar todos los gastos requeridos por la nueva madre y su futuro nieto.

Ian corrió a dar la noticia a Nancy y luego fue esta la que enfrentó a sus padres con su amor al lado.

Los padres de Nancy, sintieron que sus sueños con su única hija se habían esfumado y que lo mejor era abortar.

Los jóvenes se opusieron, a lo que Ian les dijo que sus padres les ayudarían; que ellos estaban dispuestos a solventar todo para Nancy y su hijo por venir.

Luego de largas conversaciones, ambos tendrían el tierno y sería la casa de Ian en donde residirían; los padres de Nancy preferían apoyarles también que perder a su hija y ahora a su nieto por venir.

Todo comenzó a funcionar bien, las clases terminaron siendo privadas para Nancy ya que el colegio no permitía niñas embarazadas.

Ian siguió normal su vida y ahora con mujer en casa jugando al matrimonio gracias a sus progenitores.

Nació el bebe y fue un chico hermoso y sano, digno hijo de sus padres.

Lo llamaron Sean.

A los dos años ya eran dos los niños y el segundo se llamó Tom.

La vida continuaba para IAN, su padre lo llevó a trabajar con él en la oficina de conserje, no era mucha la plata; pero les enseñaba que la vida no solo es coger y parir hijos.

Por su lado Nancy no estaba nada contenta con esa vida, ella pensó que le pondrían nanas a los nietos y que ella se dedicaría a pasarla a lo grande como su época de soltera.

NOoooo, nada más errado que eso.

Los padres de Ian, eran de los que a base de lucha tenían lo que tenían y por tanto no les iban a dar las cosas en charola de oro.

Rápido los niños iban creciendo y los deberes eran mayores, las responsabilidades de llevar a la escuela, medico, desvelos, bueno; mantener un hogar con un marido que gana poco dinero y fajárselas no lo pensó de esta manera y renunció a todo, dejando a Ian con apenas 20 años, dos hijos; uno de 4 y el otro de 3.

Nancy se marcho a casa de sus padres y ese día solo le dijo a su suegra que ya volvía, que iba a donde sus padres a hacer una diligencia; pero pasaron dos días y no regresó por más que Ian le llamó, fue a donde ella y solo fue un rotundo No.

Ella se marchó del país, poniendo tierra de por medio y de esta forma Ian se convirtió en un padre soltero que tenía que sacar adelante a sus pequeños.

Fue creciendo en la empresa, de conserje se encargaba de archivo, luego pasó a ventas y ese fue su catapulta para estar bien.

Y a todo esto ya corrían diez años desde que estaba solo, tenía sus salidas con amigas esporádicas, sexo del bueno y listo.

Nunca les pondría una madrastra a sus hijos, pensaba que si la madre hizo lo que hizo; que no podría pasar con una extraña.

Sus hijos eran dignos herederos del Dios THOR, sus melenas rubias; regalo de su madre y un cuerpo esculpido por los ejercicios de natación y futbol que practicaban desde chicos, influenciados por su padre y abuelo.

Ian, tenía una sección de la casa que equivalía a la azotea de la casa de sus padres; esta área quedaba independiente, pues al principio creían que allí vivirían Ian, Nancy y sus hijos, era un área muy amplia, independiente y con todas las facilidades que su padre y abuelos les podían dar a los niños.

Ian, no tenía ningún reparo en la desnudez dentro de la casa pues solo hombres estaban allí, los tres acostumbraron desde el principio a andar en bóxers y en muchas ocasiones totalmente desnudos.

La madre de Ian, murió cuando los niños estaban pequeños y su abuelo al igual que Ian; tenía sus novias que llegaban a la casa un fin de semana y listo.

Ya Sean cumplía los 15, su padre lo había visto crecer física como socialmente al igual que a su hermano, era un chaval alto para su edad, medía ya 1.70 mts y su hermano ya lo alcanzaba.

En ocasiones, cuando el tiempo urgía, los hermanos se bañaban juntos en las mañanas y mientras crecían, su padre los bañaba antes de la escuela y colegio hasta que pudieron por si solos; por lo cual para los chicos no era nuevo ver a su padre desnudo en la regadera o por la casa.

El asunto es que una noche que Ian se disponía a bañar en su recámara, entra Sean y comienza a charlar; la charla estaba dirigida a la sexualidad entre los chavos y chavas de la escuela, que si la fulana ya había tenido sexo con el fulano de sus compañeros y estos compañeros con las fulanas y amigas de sus barrios.

Ambos estaban el bóxers pues ya casi era hora de dormir, Ian le fue explicando que el momento del sexo y sobre todo del primer sexo es muy importante, Ian al par de su hijo mayor no se veía como un padre; sino, un hermano mayor pues solo eran 17 años a lo sumo que los separaban y en las calles les preguntaban que si sus padres los dejaban parrandear juntos y cosas así, pues suponían que eran hermanos al igual con Tom.

Ian le explicó que él debería esperar a estar seguro de con quien lo haría y que para prevenir embarazos usara condón que también lo prevenía de enfermedades.

La charla prosiguió y Sean se dio por enterado.

