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Categoría: Incestos

Mi hija se convirtió en mi puta

Si bien nunca ni siquiera lo había imaginado, ver convertirse a tu hija en una putita es algo para lo que uno nunca está preparado, pero tengo que reconocer que fue lo mejor que me pasó.



Todo comenzó cuando me divorcié de su madre y al momento de preguntarle con quién quería quedarse, sin dudarlo dijo conmigo, Lorena, tal es su nombre, tenía 15 años cuando con su madre decidimos que lo mejor era distanciarnos, ella siempre fue muy apegada a mí, por lo que, si bien me llamó la atención, no fue una sorpresa que quisiera quedarse conmigo.



El tiempo transcurría y nuestra relación era cada vez más estrecha, y si bien ella comenzaba a tener noviecitos, pasábamos muchas noches de fin de semana viendo películas juntos.



Al tiempo yo conocí una chica bastante más joven, yo tenía 44 y ella 25 años, por lo que tarde algún tiempo en traerla a casa debido a que no sabía cómo iba a reaccionar Lore ya que no había gran diferencia de edad con ella ya que ella tenía 17.



Una noche, luego de ver una película, le comente que estaba viéndome con una chica y quería que ella la conozca a lo que dio un salto en el sofá y abrazándome me dijo que estaba muy contenta por mí y muy entusiasmada con idea de que la llevara a casa para que se conozcan.



El tiempo transcurrió y Carla, así se llamaba mi novia y Lore se hicieron muy amigas y compinches, a tal punto que Lore le confiaba sus más íntimos secretos, pero nunca supe que ese era el comienzo de mi nueva vida.



Con Carla empecé a experimentar cosas, a nivel sexual, que con mi ex eran solo posibles en mis fantasías, era una chica muy abierta de mente y a la cual le gustaba experimentar sin tabúes. Así comenzamos a tener sexo en lugares públicos, conocí el swinger, hacíamos tríos con chicas y con hombres e incluso cuando me confesó su fanatismo por el sexo con varios hombres incursionamos en el Gangbang, cosa que solo conocía por Internet cuando mi ex acusaba dolor de cabeza, pero al ver a mi novia chupando apasionadamente todas esas pijas (legó a estar hasta con 10 hombres) y cogiéndose a todos para que después uno por uno le acabe en la boca (olvidé decir que era una apasionada de la leche) me partía la cabeza y no me importaba nada, la amaba así de puta.



Por supuesto el sexo en mi casa era cosa de todos los días y si yo estaba cansado ella me la chupaba pero no se iba a dormir sin su cuota de pija y leche.



Esta situación cambió mi vida pero también la de mi hija ya que empecé a notar algo distinto en ella pensé que era por mis descuidos que ésta nueva vida me generaba, hubo situaciones en que me vio en bóxer yendo a la cocina a buscar agua o bien los ruidos en las noches de sexo con Carla, por lo que decidí tener una charla con ella.



-Lore, vení, sentate conmigo, quiero que charlemos.



-Si Pá, que pasa? (me dijo con un tono de nena)



-Desde que llegó Carla a ésta casa algunas cosas cambiaron pero quiero que sepas que vos sos lo más importante para mí, por lo que si hay algo que a vos no te gusta me lo tenés que decir y lo solucionamos.



-No Pá, no hay nada con Carla y menos con vos, solo que estoy un poco celosa porque no tengo un novio con quién pueda disfrutar como lo hace Carla.



En una charla con Carla le pregunté si sabía si a Lore le pasaba algo más que lo que me había dicho y me dijo que sí,



-Lore está a punto de cumplir los 18 y quiere de regalo los implantes en las lolas, pero tiene vergüenza de pedírtelos.



-Pero si sabe que puede confiar en mí



-Si pero cree que le vas a decir que no, además sabe que le estas preparando la fiesta y no quiere hacer gastar más.



-Ella es una chica muy linda, no creo que le haga falta ponerse tetas, (mi hijita es morocha y tiene unos lindo ojos verdes que saco de su madre, mide 1.65, es delgada como toda adolecente que se cuida, y tiene una cola parada de 98, la que hace que tanto en pollera, jeans y shortsitos sea un espectáculo verla irse) pero si es lo que quiere se las voy a pagar.



-Además no te olvides que está dando sus primeros pasos en el sexo y verse bien es lo más importante para una chica.



-Si es verdad, pero prefiero no pensar en eso, sé que se la cogen pero prefiero no pensar.



-Jajajaja, que anticuado, estoy segura que la vuelve loca chupar pijas como a mí.



