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A mis 25 años de edad y 5 de casada que tengo, he tenido muchas experiencias sexuales. Las más excitantes las he tenido con mi esposo, quien me ha enseñado mucho y además me ha enseñado a compartir el sexo con mucha gente, por lo regular, con muchos caballeros; casi todos ellos mayores que yo o por arriba de los 30.
El día de hoy me gustaría platicarles una experiencia la cual, cada vez que la recuerdo me mojo mucho, pues fue algo muy especial para mi y creo que para mi esposo también.
En cierta ocasión mi esposo puso un anuncio en una página de Internet en la cual, estamos registrados desde hace mucho. Es una página de ambiente “swingers”. Buscábamos a un chico de entre 25 y 30 años de edad para hacer trío, que viviera en nuestra misma ciudad y que preferentemente fuera casado. Nos llegaron muchas solicitudes y como de costumbre, para todas nos tomamos las precauciones y el tiempo necesarios para poder seleccionar una.
Finalmente encontramos a la persona ideal; un chico de 26 años, casado, empleo formal. Platicamos con él mediante algunos correos electrónicos, después nos mandamos mensajes directos por Whatsapp y acordamos vernos muy cerca de nuestra casa, en un Vip`s. La idea primera era conocernos físicamente para poder seguir adelante con nuestro juego.
El día que escogimos para conocernos todo fue muy normal, una comida de amigos. Mi esposo salió del trabajo y venía vestido con un traje gris, yo vestí de forma casual, nada corto. Por su parte, Carlos (es el nombre de él) vestía formal, traje azul marino. Es gerente de ventas en una concesionaria Seat. Establecimos las reglas; es decir solo sería sexo casual y ya, nada de compromisos posteriores, nada de llamadas independientes, solo sexo de una noche, nada de celulares ni dispositivos. Él estuvo de acuerdo. Acordamos hacerlo al siguiente viernes.
Ese día mi esposo llego temprano del trabajo para preparar la cámara, pues me tomaría una sesión de fotos antes del evento. Preparé mi maleta, me lleve una micro falda negra, una blusa del mismo color, unas zapatillas del 12 y unas pantimedias en color natural, súper brillosas marca Oroblú (italianas).
Pasamos por Carlos justo a las 8 de la noche, lo recogimos afuera de una estación del metro en calzada de Tlalpan. Por cierto, al hotel a donde fuimos esta justo a dos estaciones después. Mi esposo llevó unas bebidas para amenizar el momento. Carlos pagó la estancia en el hotel.
Ya estando en la habitación, mientras yo me metía al baño a cambiarme ellos conversaban y mi esposo estableció las reglas. Primero vendría una sesión de fotos, después Carlos estaría conmigo en la cama. Si todo salía bien, una vez que él terminara, tomaría sus cosas y se iría de la habitación, a menos de que algo cambiara, él se tendría que retirar antes.
Salí del baño completamente cambiada, solo al caminar y mover mis caderas, la falda se movía lo necesario para dejar libres mis nalgas, no es por nada, pero mis nalgas brillaban preciosas, sin ropa interior se veía mi sexo completo. Me fui al sillón y mi esposo me comenzó a fotografiar. Varias tomas sentadas, de pie y siempre haciendo movimientos y sonrisas coquetas a Carlos, quien al parecer estaba disfrutando por completo de lo que tenía frente a sus ojos. Después me moví hacia la cama y el resto de las tomas se dieron ahí.
Terminó mi esposo de tomarme fotos y me pidió que me acostara boca arriba. Prendió la televisión para ver porno, me abrió las piernas y por encima de las pantimedias me besaba mi panocha, que para ese momento, ya la tenía muy húmeda, ya traía mojadas las pantimedias. Miré hacia donde Carlos estaba, le hice una seña con mi mano de que se acercara a mi. Se levantó mi esposo y le dijo, está lista para ti, hazla gozar y cuidado porque es muy exigente.
Carlos se levantó de la silla, se quitó el saco, la corbata y la camisa, cuerpo atlético. Se acercó a la cama, me senté en la orilla y le besé el abdomen. Le toqué su verga por encima del pantalón, se sentía dura. Le aflojé el cinturón, le quité el seguro al pantalón y cuando lo bajé, wow, traía un monstruo entre las piernas, se los juro que no había visto antes una verga tan hermosa como esa. Casi de 20 cm y bien cabezón. La acaricié y me la metí a la boca, no me cupo, se los juro. Comencé a mamarla y a apretarla, estaba deliciosa. Casi 5 minutos después comenzó a salir líquido pre seminal. Estaba listo. Saque un condón y se lo puse con la boca, me encanta hacer eso y a los hombres eso los vuelve locos. Me levante de la cama, me bajé las pantimedias a medio muslo, mu puso de perrito y de una sola estocada me la metió toda, fue algo hermoso, algo maravilloso, me estaba cogiendo una verga larga, dura y gruesa. Me tomó de las caderas y me obligaba ir hacia él, pero con su cuerpo me pegaba duro y obligaba a que su verga entrara toda en mi. Hubo un momento en que sentí que hasta sus huevos me penetraban. Cerré mis ojos para disfrutar lo que me estaba comiendo. Mi esposo se sentó frente a mi. Me tomó de la mano y me beso muy tiernamente, yo le apretaba la mano y le decía que me tenía loca, que no quería que me la sacara nunca.
Mi esposo me pidió que lo montara.
Me quité de esa posición, él se retiró toda su ropa y se recostó en la cama. Yo no me quite la ropa, ni las zapatillas. Así me senté en ese hermoso miembro y solo con darme unos dos o tres sentones me corrí en él. Hice una pausa y después estaba como poseída, mis movimientos hacia atrás y hacia adelante ya no los pudo aguantar mi hermoso bebé. Solo gritó, me vengo. Me levanté rápido, me acomodé las pantimedias, le quité el condón y me metí la verga en la boca, pero para ese momento, ya estaba soltando el chorro de semen, estaba hirviendo y si, así me lo trague todo, no dejé escapara ninguna gota de ese delicioso elixir de vida.
Mi esposo se acercó a mi y me besó por un largo rato, también disfrutando del semen que segundos antes había yo saboreado. Carlos se vistió y se fue. Después mi esposo terminó cogiéndome como nunca. Todavía me corrí dos veces en mi esposo, pero no por lo que él me estaba haciendo, sino por recordar la hermosa verga que minutos antes me había cogido y que yo, como una puta, lo recibí dentro de mi panocha caliente.
Si te ha gustado mi relato, espero que me lo hagas saber mediante tus comentarios y por cierto, si quieres ver como iba vestida ese día, no tienes más que entrar a mi perfil y busca ahí mi página web, ve a la galería libre y podrás disfrutarme, al igual que lo hizo Carlitos.
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