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Categoría: Gays

Mi encuentro con Rodrigo

Esta es la primera historia que escribo y será una historia muy especial para mí, ya que se la dedico a la persona que me impulso y me dio los ánimos suficientes y la confianza en mi para hacerlo. Gracias Rodrigo.



¿Cómo lo conocí?... por esas casualidades de la vida y la magia de Internet. Todo comenzó por contarle una fantasía, la cual provocó muchas cosas a futuro que nos llevo hasta el punto de conocernos.



Hasta ese momento solo habíamos hablado por teléfono e intercambiado algunas fotos... pero un día se dio la oportunidad de conocerlo en persona; fue cuando él viaja a Santiago por unos tramites legales debido a que tendría que salir del país. En las conversaciones que tuvimos sobre su ida a Santiago me dio toda la información a donde iba a llegar, era un departamento de un familiar que estaba desocupado porque se encontraba de vacaciones en otra ciudad. La estadía de Rodrigo iba a durar por lo menos una semana, varias veces me pidió que viajara con él, a lo que le respondí que no podía por motivos de trabajo.



Yo me las ingenie para ir a Santiago sin decirle nada y llegar el mismo día que llegaría él con una diferencia de unas horas.



Todo sucedió como esperaba... allí estaba yo muy nervioso parado frente a la puerta de aquel departamento. No sabia como hacer mas grata la sorpresa que le iba a dar, ya que se suponía que no podría viajar. Así que se me ocurrió llamarlo al celular:



- Hola, me respondió



- Hola, como llegaste?



- Bien, un poco cansado por el viaje y a demás que mi bus se retrasó mucho.



- Suele ocurrir, lo importante es que ya estas en Santiago.



Toque el timbre dos veces mientras seguía hablando con él, me dijo que tendría que abrir la puerta porque alguien estaba tocando el timbre así me pidió que lo esperara un rato. Yo le seguía hablando para no cortar la conversación hasta que llegase a la puerta.



Nunca voy a olvidar la cara que puso cuando la abrió y yo por teléfono le pregunté quien era... corto y me miro muy sorprendido y desconcertado a la vez.



Por fin lo tenia frente a mí, atractivo mas que en las fotos, alto, con una mirada muy especial.



- Hola, le dije



Reaccionó ante mis palabras y se acerco a mí dándome un fuerte abrazo y me dijo:



- Que sorpresa, nunca pense que pudieras venir.



Entramos, hablamos de todo, nos reímos y nos observábamos muy detenidamente, nuestros cuerpos, las palabras que decíamos, la expresión corporal, los gestos, en fin, todo lo que ocurría entre nosotros.



En un momento de la conversación, después de cenar, sentados frente a frente y de reinos a carcajadas nos quedamos callados.... Fue un silencio muy especial, solo nos mirábamos y era como si el tiempo se hubiese detenido en ese momento y me dijo con voz muy tierna casi a modo de susurro:



- Gracias, gracias por estar aquí conmigo.



- Cierra los ojos, le dije.



Me pare y acerque a él y le dije al oído muy suavemente:



- Es un placer para mí.



Se levanto y frente a mí me miro con una ternura increíble, se acerco muy lento para darme un beso mirándome fijo a los ojos y no los cerro hasta estar muy cerca de mis labios.



Como explicar ese primer beso, fue algo diferente, sus labios rozaron los míos muy lento y suavemente. Volvió a besarme, pero esta vez distinto, agrego pasión a su beso y lo fue haciendo en forma gradual hasta sentir como su lengua recorría toda mi boca y chocaba con la mía, pasión que comenzaba a quemar el cuerpo, ese calor que hace que el olor de nuestra piel cambie, ese olor de cuerpos calientes que excita con solo sentirlo. Me abrazo y sus manos recorrieron mi espalda del mismo modo que las mías comenzaron a tocar su cuerpo.



Me separe de él para mirarlo, observar al hombre que tantas veces había imaginado y que ahora estaba frente a mí, que lo que iba a suceder no sería producto de mi imaginación sino que sería real.



Poco a poco fue desprendiéndose de su ropa, poco a poco fui descubriendo ese cuerpo que muy detenidamente iba observando. Ambos ya completamente desnudos, frente a frente y sin tocarnos por completo salvo el primer beso que nos dimos.