-No seas mala!!! Mejor me voy (pero ese comentario algo revolucionó en mi cabeza y al levantarme se pudo notar una clara erección)



-Epa, epa, algo vamos a tener que hacer con eso, papito degenarado jajaja



Por supuesto que Carla sabía más que lo que me decía, pero prefería no hablar del tema.



Mi hija cumple en invierno pero, a pedido de ella esperamos hasta el verano para festejarlo ya que quería la fiesta en la quinta para lucir sus pechos en la pileta, para la fiesta dieciocho de mi hijita ya tenía las lolas hechas. La fiesta no era más que una reunión de amigos y asado y por supuesto un día de pileta, pero con Carla fuimos la noche antes a preparar todo y para aprovechar la casa solos para dar rienda suelta a nuestras fantasías, asique nos fuimos acompañados de una pareja de amigos y de unos chicos solos que conocíamos de los boliches swinger.



Para festejar el cumpleaños nos acompañó esta pareja con que habíamos pasado la noche ya que la conocían a Lorena y ella los tomaba como a “tíos”, después el medio día empezaron a llegar los chicos y entre ellos mi hija.



-Hola papi! Llegamos! Ya quiero meterme en la pile.



-Feliz cumple Lore. Estamos terminando de preparar todo, ustedes pónganse cómodos.



Hasta ese momento nunca me había fijado en las compañeritas de Lore, pero con lo reducido de sus bikinis llamaron mucho mi atención, tenían unos culitos redonditos y parados y ver esas tangas metidas en sus colas es algo que me hacía perder la cabeza.



Y para peor se acerca Lore saltando con esas tetas enormes que se puso y con una tanga similar a las de sus amigas y me abraza, La verdad que tener el sensual cuerpo de mi hija pegado al mío me estaba excitando y no pude contener mi erección, cosa que, nuevamente, noto Carla.



Con Martín nos dedicamos a atender la parrilla, cosa que nos daba oportunidad para hablar de las nenas que habían venido, ya que si bien yo sabía que Carla no tendría problemas no sabíamos cómo iba a reaccionar Carmen (la esposa de Martín), Así fue que fantaseamos en cómo nos cogeríamos a esas pendejas con sus conchitas depiladas y chiquitas y le meteríamos las pijas en la boca hasta que nos saquen la última gota de leche, hasta que en un momento, dos pendejas salen de la pileta y comenzaron a caminar hacia nosotros. Las dos tenían un andar bastante gatuno y sus pechos se balanceaban con cada paso. Una era una pelirroja de ojos verdes que partía la tierra y la otra una rubiecita de pelo corto, no tan voluptuosa como su amiga pero se notaba que tenía el mejor culo de las dos. Cuando finalmente llegaron, la pelirroja, con una sonrisa picarona dijo:



-Nos invitan algo para comer? Nos estamos muriendo de hambre



-Estamos en eso, contestó rápido Martín, - Falta un poquito pero si quieren le podemos dar algo de chorizo para entretener la boca.



Yo no quería ni mirar pero ellas rieron y cómplices de la doble intención dijeron:



-Bueno… pero que sea grande y nosotras lo elegimos.



-Vení. Decime que querés.- le dijo Martín a la rubiecita y se colocó estratégicamente detrás de ella dándole paso para que vea la parrilla pero a la vez aprovecho para quedarse apoyando ese perfecto culito enfundado en una bikini negra.



Sorprendentemente la chica no pareció perturbarse, sino que todo lo contrario, note como acomodo su colita para que Adrián la apoye mejor mientras miraban el asado.



--A ver. Yo también quiero algo dijo la pelirroja e hizo lo propio conmigo.-



Cuando se fueron Martín me dice:



-Viste, están para cualquier cosa.



-Si son una putitas, pero no vamos a hacer un escándalo en el cumple de Lore, tranquilicémonos.



Al terminar de almorzar nuestras mujeres nos propusieron hacer una siesta, asique los cuatro nos fuimos a la casa y dejamos a los chicos disfrutando de la pileta, por supuesto lo de la siesta era excusa y los cuatro terminamos cogiendo a lo loco, salvo que yo lo hice pensando en esas chicas pero también en mi hija, en cómo le chupaba esas hermosas tetas y luego bajaba hasta meter mi lengua en su conchita.



Si bien lo disfrutaba, pensar en eso me perturbaba bastante ya que se trababa de mi hija, por lo que una vez que terminamos, Martín y Carmen se quedaron durmiendo y con Carla nos fuimos a caminar.



