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Categoría: Incestos

Mi hijo -parte I-

Meses después de mi divorcio, mi hijo que siempre fue mi compinche volvió a casa.
Se marcho nueve años atrás al cumplir los 16 a casa de sus abuelos, seguramente harto de escuchar las peleas. Su habitación siempre había estado esperándolo. presentía que algún día volvería. Y volvió más taciturno que antes, casi más vergonzoso.
Durante varios días me dediqué a observarlo, el no daba muestras de cambio, ni para bien ni para mal. Tenía pocos amigos y además daba la impresión de no tener demasiada estima hacia ellos.
Seguía saliendo poco, prácticamente lo tenía que obligar para que saliera con sus amistades. Familiarmente tampoco varió mucho la situación, ya
que el trato seguía siendo de respeto, y no advertí ningún cambio motivado por mi separación. Varias veces intente que me diera una respuesta y me contestaba que no le pasaba nada.
Sin embargo con frecuencia escuchaba, en las noches, leves gemidos que producía al masturbarse, porque dejaba la puerta abierta, algo que siempre hacía.
Me gustaba escucharle como se masturbaba,
Normalmente acababa yo también haciendo lo mismo.
Y a pesar de mi convencimiento de que no era remedio para su timidez, y al comprobar que la relación familiar no varió en absoluto, la tentación de sentir esa excitación de desear coger ese miembro joven, enérgico y ardiente de mí hijo era incontrolable.
Una noche, mientras escuchaba su agitada respiración desde mi cama, me dirigí a su habitación sin hacer el menor ruido. Llevaba puesto sólo un camisón, mis pechos firmes se adivinaban en tan ligera prenda. Mis pezones erectos y oscuros, se marcaban con total claridad
Sus gemidos se detuvieron cuando me acerque a la puerta.
Entre y tomé asiento al borde de la cama mientras observaba su cuerpo viril. Mi hijo era todo un hombre, atlético, alto, buen mozo, parecido a su padre. Eso explicaba mi excitación.
Recorrí detalladamente sus rasgos, su pecho velludo, su vientre. Al mirar las sabanas,
atónita y ensimismada contemple la erección de su miembro. Estaba mojada, sentía mi vagina ardiente
y mis manos en un impulso imposible de detener comenzaron a acariciar ese cuerpo que dormía.
Acaricie su rostro dulcemente, bese levemente sus labios, mis dedos jugaron con sus vellos y lentamente bajaron hasta su vientre. Puse mi mano sobre su miembro suavemente, mientras mis ojos se quedaron clavados nuevamente en él
bulto que marcaban las sabanas. Sentí con espanto que me estaba comportando como una desvergonzada. El deseo se había apoderado de mí y sabía que iba descaradamente rápido. No sabía qué le diría si se despertaba, no me importaba. Era hipócrita seguir en ese estado, en ese deseo que me devoraba.
Por primera vez en mi vida y no obstante mis amores, jamás había sentido tanto amor y deseo.
Atrevida, retiré la sabana que lo cubría, y ahí estaba su miembro, totalmente erecto y enrojecido.
Mis ojos gozaban de la escena que protagonizaba mi mano.
Le acaricié el vientre un rato y luego me dirigí hacia sus testículos, sabiendo que él sé hacia el dormido.
Me encanto jugar con ellos y recorrer todo el largo del pene.
Lo agarré con mimo y empecé a masturbarlo muy suavemente, para disfrutar de su tacto todo el tiempo posible.
Mi otra mano le acariciaba el pecho, y mi mirada se atrevió a dirigirse hacia su cara. Lo vi con los ojos cerrados y los labios entreabiertos. - Sin embargo debía haberme sentido.
Estaba como enloquecida, me ardía la cara. Su miembro lo sentía cada vez más cerca, su olor me embriagaba y mis labios se deshacían por probar su sabor.

