Abrí la puerta de casa y...sorpresa, mi cuñada, su hijo de 2 años y mi suegra. Muchas veces recogian a mi hija en la guarderia y los cuatro comian en casa, hoy era un día de esos.
-Pasa - dijo mi suegra-he preparado pollo.
-Voy, dejo los trastos del trabajo, me cambio y estoy con vosotras-dije.
De camino al cuarto, no pude dejar de mirar a mi cuñada, lo bien que le quedaban la falda ceñida a las caderas, del uniforme de azafata, y la camisa entallada, con esos dos senos tungentes a punto de reventar los botones,solo contenidos por un sujetador, que adiviné negro y de encaje.
Comimos y nos relajamos, mi suegra con los niños en el sofa y mi cuñada y yo en la mesa, tomando café y charlando de los niños y del colegio.
No tardaron los niños en dormirse al igual que mi suegra, estirados en el sofá mientras el culebrón de turno no dejaba de sonar.
-Si quieres ropa de tu hermana para estar más cómoda, cojelá, que me parece que la siesta va a ser larga- le dije a mi cuñada.
-Si, peró mejor me ayudas que no se donde tiene mi hermana las cosa-
-De acuerdo-dije, y entramos en el cuarto y de allí al vestidor.
-Aquí tienes unos shorts, ahora te busco un top- dije, mientras dejaba los primeros sobre la cómoda. Cual no fue mi sorpresa al girarme con el top y ver a mi cuñada con una pequeña tanga que justo cubria una zona perfectamente depilada donde se adivinaba un pequeño "hilo" de pelo rasurado, y sus maravillosas tetas apretadas en un sujetador negro con trasparencias que dejaban entrever unos pezones grandes y obscuros. Imagino que mi cara debio ser un poema, però ella con una sonrisa pícara dijo- Cuñado que la ropa interior es como un bikini y además todo queda en familia, ¿no? y volvio a sonreir, quitándose el sujetador. Aquí ya no pude más, la agarre por el culo y clave mi boca en sus tetas, chupé, lamí sobé con desesperación al tiempo que apartaba su tanga, colocaba sus pierna sobre las cajoneras de la ropa y le clabava mi polla, a punto de rebentar dentro de su rajita rosada y empapada.Ella gemia sin parar, se movia como una anguila hasta que sin remedio se corrio, como una posesa. Para acabar yo, la giré hacia la pared, agarré sus tetas y des de detras la follé de nuevo hasta correrme yo... de pronto...(continuará).