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Categoría: Maduras

Mi aventura con mi joven vecino Rubén.-IV

Recordarán que en el relato anterior nos quedamos que tras contar Rubén a Esperanza la historia de su madre está muy triste e incluso se encuentra llorando y Esperanza trata de consolarle, lo que lleva que de nuevo follen en el camino antes de llegar a la finca del amigo de Rubén. Tras esto se arreglan y emprenden de nuevo camino hacia la casa y finca del amigo del chico. Ahora que ya están ustedes puesto en situación y localizado en donde nos quedamos, continuamos con la historia.



A los 15 minutos llegamos a la finca de José Luis, el amigo de Rubén. Era una pequeña finca como de unas 5 o 6 hectáreas con una casa grande, tipo cortijo castellano, que tenían sus padres para pasar los fines de semana y algunas que otras temporadas de vacaciones, no la daban otro uso que el recreo. Tenían al cuidado de ella y empleados  a un matrimonio de unos 50 años él y ella poco más o menos de mi edad, es decir entre 40 y 45, que se encargaban de cuidar la casa y  la finca, viviendo en otra casita más pequeña un poco apartada de la principal. La finca tenía unas naves que eran las antiguas cuadras (donde los antiguos propietarios habían tenido varios caballos), unas cochineras y un gallinero. Los padres de José Luis, se lo tremían cedido o prestado a los guardeses, los cuales tenían en la cuadra a dos caballos y tres vacas de leche, en la cochinera tenían varios cochinos, no sé decir con exactitud el número, pero no menos de 10 y todos negros ibéricos, y en el gallinero tenían bastantes gallinas.



Cuando llegamos eran ya las 14,15 de la tarde, nos hubimos entretenido más tiempo que lo que pensábamos en el camino, José Luis salió a recibirnos diciéndonos:



“Rubén estaba ya preocupado, habéis tardado bastante desde que me telefoneaste diciendo que salíais”



Rubén le contestó, justificándose, diciéndole:



“Perdona José Luis, pero es que hemos tenido un problemilla en el camino y nos hemos tenido que entretener en solucionarlo, por eso nuestro retraso”



José Luis era un chico, poco más o menos de la edad de Rubén, de unos 19 ó 20 años, un joven de al menos 1.80, mucho más fuerte alto y delgado, que mi joven amante (Rubén), con un cuerpo atlético, a través de su camiseta se le podía apreciar su músculos pectorales, debía de practicar bastante deporte, pues su cuerpo así lo reflejaba.



El anfitrión dirigiéndose a mí y dándome un beso en cada mejilla, le dijo a Rubén:



“Esta belleza debe de ser tu madre, ¿no Rubén?”



Al chico no se le iban sus ojos de mi anatomía, la cual se mostraba casi toda bajo mis ropas. A mí al ver cómo me miraba y ver cómo iba vestida, me dio algo de vergüenza y seguro que debieron salirme los colores en la cara y él debió de notarlo. Rubén le contesto:



“No, José Luis, es mi tía, la hermana de mi madre. Mi madre a última hora no ha podido venir, pues la ha surgido un tema. Pero mi tía que estaba en casa se brindo a ser ella la que me acompañara a pasar el día en tu casa”



José Luis, entonces dijo:



“Es una lástima, me hubiera gustado conocerla. Perdone señora no es que me disguste que haya venido usted. Pues me parece preciosa y muy guapa. Lo que pasa es que Rubén me había hablado, bueno nos había hablado a todos, tanto de su madre, de lo guapa que es, de su forma de ser y de lo cariñosa que es con todos. No importa pero me hubiera gustado conocerla, otro día será”.



Entonces Rubén le contesta:



“No te preocupes José Luis, mi tía Esperanza, es también muy simpática y alegre y .- no debería decir esto, pues soy su hijo- pero es más guapa que mi madre y está más en nuestra ola, la gusta vestir juvenil, despreocupada, bueno ya ves como ha venido vestida.”



