"Mi cuñado Tony me hace el mejor sexo que nunca he tenido. "

Me llamo Karla, soy de piel blanca, senos redonditos pero pequeños copa “A”, con nalgas redondas y respingadas, de 1.65 mts. de estatura. Mi cuñado Tony, es un moreno de cuerpo atlético, de vello en pecho piernas y brazos, tenía poco mas de un año casado con mi hermana Sandra, quien trabaja como agente de seguros y continuamente sale de la ciudad, en esta ocasión fue a un curso por una semana, cuando regresamos de dejarla al aeropuerto, nos sentamos a ver una película, Tony se puso un short y una camiseta de tirantes, yo me puse un short ajustado y una blusa de tirantes blanca, no me puse sostén y mis pezones se traslucían un poco, después de un rato viendo la película, en una escena erótica, note sobre el short de Tony que su pene tomaba fuerza.

- Ya extrañas a Sandra, verdad? Estas acostumbrado a darle todas las noches.

- ¿Qué dices? – intentó fingir que no entendía.

- Los escucho casi todas las noches, los gemidos y gritos de Sandra, se que deseas penetrarla por el culo y ella no se deja.

- ¿¡Pero nos has espiado!?... – dijo en un tono algo avergonzado.

- No… para nada, solo los escucho… y ahora veo que andas ansioso y se que tiene tres días que no te coges a Sandra.

- ¡Bueno!, es que anda con lo de la menstruación, que le dura tres días y dos días antes nos disgustamos, hoy era el último día y se va por una semana y yo tengo cinco días de abstinencia y lo que me falta.

Yo estaba sentada junto a el, sólo gire un poco quedando al lado de el y comencé a acariciarle la pierna, rosando lo vellos de sus piernas entre mis manos, note que su pene volvió a tomar firmeza y Tony nunca me rechazó, yo decidí ir por todo, comenzando a tocarle el pene por encima de su short, el solo cerro los ojos y se deslizó sobre el sofá recostándose un poco más, aproveche para meter la mano y agarrarle su pene y sacarlo de debajo del short, mi sorpresa fue que saque tremendo miembro, lo tome con ambas manos y salía toda la cabeza.

- ¡Con razón grita tanto mi hermana!... ¡tienes tremenda verga! – y sin perder tiempo me agache a chupar ese delicioso manjar.

Mis manos acariciaban el pene y los huevos, mi boca se apresuraba a recorrer todo ese tronco, le quité el short por completo y me arrodille entre sus piernas, seguí chupando, mis manos acariciaban todo lo que podían, me quite la blusa y el short quedando desnuda completamente, el se enderezó y comenzó a tocarme las tetas, me puso de pie se hincó frente a mi y comenzó a comerse mi vagina de la forma mas deliciosa que me habían comido, la recorría de arria a abajo, metía la lengua lo mas profundo que podía, jugaba con mi clítoris, sentí como el calor invadía todo mi cuerpo haciéndome llegar y tomándose todos mis jugos, mis piernas perdieron fuerzas y busqué sentarme en el sofá, el me jaló poniendo mi cadera a la orilla del sofá y comenzó a tallar su pene a lo largo de mi vagina, eso me encendió mas y mas, ya estaba muy caliente, le dije.

- Entra ya Tony, quiero sentirte dentro de mí.

Sin decir nada, empujó poco a poco su pene y yo sentía como iba entrando en mí, haciéndome mover en círculos mi cadera para gozar al máximo, el movimiento de sus caderas hacia saltar mis pequeños senos al mismo ritmo, gritaba y gemía en cada embestida, veía su cara como gozaba poseyéndome, me levantó las piernas colocándola en sus hombros sin dejar de moverse, después de un rato, me hizo girar poniéndome de lado no paraba de empujármela, después me la sacó y me puso hincada en al sofá, apoye mis brazos en el respaldo y me penetró de un solo empujón, yo grite de placer, me dolió pero me gustó, me dio así un rato, giré mi cabeza para verlo y le dije.

- Intenta metérmelo por el culo.

Sin decir absolutamente nada, empezó a chuparme el culo, lo llenaba de saliva, eso me prendía mas y mas, lo preparaba para penetrarlo, me metía un dedo, me chupaba, me volvía a meter el dedo, así estuvo dándome un rato y al fin lo colocó el la entrada y empujó, lo metió un poco, sentí que me partía el culo, grite, se detuvo, volvió a empujar, gemí y grité, el lo hacía con cuidado, volvió a empujar y sostenía mis caderas para que no me zafara, sentía como ese trozo de carne dura me partía en dos, cuando mi culo se acostumbro a ese gran pene, empezó con el movimiento de mete y saca, poco a poco el dolor se convertía en placer y mas placer, gritaba y gemía cada vez mas y mas, el también gemía y me decía.

- ¡Que rico culo tienes Karlita!... apretadito y sabroso.

Me agarro las tetas y me jaló hacia el, gire mi cabeza y nos besamos apasionadamente, nuestras lenguas jugaban una con la otra y su pene seguía con un suave vaivén dentro de mi culo, de repente me empujó al sofá y aumentó la velocidad de sus embestidas, yo gemía a gritos, sabía que estaba a punto de acabar y así fue, saco su pene y lo puso a la entrada de mi culo soltando la leche caliente contenida en cinco días, rociándola en toda mi espalda, me desplome sobre el sofá, cansada, agotada, con el culo adolorido, el también se sentó en el sofá, me acerqué a el y le di un tierno beso y me fui a bañar.

Esa noche y toda la semana dormimos juntos, haciendo el amor todos los días, cuando regreso mi hermana nuestros encuentros fueron mas espaciados, yo seguía escuchando a mi hermana gemir y gritar casi todas las noches, pero ahora sabía que también a mí me hacía gemir y gritar. Ya pasaron ocho años de esto que les cuento, hace cinco me case y vivo en otro lugar cerca de la casa de mi hermana y mi cuñado Tony, pero seguimos haciéndolo cada vez que podemos, porque ni mi marido me hace gozar tanto como lo ha hecho Tony desde entonces.