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Hola soy Daniela. El último relato que escribí se titula: "Mi hermano me cogió y me chupó todo pensando que estaba dormida". Este relato es la continuación. En un relato mencioné que tenía 15 y mi hermano 17. Eso sucedió antes cuando tenía esa edad. Ahorita tengo 17 aunque paresco de 21, y mi hermano tiene 19. Aclaro: No me iré tan directo al sexo, sino que detallare bien lo que pasó.
Después de lo sucedido, mi hermano y yo hemos actuado tal y como se lo pedí hasta la semana pasada, por lo siguiente.
La semana pasada no se si fue maña de mi hermano o si es verdad. Llevó a la casa a una chica. Es bonita. Aunque entre mujeres nos criticamos, acepto que es bonita y creo que la razón por la que la invitó es para averiguar si yo dejé aún lado lo que pasó entre él y yo. Y valla que lo logró el cabrón. Tengo mi novio pero creo que por el momento no se compara con mi hermano. Ambos son lindos y a la vez dominantes, y eso me gusta. Pero como decía, mi hermano me seduce más por su actitud y todo lo que es. Como les decía, esta chica vino a la casa 3 dias. Disque a hacer tarea. Que la verdad no me trago ni una mierda porqué todo el día se la pasaban hablando. El primer día me la presentó y el maldito sólo se la pasaba mirandome discretamente. No soy muy celosa pero me enojó porque entendí cual era su plan. Y creo que mi enojo y a la vez mi celos se convinaron hasta el punto de explotar. Como se quedó a comer, el tema del día fue ella. Por la tarde hice mi tarea, y pues si, no lo negaré, los estuve espiando. El segundo día, no se quedó a comer pero si a cenar. Cosa que yo nos los quice acompañar así que fingi tener mucha tarea. Durante el segundo día, los espiaba y a la vez me daba mis vueltas por la sala para ver que hacían. Mi hermano no es feo, y no es por presumir. Se que una que otra, incluyendo a esa zorra se le han de arrimar. Y fue por lo que el tercer día, decidí invitar a mi novio a casa. Al llegar a ese día, el llegó de la escuela sin ella, y le pregunté cuando entró a su cuarto:
- ¿y tu chica? ¿Ya te dejó?
- al rato vendrá, descuida.
- ¿ya te la cogiste?, le pregunté directa y a la vez burlandome recargandome en el marco de la puerta de brazos cruzados.
- ¿porqué tanto el interés?
- no por nada, digo, ya que sólo te gusta hacer eso.
- ¿quieres saber si coge mejor que tú?
- ...imbécil.
- pareciera.
Guarde silencio. Y solo le contesté:
- vendrá Salvador, y ni se te ocurra hacer una pendejada, ¿entendiste?
- tu ya la hiciste, preciosa, ¿no recuerdas?, me dijo caminando hacia mi, resbalando su mano sobre mi estomago.
- ¡no me toques, pendejo! Le grité, apartando su mano de mi.
Me fui a mi recamara. Eran las 3 pm. Mamá y papá llegaban tarde. Por lo que nosotros teníamos que hacernos de comer. Me fui a mi tocador para retorcarme un poco.
Entró Jorge a mi cuarto. Se acercó a mí. Me tomó de la cintura y pegó su pecho a mi espalda preguntándome serio.
- ¿que nos pasa?
Mirandome a los ojos mediante el espejo, le contesté:
- tu dime.
- ¿que quieres que te diga?
Bajé la mirada a mis manos y le pregunté:
- ¿es perfecta para tí?
No entendía porqué mis preguntas eran tan directas y serias. Mi interés en todo lo que pasaba, hablaban por si solas.
- ¿recuerdas lo que me dijiste cuando pasó eso?
Me quedé pensando, y no lo olvido.
- si, contesté en voz baja.
- si no eres tú, es ella, dijo y salió de mi cuarto.
