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Categoría: Maduras

Mi deseada vecina 2

Al día siguiente, al despertarme por la mañana no me podía quitar de la cabeza el polvo del día anterior, me preguntaba si a Sara le pasaría lo mismo y si cumpliría mis instrucciones tal y como le indiqué. En fin, como no había más remedio, me preparé para ir al trabajo. Durante toda la mañana no me pude concentrar, deseando que transcurriera rápidamente el tiempo para volver a estar con ella, para poder disfrutar de su cuerpo y para satisfacer todas nuestras fantasías sexuales. Una de las cosas que más me excita es hacer disfrutar a una mujer, verla gozar y retorcerse de placer, y no cesaba de hacer volar mi imaginación pensando en qué podía hacer para que disfrutase lo máximo posible.



El tiempo transcurría lentamente y por fin llegó la hora. Haciendo gala de una puntualidad británica, toqué el timbre de su puerta a las 7:00 p.m.. Se hizo de rogar un poco ya que tardó un par de minutos en abrir, lo hizo con un inusual gesto de timidez, asomando un poco la cabeza y abriendo la puerta lo justo para que pudiese entrar, recibiéndome con apenas un susurro.



- Hola, pasa rápido, que no me vean los vecinos.



Al cerrar la puerta comprobé, deleitándome con la visión que Sara me ofrecía, que había cumplido las "órdenes" que le di el día anterior, tan solo portaba una pequeña toalla blanca, que apenas le tapaba sus tetas y culo, la tenía que sujetar con una mano para que no se le cayera, rodeando su cuerpo por encima de sus pechos, dejando a la vista también el lateral izquierdo de su cuerpo, desde la axila hasta la cadera, su piel estaba húmeda, y su pelo estaba mojado, esta claro que aún estaba en la ducha cuando sonó el timbre, un rastro de agua que venía del pasillo no dejaba lugar a dudas, solo faltaba comprobar si se había depilado como le indiqué, puse mi mano en la cara interna de su muslo derecho y fui subiendo poco a poco hasta alcanzarle el coño, el tacto era muy suave, parecía haberse aplicado algún tipo de crema hidratante, pude apreciar que estaba recién depilada.



Al alcanzar su sexo dio un respingo y un pequeño jadeo, ya se empezaba a notar cierta humedad en su coño, probablemente se había pajeado en la ducha para estar preparada tal y como le indiqué, me la imaginé abierta de piernas y dirigiendo el chorro de la ducha hacia su coño, acariciándose pensando en la follada que la esperaba...



Sin decir nada, me puse a su espalda y la abracé pegando mi cuerpo al suyo, mi miembro ya estaba completamente erecto, haciéndose notar estratégicamente entre sus nalgas, ya que portaba un pantalón de chándal holgado. Ella permanecía inmóvil y su respiración empezaba a acelerarse poco a poco. Coloqué las palmas de mis manos en la cara interior de cada uno de sus muslos y la apreté fuertemente contra mi cuerpo, ella instintivamente abrió un poco las piernas y restregó su culo contra mi polla, fui dirigiendo lentamente mis manos hacia su depilado coñito acariciándola suavemente, primero le acariciaba los labios externos mientras la besaba en el cuello y le chupaba el lóbulo de la oreja, ella jadeaba y me cogía con su mano derecha por la nuca, el grado de excitación aumentaba por momentos. Entonces le susurré al oído:



- Veo que has cumplido tu parte del trato, ahora me toca a mí cumplir la mía.



- Soy toda tuya – me decía entre jadeos - mi cuerpo está a tu disposición para lo que desees, todavía no me puedo creer que me vaya a follar otra vez a un tío 20 años más joven que yo, quiero satisfacer tus más inconfesables fantasías sexuales, incluso seré tu esclava sumisa el tiempo que quieras.



-shiissss, silencio, olvídate de todo, relájate y disfruta del momento. Síiiii, vas a hacer todo lo que yo te diga, vas a correrte dándome placer y a disfrutar del sexo como no lo has hecho en tu vida.