El chico al oír esto se le alegró la cara y echo una fuerte carcajada. Estaba claro que, mis consejos a Rubén para que no hablara mal de su madre habían llegado tarde. Pues por lo que había dicho su amigo, al enterarse de la contrariedad de que yo no era su madre, estoy segura que Rubén ya habría comentado cosas del comportamiento de su madre delante de sus amigos y en definitiva sus amigos se había hecho una idea de ella como una verdadera golfa, Con este pensamiento, seguro que surgió la idea de la invitación a la finca de hoy, en la cual todos pensaban que se la beneficiarían, que sería su juguete sexual entre sus manos y que al final sería follada y poseída por todos los que hoy acudirán a esta reunión (pues no sé cuantos amigos son los invitados). Yo, no había venido engañada y si sabía a qué venía, pues mi amante me lo había dicho y me había pedido que  le diera el gusto de hacer realidad su fantasía de entregarme a él y a todos sus amigos ese día. Permitiéndoles hacer con mi cuerpo todo lo que ellos quisieran y se les antojara hacerme.



Tras esto, el anfitrión nos invitó a pasar, diciéndonos:



“Bueno, ahora ya estáis aquí, y yo ya estoy más tranquilo. Pasad, vamos a comer, que se nos hace tarde. Almudena  (era el nombre de la mujer, del matrimonio que tenían de guardeses), nos ha preparado una buena comida. Como se hacía tarde la he dicho que se marchara a comer con su marido, que nosotros nos arreglaríamos solos, para servirnos y recoger. Después más tarde, a eso de las 4, 30 vendrá a limpiar la loza y la cocina.”



Cuando íbamos a entrar les dije:



“Tenemos que ir al coche, Rubén, tenemos el bolso y tu mochila en él, deberíamos de descargarlo, para despreocuparnos después de él”



Rubén me contesta:



“Tienes razón, tía. Espera un momento José Luis, vamos a descargar el equipaje”



Cogemos mi bolso y la mochila de Rubén del maletero de mi coche (dejando dentro de él, mi ropa de mujer decente con la que había salido de mi casa), y entramos en la casa, entonces José Luis nos dice:



“Dejadlo aquí, luego lo llevaremos a una de las habitaciones, ahora vamos a comer que se nos está haciendo muy tarde”



Nos sentamos los tres en al mesa, que ya estaba montada, solo faltaba la comida,  entonces le dije yo a José Luis:



“Donde está, la comida. Si me indicas donde está voy a por ella y la sirvo”



José Luis me dijo:



“!Oh perdón! No me había dado cuenta. La comida la ha dejado Almudena en la cocina, para que la caliente cuando fuéramos a comer. Voy a calentarla y la traigo. Aunque si quieres acompañarme”



Yo le contesto:



“Sí, voy contigo y tú Rubén ¿bienes o nos esperas aquí?”



Rubén contesta:



“No yo también voy con vosotros”



Se levantó, el dueño de la casa y nosotros dios le seguimos hasta llegar a una cocina grande y espaciosa. Y en efecto encima de la cocina estaba la comida preparada, solo esperando a ser calentada. La pusimos a calentar y cuando estaba, fue a cogerla José Luis, pero yo le dije:



“No querido, estando una mujer aquí tú no te molesto, déjame que lo haga yo”



Me acerque a la hornilla y cogí la cazuela con la comida y con las manos estiradas y un poco elevadas, me encamine de nuevo hacía el comedor, donde habíamos estado antes. Ellos dos iban detrás de mí, y yo sabiéndolo, no dejaba de menear excesivamente mis caderas, estaba segura que ellos no quitaban su vista de mi culo, el cual al ser tan corta la faldita a cada movimiento de mis andares podían apreciar gran parte de mis glúteos desnudos.



Ellos se sentaron a la mesa y yo me puse a servirlos la comida, cuando se la fui a servir a José Luis  al inclinarme hacía delante le tocaba con mis pechos en su cuerpo, el se giró a mirar y pudo ver todas las masas de mis grandes pechos aplastado contra su cuerpo y a poca distancia de su cara y ojos. Yo note su nerviosismo y como se le abrían sus ojos ante la vista que tenía. Luego cuando le fui a servir a Rubén, este mientras le llenaba su plato de comida, llevo su mano al interior de uno de mis muslos, acariciándomelo y subiendo hacia arriba llego con su mano a mi sexo donde se entretuvo en tocármele sobre mi braguita totalmente empapada, durante todo el tiempo que tarde en servirle. José Luis se dio cuenta de la acción de Rubén y yo con la caricia de este en mi almejita y las miradas de su amigo, junto con los efectos que me estaban produciendo el afrodisiaco que me había tomado, me hicieron que de nuevo me hirviera la sangre y comenzara a calentarme como una verdadera burra en celo.