Mis manos comenzaron a tocar su cuerpo, le cerré los ojos y me dedique a tocarlo con las puntas de mis dedos, empezando por su cara, su pelo, su cuello, sus hombros, sus brazos, su pecho hasta llegar a su vientre, el cual por cierto tenia un cordón de vellos que comenzaba en su ombligo y terminaba en su sexo. La forma de su cuerpo y sobre todo sus vellos me enloquecían, tuve que hacer gran esfuerzo para calmarme y disfrutar al máximo ese momento, disfrutar el tocar cada parte de su cuerpo, sentir la suavidad de su piel, de sus vellos. Puse toda mi mano en su pecho y comencé a tocarlo; me excitaba ver su expresión de placer cada vez que tocaba o rozaba alguna parte sensible de su cuerpo, sentir como se estremecía cuando rozaba las puntas de sus tetillas o cuando recorría su estomago con la punta de un dedo o cuando le tocaba la columna casi llegando a sus nalgas o cuando rozaba los vellos de sus muslos.



Más excitante fue para mí y para él cuando roce por primera vez, después de recorrer cada centímetro de su cuerpo, su miembro.



Era un miembro, a mi gusto, perfecto, era de color rosadito, largo, sin exagerar, grueso, medio venoso, con una cabeza que sobresalía del cuerpo y bien formada de color rojizo y sus testículos eran grandes. Para mi mayor satisfacción todo estaba cubierto de una capa de vellos que hacían que el espectáculo visual sea de películas, su olor era exquisito, un aroma que no se como explicar pero que provoco excitarme más aun.



En ese momento no cavian las palabras, con solo míralo sabia que disfrutaba del momento, podía escuchar su respiración entre cortada y a la vez profunda o sus pequeños suspiros cada vez que tomaba su miembro con mis manos y lo masturbaba, lo hacia muy lento para sentir toda la magnitud de su miembro en mi mano y aguantando las ganas enormes que tenia de llevármelo a la boca para sentir su sabor.



Muy lento lleve su miembro a mi boca, roce mis labios por su cabeza, poco a poco fui abriendo mi boca para que entrase su miembro que prometía un sabor inimaginable, lo cual era muy cierto, era un sabor muy especial, algo difícil de describir, mas aun con las gotas de liquido seminal que salían de él. Sentía como cada vez que lo tenia en mi boca crecía un poco mas, como dilatándose, como si se volviera más grueso; para ese entonces el pene de Rodrigo ya estaba rojo, su cabeza era más impresionante ahora, se veía un miembro más grueso, brillante y mojado por mi saliva. Me acuerdo de esa imagen y realmente todavía me excito.



Luego de esa sesión de sexo oral y a punto de hacerlo acabar, fue el turno de él.



Comenzó por acariciar y recorrer todo mi cuerpo, debo confesar que soy muy sensible a las caricias, mas aun si son bien hechas y Rodrigo sabia perfectamente como hacerlas. Sus manos acompañadas de su boca recorrieron mi cuerpo con distintas intensidades, en algunos momentos suave y en otras con fuerza. Sus manos y su boca recorrieron toda mi espalda, me excito mucho cuando lo hizo con su pera, cubierta de una patilla exquisita, desde mi nuca bajando por mi columna hasta llegar a mis nalgas, fue algo impresionante para mí, sentir como su patilla rozaba cada vértebra de mi columna hasta llegara a mis nalgas. Mordió mis muslos y los apretó con sus manos, luego llego a mi pene y el sexo oral que me hizo fue genial, lo hizo muy lento, disfrutándolo y a mí provocándome unas corrientes por el cuerpo que hacían que tiritara de placer.



Luego se paró y me abrazo muy fuerte, podía sentir el calor de su cuerpo y su olor, el latido agitado de su corazón, del mismo modo en que podía sentir su miembro chocar con el mío.



