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Todo sucedió cuando regresaba de una fiesta en mi coche. Habíamos estado tomando muchísimo en esta fiesta, que fue en casa de un amigo, y pues, ya me dirigía a mi casa. Mis padres estaban de vacaciones, por lo que no teníamos problemas de llegar tarde ni nada por el estilo. En el coche íbamos mi hermana, de 25 años y su novio en el asiento de atrás, y una amiga de mi hermana y yo adelante.
Mi hermana venia fajando con su novio que se podría decir que iban casi cogiendo. Por el espejo retrovisor veía claramente como él le metía las manos bajo el vestido que ella traía y le masajeaba las tetas, ella ya traía el brassier todo enrollado arriba de sus enormes melones. Su novio se agachaba y les daba largas chupadas y mamadas a sus pezones. Mientras yo le acariciaba las piernas a su amiga, que venía de copiloto, pero por estar manejando pues no tenía libertad de acción. Pero estaba más entretenido mirando la acción del asiento trasero.
El vestido de mi hermana era algo corto, por lo que su novio no tuvo problemas para meterle la mano por debajo y agarrarle las nalgas, ella se recostó en el asiento mientras él le acariciaba las nalgas y a tirones le sacaba las medias y la tanga. Le acariciaba las piernas y alternaba esto con apretones a sus tetas. Ya la tenía casi desnuda, y solo de cuando en cuando ella se acomodaba el vestido.
Por decisión, Jessica que iba adelante conmigo, tuvimos que parar en una tienda por mas cervezas para el camino, así que tuvieron que suspender la acción momentáneamente, misma que se reanudó tan pronto arrancamos.
Ellos siguieron con sus caricias mientras yo trataba de manejar y al mismo tiempo acariciar las hermosas piernas de Jessica. Total, que nunca pude hacerlo bien, y así me conformé hasta que llegamos a mi casa. En cuanto bajamos del coche, sonó el celular del novio de mi hermana, el atendió, y sin más ni más, se despidió de nosotros diciendo que tenía una emergencia y se fue, dejándonos a los tres ahí, lo cual a mí me venía a arruinar la noche con Jesica, ya que mi hermana estaría ahí con nosotros.
Estuvimos bebiendo hasta casi las 9 de la mañana, platicando y oyendo música. Jessica se durmió en mi cuarto. Me quedé platicando con mi hermana, y le dije:
—Que buen faje te dieron en el coche.
Ella simplemente se rio y me pregunto qué tanto había visto, y al irle contando todo lo que había visto sentí como mi verga se me paraba no más de acordarme. Le conté como había visto que su novio le masajeaba las tetas y como le agarraba las nalgas. Le dije:
—Seguramente ni traes las medias ni la tanga.
Ella se rio y lo confirmó. Le pregunte qué tal era su novio en la cama y me dijo que regular. Así platicábamos, cuando le pedí que me enseñara sus tetas. Ella se sorprendió y me dijo:
—¿Que para qué?
Yo le dije que las había visto en el coche y me habían gustado y que simplemente quería verlas otra vez. Ella simplemente se bajó el vestido y me las mostró. Las agarré y las sobé un rato. Estábamos solos y Jesica dormía como tronco. Metí un seno a mi boca y lo succioné, luego el otro. Los tiene grandes y redondos, nada caídos.
La jalé hacia mí y la senté en mis piernas. Sentí su peluchito en mi pantalón, ya que su novio la había dejado sin tanga. La alcé un poco y metí mi mano debajo. Nos reíamos, y le apretaba las nalgas. Metí mi dedo medio en su vagina y se puso seria, gimiendo suavemente, nos besamos en la boca como si fuéramos amantes, y empecé a mover mi dedo dentro de ella rápidamente, eso provoco que se excitara. Saqué mi verga ya demasiado erecta del pantalón y se la unté en medio de las nalgas, la levanté y la llevé a la barra de la cocina, y ahí le recargué empinada. Le separé las nalgas y le metí la verga hasta el fondo de su vagina. Estaba apretadísima. Calentita, ella seguía seria, y sus facciones indicaban como lo disfrutaba. Estaba tan caliente que con pocos movimientos me vine dentro de ella.
Sin perder la erección seguí bombeando cada vez con más fuerza. Sus tetas se embarraban en la barra y se veían enormes. Así que nos pasamos al sofá, donde se sentó, levantando sus piernas por encima de mis hombros, permitiendo que la penetrara de frente, viendo el vaivén de sus tetotas mientras la embestía. Estuvimos cogiendo por largo rato, hasta que me vine nuevamente y nos quedamos dormidos en la sala.
Cuando desperté tenia aun mi verga dentro de la vagina de mi hermana.
Estábamos acostados y ella estaba de espaldas a mí, le saqué el pene aun húmedo y la quedé viendo, con ese cuerpo hermoso que tiene. Jessica aun dormía, así que no la molesté y regresé a la sala. Me acosté nuevamente junto al cuerpo desnudo de mi hermana y la abracé.
Mi verga reaccionó inmediatamente, así que decidí darle los buenos días. La giré para que quedara boca abajo, y me acosté sobre ella, al sentir mi peso empezó a despertar, pero antes que pudiera moverse introduje mi verga en su vagina por atrás, con el pene adentro me recosté sobre ella. Ella no hizo nada, respiró profundamente y me dijo que la dejara dormir. Su vagina apretaba mi verga de una manera deliciosa, y su calor me excitaba muchísimo, así que giré para que quedáramos de lado y empecé a bombearla lentamente.
Sentía como mi palo se deslizaba adentro y afuera. Cuando estaba a punto de venirme me detuve, sabía que ese día probablemente nunca se repetiría y lo quería aprovechar al máximo. Saqué mi pene, paradísimo, y coloqué la cabeza en su ano, empujé suavemente, pero ella lo sintió y se movió, y me dijo entre sueños que no lo hiciera, pero estaba demasiado excitado y la sujeté y le dije que lo haría despacito, y así lo hice, fui metiendo mi verga en su culo lentamente, mientras ella apretaba los dientes. Cuando se lo metí todo, bastó que me moviera adentro y afuera dos veces para explotar en una venida en su ano.
Ese día me vacié dentro de ella cerca de cinco veces, y quedé completamente satisfecho. En cuanto a mis temores, resultaron infundados, ya que a la fecha seguimos cogiendo muchísimo cuando nos vemos. Mi hermana es una delicia de mujer, así que, aunque tenga novio o algún día se case, siempre va a ser una vagina y un culo disponible para mí.
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