En verdad que me enfureció eso. Creo que en parte yo inicié esto. Y pues, tenía que aguantarlo. Si no me equivocó me empecé a clavar mucho con mi hermano. Tocaron el timbre. Era ella. Salí de mi cuarto y justo en ese momento entraba con ella a su recamara tomandola de la mano.
- hola, me saludaba.
No le contesté pero levanté la mano.
Cerró la puerta Jorge. Me quedé parada frente a la puerta unos segundos. Se escuchaba que reía como si le estuviera haciendo cosquillas o algo. No quise imaginar mucho. Me dirigí a la sala. Tocaron el timbre. Era Salvador. Lo abracé y le di un profundo beso.
Darselo, no calmaba mis celos ni mi enojo.
- ¿que pasa, amor?, Te noto triste, preguntó.
- es solo...que te extrañé, contesté.
- salgamos, vallamos a comer.
Dejar sólo a mi hermano con ella, era algo que no me atrevería a hacer.
- me siento cansada, amor.
- vamos, traje la camioneta.
- Encerio, pedimos pizza, mejor.
- Anímate! Vamos!, me convencía.
La verdad no tenía mucho que hacer. Jorge me lo aclaró todo.
Acepté salir con Salvador.
Al regresar a las 7:30, aún no se iba la tipeja esa. Entré a mi recamara. Aunque la salida me despejó un poco la mente, pero volví a pensar en ellos. Me recoste a ver la tele. Dieron las 8 pm. Escuché como la estaba despidiendo. Se cerró la puerta. Me paré y preparé mi pijama. En ese momento, tocó mi puerta.
- ¿quien?, pregunté.
- ¿quién más va a ser?
- estoy ocupada, no molestes.
Abrió.
- ¿eres imbécil o no escuchaste?, pregunté en voz alta volteando la mirada hacía él para verlo.
Seguí buscando mi ropa. Se acercó de nuevo tal como lo hizo la última vez que hablamos. Resbalaba sus manos sobre mis brazos. Me acariciaba con la yema de sus dedos. Mi piel se erizaba. Me creaba escalofrios.
- sueltame, le pedía con una voz suave.
- no puedo
- si puedes. Ademas prefieres estar más con ella.
- eso es lo que tu quieres creer.
Me confundía cada vez más.
Sus largas manos bajaron a mi delgada cintura. Sentía muy rico, la verdad, pero no podía ceder tan rápido.
En ese momento pegó su cuerpo al mío, consiguiendo precionarme el culo con su verga. La tenía dura y larga.
Su rostro viajó por todo mi cabello.
- me encanta tu aroma, me decía.
- detente, no me siento bien, le dije.
Tomó el botón de mi pantalón y lo desabrochó. Bajó mi cierre y me fue bajando el pantalón hasta los muslos, dejandome con sólo mi calzón. Metió sus dedos en mi calzón hasta llegar a mi rajita. Cerré mis ojos y mordí mis labios.
Sus dedos acariciaban mis humedos pliegues. Los tenía un poco mojados.
- me gusta sentirte húmeda.
- sacame tu mano, le pedía, aunque quería todo lo contrario.
Sentir su mano me excitaba tanto. Mucho mejor que cuando me masturbo. Desnudó mi cuello y me dio un suave beso que me hizo entregarme a él. Sus manos vagaban por todo mi cuerpo. Su mano derecha jugando con mis pliegues y la otra se dirigía a mis pechos.
- abre tus lindas piernas. Quiero que se te habra bien para meterte mis largos dedos.
Separé mis piernas tal como me lo pidió. Sus ricos dedos se metían entre mis pliegues. Los lubricaba con mis flujos. Así mismo subió a mi clítoris y empezó a frotarme lentamente.
- Aaahhh, solté un suve jadeo, retorciendo mi cuerpo a la vez.
- ¿te gusta?
- si...se siente rico.
- se me antoja chupartela.
- frotame. Quiero venirme en tu mano.
- y yo quiero venirme en tu boca, corazón, me dijo.
Sus palabras y las mías hacían que mi excitación creciera. Levanté mi culo y se lo pegué más a su verga. La tenía bien parada y dura. Se me antojaba tanto chuparsela. Tragarmela toda.
