Días después de todo lo que había sucedido me decidí a buscar un empleo y por suerte, en la empresa de unos amigos (Don juan y su esposa) de mis padres me ofrecieron uno de secretaria, a decir verdad, no tenía mucho que hacer ya que sólo me encargaban cosas sencillas, como archivar facturas de compra y ventas para declaraciones o simplemente me mandaban a hacer algún documento, los demás ratos los tenía libre una vez culminada mis labores, sin embargo, tenía que quedarme hasta la salida para cumplir mis horas, pero cada vez que estaba libre mensajeaba con Sebas y nos decíamos las cosas calientes que no haríamos si estuviéramos juntos.

Cuando regresaba a casa le contaba todo eso a Sebastián, además de eso siempre me recibía con ricos besos y ricas caricias, era de lo mejor, me preparaba la cena, comíamos y nos íbamos a duchar juntos, bien podría decirse que éramos como una pareja de casados. Íbamos a nuestra cama (en su habitación) a complacernos mutuamente tal y como nos merecemos, desde los besos más tiernos hasta los más apasionados, nuestro cuerpos rozándose sintiendo el calor de ambos, todo era como un sueño de una pareja recién casada, pero con una diferencia... de que éramos hermanos, no conectados con la sangre, pero criados como tal, eso sí, a Sebastián le encantaba que lo llamara hermano cada vez que hacíamos el amor.

-¿Qué tal hermanita? ¿Cómo te fue en el trabajo? -siempre se interesaba en mi día a día, momentos que no estábamos juntos.

-Pues bien, siempre pensando en ti hermanito... tengo taaanto tiempo libre que ya me he masturbado tantas veces pensando en ti y el cómo me penetras tan divino.

-¿Ah sí? ¿Y no se dan cuenta? -estaba algo asombrado.

-Lo que pasa es que tengo mi propia oficina, así que simplemente cierro la puerta con seguro y ya, y como tengo mucho tiempo libre ya una vez terminado mis encargos, por eso es que se me hace más fácil y eso sin decir que casi nunca me molestan.

-Ooooh... entonces es buena señal...

-¿Buena señal para qué?

-Pues buena señal para hacerte algunas "pequeñas visitas" hermanita.

-Mmm... ¿No sería un problema?

-No hay problema... con lo que me estás contando. Por cierto, ¿tu escritorio está cubierto por delante?

-Pues sí...

-Entonces está todo arreglado.

No sabía en qué estaba planeando, al día siguiente en el trabajo me avisaron que tenía una visita, era Sebas, tenía una mirada y sonrisa pícara, yo lo saludé alegremente y un poco extrañada...

-¡Hey, hola hermanita!

-Hola Sebas, ¿qué haces aquí?

-Pues, te había dicho que te haría una visita, ya hablé con Juan y me permitió venirte a visitar cuando quiera.

-Ah, listo entonces -miré a los alrededores y veía cómo las demás chicas de la compañía lo comían con la mirada, eso me hizo ponerme un tanto celosa- pasa hermanito -señalé la puerta de mi oficina.

-Linda oficina hermanita y también lindas chicas las de afuera, ¿por qué no me las mencionaste?

-Pues no hay necesidad, tú vas a ser solo mío y de nadie más eeeeh.

-Tal parece que mi querida hermana se ha puesto celosa...

-Pues... vi cómo te comían con la mirada... así que creo que de alguna manera tendré que marcar territorio -lo apoyé sobre la pared y comencé a darle besos apasionados bajando hasta el cuello y haciéndole un chupón marcándole su piel, quería que supieran que tiene dueña.

-Mmmnh hermanita, mira cómo me pones, estás intensa -dicho esto llamaron a la puerta.

-Eeeeh... ¿si?

-Cata... soy Juan, ¿tienes un minuto? Quisiera consultarte de una facturación que quisiera anularla.

-Claro... dame un minuto... -halé la mano de Sebas y lo puse debajo de mi escritorio, no quería que lo vieran de esa manera (había desarreglado su ropa)- ahora sí, pasa.

-Sí, lo que pasa es que hubo problemas con esta venta y quisiera anular la factura... solo dame el código del sistema y yo la anularé. Por cierto, ¿dónde está Juan?

