Hacía mucho calor, así que me levante para beber un vaso de agua. Iba medio adormilada y me pareción ver que eran las 2:30 de la madrugada. De pronto vi algo que me despertó por completo. Vi a mi compañera de piso en el salón. Estaba estirada en nuestro sofá, desnuda mientras miraba una película X en la televisión. En un primer momento pense en olvidar mi vaso de agua y volver a mi habitación, pero sólo una parte la que llevé a cabo, olvidar mi vaso de agua. Me quedé allí mirando a Carla, que así se llama. Veía como tocaba con una mano sus senos, chupaba sus dedos y se tiraba de los pezones, aquello me puso a cien. Su otra mano restregaba con energía su sexo y pude distinguir como introducía tres dedos. El ritmo cada vez era más rápido y comenzó a gemir. Yo estaba tan cachonda que tuve que comenzar a masturbarme si no quería reventar. Mientras tenía ese espectáculo en vivo, en la pantalla del televisor se veía a dos chicas exuberantes practicando un 69. Dios.....no podía más...Comencé a introducir mis dedos y los gemidos iban casi al unisono con los de Carla, hasta que empecé a tener convulsiones y llegó un maravilloso orgasmo. Me dirigí hacia mi cuarto en el que me tuve que volver a masturbar con la imagen de Carla en nuestro sofa.
Pensé que no era la primera vez que ella hacía algo así, por lo que comencé a espiarla y descubrí que casi todas las noches lo hacía, cuando creía que yo estaba dormida. También pude ver que sólo veía películas entre mujeres.
Pasó como dos semanas en las que cada noche mi compañera y yo disfrutabamos pero sin que ella supiese que yo la espiaba.
Un día comencé a pensar que quería probarla, hacer con ella todo lo que la hacía masturbarse, a mi siempre me había rondado por la cabeza la idea de acostarme con una mujer y que mejor que hacerlo con Carla, así que decidí hacerlo.
Esa noche, Carla puso su película, en la que dos chicas jugaban con un pene de plástico. Carla que llevaba su camisón y sus braguitas, abrió poco a poco sus piernas y comenzó a acariciarse la parte interna del muslo, mientras que con la otra mano desabotona el camisón y estrujaba sus pezons con sus dedos previamente mojados con su saliva. Después de un rato así, se quitó su camisón. Pense que era el momento, ella estaba sentada y no me vería llegar por detras.
Así lo hice, me coloqué detrás del sofá y comencé a a masajear sus pechos. Al principio se asustó (lógico) pero después comenzó a gozar. Mientras yo tocaba sus pechos ella le daba restregones a su coñito humedo. Yo ya estaba que no podía más y di la vuelta al sofá y comenzamos a besarnos apasionadamente.
No hablamos nada, sólo nos tocabamos. Carla me desvistió y me tumbó en el sofá. Se puso a horcajadas encima mio y chupó todas mis enormes tetas, las masajeaba y mordisqueaba....ummm que gusto sigue.....
Una de sus manos descendió hacia mi sexo, que estaba ansioso por recibir cariño. Metió un dedo sin ninguna dificultad pues yo ya estaba chorreando en abundancia. Tampoco costó el segundo ni el tercero, asi hasta que metió sus cuatro dedos y movió el brazo con energía lo que provocaba en mi oleadas de placer que hacían que no pudiese parar de gemir, ahhhh siiii sigue....no vayas a parar....
Con todo esto ella comenzó a bajar hacia mi sexo el que mordió, chupó e hizo con el de todo. Lo que más me gustaba es cuando con la punta de su lengua movía mi clítoris durante unos segundos y acto seguido la introducía hasta que podía en mi vagina. mmmmm como me gustó... Evidentemente tuve varios orgasmos.
Llegó su turno y comencé a hacer lo mismo que ella me había hecho pero cuando parecía que ya iba a llegar a su primer orgasmo, me subí encima de ella y frotamos nuestros coños, hasta que no pudo más.....mmmmm todos eso ricos líquidos en mi boca....
Una vez que me los tragué todos, sin decir una palabra se levantó. Al momento llegó con un pene de plástico de unos 20 centímetros y de un grosor bastante considerable, de esos que llevan correas para atarlo a la cintura y parezca que es propio. Nada más vernos nos miramos con malicia a los ojos y supimos que iba a ser el mejor polvo de nuestras vidas. Ella se fué acercando, y lo tocaba como si estuviese haciéndose una gran paja, lo cual nos puso cachondas y......
si les gustó este, diganmelo y les contaré el final