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Categoría: Maduras

Mi gran profesora

La historia que voy a contar es real, hace tiempo cuando vivía en casa de mis padres, tenían una vecina que llamaré María, la cual tenía una hija y un hijo de mi misma edad, yo a menudo bajaba a su casa para jugar con él yo por entonces tendría unos 17 años, algunas veces bajaba y él no estaba.... María era una mujer de unos 45 años, no era guapa, pero a mí me producía morbo, ya la había visto en más de una ocasión desnuda, en descuidos y gustaba mirarle entre las piernas cuando ella estaba sentada viendo la televisión.



Una vez bajé a su casa y su hijo no estaba, ella me abrió, pero se estaba duchando, me abrió con un albornoz y me dijo que la esperara, que acababa en un momento, la verdad es que no le vi nada pero aquello me excitó mucho, así que imaginaos el bulto que tenía en los pantalones, cuando ella salió se dio cuenta de mi bulto, yo intentaba disimularlo y ella me dijo, que no me preocupara que era normal, yo pasé más vergüenza que el día que me pilló mi hermana haciéndome una paja, así que pasamos al comedor y me dijo que me sentara y ella con el albornoz se sentó a mi lado, me comentó que era normal que yo reaccionará así, me dijo que ya la había visto desnuda, pero que si quería podía masturbarme delante de ella, yo me quería morir, mi erección bajó por completo, a lo que ella se abrió el escote del albornoz y me enseñó sus pechos, que como ya he dicho no eran muy bonitos, pero a mí me parecieron los más bonitos del mundo, como vio que yo estaba pasando un mal trago, me desabrochó los pantalones y me empezó a masturbar, ha sido la mejor paja que me han hecho nunca, suavemente hablándome y explicándome cosas, me comentó que si me lo habían hecho alguna vez, yo dije que no, era evidente porque no duré nada, me corrí en sus manos y ella se tapó, me dijo que cuando quisiera saber más le preguntará como si fuera una buena amiga.



Tardé días en bajar, pero coincidimos en el ascensor y me preguntó cómo estaba, me hizo pasar a su casa y estuvimos hablando de lo ocurrido, en aquella conversación yo dije que no había visto a una mujer desnuda cerca de mí, a lo que ella accedió a enseñarme las diferencias entre un hombre y una mujer, (del sexo sé lo que ella me enseñó, casi todo) me enseñó su clítoris de una manera que jamás lo hubiera dicho, donde tenía mayor sensibilidad, donde le gustaba más, lo que no le gustaba, etc., en aquellas dos semanas no dejó que la tocará nunca, pero un día, por cierto mi cumpleaños yo cumplía 18, me dijo que me quería hacer un regalo, ya os podéis imaginar cuál era, se desnudó delante mío, toda ella, y me dijo que me quitará la ropa, a lo que accedí rápidamente, ya habíamos estado desnudos los dos, pero no la había tocado nunca, se estiró en el sofá y me dijo que le enseñara todo lo que ella me había dicho, la toqué la acaricié y le di besos, me corrí solo sin que me tocará fue una experiencia inolvidable, una vez acabé creo que ella no sintió nada, me agarró y empezó a lamerme el pene y a jugar conmigo, sobre todo a que tuviera contacto con una mujer, cuerpo a cuerpo, (no lo sabía entonces pero me estaba enseñando), una vez acabé, me dijo que cuando tuviera ganas podía bajar para hacer lo que tanto había deseado, pues os podéis creer que tarde más de un mes en bajar, pero el día que me decidí, tenía la regla, supongo que para que no pensara yo que ella no quería, me hizo observar todo aquello, se bajó las bragas, me hizo que la tocará y que me manchará supongo que era parte de la terapia que yo desconocía, luego me tocó el pene y lo manchó, por lo que después me dijo que me duchara en su casa. Me dejó solo y me masturbé.



A la semana bajé para que me enseñara más, se tumbó en la cama y me enseñó a "jugar como ella decía antes de entrar", por primera vez había podido sentir que se sentía, me corrí fuera de ella jamás dentro y creo que ella también se corrió, a partir de ahí estuve bajando cada día que solo estaba ella en mi casa, algunos días jugábamos y otros charlábamos, me lo enseñó todo, arriba, abajo, cómo orinaba, qué le gustaba, lo que me gustaba a mí, lo aprendimos todo, siempre me había dicho que la primera vez que lo hiciera con una chica se lo contará, al cabo de unos meses que ya no nos veíamos ya que yo tenía novia, el primer día que lo hice con Laura, se lo expliqué a María, Laura ya tenía experiencias anteriores y yo también por lo que fue perfecto, le di las gracias por todo lo que me había enseñado, ella me dijo que si quería podíamos hacerlo por última vez, era mi decisión, accedí y lo hicimos, ella estaba sola toda la tarde así que lo hicimos y permitió que me corriera dentro de ella, me hizo dos regalos aquel día unas bragas negras que supongo que se había comprado para la ocasión y una caja de condones, me hizo prometer que los usaría siempre, y que guardará uno de ellos por si algún día me sentía solo, el día que le presente a mi novia, ella en un descuido me llevó a la cocina y me dio el beso más erótico que me han dado nunca, sin que nadie nos viera.



Al mes yo no tenía novia y bajé con sus dos regalos a ver a María, de eso hace 2 años... aún nos seguimos viendo ella ahora tiene 47.


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