- ¿te excito?
- mucho, pero no del todo, contesté.
Retiró su mano de mi mojada vagina y se chupó los dedos.
- estas acidita y rica. Me encanta tu sabor, hermosa.
Soltó mis tetas y se agachó dandome un beso en el culo. Mordia suavemente mis nalgas. Bajó lentamente mi calzón, hasta desnudarme todo el trasero. Mi culito blanco bien paradito estaba frente a él. Cubrió mis nalgas con sus manos y me las separó mostrandole mi ano bien abierto.
- detente, porfavor.
Justo en ese momento, me lamío y me metió su largo dedo en el ano muy lentamente.
- Aaahhh!!! Mordí mis labios, sofocando la sensación placentera que me generaba.
Se levantó diciendome:
- me encanta tu culo, preciosa. Lo tienes bien rico. Apuesto que tu novio no sabe lo sucia que puedes ser.
- ¡¡¡muchachos, ya llegamos!!!, gritaba papá.
- ¡puta madre! ¡que oportunos son!, decía Jorge.
- levantate y vete, corre, le dije.
Me retiró su dedo del culo y lo chupó mirándome.
- ...que puerco eres...vete, anda, le dije con gesto de desagrado.
Me subí el calzón y el pantalón, y fui a verlos.
- ¡hola! Llegué saludandolos, peinandome con los dedos.
- hola, mi vida! ¿y tu hermano?, preguntaba mamá.
- por ahí anda.
- ya vamos a cenar, dile a Jorge, por favor, me decía papá.
Subí a las recamaras.
- ¡Jorge!, lo llamaba caminando a su cuarto.
Toqué su puerta. Abrió y me jaló hacia adentro.
- ven, preciosa.
- espera, no. Le dije un poco sacada de onda.
Me empezó a besar el cuello. Me tomó de la cintura sin soltarme.
- estás bien rica.
- sueltame, nos verán, forcejeaba queriendo apartarme de él.
Me apretó el culo, diciéndome:
- me encanta tu culo, hermanita. Lo tienes bien paradito y sabroso. Me encantó chupartelo.
- espera!! estupido!! Sueltame!! solo vine a decir que bajes a cenar, le decía enojada en voz baja.
- ¡vamos! ¡déja que te toque!
Me subió la blusa y me empezó a lenguetear el pezón. Me jalaba la punta con sus labios.
- ...noo, aquí no!! Aunque no quería que siguiera, me gustaba como me la chupaba. Me succionaba como si bebiera de mi pecho.
- tienes bien dura la puntita, mi amor. Déjame chupartela!! La tienes bien sabrosa!!
Mis manos lo empujaban pero su fuerza me ganaba.
Me logré soltar, y me bajé la blusa.
- ¡idiota!, le dije enojada y salí.
Bajé con papá y mamá. Cenamos todos y al dar las 10, me levanté y me despedí subiendo las escaleras. Entré a mi recámara y me puse la pijama. Me lavé los dientes y me acosté. Desperté a media noche. Miré el reloj y eran las 2:20. Todos durmiendo. Pasé a la recamara de mi hermano. Parecía muerto. Bajé a la cocina a tomar un vaso de agua, me lo serví, y justo cuando empecé a tomar, sentí de golpe las manos de Jorge rodearme la cintura.
- no cabe duda que hasta en pijama me excitas, me dijo al oído.
Bajé el vaso a la mesa y pregunté:
- ¿ahora que quieres?
- a tí, hermosa. Me encantas toda. Tu cuerpo, tu culo, tu rostro. Me gusta tocar tu piel tan suave y blanquita.
Sus manos me envolvían mi estomago, rosandolas por mi ombligo, mis costillas hasta llegar a mis pechos. Tomó mis pezones y me los pellizcó suavemente.
Mordí mis labios disfrutando de ese rico apretón en mis puntas.
- ¿te gusta?, preguntó.
- si, pero no se.., le decía.
