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Categoría: Confesiones

Mi esposo y su amigo

Este es un cuento que me envió una señora. Tardé mas de una hora corrigiéndo los errores ortográficos, signos de puntuación, ect. para que fuera entendible y ahora ustedes lo puedan leer.

No se si esto que ella narra es auténtico, o sería una fantasía de dicha señora. Yo personalmente si creo lo que ella aquí cuenta, ¿Ustedes qué opinan?

Mi esposo y su amigo.
De: anonimo. Infidelidades

Hola soy Raquel una mujer de 34 años y 16 de casada. Mi esposo tiene 40.

Somos un matrimonio sin hijos ya que mi esposo Luis es esteril; aun asi hemos tenido una vida feliz aunque se hubiese enfriado un poco la pasión. Pero esto cambió cuando hace un año y dos meses un amigo en común llegó a pasar unos días en nuestra casa ya que él también emigraba a esta ciudad de Tijuana B.C. en busca de trabajo y nos pidió esa ayuda mientras se establecía.

El conoce a mi esposo desde la escuela y a mi en el primer trabajo de los tres y que fue donde conocí primero a Paco y él me presento a Luis mi esposo. Mi esposo es un hombre blanco alto muy atractivo y nunca pensé comparar su pene con el de algún otro hombre ya que él fue mi primer hombre y nunca había visto a ningún otro hombre desnudo. Hasta que Paco se hospedo en nuestra casa. El es moreno y bajo de estatura, no es bien parecido pero es muy simpático; de hecho cuando recién lo conocí el me piropeaba mucho y dejo de hacerlo cuando supo ya era novia de su amigo pero antes de eso siempre se encargaba de resaltar mis atributos.

Y el hecho de que lo haya visto desnudo se suscitó por accidente ya que yo al estar impuesta a que generalmente solo mi marido y yo vivimos en casa no tuve la precaución de tocar la puerta para entrar a la recamara en donde se hospedaba Paco y fue cuando tuve la oportunidad de verlo desnudo. Me impresiono mucho el tamaño de su pene ya que sin estar parado creo que le media los 15 cms. que mide el de Luís ya erecto. Y qué decir de su grosor: era como el doble del de Luís.

Desde ese momento se me despertó la curiosidad o quizás el morbo de conocerlo, de tocarlo y hasta sentirlo. Todo quedo así hasta que el primer fin de semana que Paco paso con nosotros y que mi esposo descansaba organizamos una pequeña fiesta con bebidas y bocadillos donde empezamos a platicar y recordar desde los momentos en que nos conocimos. Ya un poco desinhibidos y mas en confianza por las bebidas Paco comento que me veía igual o mejor que antes. Luís contestó que opinaba igual. El siguió hablando de los recuerdos de mi los piropos que solía decirme hasta que terminó por confesarse: que siempre le gusté pero que perdió toda oportunidad conmigo cuando me presentó con Luís.

Así continuo la noche y ya con la confianza lograda Paco este no perdía oportunidad de mirar mi trasero cuando me paraba a recoger o traer algo igual que miraba mis piernas al estar sentada y descubrírseme un tanto las piernas por traer un sencillo pero corto vestido.

Para mi eran mas que evidente las actitudes de Paco y creo que igual para Luís pero al parecer no le importaba. Luís empezó a poner música de los ochentas, de nuestra época y Paco le pidió permiso para bailar conmigo: él accedió. Paco me abraza y poco a poco, empezó a pegarse mas a mi hasta el punto de sentir su inmenso bulto en mi pierna, algo que iba creciendo, razón por la cual ya no quise seguir bailando con él. Seguimos tomando y yo fui desinhibiéndome mas. Luego Luís empezó a dormitarse por efecto de las bebidas.

Fue cuando decidí terminar el convivio y recoger los envases y los vasos para lavarlos a lo que Paco me acompañó a la cocina. Cuando estaba de espaldas a él lavando unos vasos piropeo mi trasero, me decía que se veía igual de rico que antes, que le gustaría ser mi vestigo para estarme abrazando. Se me acercó y ya con un total descaro me pidió que lo dejara tocar mi culo, solo para saber si estaba firme. Como se miraba demasiado, y yo un tanto alagada con sus piropos, por el calor de las copas también, pensé en poder tocar su miembro y saciar mi curiosidad.

El se me acercó y tendiendo su mano a mi trasero me comentó: “Luis esta dormido y no creo que le moleste el hecho de que solo te toque y menos si ni cuenta se da”.