-Está en el baño (mi oficina tiene uno) ya sale -casi se me salía un gemido ya que Sebas estaba besando mis muslos (usaba falda de oficinista), iba subiendo y bajando con sus labios y luego pasaba la lengua, estaba muy excitada y a la vez nerviosa que al parecer se me notaba un poco en la cara.

-¿Pasa algo Cata?

-No pasa nada Juan, ya te tengo listo el código -anoté rápido los números en una nota y se lo entregué, ya para eso Sebas había corrido mi ropa interior a darme sexo oral mientras me metía sus hábiles dedos- hermanito si sigues así nos van a descubrir... mmmnh.

-No nos descubrirán, ahora cierra con seguro, no quiero que nadie entre y nos interrumpa -me levanté haciéndole caso a cerrar con seguro, estaba muy mojada y sentía cómo mis jugos iban bajando por mis piernas, era increíble lo que Sebas causaba en mí.

-Eres muy malo, mira cómo me has dejado -dije eso mostrándole mis piernas.

-Ese es el objetivo mi amor, además es una venganza por dejarme marcado con tu chupetón.

-Pero es que no quería que nadie más se fijara en ti...

-Lo sé hermanita, lo sé -sacó cuidadosamente los archiveros y documentos que tenía en mi escritorio para después levantarme y ponerme sobre ella, me sacó la ropa interior y nuevamente se puso en marcha con el sexo oral, estaba retorciéndome de placer hasta el punto de volverme loca y gritar- ¡ey hermanita! Cuidado, no queremos que tu lindo uniforme se arruine ni mucho menos que nos oiga, ¿o sí?

-No hermanito -tenía mi cara suplicante, quería seguir, una vez llegada a mi primer orgasmo, Sebas me bajó del escritorio poniendo mis manos en el escritorio y con la cola para atrás.

-Mírate hermanita... tu vagina está toda empapada, eres muy lujuriosa -dicho esto me da una nalgada que casi me hace llorar- shhhhh... hermanita, nos van a escuchar-cogió mi ropa interior y me lo puso en la boca para que lo mordiera.

Sacó su pene preso del pantalón y comenzó a frotarlo en mis nalgas, después por el culo hasta llegar a mi vagina, estaba ansiosa de que ya me penetrara, así que comencé a menear la cola para que lo hiciera, él entendiendo mi mensaje de un solo empujón me penetró hasta el fondo, yo estaba lagrimeando por la intensidad que me estaba penetrando, lo hacía muy rápido, en cada mete y saca me hacía gozar como perra en luna, amaba la forma en la que me hacía, con esa intensidad, con ese deseo de poseerme y quería demostrármelo en cada embestida salvaje que ofrecía, poniéndome sobre la mesa nuevamente, en el sillón o en el piso. Yo ya había llegado a mi quinto orgasmo y sentía que ya no daba para más hasta que me llenó de su abundante semen.

-¿Te gustó mi pequeña visita hermanita? -me preguntó acercándose jadeante a mi oreja.

-Mmmnh... Sí hermanito y quisiera que se repitiera -estaba igual de jadeante.

-Y así será... ya tengo permiso de Juan, así que te vendré a visitar cada vez que pueda, ¿qué te parece?

-Me parece buena idea hermanito.

Nos dimos los últimos besos, nos arreglamos como pudimos, pusimos las cosas en su lugar y limpiamos los desastres que habíamos cometido, Sebas dijo que haría unas vueltas cerca y que para cuando saliera de mi trabajo me vendría a recoger y yo regresaría a lo que estaba. Cuando acompañé a Sebas a la salida, lo tomé del brazo y miré desafiante a las demás de las oficinas mostrándoles que él era de mi propiedad y aparte Sebas hizo lo posible para que todas vieran el chupetón que tenía. Fue una de las visitas más excitantes que había tenido en la vida y lo disfruté a lo máximo.

(No olviden dejar algún comentario acerca de este relato para así poder mejorar estos mismos... se les agradecería un montón. y espero que lo hayan disfrutado tanto como yo lo he hecho aquel día... Besos)