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Categoría: Maduras

Mi deseada vecina

Esta es una historia real que me paso hace unos años. Me llamo Jose y en su día tenía 26 años. Siempre me dieron mucho morbo las mujeres maduras y mis fantasías con ellas me llevaban a pajearme a menudo.



Hacía poco que había alquilado un piso y la casera, Sara, era por entonces objeto de mis fantasías. Se trataba de una mujer madura, divorciada, muy sensual, creo que tenía 48 años pero muy bien conservada, hacía deporte con regularidad y tenía unas tetas y un culo de escándalo, además vivía enfrente de mi puerta y nos visitábamos habitualmente. Me ponía muy cachondo cuando se arreglaba y ponía unos pantalones ajustadísimos, de esos que se les meten totalmente por el coño y lo marcan claramente.



Un día que la fui a visitar, era un día muy caluroso y estaba en casa únicamente con una camiseta, de esas que son dos tallas grandes y únicamente en bragas, sin sujetador, sus grandes pezones se intuían por debajo de la camiseta y sus bonitas piernas muy bien cuidadas y depiladas me ponían muy cachondo. Solíamos hablar de todo, pero ese día hablamos de una amiga que se acababa de divorciar, tras una corta conversación le pregunté sin ningún tipo de intención qué echaba de menos del matrimonio, y me respondió que lo que más echaba de menos era el sexo. En ese momento mi mente empezó a fantasear y empecé a mirarla con mucho morbo y a pensar en cómo follármela. La conversación poco a poco se fue calentando y yo ya tenía una erección que me hacía daño con los pantalones y que a mí me parecía más que evidente, ya que llevaba un pantalón corto y bastante amplio, creo que ella también se dio cuenta. En ese momento yo ya estaba muy caliente y le pregunté cuando fue la última vez que había besado a un hombre. Ella me contestó:



Pues ya ni me acuerdo, pero a estas alturas dudo que algún hombre se fije en mí.



Yo



Permíteme que lo dude, a mí me parece que estás muy bien y que tienes un gran atractivo, estoy seguro que si quisieras podrías dar mucha guerra y podrías conquistar a cualquier hombre.



 



Sara



Eres un adulador, además no sé si estaré en forma, he perdido mucha práctica y no sé si daré la talla.



 



En ese momento estábamos de pie, a escasos centímetros uno de otro, ella estaba apoyada en la meseta de la cocina, y yo me acerqué a su cuerpo y metí una pierna entre las suyas, podía sentir su respiración agitada, ella me miraba fíjamente con los labios entreabiertos, como pidiéndome que la besara, me acerqué aún más, apenas a unos centímetros de sus labios, sus pechos rozaban el mío y le contesté de una manera muy sugerente:



Si no pruebas no vas a salir de dudas.



Entonces, la abracé y nos fundimos en un apasionado beso, al principio parecía no tener mucha práctica y movía la lengua con torpeza, pero a los pocos minutos parecía toda una profesional, yo presionaba su coño con mi muslo y ella el suyo contra mi polla, la seguí besando con pasión, le besé el cuello y le susurré a la oreja lo caliente que estaba, le pregunté si estaba disfrutando, ella apenas acertaba a afirmar que sí entre jadeos.



En ese momento la conversación se calentó aún más:



Yo



Me va a explotar la polla como siga así…



Sara



Me estas poniendo muy caliente, hacía muchos años que no sentía esto y espero que termines lo que estas empezando.



Yo



Hace tiempo que me pones muy cachondo y eres objeto de mis fantasías, no te imaginas las veces que me he pajeado pensando en ti, te voy a follar como no te han follado en tu vida, así que prepárate para hacer realidad todas tus fantasías.



En ese momento metí las manos por debajo de la camiseta y se la quité de un golpe, deleitando mi vista con el bamboleo de sus tetas y con sus hermosos pezones. Las bragas que llevaba eran muy bonitas, muy sexis para su edad, blancas de encaje, que dejaban apreciar una pequeña mata de bello púbico, ella me cogió por el culo y me apretó aún más contra su cuerpo, nos sobábamos y retorcíamos mutuamente entre besos apasionados, después me desabotonó el pantalón, me metió la mano por debajo de mi boxer, me cogió por el culo y después me cogió la polla.



