Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Infidelidad

Mi esposo estaba de viaje -2

Todo me daba vueltas, me sentía una robot, cuando me di cuenta estaba sentada en la parte delantera de una 4x4, mi prima debía pasarla bien pues escuchaba su risa y la de José en el asiento de atrás. Paco estaba manejando, entonces me hablaba pero no entendía lo que me decía, de mi boca solo salía un gemido de afirmación, fue en ese momento que sentí su mano caliente que frotaba mi pierna y llegaba hasta tocar mi tanguita, miraba pero no reaccionaba.

-Que ricas piernas, que rico cuerpito Sandrita, ya llegamos, ya llegamos.

El carro se estaciono en un jardín de una casota, no sabía dónde estábamos, Luz y José bajaron primero y entraron a la casa, dejando la puerta abierta, Paco me llevo de la mano, pero en la entrada de la casa mi cuerpo se detuvo, era lo poco que me quedaba de ser una esposa fiel y decente, el voltio sorprendido, yo lo mire a los ojos y le dije:

-Paco, no me conoces, quiero que sepas que soy una mujer ca...

No me dejó terminar y me levanto con sus dos brazotes como si fuera una muñeca, me llevo adentro y con un pie cerró la puerta, me bajo y me arrecosto contra una pared, me comenzó a besar como loco, su lengua se metió en mi boca, sus manos bajaron de un tirón las tiritas de mi vestido para luego bajar el cierre posterior, el vestido se deslizo de mi cuerpo dejándome solo con mi tanguita.

-Sandrita, ahora te estoy conociendo, no eres una mujer eres una diosa,

El seguía besándome como un loco, mientras una de sus manos iba bajando mi tanguita, para rápidamente introducir un dedo en mi conchita, me sobresalte al sentir esa carne dentro de mí, el comenzó a moverlo circularmente ,lentamente al principio, para luego moverlo más rápido, entonces sentí como entraba un segundo dedo, esta vez no tuvo dificultad, me sentía perdida, mi mente me decía que debía salir corriendo de allí antes que fuera demasiado tarde, pero mi cuerpo no me obedecía, no se movía, o más bien me horroricé cuando me percate que mi cuerpo se movía al ritmo de los dedos, que se deslizaban fácilmente en mí, pues estaba totalmente mojadita, tenía que morderme los labios para no gemir de placer.

-Que rica conchita, Sandrita, estas mojadita, ahora si estas lista ah ah.

Entonces me levanto, y me recostó en la alfombra, él se quitó la ropa en un santiamén, no pude evitar impresionarme, tenía un cuerpo fornido y peludo, pero ni decirles que lo que me dejo con la boca abierta y con miedo fue la pieza de carne que tenía entre las piernas, no podía evitar comparar, era más grande y el doble de gruesa que la de mi esposo, agarrándosela se agacho y me separo las piernas... y yo no hice nada para evitarlo.

-No seas malo, paco, déjame ir, no la metas, soy una mujer casaaaaa...

No pude hablar más, cuando sentí como ese cilindro de carne caliente entraba en mí, el miedo se me fue cuando sentí que para mi asombro, mi conchita con lo mojada que estaba, se la estaba comiendo toditita, sentí que llego al fondo, todo estaba perdido, sentí su cuerpo peludo encima mío, y comenzó a meterla y sacarla una y otra vez, afuera, adentro, afuera, adentro, el frote que esa carne hacia una y otra vez en mi vagina, mandaba mensajes a todo mi cuerpo, mensajes de un placer animal, que no había sentido antes, mi cuerpo se escarapelaba, mi corazón latía a 100, mis pezones estaban parados al sentir el frote de los vellos de su pecho sobre mis senos, todo mi cuerpo era una marea de sensaciones, y el seguía metiéndola, afuera, adentro, pasaban los minutos, entonces sentí como todo mi cuerpo se encendía como una antorcha, me estaba viniendo un orgasmo brutal.

Ya no era yo, era una perra que buscaba placer, mis piernas abrazaban su espalda para que no la sacara demasiado, y mis caderas se movían a su ritmo.

-Más mas, papi, mas, no la saques, hazme lo que quieras, mas, ah ah...

Lo mire a los ojos y lo comencé a besar como loca, mientras mis caderas se seguían moviendo a su ritmo, el seguía con el mete y saca, nuestros cuerpos seguían, y seguían, sentía como mi conchita se contraía, cuando tenía esa verga dentro, como no queriéndola dejar salir, el gemía de placer con esto.

-Sandrita que rica concha, que rico me la muerde, ah ah, eres de las mejores ah ah ah.

Él no se detenía, el mete y saca seguía, no sé cuánto tiempo había pasado, cuando nuestros cuerpos se tornaron rígidos, nada me importaba ya y nos abrazamos fuertemente quedándonos inmóviles por unos segundo, entonces ocurrió, el gimió y un chorro de líquido caliente ingreso en mí, todo su semen inundaba toda mi vagina, que la recibía gustosa, vino un segundo chorro, nos pegamos más, todo se me puso oscuro, me había venido otra vez.