La toalla ya se había caído al suelo hacía un rato, con una mano le cogí el pecho y con los dedos pulgar e índice le acariciaba su pezón muy duro ya desde hacía un buen rato, mientras que con la otra, me afanaba en masajearle el coño para hacerla llegar al máximo grado de excitación posible, con la palma de mi mano le acariciaba el pubis y con mis dedos anular y corazón le daba un masaje en el clítoris, acercándome con un movimiento rítmico de vaivén poco a poco a su vagina hasta llegar a penetrarla completamente. Ella acompañaba mis caricias con un movimiento de pelvis restregando su culo con mi paquete.



-Ahhhhh, sigue así, sigue, ahhhhhhh, estoy empapada, fóllame yaaaa, no puedo aguantar más.



-Shhissss, quiero que disfrutes, que lo desees de verdad, ya lo creo que te voy a follar bien follada, pero cuándo yo quiera y como yo quiera.



Me detuve entonces en medio de su excitación, me costó trabajo ya que yo también estaba muy caliente y excitado, mi polla me iba a explotar. Le dije que no se diese la vuelta y di un paso hacia atrás, deleité la vista con su esbelto cuerpo completamente desnudo, húmedo, espléndido. Me quité la ropa quedándome únicamente con un tanga blanco que apenas retenía mi erección y que realzaba mi moreno y musculado cuerpo, era mi primera sorpresa. Le "ordené" que se diese la vuelta lentamente. A medida que se iba girando iba aumentando mi deseo de follármela, no podía retener mi polla dentro del tanga, se salía por la parte superior. Ella al darse la vuelta y verme, se quedó mirando fijamente mi polla, estaba deseosa de ser penetrada, de ser follada salvajemente.



-¡Qué!, veo que te gusta lo que ves, desde luego yo también estoy disfrutando con la visión de tu cuerpo, estás impresionante – le dije mientras la miraba de arriba a abajo.



-Me preparé para ti, espero que sea todo de tu agrado.



Me acerqué a ella y la besé apasionadamente cogiéndole el culo y apretándola contra mí, estábamos muy calientes y no podíamos esperar más, la cogí de la mano y fuimos a la habitación. Al llegar nos volvimos a besar apasionadamente, puse las manos en sus nalgas estrujándolas con fuerza y metí una de mis piernas entre las suyas, notaba ya la humedad de su coño en mi muslo, ya que ella también se apretaba contra mí y restregaba su cuerpo contra el mío, movía la cadera compulsivamente masturbándose, follando mi pierna, el contacto de su sexo con mi muslo la excitaba, los flujos de su coño resbalaban por mi pierna y facilitaban la estimulación, nos acariciábamos y nos sobábamos salvajemente.



-Fóllame ya por favor, no aguanto más, no estuve tan caliente en mi vida, mi coño está ardiendo, necesito que me penetres, que me la metas ya.



-Así me gusta, que me supliques, que me ruegues..., tranquila…, todo llegará a su debido tiempo, ahora, quítame el tanga, cómeme la polla y esmérate, si me haces disfrutar, tal vez después te de lo que quieres.



Se puso en cuclillas con el coño y las piernas completamente abiertas, sabía que eso me excitaba. Al bajarme el tanga mi polla salió como un resorte de su prisión y pudo comprobar que yo también estaba completamente depilado, esta era mi segunda sorpresa, de esa forma podría comerme mejor la polla y los huevos, eso le gustó, miró mi polla con cara de deseo y satisfacción, cogió mi erecto miembro con una mano y se lo metió en la boca, empezó primero a chuparme el capullo con movimientos circulares de su lengua, yo la miraba y disfrutaba, aparte del placer que me hacía sentir, la visión de una mujer de su edad y con su atractivo comiéndome la polla de cuclillas y con las piernas y el coño completamente abierto y expuesto me estaba volviendo loco, me ponía muy cachondo. Se intentó llevar la mano al sexo para pajearse, pero no se lo permití, quería que estuviese ansiosa por ser penetrada, que no pudiese aguantar más, que me suplicase, que se corriese como una perra cuando la follase, que se retorciese de placer. Me empezó a lamer la polla por la parte inferior, a pasar su lengua desde los huevos hasta el glande, se metía los huevos en la boca y los chupaba mientras me pajeaba, estábamos disfrutando ambos del momento. Luego de repente, se metió toda la polla en la boca de un golpe y me cogió con las dos manos por el culo, me la chupaba salvajemente y yo la acompañaba con mis caderas, la cogí por el pelo y me follaba su boca como un loco, nunca me la habían chupado de esa forma. No podía aguantar más, me iba a correr.