Fuimos a la cama abrazados y besándonos sin saber por donde caminábamos, nos caímos en la cama y rodamos en ella, yo encima de él y luego él encima de mí, era besarnos con una calentura increíble, tocarnos con desesperación y fuerza entre tantas vueltas que dimos hasta quedar con nuestras cabezas colgando por un lado de la cama. Me pare y me puse frente a su cara por el lado de la cama que colgaba su cabeza, me agache y lo bese lentamente y comencé a avanzar, le bese y mordí su perita, su cuello lo recorrí con mi lengua, llegue a su pecho que también bese, igualmente Rodrigo me hacia lo mismo confirme mi cuerpo iba avanzando por el suyo. Le bese y mordí cada una de sus tetillas, avance por su pecho hasta encontrarme nuevamente con su miembro y él con el mío, la punta de mi lengua recorrió todo su miembro hasta sus testículos, los que bese y me lleve a la boca; luego de hacernos sexo oral mutuamente seguí avanzando por sus muslos que los tenia duros y cubiertos de vellos, se los mordí y bese hasta llegar a sus pies.



En ese momento él se sentó y me dejo a mí en la misma posición que había quedado antes, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo de los pies, una mano en cada pie y subió lentamente por mis piernas hasta llegar a mis nalgas, las cuales acarició con fuerza apretándolas y rozando mi hoyito, siguió subiendo por mi espalda, pero esta vez lo hizo con todo su cuerpo, sentí como su pecho rozaba mis muslos, mis nalgas, mi espalda. Sus manos llegaron a mi cuello, sus dedos acariciaron mi pelo, su pecho estaba en mi espalda y su miembro rozaba mis nalgas, sus movimientos eran circulares y podía sentir como su miembro que antes había tenido en mi boca ahora rozaba mi hoyito como queriendo entrar en él. Era algo muy excitante, mas aun cuando sentí su respiración en mi oído y las palabras que dijo me estremecieron mas aun.



- Te deseo, deseo tu cuerpo, quiero tenerte



Comenzó a morder mi nuca, mis oídos, lentamente bajo besando mi cuello, mis hombros, rozando su pera por mi espalda hasta llegar otra vez a mis nalgas, que por primera vez me las mordía, las apretaba y soltaba, sus dedos rozaban mi hoyito en forma de círculos, aunque no solo fueron esta vez sus dedos sino su lengua. Fue algo que no tengo palabras para explicar, fue una sensación única. Me separo las piernas y me hizo levantar un poco las caderas, me beso todo el culo incluido mi hoyito, su lengua recorrió todo mi agujero como queriendo entrar, podía sentir su saliva caliente, su respiración, su patilla que rozaba mi hoyito, era algo muy excitante, luego no fue solamente su lengua la que quería entrar en mi sino que sus dedos comenzaron a hacer presión para entrar. Primero fue un dedo, luego dos los que comenzaron a entrar y salir alternados por su lengua que mojaba mi agujero para hacer más fácil la tarea, me tenia loco la combinación de dedos con lengua que hacia Rodrigo, solo lograba excitarme mas, cada vez más.



Estando yo así, casi en cuatro patas, me dio vuelta y separo mis piernas para poner la cabeza de su miembro en la entrada de mi culo, sus movimientos eran verdaderamente excitantes, rozaba su cabeza por toda la entrada de mi culo. Mojo su miembro con un poco de saliva y comenzó a introducirlo, lo hacia con gran maestría, como si supiera leer mi mente y saber como me gusta.



Por un momento pense que no seria capaz de poder soportar ese miembro, poco a poco empezó a entrar, primero la cabeza, la sacaba y la volvía a colocar y hacia un poco mas de presión, lo sacaba y volvía a meter cada vez un poco mas adentro. Una vez que logro introducirlo por completo y sentí sus vellos públicos que tocaban mis nalgas, se quedo allí por un momento y empezó a tocar mi cuerpo con caricias muy suaves, era como si tratara de que mi cuerpo y mi esfínter se relajaran y se acostumbraran al tamaño de su miembro.



Fui yo quien comenzó a moverse, a mover las caderas, Rodrigo siguió mis movimientos y lo hizo muy lento, lentamente saco y metió su miembro, podía sentir la magnitud y el calor de su pene cada vez que entraba y salía de mí, luego los movimientos empezaron a ser más rápidos alternado de uno lento, en ocasiones lo sacaba por completo para introducirlo de un solo empujón, lo hacia de una manera increíble.



