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MI FOTÓGRAFO

"Este es el resultado de la sesión de fotos más esperada. "

 

Hacía tiempo que quería hacer una sesión de fotos y aunque tardé meses en dar el paso, esto es lo que pasó

 

Lo conocí una tarde aburrida de verano, que estaba trasteando por instagram. El caso es que me llamaron enseguida la atención sus fotos y yo hacía tiempo que quería hacerme una sesión de fotos erótica.

 

El caso es que tenía mis dudas porque como sabeis los que ya me hayaís leido en varias ocasiones, yo soy curvy (gordita) y claro no es habitual ver fotos de curvies desnudas o en ropa interior.

 

Sergio, que es como se llama el fotógrafo, también es valenciano pero por aquel entonces vivía entresemana en Madrid y los fines de semana venía Valencia, porque estaba casado y tenía tres hijos.

 

Como Valencia es una ciudad tan pequeña, resultó ser el marido de una de mis compañeras del instituto.

 

El caso es que quedamos un fin de semana mi amiga, su marido y yo para tomar un café.

 

Mi amiga estaba igual que en el instituto, pero las arrugas delataban el paso de los años.

 

Pero, Sergio.... Ay Sergio... Es un tio impresionante, cabello blanco por completo, barbita, mirada pícara y cuerpo muy cuidado para sus 46 años. Me contó que intentaba hacer crossfit pero no era lo suyo (Qué buenorro y que gracioso, era el jodio!!)

 

Le verdad es que fue un café muy distendido y entre risas yo miraba de reojo como él me miraba y no era una mirada muy profesional (algo que me puso muy cachonda), pero me contuve porque estaba mi amiga delante y no está muy bien eso de tontear con los maridos de tus amigas.

 

El caso es que me dijo Sergio que le apetecía mucho hacerme una sesión de fotos y que por favor, que lo tomase como un regalo, ya que, me iba hacer ir a Madrid donde estaba su estudio y allí saldrían las fotos mucho mejor.

 

Ella también insistió en que aceptase el regalo, y acepté.

 

Cerramos la fecha para un viernes del mes de noviembre.

 

Durante todos estos meses previos, yo le preguntaba sobre la ropa interior y él me dijo que prefería que fuese lo más sencilla posible, porque pretendía hacer una sesión erótica pero que fuese muy elegante, no quería que quedase vulgar.

 

También me planteó la opción de que me atase a un cabezal de la cama y me tapase los ojos, me decía que así las fotos quedaban genial... Yo le dije la verdad, mira a mi nunca me han atado, pero que si me prometía que luego me desataba y que no me iba hacer nada malo mientras que estuviese atada... Pues que hiciese lo que considerase.

 

Así que llegó el día, cogí el Ave de buena mañana para poder estar en Madrid a las diez de la mañana.

 

Cuando llegué a la estación del Ave, me estaba esperando Sergio y antes de ir a su estudio, nos fuimos a desayunar.

 

Desayunamos cerca de su estudio, y me dijo que tenía que confesarme algo. 

 

Me comentó que a pesar de que su mujer era la mujer diez físicamente, a él ese tipo de chicas le aburren y que de hecho llevaba tiempo sin tener sexo con ella porque ya no la deseaba, pero le quería tanto, que no se atrevía a dar el paso.

 

Así que, le pregunté: Sergio, ¿Q ué me estás planteando?.

 

Y él me dijo: Sólo quiero que te dejes llevas en la sesión de fotos y que me dejes provocarte, pero si acabamos follando como creo que tú también deseas, quiero sea un secreto.

 

Y justo cuando iba a hablar, me acercó un dedo a mi boca para que no hablase y se acercó a mi oído... Por favor, Athenea déjate llevar... Sé como me miras con ojos de deseo y yo te tengo demasiadas ganas.

 

Sin más, se levantó pagó el desayuno y nos fuimos a su estudio.

 

La verdad, es que yo también deseaba que pasara y he de reconocer que estaba excitadísima.

 

En fin, llegamos a su estudio, había una cama con unas sábanas blancas impolutas y un cabezal de forja.

 

Cerca de donde estaba el equipo de fotografía, tenía una mesa donde estaba una cuerda, una venda negra para los ojos y una fusta.

 

Al ver la fusta, me acojoné... Odio el dolor, no soporto el dolor. Y le dije, por favor, ni se te ocurra pegarme o hacerme daño, no soporto el dolor.

 

Me dijo: “Athenea, cálmate! Sé de sobra que no te gusta el dolor y que no te van ese tipo de experiencias”.

 

Le miré a los ojos y le dije: “Por favor, prometémelo”.

 

Me miró a los ojos, me dio un beso en la boca, mientras llevaba una de mis manos a su paquete firme y me dijo te lo prometo.

 

En fin, me metí en el baño y me puse una braguitas negras inocentes, un sujetador de encaje negro y una camiseta negra de manga corta y me dijo quiero que te pongas de rodillas encima de la cama mirando al cabezal y quiero que lentamente te vayas quitando la camiseta.