Carla me vio mal y me preguntó que me pasaba y como mi respuesta fue que nada, me preguntó si tenía que ver con las erecciones que había tenido con Lore, al ver que ella se había dado cuenta le conté lo que sentía y ella rio y me dijo que me tranquilizara que no era para tanto que con tiempo y tranquilos ella también tenía cosas que decirme de Lore.



Luego de un rato de caminata, volvimos a la casa quinta. El terreno de la casa era muy grande y con varias entradas. En este caso entramos por una que no era la principal ya que nos quedaba más cómodo. Cerca de esta entrada se encuentra un cuarto de herramientas que quedaba bastante alejado del resto de las construcciones de la quinta. Al pasar a unos metros de este cuartito, con Carla escuchamos algunas voces murmurando y gemidos que venían de atrás del cuartito. Nos miramos con cara de duda, nos fuimos acercando sigilosamente.



La imagen que vi al espiar por la esquina de la pared, me dejo helado. Mi hijita, Lorena, estaba en bolas cabalgando la pija de uno de sus amigos mientras que se las mamaba a dos que estaban frente a ella. Mi primer impulso fue saltar y cagar a piñas a todos. Pero Carla me calmó:



-Para. Que vas a hacer loco?! Lo único que vas a lograr es armar un quilombo de la puta madre y no vas a solucionar nada.



-No lo puedo creer. Mi angelito. Mirala! Como una puta enfiestada por tres flacos.-



-Que le vas a hacer ella disfruta de sexo como quiere - me decía Carla como para darle algo de lógica a la situación



-Pero es mi hija! No la puedo ver así.-



-Igual... no parece que la esté pasando mal. Relajate. Sugiero que nos quedemos acá para asegurarnos de que no le pase nada malo, y me quede junto a ella mirando la escena.



Mi hija seguía montando esa verga mientras que alternadamente mamaba las dos pijas que tenía en frente. Era toda una experta. Movía su cinturita de una manera extremadamente erótica haciendo que la pija se entierre cada vez mejor. Sus grandes tetas pero bien ubicadas, se balanceaban rítmicamente. Entre sus perfectos y carnosos labios, desaparecían los gruesos trozos de carne de sus amigos.



Mire a mi lado y vi que Carla se tocaba la concha por encima del pantalón, en ese momento tome conciencia y note que yo tenía una importante erección. Evidentemente la imagen de una jovencita siendo cogida por tres hombres despertaba en mí una tremenda calentura, aunque esa jovencita fuese mi hija.



Volví a poner atención en la situación y ahora había cambiado. Lore seguía montando a uno de los flacos en el piso, solo que ahora estaban enfrentados cara a cara, dándonos una espectacular vista de ese redondo y duro culito. Seguía chupando una pija, pero uno de los jóvenes había encontrado otra posibilidad. Evidentemente atraído por el perfecto culito de mi hija, comenzó a jugar con su ano. Le iba introduciendo dedos y lo lubricaba. Lorena no se oponía en lo más mínimo, todo lo contrario, relajaba su estrecho anito para facilitar la entrada de los dedos. En determinado momento se posiciono con su pija dura como un mástil en el culito de Lore y la penetro sin más preámbulos. Lore pego unos grititos al principio pero éstos luego fueron reemplazados por gemidos que denotaban un placer extremo.



Mi angelito estaba siendo cogida por todos sus agujeros y le encantaba. Y yo, su padre, disfrutaba con la situación. Era perturbador.



Unos momentos más tarde, decidieron dar por terminada la orgia con Lore y la hicieron arrodillarse. Uno a uno fueron pasando sus pijas por la boquita de mi hija y acabaron en su cara, sus pechos y su pelo. Era extremadamente erótica la imagen de mi dulce hijita prostituida por todo ese espeso y blanco semen y por la sonrisa en su carita, lo había disfrutado en grande.



Con Carla nos retiramos sigilosamente.



El primero en hablar fui yo:



-Y bueno. Termino siendo una putita. Que se le va a hacer.-



-Y sí. Cosas que pasan. Por lo menos es bastante buena en lo que hace, no te parece? Se ve que aprendió de mí-



-Jajajaja... que hija de puta... Será que le estuviste enseñando? jajajaja.



Luego de ese comentario mío volvimos caminando en silencio hasta la casa y una vez allí Carla me contó que en más de una vez Lore le había dicho que se excitaba pensando en mí y solía masturbarse mucho con eso, hasta una oportunidad me había espiado bañándome y que en las noches que pasábamos viendo películas alguna vez pensó en agacharse y chuparme la pija.