Ian entró a su baño a tomar un merecido baño de tina con burbujas y mucha agua caliente.

El agua caliente y lo resbaloso de las burbujas, estaban causando un sabroso escozor en el pene de Ian, por lo que comenzó a sobar su rico pene moreno y cabezón.

Con una mano acariciaba su pecho y pellizcaba sus tetillas, con la otra frotaba sus bolas peludas y rascaba un poco más debajo de ellas para palpar como iba engrosando y poniéndose duro su falo.

Sus piernas se abrían para dar paso a su mano y que de esa forma fuera más fácil el alcanzar sus bolas y el perineo.

Su otra mano resbalaba hasta su abdomen y rosaba su pubis con un bello recortado solo para dejar una sombra que cubría la base de ese sabroso tronco que en su punta albergaba una sabrosa cabeza gorda y bien pronunciada.

Su cabeza echada hacia atrás con los ojos cerrados, dejaba escapar pequeños suspiros y quejidos muy bajitos que hacían que él mismo se erotizara aún más.

Todo esto ocurría, mientras Sean había creado una nueva necesidad de sabiduría de su padre y se dirigió a su cuarto para preguntar.

Como sabía que Ian se iba a bañar, solo pasó al par de la cama y entró al baño que tenía puesta una luz tenue sobre pasillo frente a la bañera.

Esto de entrar sin pedir permiso era muy frecuente y como tal entró, pero nunca esperó encontrar que su padre se estaba acarician y masturbando, nunca lo había visto haciendo eso.

Cuando entró al baño de su padre, Sean se quedó parado casi a la par de la bañera; justo donde estaba la cortina descorrida y su padre pudo sentir la presencia de alguien allí.

Ian al voltear a ver, pudo apreciar casi a la altura de su cara; el bóxer de Sean que marcaba una verga gruesa que comenzaba a crecer.

Ellos se habían visto desnudos y con las vergas paradas, sobre todo en las mañanas; pero nunca les había tocado estar en una situación sexual.

Era algo incómodo y vergonzoso para Ian, para Sean algo sumamente erótico y nuevo para él.

Su padre se estaba masturbando como nunca pensó verlo, su verga se miraba mucho más grande que en las duchas que tomaban los tres juntos en ocasiones.

Ian, trató que la cosa se viera normal; le dijo: “ Sean, lo que pasa es que al no tener una mujer en casa; en ocasiones me masturbo, tengo las necesidades de complacerme, ya hemos hablado de eso…” Sean solo asintió con la cabeza, su bóxers apuntaba más grande la carpa que formaba su bien dotado sexo.

Ian, no podía dejar desapercibido tan prominente tienda; le dijo a Sean sin pensárselo mucho: “Sean, entra; quiero que no te lleves una mala impresión de mi”.

Sean se quitó su bóxer, su padre; nunca lo había visto con la herramienta tan grande y tan templada como la estaba viendo en ese momento.

Sean, entró a la bañera al frente de su padre; quien recogió un poco las piernas para darle lugar a su hijo mayor a acomodarse en la tina.

Ian no sabía por dónde comenzar, pero fue Sean quien rompió el hielo; preguntándole que si lo hacía muy seguido.

Ian, no tuvo otra que responderle que más de lo que él quisiera; que un par de veces a la semana.

Que perdonara por su descuido de no cerrar la puerta como debería haber hecho.

Y Sean como que recibió un rayito de lucidez y le dijo que no había problema, que después que él les explicara a él y a su hermano, hará como un año; sobre el porqué masturbarse es conveniente, cada uno lo hacía sin tapujos a la vista del otro.

Y que lo que le pasó, es que esa era la primera vez que lo miraba a él hacerlo.

Le dijo: Ian, porque la tienes muchísimo más grande que cuando nos bañamos y en ocasiones se te para.

A lo que Ian le respondió que era por la necesidad de desahogar sus instintos sexuales y que cuando ocurría en el baño con ellos, era porque se tocaba para lavarse y no era nada sexual.

La sigues teniendo bien dura, se mira a través del agua dijo Sean.

Si verdad, asintiendo dijo Ian.

Sean, estirando una mano tomó sin previo aviso la verga de su padre en su palma y la apretó un poco y le dijo que la sentía bien caliente, que ni la de él estaba tan caliente.

Ian, no supo que decir; continuó callado y dejo que Sean moviera suavemente su mano hacia arriba y abajo por el tronco de su verga.

En eso sintió, como un pie de Sean hacia contacto con sus huevos y la mano no la retiraba; Ian no sabía cómo detener lo que estaba ocurriendo, no sabía si era correcto o no.

Sean, por su parte estaba explorando por primera vez y de forma real las partes más intimas de su padre.

Se sentía grandioso poder palpar y sentir lo duro, lo caliente y lo grande que es la pija de su padre; su mano no era suficiente, su pie; comenzó a sobar las pelotas que estaban en ese saco de piel y pelos y suavemente fue sintiendo como bajo las bolas; existía una continuación del largo miembro de Ian, su papá.

El pie de Sean, subía y bajaba desde las bolas; hasta esa extensión del falo del pene de Ian, su padre.