Tomó mis piernas y se las llevo a los hombros dejando expuesto todo mi hoyito, que para ese entonces ya no era hoyito sino un hoyo después de tanto meter y sacar su pene. En esa posición la penetración y el roce eran mejores, podía sentir como la cabeza de su pene entraba y salía de mí, además que las embestidas que Rodrigo me daba eran más fuertes, de vez en cuando cambiaba de ritmo a movimientos circulares como tratando de meterlo mas a dentro, el dolor que me provocaba rápidamente se transformaba en placer.



Nos separamos y me hizo adoptar la posición de perrito, me tomó de las caderas y comenzó nuevamente a penetrarme, esta vez hubo un poco mas de fuerza, apretaba mis nalgas y las separaba para lograr una penetración mas profunda; mis gemidos ya eran más fuertes, cada embestida era acompañada de dolor, un dolor soportable que era reemplazado por una sensación y excitación increíble al punto de desear que los movimientos fueran más rápidas y fuertes.



Los gemidos de Rodrigo y el sonido de nuestros cuerpos chocando, el entrar y salir de su miembro por mi ano y mis nalgas separadas por sus manos dejándolo expuesto a su voluntad y para placer mío era algo enloquecedor, algo morboso. Opte por cambiar de posición, ya que si seguía así muy pronto acabaría y no era la idea....



Rodrigo se acostó y yo me senté en su estomago, tome sus manos y se la lleve a la cabeza, bese sus brazos, sus axilas cubiertas de vellos, su pecho hasta llegar a su miembro, que daba la impresión de estallar por lo rojo que se veía, mi lengua lo volvió a recorrer y se volvió a perder entre mis labios, el sube y baja de mi boca logro hacerlo acabar, soltó un fuerte gemido y mi boca se lleno de su semen, era un liquido caliente que inundo hasta salir de mi boca.



Lo mire y le dije



- Eso es trampa, yo todavía no he terminado....



Tome su pene y lo ubique en la entrada de mi ano y me senté muy lentamente, sintiendo cada centímetro de su miembro que entraba en mi. Una vez que toque con mis nalgas su pelvis, comencé a moverme muy suave, lento. Rodrigo me miraba y me decía que siguiera así, me tomo de las caderas para mantener el ritmo, le tome las manos y otra vez se la lleve a la cabeza aumentando la velocidad con que me movía, lo hacia con movimientos circulares lentos y rápidos, de vez en cuando apretaba mi esfínter en cada movimiento.



Puse mis manos en su pecho y empecé a levantar mi culo y a bajarlo, subía hasta sentir que llegaba a la cabeza de su pene y luego bajaba lento y después rápido, cada vez más rápido hasta literalmente saltar en su miembro. Fue algo grandioso, llevar yo el ritmo de la penetración, el control. Rodrigo se quejaba de una manera exquisita, que lo único que hacia era excitarme más. Apoye mis manos en sus tobillos para que la forma de penetración fuese distinta, me movía cada vez más rápido, más rápido. Mi cuerpo estaba todo mojado por mi sudor, del mismo modo que el cuerpo de él estaba todo mojado.



Nuestros gemidos iban en aumento hasta que Rodrigo me dice



- Me vas a hacer acabar nuevamente si sigues así moviéndote



- Eso es lo que quiero, hacerte acabar otra vez



Me movía como desesperado, como poseído por una pasión que me quemaba el cuerpo y no podía controlar ni parar, el placer que me provocaba Rodrigo era lo máximo para mí hasta ese momento, nunca nadie me había hecho sentir así, nunca.



De repente siento que grita Rodrigo.



- Voy a acabar.....



Y en el momento que suelta su gemido siento como su semen inunda mi interior con un chorro caliente de tal forma que hace que acabe al mismo tiempo en su pecho. Su semen comenzó a salir de mi ano mientras que el mío salió con tal fuerza que le llego hasta su cara.



Exhaustos y mojados entero después de tanto movernos, nos abrazamos y nos dimos un largo beso hasta quedarnos dormidos....



Al día siguiente desperté antes que Rodrigo, lo observe por un buen rato, recordaba lo que habíamos hecho hace unas pocas horas atrás, le acaricie su cara y cabello. Lo bese muy despacio para no despertarlo y se despertó igual.



- Buenos días



- Buenos días, le dije



- Como dormiste, me pregunto



- Bien, pero lo mejor fue estar y dormir contigo



Me miró sonriendo, me dio un abrazo y nos besamos otra vez, y otra, y otra, y otra vez.


Datos del Relato
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