Sara



Pues sí que estás caliente, menuda polla tienes, lo vamos a pasar muy bien, te voy a dejar seco cabrón, llevas tiempo poniéndome cachonda y creía que no te ibas a decidir nunca, llevo muchos años sin follar y ahora me voy a desquitar contigo.



Se agachó y empezó a mamármela de una manera increíble. Se la metió toda dentro de un golpe, se notaba que tenía ganas de polla, chupaba con deleite mientras se acariciaba el coño por debajo de las bragas, yo la cogía por la cabeza y empecé un baivén de cadera, ella me daba la mano entre chupada y chupada para que la metiera en la boca y le ensalibara los dedos para poder pajearse bien a gusto y meter algún dedo en el coño. Se notaba que estaba disfrutando, sus jadeos eran cada vez más sugerentes.



Yo



Sigue así cabrona, que me voy a correr, después me toca a mí, te voy a comer ese coño de zorra que tienes hasta que te retuerzas de placer, te voy a hacer disfrutar como una loca.



Ella se detuvo unos segundo mientras me pajeaba y me dijo:



Córrete ya, que quiero comerme una buena corrida que hace años que no lo pruebo, venga córrete en mi boca, y empezó a comérmela más rápido a la vez que me tocaba los cojones y me pajeaba cada vez más fuerte.



Yo



Sigue así, sigue, me corro, ahhhhahhh



Era increíble ver como succionaba la polla, la corrida fue enorme, se la tragó toda, tan solo le cayó un poco de semen por la comisura de los labios, se lamía de gusto.



Sara



Menuda corrida, ya no me acordaba lo mucho que me gustaba.



En ese momento se puso de pie y yo la empecé a besar por el cuello mientras acariciaba su culo por debajo de las bragas, llegando a tocarle el coño por la parte de atrás y follándola con un dedo, entre jadeos y jadeos fui bajando, comiéndole primero los pezones, ella me cogió por la cabeza y me empujó hasta llegar a su coño.



Hala, ahora te toca a ti, quítame las bragas y cómeme bien el coño, prepáramelo para una buena follada, te voy a cabalgar hasta que no te quede una gota de leche.



Al quitarle las bragas descubrí un bonito coño, sin depilar pero muy bien arreglado, se notaba que le gustaba cuidarlo.



Yo



Me voy a llevar las bragas como trofeo y me voy a pajear con ellas cuando no te tenga a mano.



Sara



Llévate lo que quieras pero empieza ya a comerme el coño joder, venga cómemelo de una puta vez que voy a explotar de calentura.



Se sentó en la meseta y se abrió completamente de piernas y yo comencé a jugar entre ellas, primero le besé la cara interna de los muslos, me iba acercando poco a poco, su excitación aumentaba y su respiración se agitaba cada vez más, cuando llegué a los labios vaginales ella ya no podía más, cuando le succioné el clítoris dio un tremendo suspiro y empezó a jadear y a decir:



Sigue, chúpamelo así, sigue cabrón, me estas volviendo loca, ahora fóllame con la lengua, venga sigue que ya casi estoy a punto para que me montes.



Me cogía la cabeza y me apretaba contra su coño a la vez que movía las caderas al ritmo de mi lengua, yo ya estaba otra vez con la polla dura, estaba muy caliente y con ganas de follármela.



Sara



Ya está bien, fóllame, pero ve con cuidado que me tienes que abrir de nuevo el coño, que llevo tiempo sin sentir una polla dentro.



La cogí por la cintura, le puse la punta de la polla en el coño y se la fui metiendo poco a poco, al principio me costó un poco metérsela, pero enseguida entró entera. Empecé entonces a darle ritmo a la follada. Me abrazó y me rodeó con sus piernas, le cogí el culo y la llevé montándola hasta la habitación. La tiré sobre la cama sin sacarla y al caer le dí un gran golpe de cadera que la hizo gritar de placer.



Sara



Ahhhhhh, cabrón que me vas a destrozar el chocho.



Empecé a follármela poco a poco, mis caderas se movían suavemente, ella me daba golpecitos en el culo para que acelerara, se notaba que quería que le diera más caña.