-Ahhhh, para, para que me voy a correr, deja de chupármela así que no aguando más.



No quería acabar todavía, prefería follármela y correrme dentro de su coño, inundarla con mi semen.



Se fue incorporando lentamente, lamiéndome mi torso, deteniéndose en mi abdomen primero, luego en mi pecho y chupando mis pezones mientras acariciaba mi culo y espalda, me estaba volviendo loco, llegó a mi cuello y me mordisqueaba y chupaba como una caliente veinteañera.



Yo ya no podía más, me la tenía que follar ya, la cogí por el culo, ella dio un pequeño salto y se subió a mi cintura rodeándome con sus piernas, para la edad que tenía estaba en muy buena forma física, la levanté ligeramente, puse mi polla en la entrada de su coño y con un fuerte y seco golpe de cadera se la metí hasta los huevos.



-Ahhhhhh, que ganas tenía de que me la metieras, no aguantaba más, fóllame fuerte, venga, muévete, dame caña, llevo todo el día pensando en tu polla, en la follada que me diste ayer, creí que no iba a aguantar, quiero correrme, necesito correrme, vamos, dame más.



-Yo también lo estaba deseando, ¿te gusta como te follo?, dímelo, ¿quieres que te folle más fuerte, que te la meta más rápido?, ahhhh, ahhh, venga, ahhh, ahhhhh, dime como quieres que te folle.



-Dame caña cabrón, dame más,ahhhhhhh, así, más rápido, cógeme fuerte por el culo y fóllame, venga, ahhhhhhh.



Estábamos disfrutando al máximo, desde luego, era la mejor follada de mi vida. El ritmo era brutal. La cogí por las piernas y me deje caer sobre ella encima de la cama, al notar el contacto di una embestida mayor aún con mi polla que la hizo estremecer, me clavó las uñas en mi espalda, sus jadeos aumentaron de volumen, se estaba a punto de correr.



-Sigue así, ahhhhh, ahhhhhh, me voy a correr, no pares, cómeme las tetas, chúpame los pezones mientras me follas, ahhhh.



Fiel a sus deseos, mientras la taladraba le cogía las tetas, las apretaba y me las metía todo lo que podía en la boca, las chupaba con deseo, le mordisqueaba los pezones, se los succionaba, ella mientras me cogía por las nalgas y me apretaba contra su coño, me marcaba el ritmo de la follada, jadeaba, por momentos me chupaba el cuello, me mordía el lóbulo de la oreja, estaba ya a punto de correrse.



- Córrete, quiero que nos corramos juntos, quiero que tu corrida se mezcle con la mía, córrete, rápido, ahhhh, síiiiiii, más fuerte, fóllame, ahhhh, voy a correrme yaaa.



-Sí, estoy a punto – le dije entre jadeos – me corrooo, ahhh.



Nos corrimos a la vez, le inundé el coño de leche, mientras me corría aumenté la fuerza de las embestidas hasta que no pude más, con la última embestida ella me cogió el culo y empujó su cadera contra la mía, no dejaba que la sacara, entonces me dejé caer sobre ella y estuvimos en esa posición, con mi polla desinflándose dentro de su coño durante unos minutos, jadeantes, sudorosos,…



-Diosss, que bueno, casi me matas de gusto…, después de tantos años sin follar no pensaba que podría disfrutar de esta forma.



-Desde luego, no sé cómo follarías cuando eras más joven, pero por lo que estoy comprobando debías ser toda una fiera en la cama.



-Pues la verdad, creo que lo hago mejor ahora que entonces. Vete preparándote que todavía no has acabado y esto no ha hecho más que empezar, tenemos todo el fin de semana por delante, te voy a dejar unos minutos para que te recuperes porque ahora quiero llevar yo la iniciativa y lo vas a necesitar…..


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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