Cuando regrese estaba echada boca arriba, veía todo entre nieblas, lo único que note fue que su maza de carne ahora la tenía en la cara, casi en contacto con mis labios, con mis dos manos lo guie hasta mi boca y comencé a lamerla poco a poco, a chuparla con mucho cariño a esa carne que tanto placer me había dado, quería disfrutar del momento y mantenía mis ojos cerrados, nunca me había gustado hacerlo a mi esposo, pero ahora era diferente, es sabor entre salado y dulce, mezcla de sus fluidos y los míos, trataba de chuparla y metérmela en la boca lo más que podía, pero solo conseguía llegar a la mitad de esa hermosa herramienta. El solo gemía y gemía de placer.

-Ah ah ah, que rico, sigue sigue Sandrita, si si si...

Tenía la verga en mi boca, cuando abrí los ojos, y me quede inmóvil al ver frente a mí a Paco y a Luz, abrazados, sonriéndonos y mirándonos, entonces mire hacia arriba y pude ver...

-¡La verga que tenía en la boca, era de José!

No sabía qué hacer, de esposa fiel, me había convertido en una puta, tenía dos opciones, me levantaba me cambiaba y me iba en ese momento, me moral y decencia me decían eso, pero yo ya no era una persona era una perra que solo su instinto la guiaba y quería más y más y seguí chupando con más fuerza, mi boca lo chupaba una y otra vez una y otra vez.

-Ah ah ah, me vengo, me vengoooo...

No pude evitar que todo el semen de José inundara mi boca, comencé a tragar ese líquido salado, yo seguía chupando, sentí como el lentamente iba sacando su pieza de mi boca, yo seguía echada en la alfombra, entonces vi como Luz, totalmente desnudo se acercaba a mí, sentí como su pequeño cuerpo se echaba encima del mío y me miraba a los ojos.

-Sandra no seas egoísta, te estas tomando toda la esencia de José,

Y sin decir más, comenzó a lamer mis labios suavemente, el de arriba y luego el de abajo, como tratando de recuperar las gotas de semen que aun permanecían, sin darme cuenta nos estábamos besando, luego nuestros labios se abrieron y comenzamos a jugar con nuestras lenguas, nuestros cuerpos entrelazados rodaban por las alfombra, en todo el sueño que vivía, podía ver, los rostros sonrientes de Paco y José, estaban sentados tomando un trago y disfrutando el espectáculo, en eso sentí como toda la manito de Luz se introducía en mi vagina y me hacía contorsionarme de placer, ella continuo moviendo su mano su mano rítmicamente dentro de mí, yo me retorcía y jadeaba de placer, me puse rígida y me vine en otro orgasmo.

Cuando regrese a la realidad, estaba en posición de pollito tomando agua, y a mi costado estaba Luz en la misma posición y me sonreía, colabora me dijo, detrás mío sujetándome de las caderas estaba Paco y detrás de Luz estaba José, escuche la voz de Paco que decía.

-Ahora si chicas se van a ganar el pan con el sudor de su...

No pude escuchar más, sentí como comenzaba a entrar esa maza de carne en mi potito, el dolor era inmenso.

-No no no, paco, no la metas, nunca he dejado que mi esposo me la meta por aaaaaaaa...

Parece que me había echado una crema pues si bien me dolía sentía que poco a poco iba entrando sin desgarrarme

-Ah ah que rico culito Sandrita, es es estás bien cerradita, te estoy desvirgando por atrás peruanita, lo lo lo que se pierde el carbón de tu marido ah ah ah

Ya no podía hacer nada, sentía como toda esa pieza entraba en mis entrañas, el maldito me estaba inaugurando, lo que tanto me había rogado mi marido, se lo estaba comiendo un extraño que recién había conocido hace horas.

Finalmente sentí como entraba y salía entraba y salía, era una sensación diferente, era dolor y placer a la vez y cada vez el dolor era más lejano, sin quererlo, la perra que estaba en mí, salía, y comencé a moverme a su ritmos, afuera y adentro afuera y adentro, afuera adentro.

-Más mas, soy tu puta, rómpeme, mas mas rómpeme no no lo sa sa ques

Me vino un orgasmos diferente, él se despegó, rodé por la alfombra, y me quede dormida.

Cuando desperté vi el cuerpo desnudo de mi prima, todo estaba oscuro, la desperté, nos vestimos, llamamos a un uber, y nos fuimos cada a una a su casa.

Cuando entre a la mía, me fui directamente a la ducha quería quitarme el olor a semen que tenía todo mi cuerpo, en la ducha vi caer gotas de sangre de mi potito, prueba de mi primera vez, mi mente era un alboroto, que había hecho, esa noche, muy pronto tendría la respuesta.

Me puse una bata y busque mi celular en mi cartera, para llamar a mi prima a ver si había llegado bien, cuando metí la mano en la cartera palpe unos papeles, los saque, ERAN CINCO BILLETES DE 100 DÓLARES.

Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1450
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.146.107.144

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 38.473
»Autores Activos: 2.273
»Total Comentarios: 11.905
»Total Votos: 512.063
»Total Envios 21.926
»Total Lecturas 105.323.149