Giré mi cabeza a la izquierda y la levanté buscando su boca.
- Bésame, le pedí sensualmente.
Se acercó y me plantó su boca sobre la mía. Bajó una de sus manos hasta mi vagina y empezó a masturbarme el clitoris con dos dedos.
- Aaahhh!!! Solté un gemido con los ojos cerrados.
Cerré mis ojos para disfrutar de sus lindos dedos.
- eso, mi vida, pega tu culo a mi verga, quiero sentirlo, me decía.
Sin dudarlo, lo obedecí. Levanté mi culito y lo heché hacia atrás consiguiendo que pegara en su rica verga.
Dios, la tenía bien parada. Movía circularmente mi culo precionando su miembro bien duro.
- ¿así?, ¿te gusta?, le pregunté excitada.
- si mi amor, así, me encantas. Tienes un hermoso trasero.
- ¿te excito mucho?, pregunté.
- muchisimo. Tanto que me dieron ganas de darte una cogida aquí mismo.
- si, que rico. Me gusta que digas eso.
Sus dedos me generaban un placer inmenso que no me permitía estar quieta. Apartó su mano de mi vagina y me los metió a la boca. Los chupé. Succioné llevandome mi sabor a mi garganta.
- chupalos, hermanita, me decía.
Los sacó y me bajó el pantalón mostrandole mi calzoncito blanco.
- mirate. Estás riquisima. Tienes un culo bien parado y sabroso.
- ¿estoy mejor que tu amiga?, le pregunté excitada.
- mucho mejor que ella.
Tomó el resorte de mi calzón y me lo fue bajando, de modo que fuera resbalando sobre mis nalgas hasta desnudarlas por completo.
- ¡Dios!, haces que se me ponga bien dura con tu sabroso culo. Cubrió mis glúteos con sus manos y me abrió bien.
Miré hacia él, y vi como se acercó a mi culo bien abierto.
- ¡Dios! ¡que rico! ¡Aaahhh!
Sentir su rica lengua en mi trasero se sentía tan rico.
- me gustas, corazón. A puesto que tu estúpido novio no te hace todo esto, ¿verdad?
- no, no lo hace. ¡sigue, mi amor! ¡meteme la lengua!
Su lengua recorría todo mi húmedo culo. Su linda lengua me penetraba el ano muy rico.
- Aaahhh!!! Que rico lo haces!!! Vamos!!! Comele el culo a tu hermanita!! Penetrame con tu lengua!!
- si, hermosa!! Me encantas!! Sabes bien rica!! Me gusta chupartelo!!
Me encantaba lo que me hacía. No cabe duda que me gusta ser muy sucia.
Me tomaba el culo bien rico y me penetraba con fuerza con su lengua. Se levantó diciendome:
- quiero cogerte, hermosa.
- si cogeme, meteme tu rica vergota.
Pegó su cuerpo a mi de modo que sintiera su duro miembro sobre mis nalguitas.
- la tienes bien dura, le dije.
- si, mi amor. Se me endurece cuando te veo. Y más ahorita.
Me empujaba y me excitaba cada vez más.
- ¿por dónde quieres que te la meta?
- donde quieras, hazme lo que tu quieras, mi amor, le contesté.
Resbaló su mano sobre la entrada de mi culo y mis pliegues. Se sentía bien rico. Su mano cubría todo mi sexo. Sus dedos se metían entre mis pliegues bien humedos. Los mojaba con mis flujos. Los lubricaba. Los subió a mi culo y metió su dedo mas largo en mi culito.
- Aaahhh!!! Solté un leve jadeo al penetrarme.
- ¿te gusta?
- si, corazón. Metemelo más y sacamelo lentamente, le pedí.
Dios, sentir su dentro de mí todo su largo dedo me generaba una rica sensación.
Lo empezó a sacar poco a poco. Me resbalaba todo. Sólo esperaba que no saliera con un poco de mierda. Eso sería muy asqueroso. Al sacarmelo, lo miré. Olió su dedo diciendome:
- apesta bien rico tu culo, hermanita.