Empezó a apretar una de mis nalgas con una mano luego empezó a usar las dos. Luego me pidió que le dejara levantar mi falda para tocar la suavidad de mi piel y accedí. Empezó a acariciar la raya de mi culo, a mover la línea de mi tanga a un lado para que no estorbase y continuó hasta llegar a mi vulva. Acaricio mi clítoris y metió uno de sus dedos. Yo para esos momentos estaba mojadísima. Para poder llegar a mi vulva por detrás él estaba casi de rodillas con su cara en mis nalgas y las empezó a besar. Me incomodó el echo de pensar que Luís fuera a despertar y le pedí que no siguiera. El se enderezó y me volvió a convencer de que no pasaría nada, que solo era un toqueteo. Me tenia de frente y me acercaba a el tomándome por las nalgas. Me ponía su gran pene en mi vulva y yo lo podía sentir. Quise cobrar mi parte y empecé a acariciarlo sobre su ropa.

Invadida por la curiosidad desabroché su pantalón y saltó tremendo pingón como de 22 cms. de largo, y un grueso que no me permitía rodearlo con mi mano. Mi curiosidad aumentó y me hinqué para verlo mejor. Ya estando frente a él no resistí la tentación de sentir esa inmensa barra de color café en mi boca.

Apenas si pudo entrar en mi boca y dado su ancho solo alcanzaba a meter unos 5 cms. de ella en mi boca. Paco al sentir mi boca en su pene quiso jalarme para que introdujera mas de su pene, mas me era imposible y lo retiré. El se mortificó ya que se encontraba excitado sobremanera, y para compensarlo empecé a masturbarlo. Para lograr que terminara mas rápido empecé a mamar sus testículos, los cuales si eran de tamaño normal por lo que alcanzaba a succionarlos a ambos en mi boca.

A los pocos minutos de esto el explotó en un gran orgasmo. Después de esto ya mas tranquilo le pedí que mejor se fuera a acostar, que era peligroso que Luís en cualquier momento se despertara. Limpié el semen derramado, desperté a Luís y nos retiramos a dormir. Me que demasiado excitada y con mas curiosidad por sentir la inmensa verga de Paco, pero ahora dentro.

Al día siguiente, Lunes, después de que Luís se fue a trabajar Paco bajó a desayunar y me comentó que había sido una gran noche. Le comenté como me había quedado yo de excitada pero que eso no debería estar pasando. El empezó a halagarme y a convencerme de que culmináramos el encuentro.

Aunque fuera solo una vez mis defensas se vencieron y accedí de nuevo a sus caricias. Me tomó por atrás besando mi cuello; restregaba su pene en mis nalgas y acariciaba con sus manos mi vulva. El empezó a acariciar mis piernas ya que yo potaba un pequeño short. Después sentí como se bajaba sus pantalones y sentí su erección de lleno en mis nalgas. Su pene se metía entre mis piernas desnudas abrazándome así por detrás. Me condujo a la sala y me inclinó sobre el sofá. Mis rodillas quedaron en el asiento y mis brazos sobre el respaldo. El se inclinó sobre mi espalda y empezó a acariciar mis senos. Amasaba y tiraba de mis pezones, cosa que me prendió aun mas. Luego empezó a bajar mi pantaloncillo corto, me dio unos pequeños besos en mis nalgas y empezó a restregar su inmensa verga en mi culo: me tenia a mas no poder y le pedí que me penetrara. Ya él con cuidado separó un poco mis nalgas para poder ver la entrada de mi vagina, colocó su gran verga y empezó a presionar.

Aun no entraba ni la mitad de la cabeza de su verga y el dolor ya era similar a cuando perdí mi virginidad, mas la excitación era mayor y yo misma me echaba hacia atrás para que entrara mas verga. El también se echó para atrás y me dijo que mas lento, que a él también lo lastimaba, que yo estaba demasiado cerrada.

Así poco a poco me lo fue metiendo centímetro a centímetro hasta que sus bolas toparon en mis nalgas; la dejo un rato ahí para que mi cuerpo la asimilara y empezó a bombear lentamente. El dolor fue disminuyendo conforme el bombeo y se volvió mas rápido. La punta golpeaba el fondo de mi vagina, mas ya no me dolía, y llego el momento: tuve la venida mas rica de toda mi vida.
El se asustó un poco por mis gritos y mi llanto de lo rico que sentí. Ya recuperado me preguntó que si me cuidaba, a lo que le dije: “ya sabes que no por lo de Luís”. Entonces siguió bombeando y a la hora de venirse lo hizo sobre mis nalgas y espalda.

Mi intención era que solo fuera esa vez y ya, pero Paco me amenazó con cantárselo a Luís si no accedía a hacerlo con él algunas veces mas. Como él salía junto con Luís a buscar trabajo ya no tuvo oportunidad de que estuviéramos a solas y … ¡que bien!! porque necesité tiempo para recuperarme de las heridas que me produjo la penetración. Tenía la vagina adolorida. He de decir que corrí con suerte ya que Luís no me requirió sexo en esos días. Paco encontró un trabajo nocturno hasta una semana y media después de eso.