Aquellas caricias, leves pero contundentes; estaban haciendo gozar nuevamente a Ian y se dejo llevar.

Su hijo mayor lo estaba masturbando y le estaba realizando una caricia nueva que fue producto de la situación, le estaba acariciando las bolas con los dedos del pie y esto lo estaba envolviendo en un escalofrío nuevo que nunca había experimentado.

Sus caderas comenzaron a tomar vida propia, Ian ayudaba con el movimiento de sube y baja para que la mano de Sean pudiera hacer mejor su labor y comenzó a moverse rítmicamente con la mano de Sean, subían y bajaban compasadamente, cuando pudo sentir que su cadera se elevó un poco más de lo acostumbrado y los dedos de Sean pasaron como si fueran plumas en el borde de su ano.

Uffff, un escalofrío recorrió su cuerpo; sus instintos agudizaron su mente y hasta pudo ver en su mente como estos dedos le rozaban su apretado ano.

Que sensación más excitante y que novedad de estímulo sintió en su ano.

Su ano, nunca había sido tratado como un miembro sexual; era algo inaudito para Ian, pero había tenido esa sensación tan sabrosa y excitante que por instinto propio sus caderas se elevaron nuevamente a la altura en que el pie de su hijo hiciera rozar sus dedos contra la entrada de su ano.

Nuevamente que sensación tan sabrosa, una sensación de prohibido, gozo y electricidad lo recorría por completo.

Sean, podía ver como su padre estaba gozando y eso lo hacía gozar a él mismo muchísimo más; nunca pensó que llegaría a estar en un ámbito sexual con su progenitor y que esto les haría sentirse tan a gusto y disfrutarlo de forma excepcional.

Sean, noto que su padre estaba elevando sus caderas y las dejaba caer despacio; para que sus dedos lo frotaran en el área del ano.

Y al sentir que su padre elevó una vez más las caderas y su pie recorrió hacia abajo toda la raja del culito de su padre y que su dedo gordo quedó en la entrada de tan apretadito ano, estiró su dedo gordo del pie y contrajo todos los demás; haciendo que al bajar su padre las caderas, su dedo gordo hiciera presión en el ano de Ian.

Sean, notó que su padre se detuvo en su descenso y dejó que el dedo realizara presión en su ano.

Sean, podía sentir la entrada fruncida y apretada de ese agujero que su dedo pujaba por perforar y notó como su padre Ian abría un poco sus piernas haciendo que los talones salieran del agua y se posaran en la orilla de la tina y tras este movimiento, su dedo penetró el ano de su papá.

La propia verga de Sean, dio un respingo de lo extraño, sabroso y excitante que era sentir como el esfínter de Ian era derrotado y ahora le aprisionaba su dedo gordo del pie y comenzaba a sentir como su padre movía las caderas ahora de forma circular.

Este movimiento circular hacía que su dedo frotara las paredes internas del ano que se sentían suaves y acolchadas.

Ian, por su parte; tenía los ojos cerrados a la sensación de tan grandiosa caricia nunca esperada.

Con sus manos se asía fuertemente del borde de la bañera, mientras con su culo exploraba las delicias de ese órgano nuevo que era el pie de su hijo y que nunca supuso utilizarlo para perforar ese culo virgo de hombre y padre y con el cual estaba gozando a lo loco.

Sean pudo sentir una sensación extraordinaria y sin siquiera tocarse, comenzó a lanzar trallazos de lefa en el agua; sin sacar su dedo del ano de su padre a lo que Ian pudo sentir algunos movimientos bruscos del pie de Sean en su interior y llegó a ver los últimos disparos de leche de su hijo que salían como torpedos debajo del agua.

Su propia verga se comenzó a agitar por si sola y sintiendo como el dedo de su hijo mayor lo hurgaba en el ano, comenzó él también a arrojar como fuente sobre el agua un salpicadero enorme y potente de semen que baño a ambos y caían como gotas de lluvia sobre toda la bañera.

Fue extenuante, ambos jadeaban y Sean, despacio sacó su dedo del ano del trasero de su padre Ian y un poco ruborizado por lo que había hecho dijo un sube: “perdón”.

Ian, se adelantó hacia su hijo y le dijo: “Hijo, no hay nada porque pedir perdón, fue algo que nos ocurrió; no tienes porque sentirte mal, me has hecho gozar como nunca lo pude sentir”, Ian; tomó la cara de Sean entre ambas manos y beso su frente para luego apretarlo contra su pecho, haciendo que sus cuerpos se unieran por completo y sus sexos también se abrazaran entre sí.

Salieron del agua y se vistieron para dormir.

Ambos descansaron en la cama de Ian y la mañana los despertó, ambos sonrieron y siguieron su día normal.

Ya saben queridos amigos, en cuestión de nombres y lugares siempre hay bla bla bla para proteger a los involucrados.

Agradezco a mi amigo Ian, por permitirme utilizar tan lindo nombre en uno de mis relatos.

Espero sus comentarios y agradezco los que he recibido hasta el momento.

Datos del Relato
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