Al decirme eso, se metió el dedo a su boca probando el sabor de mi culo.
- ¡que asco! Como se te ocurre hacer eso, dije.
- hace tiempo que lo quería hacer. Siempre que te veo el culo, me creas unas ganas de probartelo.
Me excitaba todo lo que decía.
Al estar en la cocina, no dudaba en que algo se le ocurriera, sabiendo lo perverso que puede ser. Tomó la botella de la miel.
- ¿que vas a hacer?, le pregunté
- tranquila, te va a gustar.
- ya, dime.
- espera.
Con su mano izquierda separó mis nalgas dejando al aire mi ano semiabierto, y con la derecha me untó un poco de miel sobre mi hoyo. Me masajeaba circularmente y a la vez me metía la punta de su dedo. Se sentía rico. Mi curiocidad me ponía nerviosa a la vez. Miré hacia él y en ese momento me empezó a lenguetear el ano.
No dije nada. Dejé que me lamiera bien. Su lengüita me daba un delicioso masaje. Puse mis manos sobre mi culo y me lo levanté consiguiendo que mi ano se abriera más.
- chupame el hoyo, hermanito, andale, meteme la lengua bien hasta adentro.
Al tener el culo bien abierto consiguió meterme bien la lengua.
- estás bien ricota, hermosa.
- ¿te gusta chuparmelo?
- si, me fascina. Lo haría cuantas veces quisieras.
Se apartó de mi culo y me escupió el ano y me lo volvió a lamer.
- ¡que rico!, ¡no te detengas!, le dije precionando su cabeza en mi trasero.
Se paró.
-¿ya estás lista, preciosa?, me preguntaba con una voz excitada.
- siempre he estado lista para ti.
- no te creo. Si fuera así, no seguirías con Salvador.
- porque contigo sólo es para darnos placer, y con él no.
- ¿entonces puedo cogerte cuando no estés con él?
- siempre que me cojas bien, contesté.
- que puta zorra eres, pero me gusta, me dijo pelliscandome el culo.
Giré mi cuerpo quedando frente a él.
Me acaricié mi sexo. Me frotaba delicadamente mis pliegues.
Lo miré completo. Mis ojos recorriean su rostro, su pecho, suintura hasta llegar a su entrepierna. Me quedé suspendida un momento. Ver como se le hacía un bulto de lo excitado que estaba, me generaba unas ganas de meterme a la boca su verga bien parada.
Tome su pijaba y se la bajé. Me inqué y observé su parte.
- quiero vertela.
Sin decirme algo, se bajó su boxer dejando salir su largota verga.
- ¡Dios! La tienes bien parada.
Cubrí su miembro con mis delicadas manos.
- metela a tu boca, hermanita.
Ganas no me faltaban. Se le veía bien rica. Se la jalé poco a poco consiguiendo endurecercela más.
Acerqué mi boca y se la besé.
- ¿te la chupo?, le pregunté.
- si hermosa, chupamela.
La agarre bien y me la metí a la boca.
- eso, corazón. ¡Chupala!
La lamía por dentro. Lengueteaba su punta.
- Aaahhh!!! Que rico!!! Jadeaba.
Se la chupaba bien rico. Me la metía toda hasta que me entrara bien. Su punta me llegaba hasta la campana. Sentía rico. Me llenaba toda la boquita. Mientras le daba una buena mamada, yo al estar incada, me penetraba los dedos en la vagina y el ano. Imaginando que alguien más estaba abajo de mí. Me introducía dos dedos en el ano. Ese momento duró cinco minutos.
Me paré diciendole:
- cogeme, hermoso. Quiero que me cogas con ganas.
- ven, me dijo subiendose el boxer y el pantalón. Me tomó de las piernas y me cargó. Apagó la luz de la cocina y me llevó a mi cuarto. Entramos, cerró con seguro y me dejó caer de espaldas sobre mi cama. Mi cuerpo brincó con mi pijama sobre los tobillos. Me incliné hacia él y me bajé quedando hincada frente a él. Bajé su pantalón nuevamente. Desnudé su miembro. Aún la tenía herecta. Se le veía riquisima. La tomé y se la levanté para lamerle su largo tronco desde sus testiculos.