-Vos estás loca!!! Fue mi primera reacción.



-No, solo que me pidió que no dijera nada porque era menor y no te quería causar un problema o que enviaras con su madre, es por eso que no me sorprende que al cumplir los dieciocho haga éstas cosas.



Ella me preguntó muchas veces sobre las cosas que hacemos con otra gente, mis prácticas de Gangbang y también sobre nuestras relaciones hasta como la tenés de grande y que sabor tiene tu leche.



-Y vos le contaste todo?



-Sí, hemos tenido unas charlas muy interesantes… E incluso, tengo que reconocer que ante su curiosidad por mis historias con otra chica, hace unas semanas, tuvimos una sesión de sexo donde le dejé chuparme la concha para que sepa que se siente.



No podía creer lo escuchaba. Mi hijita se calentaba conmigo y había tenido sexo con su madrastra… Mi cabeza daba vueltas.



En el camino de vuelta veníamos todos en silencio y entonces mi morbo pudo más y pregunte:



-Lore, como la pasaste hoy?



-Muy bien papi, muchas gracias.



-Y que hicieron cuando nos fuimos a hacer la siesta? (Carla no me miraba pero se sonreía)



-Nada especial, estuvimos con los chicos y chicas jugando.



-Ah bueno, pero la pasaste bien no?



-Sí, muy bien.



-Bueno, si bien ya cumpliste hace unos meses, ahora es oficial, ya tenés 18 años y podes hacer lo que quieras.



-Sí, no veía las horas jajajaja.



Luego de conversar de otras cosas, Carla le dijo a Lore con un tono de complicidad si no quería descansar y dormir un rato a lo que Lore asintió y se acostó en el asiento trasero con la cabeza hacia el lado del acompañante, desde donde podía verme a mí.



Pasado un rato Carla comenzó a tocarme la pija con la intención de que se me pare para chupármela, como era costumbre en los viajes que hacíamos solos, primero me resistí pero me convenció de hacerlo, y empezó a chupármela, la situación era muy erótica, mi novia chupándome la pija mientras manejaba y mi hija “durmiendo” en el asiento trasero, era muy excitante y en minutos acabe llenando la boca de Carla de semen.



Los meses pasaron y el morbo con mi hija aumentaba pero yo no me animaba a ir más allá de espiarla y de masturbarme dejando la puerta abierta para que ella pueda verme o cuando tenía sexo con Carla con la esperanza que entrara y participara con nosotros.



Un día Carla, luego de una charla con mi hijita, arregló todo para que Lore y yo nos quedemos solos, como era habitual nos tiramos en el sillón a ver una película que nos había recomendado Carla y según ella estaba puesta en el DVD. Cuando la pusimos apareció en la pantalla una porno en la cual una chica muy joven era penetrada por un hombre mayor mientras se las chupaba a otros dos, quise apurarme para sacarla pero Lore me freno y con vocecita de nena me dijo:



-Dejála papi, ya tengo edad para ver, además nunca vi una.



-Ok , si querés te dejo sola.



-No, no veámosla juntos, que nunca viste una porno?



Nos quedamos viendo y yo estaba bastante nervioso, ella estaba con una remera cortita y un pantalón muy ajustado, en un momento me dice:



-Te molesta si me recuesto en tu regazo?



-No hijita, ponete cómoda.



Con su cabeza sobre mis piernas y eventualmente rozando mi pija y la película corriendo, no pensé en nada y puse mi mano derecha sobre su cola, ella no se inmutó por lo que baje un poco y le toqué toda la raya, desde su cola hasta su concha y sentí un calor anormal en su entrepierna, (mi hijita estaba caliente.)



Sin sobresaltarse con mi mano me dijo:



-Carla me contó que ustedes están con otros chicos y entre todos la cogen.



-Si, es así.



-Te molestaría que yo hiciera lo mismo?



-No, siempre y cuando vos lo disfrutes como ella. Mientras que le seguía tocando el culito.



-A mí me gustan los hombres grandes sabes?



-Si? Por qué? Pregunte con muchísimo morbo



-Porque no acaban enseguida como los jóvenes. Y acto seguido me desprendió la bragueta y sacó mi pija y dura.



-Mmmm que linda pija tenés papi, me dejas que te la chupe?



Empezó a lamerme la cabecita y se pasaba la lengua por labios relamiéndose, y volvía a lamer todo el tronco, bajaba y me chupaba los huevos y se la metía toda dentro de la boquita, la llenaba de saliva y volvía a comenzar.



-Te gusta cómo te la chupo? Te gusta cómo te chupa la pija tu hijita?



