Tenía 16 años. Y recién empezaba ésta nueva relación.
La anterior no había sido una experiencia muy.. "agradable", pero todo parecía indicar que ésta vez me iría mejor. No veia muy seguido a mi enamorado, puesto que vivía un poco lejos, a decir verdad, era la tercera vez que lo veía, pero hablaba con él por telefono todos los días.
Unos días antes de mi fiesta de pre, hablamos de nuestras relaciones pasadas, yo le conté que había llegado solo hasta el sexo oral con mi ex. Él por su parte, ya había tirado con una tipa 4 años mayor que él, cuando él tenía 14, pero me aseguró no haberlo hecho con nadie más.
A mi, francamente, me puso celosa saber que mi "bebito" ya había sido de otra. Al día siguiente, empezamos a hablar de cómo sería, yo, por supuesto, niña, en ésa época, tranquila, de colegio de monjas, le había dicho que tenía la intención de casarme virgen, pero después de escuchar que él ya lo había hecho...cambié de opinión. Así que él me preguntó, pero un poco en broma, si yo estaría dispuesta a hacerlo con él, yo le dije, luego de un momento de tensión, que sí, pero la verdad, no pensé que sería taaaan pronto.
Ése sábado, el de mi fiesta de pre, él llegó temprano, incluso me acompañó a la peluquería.
Volví a mi casa, me alisté, él también, pero por separado. Yo llevaba un vestido negro muy escotado, como era mi costumbre, y él, sin disimular, lo miró, diciéndome: "Nunca en mi vida había visto un escote como ése", mirando mis senos, talla 38b.
La fiesta se dio a cabo en un club, donde yo iba cada domingo a divertirme, es decir, lo conocía a la perfección.
Llegamos, estuvimos un rato agarrando apasionadamente, hasta que como a las 1 y 1/2 am. salimos por allí a pasear. Fuimos a una mesa con la excusa de "poder conversar mejor". Yo seguía un poco fría, por lo de la otra chica. Discutimos un poco, hasta que él terminó molestándose, y me dijo que si quería hacer algo, que yo debía tener la iniciativa. Fuimos a un sitio más "intimo", aunque ni tan íntimo, puesto que fue en el pasto, bajo 2 árboles. Me senté sobre él y sentí su pene erecto, lo cual me calentó mucho. Estuvimos besándonos un rato, él estaba echado sobre el gras y yo, sentado con las piernas abiertas sobre él. Le dije que desatara mi vestido, que se amarraba en la nuca, lo hizo, me lo bajó hasta dejar mis senos al descubierto, él los miraba con lujuria, pero yo, con la inocensia que me caracterizaba, ni me imaginaba lo que estaba a punto de suceder. Me empezó a besar los senos, los lamía con impaciencia, para ésos momentos, yo ya estaba recontra mojada. Hasta que él me bajó las panties y mi calzoncito hilo dental de florcitas, tú sabes, de niña buena. Se desabrochó el pantalón y dejó su verga al descubiero, no la pude mirar mucho, pero lo poco que vi, me gustó mucho. Y te digo que no la pude ver mucho, porque apenas se la sacó, me la metió, y no, de una manera lenta y romántica, sino brusca y salvaje mente. Lógicamente al principio me dolió mucho, pero luego ése dolor se fue convirtiendo en un placer inconmensurable, tuve un orgasmo casi inmediato, yo gemía y gritaba, no podía contenerme, y él, en todo momento me decía lo mucho que me "amaba". Tanto fue el placer que sentí en mi primer orgasmo, que incluso empecé a arrancar el pasto, cosa que excitaba más a mi enamorado.
Luego él subió mis piernas a sus hombros, y lo seguimos haciendo, cada vez con más fuerza y pasión. Y luego lo hicimos de perrito, donde terminamos juntos, descansamos un rato sobre el gras y volvimos a la fiesta.
Al cabo de una hora yo seguía con ganas, y él también, así que volvimos al mismo lugar de antes, donde lo volvimos a hacer, empezamos con la posición del misionero y luego logramos cambiar se posición sin que él se salga,ahora yo estaba sobre él. Allí tuve el más grande de los orgasmos, él también tuvo un gran orgasmo, pero, como no se estaba cuidando ruvo que salir rápido y terminó empapándome de semen. Lugo, me pidió que se lo chupe. Así que por fin me sentí como en mi terreno. Así que lo ví y se me salió una frase que no debí decir, pero no fue mi intención: "Mi ex la tenía más grande" (es que era verdad), pero el hecho de que mi ex la halla tenido más grande, no quería decir que la de él no tenía buen tamaño.
Así que empecé a lamerla poco a poco, me la metía y me la sacaba de la boca, le pasaba la lengua por todo el rededor e introducía la punta de mi lengua en el huequito por donde sale el semen, la succionaba casi con hambre, hasta que explotó en mi boca, fue la primera vez que probé ése delicioso manjar, puesto que el otro no se había a trevido a terminar en mi boca.
Luego de descansar un rato más volvimos a la fiesta, donde le conté todo lo sucedido a mi mejor amiga.
Así fue como sucedió mi primera vez, claro que ahora lo hacemos con más frecuencia y experimentando nuevas cosas.