Mi mente decía que no, pero el deseo me empujó a meterlo en la boca. Dios mío, que estaba haciendo. Ahí estaba yo acariciando el pecho de mi hijo con una mano, mientras con la otra jugueteaba con sus testículos y mi boca se llenaba de su juvenil pene. Sentí que una de sus manos se agarraban a mi brazo izquierdo como queriéndome clavar las uñas y su otra mano se posó sobre mi cabeza. Aceleré el ritmo, deseaba sentir todo el sabor y el calor de su semen en mi boca. Sentía que sus manos me agarraban con más fuerza, casi obligándome a seguir. Sentía sus convulsiones y sabia que su orgasmo era inminente, me iba a obsequiar con exquisitos y abundantes chorros de semen.
Mi mano derecha masajeaba con energía sus testículos mientras mi boca succionaba con avidez, disfrutando de su tacto caliente y sintiendo todas y cada una de sus marcadas venas en mi lengua.
Mi boca se llenó de pronto de semen espeso, quería tragarlo a toda costa, pero su miembro parecía querer adentrarse en mi garganta y su mano me apretaba hacia él, por lo que me impedía tragar.
Todavía estuve un buen rato saboreándolo en mi boca.
Lo que se derramó sobre su pubis lo recogí, a la vez que recorría todo el largo de aquel generoso pene para disfrutarlo como si fuera el más exquisito de los manjares.
Así estuve mientras iba menguando su tamaño.
Sentía su cuerpo relajado y exhausto. No me atrevía a abrir los ojos. Me incorporé pesadamente a la posición original, quedándome sentada al borde de su cama.
Me pasé una mano por la barbilla para limpiar las gotas de semen que se resistían todavía a caer y me dirigí a mi habitación.
Me desnudé y empecé a masturbarme salvajemente con mis manos todavía pegajosas por el semen.
Con la mano derecha entre mis piernas podía sentirlos chasquidos de líquidos entre mis dedos, me movía describiendo círculos sobre la cama, agitándome como una loca y moviendo la cabeza de un lado a otro, y de mi garganta salían suspiros y gemidos del gusto que me estaba dando.
Mis tetas se balanceaban de un lado al otro.
El vello desaparecía bajo la mano, que no cesaba de moverse y los dedos que desaparecían entre los labios de mi vagina calenturienta. Gemía cada vez más fuerte,
no me importaba que pudiese despertarse algún vecino, cada vez me levantaba más de la cama y cada vez mas arrugaba el entrecejo, mi boca se abría pronunciando gemidos y pequeños sollozos, estaba como poseída. De pronto senti que estaba por llegar a un orgasmo bestial, motivo por lo cual acelere los movimientos de la mano y comencé a jadear como una loca, moviéndome y retorciéndome como nunca, estaba verdaderamente enloquecida por el mayor placer que pudiese experimentar, mientras acababa entre gritos y me encogía, con la mano entre mis piernas. Así acabe entre convulsiones que yo misma había provocado y echada a un lado de la cama jadeando escandalosamente.
Abrí los ojos, y vi a mi hijo desnudo en la puerta presenciándolo todo. Cerré los ojos y me quede acostada con los ojos cerrados.
Sentí su acogedor abrazo cuando se acostó a mi lado.
Será mejor que te vayas a dormir, ya es tarde. - Le dije-
¡Mamá, quiero que sepas que me ha gustado mucho!
Creo que le sonreí.
Hasta mañana. -
Asustada y arrepentida, sucia y miserable, así me sentía en ese momento. Mientras me prometía a mí misma que no volvería a pasar, me levanté para tomar una ducha, reflexionar por lo sucedido e intentar aclarar las ideas. Lo sucedido no era ya para ayudarle, sino para disfrutar de una situación morbosa y prohibida. ¿No fue la ayuda una excusa para poder disfrutar sin remordimientos?
Era eso precisamente lo que golpeaba una y otra vez los cimientos de mi cordura. !NO IMPORTA, MAÑANA LO VOLVERE A GOZAR!
Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.61
  • Votos: 70
  • Envios: 21
  • Lecturas: 7235
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
osama ben laden
invitado-osama ben laden 05-12-2004 00:00:00

esta muy bien el relato,deberias de escribir mas como este de mama e hijo me encantan.yo fantaseo con mi mama muy a menudo ojala algun dia se me hagan mis fantasias realidad,escribire mi relato si laaga a suceder.deberias de darme algunos tips de como seducir a mi mama,o alguien que me pueda ayudar con consejos para seducirla con gusto los acepto.creo que muchos como yo fantaseamos con nuestras mamas pero nunca se lo decimos a nadie.o no?

erotica
invitado-erotica 20-04-2004 00:00:00

Estimado Mateo, Y digo estimado porque tus relatos son entrañables, bellos, pese a que puedan ser molestos para los de criterio estrechisimo. Felicidades por ser tan explícito y libre de prejuicios. Además de tu excelente estilo para escribir. Sigue contribuyendo en el difícil arte de alegrar mas corazones. Estrella

ana
invitado-ana 18-06-2003 00:00:00

te felicito que hermoso y erotico relato estos son de los que me fascinan gracias por masturbar mi mente.

Juan Andueza G.
invitado-Juan Andueza G. 13-06-2003 00:00:00

Es cierto que escribes muy bien. Felicitaciones. Un solo favor a este lector : lo pongas más eso de los "pezones erectos", que , aparte de no entender bien la idea, ( pechos erectos, en todo caso, ya que no creo que se refiera a la erección misma de la punta del pezón), y que de cualquier manera, esa expresión sale en cuanto relato erótico existe.

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