Luego de un rato de chupármela llegó mi turno, le saqué la remera y no tenía corpiño con lo que quedaron frente a mí esas dos hermosas y grandes tetas las cuales chupe y llene de saliva esos pezones rosaditos de adolescente, luego le saque el pantalón y tenía puesta una tanguita muy chiquita que decidí dejársela puesta pero que corrí para zambullirme en esa conchita totalmente depilada y mojada, con los embates de mi lengua sentí como acababa y sentir ese flujo en boca me hizo chupársela más enérgicamente, después de un tiempo se puso en cuatro patas y me ofreció esa conchita para que me la cogiera diciéndome:



-Cógeme pá, quiero sentir tu pija dentro de mí.



La imagen era maravillosa, mi pija partiendo en dos ese culito hermoso mientras la tomaba del pelo como la mejor de las putas.



-Te gusta mi amor? Te gusta la pija de papi?- le decía mientras entraba y salía de esa hermosa conchita adolescente.



-Me encanta papi. Cogeme más.- me decía entre gemidos



Cogimos en varias posiciones hasta que por fin iba a acabar y cuando se lo hice saber, se arrodillo delante de mí y me pidió que se la diera en la boca.



-Dale papi, dame toda la leche en la boquita como haces con Carla, quiero probarla.



Y así lo hice, acabe como nunca, los chorros de semen saltaron a su boca y algunos impactaron en su cara y pelo, ella me limpió la pija con su lengua hasta la última gota y cuando ya no tenía más de mi pene se limpió la cara con los dedos y se los chupó, regalándome un espectáculo maravilloso.



Pasaron los meses y seguíamos cogiendo yo con mi hija, yo con Carla o los tres.



Cuando Carla se quedaba en su casa, Lorena traía a sus amigas para cogerlas entre los dos, yo les conseguía hombres para que se las cogieran o les chuparan las pijas, esas noches terminaban con sus bocas llenas de leche y se pasaban el semen una a la otra en besos de lengua para que yo viera.



Mi hija me chupaba la pija en el auto cada vez que podía, íbamos a cines porno y yo le ponía la pija en la boca y en pocos segundos tenía una cola de degenerados con la intención de llenarle de semen su boquita, teníamos sexo en la calle o en lugares públicos para que otra gente se nos uniera, mi hijita, ya no era mi hijita era una puta fiestera.



Para su cumple de 21 ya vivíamos como una pareja y para festejarlo trajo una nena de 18 para que yo la cogiera y recordara lo que fue con ella y me pidió que le consiguiera cuatro hombres mayores para que la cojan a ella.



Esa noche fue mágica, trajo una nenita rubia de tetas grandes pero no como las de ella, con un culo redondito, con una minifalda blanca y un top rosa.



Yo puse un aviso en una página web y enseguida conseguí cuatro viejos degenerados con ganas de cogerse una pendeja de 21.



Lore los recibió en tanga y portaligas y enseguida se le fueron al humo, la empezaron a manosear y chupar toda, ella gemía de placer y me miraba y me daba las gracias, ella se agachó y comenzó a chuparles las pijas, le pegaban con las pijas en la cara y se las hacían tragar enteras, yo mientras tanto sentado en sillón disfrutaba el espectáculo y me pajeaba frenéticamente, luego se puso en cuatro y uno a uno pasó cogiéndosela por la concha mientras ella chupa las pijas que se le pusieran adelante, después el que la tenía más grande se acostó y mi hijita se subió para montarlo y los demás fueron pasando por su culo mientras que ella chupaba las pijas de quienes quedan afuera. Así estuvieron casi dos horas hasta que agachada en medio de todos esos penes los cinco empezaron a acabar un su boquita y su cara, tragando la leche para que yo me excitara aún más, una vez que todos acabaron los sacó rápido del lugar y así con la cara llena de semen hizo entrar a la pendeja y se sentó a ver cómo me la cogía.



La pendeja tenía una concha muy estrecha y mojada la cual chupe hasta que la hice acabar y un culo muy apretadito que tuve la oportunidad de desvirgar, me la cogí por unos veinte minutos y cuando le di de tomar mi leche, Lore la beso profundamente traspasándose la leche y también la sacó rápido del lugar.



Nos quedamos solos, me miró con su cara angelical y abrió su boca mostrándome que tenía mi semen y lo tragó luego con vos de nenita que recibe un regalo me dio las gracias y cogimos toda la noche con la premisa de mi hijita de sacarme hasta la última gota de semen.



Así es como mi hija se convirtió en mi puta.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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