- así, hermosa. Chupamela, me decía formandome una coleta.
Llegué a su punta y se la chupé. Cubrí su cabeza con mis labios y lengueteé su puntita.
- Aaahhh!!! Siii!!! Dios, harás que me venga!!!
Me aparté un poco y formé un charco de saliva dentro de mi boca para luego regarla sobre su rica verga.
Se la bañé de mi rica saliva. La miraba y veía mi mucosa sobre su rico miembro. Puse mis manos sobre su cadera y acerqué mi rostro para metermela a mi boquita. Intentando que se insertara. Al atraparla, me fui acercando lentamente, resbalando su verga sobre mis labios. Una vez al tener gran parte adentro, rodeé su miembro con mi lengua. Creaba circulos al rededor de su tronco. Estaba tan dura que lo disfrutaba cada vez más.
- ¡Dios! ¡Que rico lo haces! Me decía excitado.
Ambos lo disfrutabamos. Abrí mas grande mi boca consiguiendo que me entrara más su larga vergota. Sentirla bien adentro me fascinaba. Su punta rebalaba por mi paladar llegandome hasta la campana. Me penetraba la boquita bien rico. Su grosor hacía que me quedara sin aire. Y a pesar de eso, me gustaba. Puso sus manos sobre mi nuca y me la intentó meter más.
- abre bien la boca, mi amor. Deja que te la meta toda.
Me penetraba lentamente. Me introducía poco a poco su verga. Hice aún lado mi lengua para que me la metiera toda. Me apretó el cabello como si quisiera arrancarmelo y me la hundió bien hasta el fondo.
- tragatela pinche zorra, cometela, me decía descaradamente. Sus palabras me insitaban y su voz erattan dominante que tiene me encantaba. Mis ojos los sentía llorosos. Me aparté rapidamente y tomé un leve respiro.
- espera, dejame descansar, dije un poco exaltada.
- shhhh, tranquila, preciosa, me decía acariciandome.
Se inclinó hacia mi y me dio un beso metiendo su lengua en mi boquita. Se la chupé. Succioné su lengua combinando su saliva con la mía.
- ven, chupa, me ordenó al apartar du boca de la mía y acercando su vergota a mi cara.
Sin ninguna complicación, abrí mi boca y me la metí. Que rico era todo lo que hacía. Lamerme su miembro duro y venoso me encantaba. Me tomó del cabello haciéndome dos coletas y me penetró nuevamente la boca con fuerza. Dios! Me resbalaba por el paladar hasta entrar hasta mi garganta. Me la metió toda hasta que sus huevos tocaran mis lindos labios. La tenía bien hasta el fondo. Mi hermano me cogía por la boca con fuerza y a la vez con delicadeza. Que puta soy, pensaba. Tengo novio y hago esto a sus espaldas, pero sinceramente es algo que no puedo negar ni evitar hacer. Sentía bien llena la boca. Mis ojos empezaban a llorar. Respiré mediante la nariz pero se me dificultaba un poco. Tenerla toda adentro hacía que se formara un charco de saliva dentro de mi boca. Me la sacó rápidamente dejandome un poco exhausta. Solté mi saliva dejandola resbalarse sobre mi barbilla. Estaba muy espesa. Como mucosa, aunque eso servía para lubrar mejor su verga y conseguir que se excite más. La miré y vi como estaba completamente bañada de mi rica saliva, antojandomela cada vez más.
- abre tu boca, me dijo abriendomela con su mano y a la vez metiendomela toda otra vez.
Me hagarro de la barbilla y la nuca y me empezó a penetrar con un rirmo acelerado. Como si me estuviera xogiendo pero por la boca. Su punta chucaba con mi paladar y a lavez metiendose hasta mi garganta.