Fue cuando Paco me volvió a exigir que estuviese con él. Me sentía mal porque me obligaba y a la vez lo deseaba. Después de la segunda vez yo comprendí que era algo inevitable y decidí sacarle el mayor provecho.

Yo tenia miedo de que Luís se diera cuenta al sentir mi vagina mas amplia pero al parecer no lo notó. Después de cuatro o cinco relaciones mas con Paco, él me pidió hacerlo por mi colita ya que estaba cansado de venirse afuera.

No me pareció buena idea ya que nunca lo había echo por ahí, Luís solo me lo pidió al inicio de nuestro matrimonio y desistió luego de un tiempo. Pero sobre todo temía al tamaño de la verga de Paco, mas no tuve opción y créanme, no fue tan traumante la iniciación ya que Paco era todo un experto.

Comenzó por hacérmelo normal hasta que tuve mi primer orgasmo, luego continuó excitándome. Continuó haciéndomelo como mas gustaba: yo arriba, y cuando sintió que me volvía a venir yo me quito o aparto y me empino para que él me lamiera mi culito y mis nalgas.

Seguía acariciando mi clítoris y me empezó a penetrar con sus dedos mi colita; primero un dedo luego dos hasta llegar a cuatro. Yo no sentía ningún dolor . Ya no aguantaba mas y le pedía- “ya métamela” -y fue cuando acercó su verga e mi culito, lo tocó con una de sus manos para guiarlo y empezó a empujar. Fue mucho el dolor con apenas ni media cabeza de su verga y lo retiró. Me continuó acariciando el clítoris y fue entonces cuando volví a pedirle que me la metiera. Volvió a colocar su gran verga ya no aguantaba la excitación y decidí aguantar lo que viniera: Empezó a empujar, yo sentía que me partía pero ya no protesté y él continuó hasta que llegó un momento en que dijo: - “ya estoy muy lastimado y no entra”. En eso yo decidí y le dije:

-A mi no me dejas así. - Y de una enculada hacia atrás me encajé casi la mitad de su verga.

Se quejó de dolor: - No aguanta mas -pero continúo hasta clavármela totalmente. La dejó así unos momentos para que la asimilase y yo misma inicie el movimiento hasta que mi cuerpo lo toleró. Ya mas relajado mi cuerpo él pudo empezar a bombear hasta que tuve otro gran orgasmo similar al primero. Después el también empezó a venirse y … ¡hay madrecita!! … cómo me ardió su caliente semen en las múltiples partidas de mi colita.

Después de esto tuve una semana en que Paco ni Luís me pidieron sexo. Paco lo entendía porque sabia la situación de mi cuerpo y él mismo estaba lastimado, pero de Luís no lo entendía hasta que justo a la semana me hizo el amor y me pido tener sexo por atrás. Me negué y me reclamó ¡¡por qué con Paco sí!!

Me sorprendí y exclamé:

-¿Como es que lo sabes?

Me confesó que él se lo pidió a Paco, que desde un principio todo era planeado. Me explicó que sentía como nuestro sexo perdía intensidad y que él siempre tuvo la fantasía de que lo hiciera con otro hombre y que sería mejor con Paco que siempre porque era de toda su confianza y que en realidad él no era mas atractivo. Dijo que con lo vergudo que era Paco temió por que me lastimara mas de la cuenta pero que ya había visto que no fue así… bueno, solo le faltaba revisarme mi colita.

Esta confesión me perturbo mucho y fue solo hasta después de tres días que lo asimilé y entonces decidí sacar el mejor provecho. Sigo con Luís porque lo amo pero sigo deseando a Paco en la cama y también lo sigo teniendo. De hecho el plan original era que Paco solo estaría con nosotros unas semanas pero ya se prolongó mas de un año. Dormimos los tres juntos… bueno, los fines de semana, ya que trabajan en turnos diferentes. También nuestra economía ha mejorado ya que los gastos se reparten entre ellos dos. Somos una pareja de tres muy feliz, amo a mi marido y en lo sexual estoy totalmente llena.

Próximamente seré madre ya que decidí pagarle a Luís con la misma moneda y esta vez yo pacté con Paco para quedar embarazada y así fue. Luís termino por aceptarlo de muy buena manera.

Pero ya estamos pensando como hacerle para que cuando nuestro hijo nazca sigamos los tres juntos y que él no sospeche nada.

Contacto con el autor: anonimo
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.6
  • Votos: 48
  • Envios: 5
  • Lecturas: 5834
  • Valoración:
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