 

        Bien, eso es fácil, pero y tú... ¿No te quitas la ropa?.

 

        Yo mientras trabajo no me quito la ropa. Por cierto, insisto déjate llevar y a partir de ahora y hasta que termine, no puedes decir que no. ¿Entendido?

 

        Sí, mi amo y me descojoné.

 

Estaba encima de la cama de rodillas y mirando al cabezal, mientras me iba levantando la camiseta yo oía clic clic... el ruido de la cámara y poco a poco sentía como se acercaba a mi, metió mis bragas por dentro de mi culo como si fuese una tanga, metiéndolas se chupó un dedo y me lo metió dentro de mi coño con firmeza y me dijo al oído: Mmm, Athenea estás muy mojadita... Nos lo vamos a pasar muy bien... Yo decidí mantener silencio, me daba mucho morbo haberle dejado el control de aquel encuentro.

 

Después de haber probado el sabor de mis fluidos, me empujó hacia la cama dejando mi culo en pompa y se oía de nuevo clic clic clic.

 

Y yo gemía, cuando gemía me decía silencio Athenea no me desconcentres, ya sé, ya sé que estás muy perra, pero tienes que portarte bien... ¿Recuerdas lo que tengo encima de la mesa?

 

¡Ostras! Yo ya no sabía si estaba nerviosa, cachonda o todo al tiempo.

 

Me dijo: Athenea ahora necesito que te des la vuelta, te quites la camiseta y que alargues la mano hasta el cabezal. ¿Entendido?

 

Me di la vuelta, asentí con la cabeza y le miraba desafiante y con un poco de vergüenza.

 

Me ató las manos, me puso una venda en los ojos y me dijo: Ahora quiero que te abras bien de piernas.

 

Seguí sus órdenes al pie de la letra.

 

Me sacó mis pechos voluminosos por arriba del sujetador, lamió mis pezones y los mordisqueo mientras yo me ponía cada vez más cachoncha y cuando paró de nuevo más clic clic clic de fondo.

 

Sabía que me ponía roja, cada vez que cogía la cámara porque yo misma me lo notaba el calor en mis mejillas.

 

De repente cesó el sonido de la cámara y algo afilado como si fuera unas tijeras frias.... empezaban a bajar por mi barriga. Yo no pude evitar decirle: Por favor, no me hagas daño.

 

Por favor, si quedas quieta y callada, podré hacer lo que quiero y no te haré daño.

 

Ese artifacto metálico seguía bajando acariando mi coño y sin hacerme nada de daño, yo estaba loca ya de deseo y de repente cortó mis bragas, con lo que supuse que eran unas tijeras.

 

Ábrete bien de piernas quiero inmortalizar tu coño para mi colección privada y recordar este momento siempre que se me antoje.

 

Me abrí todo lo que pude, clic, clic, clic.

 

De repente, sentí como se desabrochaba el pantalón, se estaba desnudando...

 

Sus boca se acercó a mi coño húmedo y le pegó unos lametones, llenándome de saliva mi coño.

 

Le dije: Por favor, Sergio no puedo más, fóllame.

 

Sergio se rió y me dijo te follaré cuando yo lo consideré... Pues parece que está gustando.... ¿No?

 

En venganza, por no haberme follado decidí no contestarle.

 

Él se reía, nadie sabe la rabia que me daba que se estuviese riendo en ese mismo momento, me estaba sacando de quicio.

 

Cogió su generosa polla y ariciaba mi coño húmedo, pufff que manera de ponerme mala y yo sin poder decir nada.

 

La refrotaba contra mi clítoris, la entrada de mi coño y yo estaba al borde de la locura.

 

Se humedeció un dedo y acarició mi culo, abriéndose para que lo metiese, pero no....

 

Me desató y me dió la vuelta: Ponte a cuatro patas y acerca las manos al cabecero, que no hemos terminado, señorita.

 

Una vez atada, siguió con su trabajo y de repente de nuevo, paró.

 

Noté la fusta acariciando mi espalda, no me lo podría creer, como se atrevía, aguanté la respiración, acarició con la fusta mi culo, la entrada mi coño y de repente me dio una palmada con su mano bien abierta en uno de los grandes cachetes de mi culo, di un respingo y yo seguía callada.

 

Metió fuerte su polla dentro de mi coño ansioso, por fin pensé yo.

 

Y poco a poco me folló dando sacudidas fuertes dentro de mi, no soy capaz de calcular las veces que me corrí no podía parar tanta excitación contenida sólo hizo aumentar mi placer.

 

Sentía que estaba a punto de correrse, entonces me desato las cuerdas de las muñecas y me hizo arrodillarme al lado de la cama, así con los ojos cerrado, me dijo abre la boca.... Abrí la boca y empezó a correrse dentro de mi boca y me salpicó la cara.

 

Y así como estaba echó un par de fotos más.

 

Me quitó la venda y me dijo al oido: Has sido la mejor de las modelos que he tenido, van a salir unas fotos preciosas guapita.

Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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