Sara



Sigue, fóllame más rápido, sigue, ahhhhhhhhh, venga cabrón, hazme gozar.



Me cogió por el culo con fuerza, clavaba sus dedos en mi culo y me marcaba el ritmo, estaba disfrutando como una perra. Yo mientras le chupaba los pezones y se los mordisqueaba, me encantaban sus tetas con esos pezones turgentes, ella me chupaba la oreja y me decía al oído.



Sigue cabrón, si haces que me corra voy a ser tu puta para siempre, voy a satisfacer todos tus deseos y fantasías sexuales sean del tipo que sean, venga fóllame así, no pares, sigue, haz que me corra.



Puse sus piernas encima de mis hombros y la follé con más fuerza, le metía los dedos en la boca y me los chupaba con ansia, los estaba preparando para follarle el culo de nuevo.



Yo



Prepárate que solo estoy empezando, ponte a cuatro patas que te voy a follar desde atrás.



Puso el culo en pompa con las piernas muy abiertas, se le veía un culo impresionante para una mujer de su edad, la visión era inmejorable, su coño abierto y empapado y su culo en posición, la cogí de las caderas, le puse la polla en la entrada del coño y se la metí de un golpe.



Sara



Ahhhhhhhh, ve con cuidado cabrón, que me vas a romper.



Yo



Calla y disfruta puta, no me digas que no te gusta.



Se notaba que este tipo de lenguaje la excitaba más aún, aceleré el ritmo, la cogí por los codos y le puse los brazos hacia atrás y la follé con fuerza.



Sara



Sigue así, fóllame así, sigue, ahhhhhh, sigue.



La solté y puso los brazos a ambos lados de la cabeza que tenía apoyada en la almohada, yo estaba a punto de correrme viendo como disfrutaba la muy puta, le metí un dedo por el culo, después dos y empecé a follárselo con más ritmo.



Sara



Dioooosssss, voy a correrme como una puta, dame más y córrete ya, lléname el coño de leche.



Yo



Prepárate que me voy a correr puta,



Aceleré las embestidas, entonces ella me sorprendió diciendo:



Métemela por el culo, venga, fóllame el culo y córrete dentro.



Apunté bien, le puse la polla en la entrada de su ano y la empecé a penetrar poco a poco, estaba bastante dilatada fruto del trabajo que había realizado con mis dedos, al final se la metí de un golpe y la empecé a taladrar, estaba a punto de correrme.



Yo



Toma cabrona, disfruta, te voy a inundar el coño de leche. Ahhhhh, Me corro Ahhhhhhh.



Saqué la polla y me tumbé boca arriba, ella se dio la vuelta y me empezó a comer de nuevo la polla.



Sara



Me encanta comer la polla después de una buena corrida hasta que quede flácida, te la voy a dejar bien limpia.



Yo



Chúpala todo lo que quieras, pero si sigues así espero que estés preparada para otra follada, porque no va a tardar en ponérseme dura.



Sara



Vale, lo voy a dejar para otra ocasión porque me tengo que ir, eso te salva, que sino te iba dejar la polla pelada.



Me dio un beso en la boca y se levantó, fue a por las bragas y me las trajo y me las dio diciendo:



Toma este regalito, ya que te pajeas tanto pensando en mí y que te gustan tanto mis bragas, así tendrás algo que te ayude. Acuérdate que te dije que iba a satisfacer tus deseos sexuales, voy a ser tu esclava sexual cuando quieras.



Me vestí rápidamente y fui hasta la puerta, ella continuaba desnuda ya que se iba a duchar y arreglar para salir, nos dimos un beso y le dije:



Mañana, cuando vengas de trabajar quiero que te duches y que me recibas completamente desnuda, con una toalla que te tape lo justo, las tetas y la mitad del culo y quiero que te pajees y estés a punto para follar, quiero tu coño completamente depilado y mojado para lo que yo desee. Te quiero preparada para las 7 de la tarde, te garantizo que vas a disfrutas, además te tengo preparada una sorpresa.



Sara



Voy a estar impaciente y cachonda hasta entonces, no sé si no me tendré que pajear pensando en ese momento.



Yo



Bueno, pero tienes prohibido correrte hasta que yo te lo diga.



 



Continuará…..


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
  • Votos: 1
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