- eso, preciosa, cometela toda!!, me decía excitado.
Me la sacó, me llevantó de los hombros y me empujó de forma que cayera de espaldas sobre mi colcha.
Se acertó hacia mi y me quitó con desesperación el pantalón y mi lindo calzón. Lo olió.
- que rico huele, dijo.
Solo reí de la pena pero me gustó.
Acarició mis muslos. Flexionó mis piernas y me las separó logrando tener una mejor vista de mi vagina y mi ano.
- estás bien buena, hermosa.
Miré su verga y vi como se le paraba más. Verme bien abierta lo excitaba mucho, y a mi tambien. La tenía bien larga y rica. Verlo así me calentaba mucho. Sentía como mis pliegues se abrían. Mi clítoris se ponía más duro, dandome unas ganas de sentir su lengua ahí. Que me chupara con su rica boca. Que me hiciera explotar de placer.
Se agachó y me besó los muslos. Avanzó resbalando sus labios sobre mi blanca piel. Se acercó a mi vagina y plantó su larga lengua metiendola entre mis pliegues.
- Aaahhh!!! Que rico!!!, dije al soltar un jadeo.
Me excitaba tener su rica lengüita en mi coño bien abierto. Subió poco a poco hasta llegar a mi duro clítoris.
- sigue!! No pares!!, le pedía excitada.
- la tienes bien sabrosa, hermanita, me dijo y empezó a lenguetearme.
- Aaahhh!!! Dios!!! Siiii!!! Gemia yo.
Su lengua era sensacional, me chupaba asquerosamente rico. Me volvía loca con sus ricas lamidas. Mis ojos se cerraban inconscientemente del placer que me generaba. Sentía que me vendría en su boquita. Estaba inquieta. Me retorcia de lo rico que me la chupaba. Apretaba mis dedos de los pies. Tenía que aguantarme. No quería que acabara. Puse las manos sobre la colcha y la empecé a rasgar.
- Dios, me voy a venir!!! Para, por favor!!! Aaahhh!!!
- tranquila hermosa, solo no pienses en eso, me decía.
Me comenzó a resbalar un dedo sobre mis pliegues. Sentía un cosquilleo. Bajó hasta mi ano y me lo metió.
Al hacerlo, mordí mi labio inferior y cerré mis ojos. Puse mi mano en mi estomago y me acaricié el ombligo. Luego pasé a su cabeza.
Se apartó y se acercó a mi oído:
- ¿quieres que te meta esto?, me preguntó en voz baja, untandome su verga en mi vagina.
- si!!! Hazlo!! Metemela!! Cogeme!!, contesté
La tenía bien dura y larga. La sentía caliente. Me la resbalaba. Golpeaba mi clítoris con su punta.
- abrete bie. Quiero que me enseñes bien el culo ytu panochita, mi vida.
Lo obedecí. Tomé mis piernas, las flexioné lo más que pude.
- ¿así?, pregunté con los ojos cerrados.
Sin decir nada, solo sentí su punta entrar en mi vagina muy despacito.
- Aaahhh!!! Siii!!!! Gemí.
- que rico, chiquita.
- siii!!! Metemela más.
Dios, su verga me estaba entrando muy sabroso. Me rebalaba por mis paredes vaginales. Estaba bien mojadita, y muy excitada.
Lo abracé.
Su miembro me había entrado bien.
- que rico me la metes, hermanito.
- si, preciosa. Me encantas, estás bien chula.
Me penetraba lentamente. Me la sacaba y me la metía muy lentamente.
- cogeme!!! Masturbate con mi vagina.
Empezó a acelerar el ritmo.
- siii!!! Así, bebé!!! Aaahhh!!! Que rico!!! Sigue, no pares!!! Le decía.
Coger con mi hermano era fantastico.
- no puedo creer que hagamso esto otra vez, decía.
- yo tampoco, pero nos gusta y eso e slo que importa.
- Aaahhh!!! Que rico te la meto!!! Siento que voy a bañarte de mi rica lechita!!!
