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Categoría: Infidelidad

Mi esposa era madrina de un bautizo

Este relato me lo conto mi amigo Juan, que es muy tímido, lo voy a transcribir tal y como él me lo dijo.



Mi esposa Julia tenía que ir de todas maneras a un bautizo, ya que ella era la madrina, el niño era hijo de una señora que trabaja en la casa de su mama, yo no pude acompañarla pues estaba muy resfriado.



El bautizo era a las 3 pm, y ya eran las 10 así que me dio pena que se regresara sola, así que decidí darle una sorpresa y la fui a buscar para regresar juntos, tome un taxi le di la dirección, a medida que el taxi se acercaba, me di cuenta que era un barrio pobre por el tipo de casas, al llegar a la dirección había mucha bulla procedente de la casa, era una casa de ladrillo de tres pisos.



Pensé entrar y presentarme, pero al ver que no me había cambiado para una fiesta, pues estaba con jeans y un polo blanco, decidí mejor tratar de verla por gran ventana que daba a la sala, donde habían muchos curiosos y tratar de pasarle la voz, tenía curiosidad por verla sin que ella se diera cuenta, la pobre debía estar aburrida.



Me metí entre otros curiosos y entonces la vi en una esquina de la sala , estaba linda con su pelo negro cortito y con su vestido blanco con tiritas en los hombros y un cierre en la parte delantera, estaba sonriente conversando con un hombre que inmediatamente reconocí como el padrino, pues me lo habían presentado en la charla pre bautismal que tienen que ir los padrinos hace una semana, la verdad es que no me había gustado mucho pues me pareció que no dejaba de mirar a mi esposa y tratar de ser amable con ella, yo soy muy celoso, él era un blancon grueso y con un gran bigote, era mucho mayor que nosotros debía tener como 50 años, mientras que yo y mi esposa tenemos 29. Me había enterado ese día que era dueño de un taller de ropa donde trabajaba el papa del bautizado y sus hermanos.



Me di cuenta que mi esposa estaba conversando con un vaso en la mano, debía ser un refresco pues ella no toma nunca cuando no sale conmigo, en eso vi como el padrino levantaba una botella de cerveza con la intención de servirle, me dio gusto pues ella riendo hizo un gesto negativo con la mano, esa era mi esposa, pero me sorprendió cuando él le tomo la mano y lleno su vaso hasta el borde, y levantando el suyo le hizo un gesto de brindar, ella se reía y entonces los dos se tomaron sus vasos, y riéndose sacudieron el concho en el piso, como es costumbre en estos barrios, me doy cuenta que mi esposita no quiso ser malcriada rechazando la invitación y considerando que él era el padrino. En eso comenzó a sonar la música de un equipo de sonido era cumbia y el agarrando su manito ,la jalo para bailar, pobrecita mi esposa debía estar muy incómoda, pero debía ser diplomática, a ella no le gustaba ese tipo de música, muchos invitado salieron a bailar, si bien la mayoría bailaba suelto el padrino tenia bien sujeta la cinturita de mi esposa, moviéndose rítmicamente al sonido de la cumbia, en eso escuche, un grito “TRENCITO, TRENCITO”, entonces comenzaron a hacer un trencito, los hombres como siempre llevaban a las mujeres por la cintura, iban pasando delante mío, entonces me quede con la boca abierta cuando vi pasar a mi Julita, pero no como otras parejas, sino que el padrino la abrazaba por la espalda pegándose al cuerpito de mi mujercita, me imagino como debía sentirse molesta e incómoda y si se reía era solo para no parecer malcriada, en eso del trencito las parejas hicieron una ronda, y ellos así abrazados se quedaron en el centro moviéndose, entonces la mayoría comenzó a gritar.



- PADRINOS, PADRINOS, PADRINOS...



Me parecía que el la estrechaba más, y ella riéndose trataba de salir del abrazo, pero estaba bien sujeta, ella volteaba mirándolo y le hablaba, parecía que le pedía que la soltara, y el hacía gestos negativos con la cabeza, las parejas en la ronda seguían aplaudiendo y riéndose, entonces comenzaron a gritar:



- CASTIGO, CASTIGO, CASTIGO...



Siguieron gritando hasta que mi esposa, mostro un gesto de resignación y asintió varias veces con la cabeza, entonces el padrino la soltó y ella se voltio mirándolo, me horroricé al ver que el padrino se agachaba y señalaba sus labios con un dedo, todo el mundo seguía gritando



- CASTIGO, CASTIGO, CASTIGO...



No podía creerlo, mi esposita se acercó a él y le dio un pico en los labios, el la abrazo, y todas las parejas explotaron en risas, aplausos y gritos. En eso acabo la música y mi esposa se ubicó en la esquina donde estaba, seguida del padrino, yo pensaba seguro todos le hacen fiesta al padrino porque seguro es el jefe de la mayoría de los que estaban en la fiesta, mientras veía a mi mujercita que hablaba con él, por sus gestos parecía como que le llamaba la atención por aprovecharse de la situación, que orgulloso estaba de mi esposa que lo pusiera en su lugar y que le dijera que no le había gustado lo que había hecho, pero parece que el no entendió y pensaba que le había gustado el juego, más aun su mano se posó en su cierre delantero y sin más lo bajo rápidamente, ella riéndose le pego un palmazo, la verdad es que ahora con cierre unos centímetros más abajo dejaban ver al menos parcialmente los hermosos senos de mi esposita el muy sinvergüenza intentaba bajarlo más pero, ella por supuesto que no lo dejaba, con toda la bulla ella segura se olvidó de subirse otra vez el cierre, entonces el nuevamente agarro su mano y poniendo un vaso en ella, lo lleno hasta el borde, y volvieron a tomar, el la sostenía por la cintura con su brazote.



