~~Desde que nació sentí una fuerte atracción por ella, era muy linda y bella. Fue creciendo y desarrollándose increíblemente. También ella me buscaba más a mí, que a su mamá y aun más cuando creció.
Esto sucedió hace ya siete años cuando mi hija recién había cumplido los 9. Una tarde me acompaño a limpiar un departamento que teníamos y que estaba deshabitado, pero amueblado. Luego de haber terminado, me recosté sobre la cama y ella a un lado mío, comenzamos entre cosquillas, a jugar a que me comía sus dedos, luego ella me pregunto si tenía hambre y le dije que sí, que me comería sus piernas, así que me levante y comencé a chupárselas, ella me pregunto si no quería unos bimbollos, le dije que si, así que se dio la vuelta y se acostó boca abajo, la tome por las caderas y mordí con suavidad sus nalguitas por encima de su short de licra que traía, entonces ella se comenzó a reír.
-¿De qué te ríes? Le pregunte.
–Es que estas comiendo pura tela.- me dijo.
Entonces le baje el short con su pantaleta y comencé a morder y a chupar con cariño sus nalguitas, ella se dejo hacer, luego de un rato, me pregunto
-¿No quieres queso para tu hamburguesa?- Paty.
-¿Tienes queso?- Le pregunte.
–Sí, ¿quieres?- Paty.
-Haber, dame- le dije.
Entonces ella se volteo y se termino por quitar su ropa, abrió sus piernitas y me mostro su limpia y bella panochita, me incline y comencé a lamérsela, luego a chupársela. Poco a poco fui metiendo mi lengua más y más adentro, hasta que toque su botoncito, luego se la metí en su rajadita por largo rato, hasta que ella me dijo. Yo también quiero comer bimbollos, así que se levanto y se me fue encima, me jalo la bermuda, entonces la desabroche y me la baje junto con la trusa, me acosté boca abajo y ella comenzó a chuparme las nalgas, pero luego me dijo,
-Pero no tiene nada esta hamburguesa.- Paty.
-Solo tengo chile, ¿quieres?-
–Si- me contesto.
Me volteé y me baje por completo mi ropa, para esto, mi verga ya estaba completamente erecta y bien dura.
–Está bien grandote- me dijo.
Luego lo agarro con sus manitas y se agacho, comenzó a chupármelo despacio, que para su edad lo hacía maravillosamente, luego de largo rato, nos levantamos, nos vestimos y nos fuimos a casa. Después de esa tarde, cada vez que estábamos solos, que mi esposa se iba a trabajar o al mercado, me preguntaba si no quería comer bimbollos, a lo que le decía que si, entonces se acostaba en la cama y se quitaba su ropa, yo me tendía a su lado y comenzaba a chupar sus nalguitas, luego su quesito, así como sus tititas, para después ella chupar mi erecta verga. Así transcurrieron tres años, hasta que una que fuimos a la cine solo ella y yo, nos sentamos hasta atrás, había poca gente, ese día ella vestía un conjunto cremita de falda de tablones amplia con una blusa de botones al frente y sin mangas. Como a la mitad de la película, levanto el descansa brazo y se recostó sobre mis piernas, le comencé a acariciar el cabello, luego los hombros, baje por su costado y despacio baje a su pechito derecho y por encima de su blusa y sostén, se lo acaricie con la yema de los dedos, su pezoncito luego se puso duro a si como mi verga, que ya empujaba la cabeza de mi hija. Por unos instantes así estuve, hasta que poco a poco fui bajando la mano hacia su cadera y comencé a acariciar sus redondas y firmes nalguitas por encima de su falda, a la que fui subiendo lentamente hasta que mi mano acaricio toda su pantaleta. Le acaricie sus nalguitas y en su rayita se pasearon mis dedos hasta llegar a su panochita, ahí palpe y se sentía cálido. Mientras, Paty, mi hija ya me acariciaba por encima del pantalón mi dura verga. Se incorporo solo para mirar que nadie nos viera, entones se quito la pantaleta, me la dio y me desabrocho el pantalón, saco mi gruesa verga y se volvió a acomodar como estaba, solo que ahora me la comenzó a chupar, entre tanto yo, acariciaba su ya empapada y caliente panochita y le metía despacio un dedo en su culito. Era la locura, Paty movía sus caderas a cada caricia mía, como queriendo que entraran mas mis dedos en ella, al compas de cada chupada. Así estuvimos casi el resto de la película, hasta no pude más y me vine en su boquita, Paty se tomo cada una de mis grandes descargas, hasta que me la dejo limpia, entonces se sentó, me abrazo y saque mis dedos de su intimidad. Su respiración era agitada.