- siii!!! Hazlo!!! Eyacula en mi panocha!!! Llename de tu rico semen!!!
- ¿quiere eso, mi amor?, me pregunto
- si, corazón!!! Soy toda tuya!!! Hazme lo que tu quieras!!!
Woow!!! Se movía muy bien, me lo metía con mas rapidez.
- siiii!!! Así!!!! Metemela toda, bien hasta adentro!!!
- siiii!!!! Me gustas!!!
Mis dedos apretaban su espalda.
- ven, cambiemos, me dijo.
Me la sacó y se quitó bien el pantalón. Se subió a mi cama y se recargó sobre la cabecera.
- ven, me dijo jalandose su largo miembro.
Me acerqué y me inqué. Me arrastré hacia él y abrí mis piernas.
- bajate, sientate, me ordeno insertandome su verga en mi panochita bien mojada.
- Aaahhh!!! Que rico, Jadeó.
- siii, mi amor!!! Aaahhh!!!
Me abrí bien para que me la metiera más. Empece a brincar lentamente.
- Aaahhh!!!! Más rapido, bonita!!!
Lo obedecí. Aumenté mis saltos.
- ¿así?, le pregunté con una voz temblorosa.
- eso!!! Sigue!!!
Me acariciaba las nalgas. Me las abría. Me acariciaba el ano con sus dedos.
- que rico siento, le dije.
Me abrazó la cintuera con un brazo y con la otra mano me penetró el ano con uno de sus dedos.
- Aaahhh!!! Siii!!! Que rico!!! Decía yo.
- sigue brincando, preciosa.
Dios, me cogía y a la vez me metía sus dedos por el culo.
Me quité la blusa y le dije:
- chupamelas, anda!!!
Abrió su boca y empezó a leuetearme las puntas logrando endurecermelas.
- Aaahhh!!! Lamelas, chupame!!! Le pedía. Se metió mi teta derecha y me la jaló con sus labios.
- si, mi vida, así!!!
Acariciaba su rostro. Me cogía muy rico y es algo que mi novio no me haría tal y como mi hermano me lo hacía.
Sus boca comia mis ricos pechos. Los chupaba muy sabroso. Me los succionaba como si bebiera de ellos. Me los lengueteaba.
- los tienes bien sabrosos, hermanita.
- si, precioso, chupamelas. Son tuyas, cometelas, le pedía excitada.
Soltó mi culo y me tomó de la cintura para bajarme bien haciendo que me entrara su completa verga.
- Aaahhh!!! Siii!!!. Que rico me coges!!!
- ¿te gusta como te cojo?, preguntaba.
- si, me excitas mucho!! Vamos!!! Cogete a tu hermana!!!
Me empezó a penetrar más rapido.
- Aaahhh!!! Siii!!! Creo que me vendré!!! Decía.
- siii!!!! Hazlo!!! Sueltame tu semen!!!
- siiii!!! Que rico!!! Aaahhh!!! Mierda!!! Ya casi!!! Ya casi!!!
- vamos, Jorge!!! Termina dentro de mí!!! Quiero que te vengas en mí!!!
- Dios!!!! Siii!!!! Aaahhh!!!! Yaaaa!!!! Que rico!!!!
Dios, me estaba bañando de su rico semen. Sentía caliente por dentro. Lo miraba, y vi como su rostro reflejaba su excitación al máximo. Parecía como si se fuera a desmayar.
- tranquilo, mi vida. Ya lo hiciste, le decía mientras movia mis caderas suavemente. Lo acariciaba. Me besaba el cuello. Me lo chupaba.
- tienes que volver a tu cuarto, precioso, le decía.
- ...espera...ahorita.
- espero que no nos hayan escuchado, dije nerviosa.
- no creo, ya hubieran tocado.
Me paré.
- necesito ir al baño, pero tengo miedo.
- ve, tranquila. Están dormidos.
Fui al baño, y oriné para expulsar el semen de mi hermano.
Al volver, Jorge ya no estaba en mi cuarto.
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