Yo no sabía que hacer por un lado, quería entrar y acabar con el suplicio de mi esposa, y por otro tenía una curiosidad por seguir viendo todo lo que pasaba sin que ella se enterara. En eso empezó la música, era una salsa de esas medias románticas, así llevándola de la cintura se pusieron a bailar, el la sujetaba por la cintura, si bien me di cuenta que su mano se deslizaba más abajo de cintura, y ella bien se la subía, en eso ocurrió un tumulto, eran dos policías, que creo que eran amigos de la familia, y sin más nos botaron a todos los que estábamos curioseando por la ventana.



-YA YA TODOS CIRCULEN CIRCULEN, Y AL PRIMERO QUE REGRESE ME LO LLEVO PRESO, YA NI UNA PALABRA TODOS FUERA FUERA.



Trate de acercarme al policía y el me mostro su palo, así que no tuve más remedio que alejarme, estaba como a 50m y podía ver como una persona de la fiesta le alcanzaba dos botellas de cerveza a los policías, que se pusieron a tomar en la puerta. No sabía qué hacer, tenía que librar a mi esposa de esa situación, ella debía de estar muy molesta conmigo por no haberla acompañado, no sabía si llamarla al celular, y cuando le contara, ella se iba a molestar por haber estado espiándola y no haberla ayudado, el tiempo se me hizo eterno, había pasado como una hora, y había visto como mucha parejas de invitado se iban retirando, debían quedar pocos en la fiesta, en eso vi a uno de los policías hablando por celular, y de inmediato se fueron caminando rápido, aproveche esa situación para acercarme a la casa, todavía había música, la puerta estaba abierta y entre, vi algunos hombres con signos claros de embriaguez que seguían tomando y otros dormidos en las silla, se acercó un gordo al verlo solo atine a decir.



-Soy el chofer del señor Martínez, -que así se apedillaba el padrino- lo vengo a buscar.



El gordo cambio su expresión agresiva, y me sonrió con picardía y me dijo sin dejar de sonreír.



- está en el tercer piso pero creo que está ocupado, ja ja ja



Me sentía preocupado pues tampoco no veía a mi Julia, de repente me había distraído y se había ido cuando me habían botado de todas maneras subí, pase el segundo piso que eran dormitorios, algunas puertas abiertas dejaban ver gente durmiendo con ropa, subí la escalera al tercer piso, que realmente era una azotea oscura, en un extremo había un cuarto también de ladrillo y con una puerta entreabierta, a medida que me acercaba sentía como voces de personas, me acerque a la puerta que estaba un poco entreabierta, pero lo suficiente como para poder ver a su interior, me acerque sin hacer ruido y al ver adentro me quede helado.



Mi pobre esposita estaba totalmente desnuda encima de un colchón en el suelo solo con sus zapatos de taco puestos y encima de ella estaba el padrino desnudo y peludo, metiéndole una tremenda verga que entraba y salía de ella, una y otra vez una y otra vez, me sentí petrificado al ver tremendo cilindro de carne, yo podía ver bien pues estaba casi de perfil a ellos, me di cuenta entonces de lo que decían sus voces



- ah ah ah, que rica conchita comadrita…



Mi pobre esposa debía estar sufriendo semejante ultraje, hasta que la escuche



- ah ah que rica verga, más mas ah ah…



- pídeme puta que te la meta todita, ah ah, que es mejor que la de tu marido cachudo…



- si papi ah ah ah, más mas mas, métemela más, es más rica que la del cachudo de mi marido…



Las piernas de mi esposa estaban atenazadas a sus caderas como impidiéndole que la saque. En eso vi como sus cuerpos se ponían tensos totalmente pegados uno al otro, pude oír la voz del padrino.



- ya no puedo aguantar me voy a vaciar dentro de ti putita.



No podía creer lo que escuchaba, de ella que nunca decía lisuras.



- ya ya maricon, lléname con tu lechita, quiero sentirla dentro de mi…



Se quedaron así pegados unos tres minutos para luego separarse, a pesar de la flaccidez de su miembro , era imponente, no podía dejar de verlo, en eso sentí que me tragaba la tierra, cuando el voltio la cabeza y me descubrió, para mi sorpresa solo sonrió y señalando su verga me dice



- se ve que te gusta, pues has mirado todo el tiempo, así que te voy a dar gusto, te doy permiso para que me la limpies debe tener gusto a tu esposa y a mí.



Yo estaba como hipnotizado por esa visión y levantándome empuje la puerta, y entre era un robot, me agache y comencé a chuparla, era riquísima, no podía metérmela toda en la boca con lo grande que era, así que la lamí en toda su extensión, mi cuerpo se sentía poseído de sensaciones nunca antes experimentada, era otro mundo, me excitaba el sabor salado y dulce y sentir esa carne caliente en mi boca. Recién en ese momento repare en mi esposa que me miraba y sonreía. Cuando termine y deje ese magnífico órgano totalmente, nos miró y nos dijo.



- vístanse y váyanse, yo los voy a llamar para continuar los tres otro día.



Beso a mi esposa y señalándome su pieza, me hizo besar su verga, lo cual hizo con mucho gusto.



Me fui con mi esposa y ahora estoy esperando que me llame.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 10
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