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Mi experiencia con un camionero

Sabía a lo que iba cuando me había invitado a dar una vuelta con el camión, su Volvo, como decía él. Era un camionero de Salines, cruzaba la frontera para ir a buscar mercancía a diferentes países. Estaba de paso, dormia en el camión ;tras los asientos estaba situado un pequeño habitáculo con una cama. Nada más entrar en la cafetería no me dejaba de vista. No era alto, pero lo parecía; fuerte, de rasgos marcados y el cuello de toro; tatuado en brazos y pecho; de su cuello colgaba una gran cruz. En su mano izquierda el anillo de boda; de su muñeca una pulsera de plata gruesa.
Giraba el volante con una mano con estilo y chulería. En la boca un Marlboro y en sus ojos unos Ray-Ban con cristales verdes. Ese mismo día me había invitado a dar una vuelta por la tarde “con una máquina”palabras textuales. Se presentó con unos vaqueros marcando paquete; camisa desabrochada enseñando tatuajes en el pecho. Me dijo:
– Eres muy guapetón, tan rubio y con este físico de niña.
– Lo dices porque soy bajito, lo del físico – contesté
– Sí, pero no te enfades era para alagarte.
En el salpicadero había una pequeña virgen y en el retrovisor un rosario.
– ¿ Llevas mucho tiempo en el país? ¿ Cómo supiste de la cafetería que curro, queda algo lejos de la ruta tuya?
– No tanto, además te vi el día anterior en el super donde descargo género…
– ¿ Y? – pregunté sorprendido.
– Conoces al del almacén, esa maricona con pluma…
– Si, claro es Rudy… No me digas más- exclamé- es de mi edad, tenemos 22. ¿ Tú y…?
– Claro chaval, a mis 39 años se ver una maricona… y, me lo tiré – dijo en tono orgulloso.
– Pero te habló…
– Si, me dijo que sueles poner el culito – al mismo tiempo que se agarraba la polla encima del pantalón – y dicen que eres un bombón.
– Lo hicisteis aquí o.. duermes – pregunté.
– Si. Por cierto tráeme de encima de la cama el tabaco. Hecha un vistazo en la trasera verás donde duermo, mientras hago la maniobra de salida de la autopista – dijo y después tocó el claxon.
Pasé tras los asientos por una pequeña puertecilla: era un habitáculo de paredes de contrachapado en las cuales había fotos pegadas – el día de su boda, bautizo de sus hijos, fiestas de cumpleaños- ; había una pequeña mesilla con preservativos desparramados encima; botes de vaselina, kleenex usados, la cama sin hacer. Apestaba a tabaco y lefa. Cogí el paquete y volví. Una vez salidos de la autopista cogió un desvío por una pequeña carretera, paró. Yo quedé en el camión. El de frente sacó su polla y hizo una generosa meada. Me miró y hizo el molinete con su polla, parecían las aspas de un ventilador. Lo miré retador, entonces el empezó una maniobra de pajeo. Yo estaba empalmado. Era una pollaza. Entonces oímos un claxon y después:
– Aparta este camión tan grande no ves que necesitamos espacio para ir a la granja.
Entonces subió, se ajustó las Ray-Ban y con gestos despectivos le hizo una peineta al otro conductor. Al pasar pudimos oír alto y claro MARICONES. Me miró y me morreó, nos comimos la boca, le cogí el rabo: era pura dinamita. Exclamé:
– Quiero esa tranca ya.
– Vamos al área de descanso cercana, este camión que llevo obstruye todo el paso. Allí podré tumbarte y gozarte y partirte ese culito rico. Aguanta unos kilómetros.
Entonces volvimos a entrar en autopista. El me dijo:
– Despelotate, me gusta ver el género a usar.
Así lo hice. Yo llevaba un buen empalme. Me tocó la polla y sonrió nervioso. Nos desviamos al área de descanso. Pasé detrás. El se despeloto. Nos volvimos a comer la boca. El águila tatuada de su pecho era como si tuviera vida. No había mucho espacio. Sugirió un 69. Yo arriba, los dos comíamos rabo, yo incluso me atragantaba. Noté que me succionaba los huevos y me habría el culo, rectificó un poco su posición y me empezó a comer el culo; metía la lengua bien adentro. Yo flipaba y intentaba tragarme todo el rabo.
– Tienes el culo abierto, creo que puedes coger posición y te meto nabo ya- acto seguido escupió sobre mi culo.
En posición de 4 esperé la embestida; se encondono y engrasó con vaselina su rabaco.
– ¿ Tienes agarré y posición?
Afiance mis manos y rodillas y asentí. Oí como gritaba:
– ¡¡¡ A Roma con todo !!!
Y noté el primer trallazo en mi culo, fue una tacada de media clavada. Volvió a retroceder y la remachó hasta el fondo. Cómo gocé. Me la clavaba a pistonazos secos con rebotadas y vueltas a empotrar. Al mismo tiempo emprendió el clásico diálogo dominante:
– ¿ La notas? ¿ Así? ¡ Toma por maricona!
– Siiiiii, ohhhhh.
– ¡ Flípala! ¡ Toma ! Toma ! Toma ! y Toma !
– ¡ Ohhhhhhhhhh ! Cómo gozo.
Recolocó su posición y inició un mete saca vigoroso , las embestidas eran como latigazos sonoros. Yo estaba en trance, iba a correrme. Empezó a azotar mi culo, en cada adentro afuera me cacheteaba las nalgas y gritaba:
– ¡ Puta maricona ! Toma ! Toma ! ¿ Ya te ordeñas la polla? ¡ Córrete puta maricona !
– Sí… Sí… Ohhhhhhhhh – dije corriéndome.
Me había corrido, mi lefa estaba encima de la cama. La respiración del camionero se hizo entrecortada y pesada.
– ¡¡ Quiero dártela en tu puta cara de maricona !!
Se levantó y yo me volteé quedando arrodillado ante él. Se desenfundó el condón y empezó a ordeñarse la polla rozandome la cara, podia oler el nabo. Levantó su base troncal en evidente señal de que quería que le comiera los huevos. Lo hice, los succioné uno por uno mirándole a los cara: apretaba los dientes y se le hinchada la cara; empezó a dar bufidos y a cabecear, le caía saliva. Volvió a colocar el glande rozandome los labios y descerrajo el primer trallazo de lefa el cual me entró por una fosa nasal y parte de la boca; la segunda descarga fue abundante y tuve que cerrar los ojos. Al abrirlos vi como con su glande la iba esparciendo por toda mi cara. Después tumbados en la cama fumamos unos pitillos. Me enseñó folladas suyas que tenía grabadas en su móvil. Eran enculadas traseras y se veía como entraba y salía el cipote habiéndose grabado el mismo. Incluso tenía una mamada de una prostituta de carretera de hacía unos días. Me dijo que estaba ahorrando para la primera comunión de su hija pequeña. Al vestirnos me dijo:
– No te importará que me quede tu slip – al mismo tiempo que lo olía- me gustaría tenerlo.
– ¿ Los coleccionas?
– Sí, son una especie de trofeo, incluso los uso yo muchas veces si son de mi talla, además has aguantado bien la 18 dijo magreandose la polla medio flácida. No todo el mundo aguanta. Te la he metido a full y bombeado a toda hostia. Tienes un culo bien petado.
Me dejó en el área de servicio tras comernos la boca allí fui al lavabo de la gasolinera y después esperé el bus.

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