–Papi, comete mi quesito- me dijo con una voz muy sensual y ahogada.
-Si mi niña, ahorita lo hago.-
Salimos aprisa del cine, nos subimos al carro, como ya era noche y tiene los vidrios ahumados, se levanto la falda, separo sus piernas y se comenzó a tocar ahí su deliciosa panochita en lo que yo iba manejando, solo de verla mi verga se volvió a poner erecta y dura. Me dirigí a un motel cercano al cine, nos metimos y al entrar, Paty se maravillo por su gran cama, así como por el yacusi. Yo iba desabrochándome la camisa cuando ella se giro y me ayudo a terminar de desnudarme, luego la desnude a ella, la cargué y tendí sobre la cama. Bese sus mejillas, su cuello, sus pechos, su abdomen, hasta que al llegar a su empapada panochita Paty gimió con fuerza. Le lamí de arriba abajo una y otra vez, hasta que hundí mi lengua buscando su botoncito, entonces ella apretó con fuerza sus piernas y agito sus caderas al sentir su primer orgasmo, mas no deje de chupar, seguí hasta arrancarle un segundo, para que ella misma con sus manos me jalara hacia arriba, sus labios buscaron los míos y nos fundimos en una apasionado beso, en tanto mi bien erecta y dura verga hacia presión en su caliente panochita. Paty bajo su mano derecha, me la agarro y comenzó a tallársela, eso nos estaba poniendo a mil. Entonces con voz ahogada me suplico.
–Métemela papi, métemela, rompe mi panochita y mi virgo-. Paty.
No era necesaria tanta suplica, yo también deseaba poseerla. Abrió al máximo sus lindas piernas y apoyo los pies sobre la cama, con su manita centro la punta de mi verga en la cuevita de su panochita y poco a poco se la fui metiendo. Ella rodeo mis caderas con sus piernas y me jalo con fuerza a ella, con lo que de un fuerte empujo rompí su virgo y se la metí toda.
-¡¡Aaaaahhhg!!¡¡Mmmmnn!!Si, ¡¡Aaaaahhhg!!¡¡Mmmmnn!!.- Paty.
Me quede quieto un momento, luego comencé a bombearla despacio, hasta que ella mismo me suplico que lo hiciera con más fuerza. Sin sacársela, la levante y me acosté para que cabalgara, lo cual hizo con furia hasta que se canso, la volví a acostar y así, con fuertes bombeadas me vine dentro de ella, inundando con mi leche su caliente panochita hasta la última gota. Sin sacársela nos quedamos abrazados por largo rato, hasta que nos levantamos y metimos a bañar. Después de esa noche, volvimos otras más para ahora hacerlo en el yacusi, en el baño y en la cama, así como para metérsela también por su rico culito y cada vez que nos quedamos solos en casa. Dos años después entre los dos le hicimos el amor en el departamento, a una prima mía que es mayor que Paty por dos años. Paty es bien golosa y en las noches se duerme desnuda para que yo llegue en la madrugada y se la meta, o antes de irse a la escuela a escondidas de mi esposa se la meto en el culito, me vengo dentro de ella y se va contenta con mi leche. Paty es maravillosa haciendo el amor.