 Durante la comida todo fue amabilidad y cumplido de los dos jóvenes hacía mi a la vez que siempre, ambos, buscaban siempre que podían con sus ojos buscar alguna parte de mi cuerpo que con mis gestos quedaran al aire o se pudieran ver más que de costumbre. Cuando acabamos de comer eran las 15,20 h. entonces Rubén y José Luis se sentaron en un sofá que había en el comedor tras una mesita baja a esperar que yo terminara de recoger Mientras yo. recogía la mesa, les miraba de reojo, a veces cruzaba una mirada con Rubén. Era consciente de que me miraban suciamente y con deseo, y que allí se fraguaba una nueva aventura sexual bajo el consentimiento de mi joven amante (ante su amigo mi “sobrino”). Estaba segura, por la forma en que me miraba José Luis, de que Rubén le había contado algo acerca de nuestros encuentros sexuales. Cuando regresé de la cocina Rubén me dijo:



“Siéntate con nosotros”.



Yo cogí entonces y me senté en medio de los dos y cruce mis piernas, quedando completamente todos mis muslos al aire, enseñando casi, casi hasta la raja de mi culo. Tenía a Rubén a la derecha y a José Luis a la izquierda. Entonces este le dijo a su amigo:



“Rubén, tienes una tita muy guapa”.



Yo sonriéndole y pasándole mi mano derecha por su mejilla le dije:



“Gracias, eres muy amable, pero no me considero tan guapa como dices, más bien del montón”.



Él volvió a decirme:



“De eso nada Esperanza, eres una mujer muy bella y atractiva, y perdona mi atrevimiento, y muy deseable, tienes un cuerpo que a cualquiera le gustaría poseerte”



Estas palabras confirmaban mi anterior teoría y pensamiento. Rubén había comentado algo, en el tema sexual, sobre mí y la relación que yo mantenía con él, sino no creo que José Luis acabándome de conocer me dijera eso y lanzara de esa forma tan descarada el anzuelo a ver si yo picaba. Entonces Rubén ladeándose hacía mí y con la mano derecha apretándome mi mejilla y haciéndome volver la cara hacía un lado, como si estuviera exponiéndome, le dijo:



“¿Te gusta, es guapa, ¿verdad? ¿Has visto qué tetas tiene?”



Entonces me soltó mi cara y llevo esa mano a mis pechos, recorriendo toda la curvatura de los mismos y siguió diciéndole:



“ ¿A que nunca has visto unas tetas tan grandes?”



José Luis solo contestó:



“Me encantan” Rubén y tienes razón son las primeras que veo tan grande de cerca y en la vida real. Solo había visto tetas de ese tamaño en alguna que otra película porno”.



Rubén me metió la mano por el escote que dejaba mi blusa, al tener desabrochado cinco de sus botones, acariciándoselas suavemente. José Luis , se le notaba muy excitado y no pudo  evitar pasarse su mano por su bragueta y acariciarse su sexo, al ver como la mano de “mi sobrino” se desenvolvía bajo la tela, achuchando con suavidad aquellas masas grandes y duras (por la excitación que yo en ese momento tenía) , que eran mis pechos. Mi joven amante continuo diciendo a su amigo, sin dejar de sobarme mis tetas:



“Las tiene duras a pesar se su edad y de haber parido ya dos veces y una de ellas hace muy poco. Aparte de tenerlas normalmente tersas ahora mismo están más duras debido a lo excitada que esta,. A parte a la putita de mi tía, le gusta que se las toquen, ¿verdad, tita?”



Yo le sonrió, pero no le respondo, entonces él me da una palmadita en mi cara con la otra mano, sin dejar de sobarme las tetas por dentro de mi blusa, volviendo a insistir en su pregunta:



“¿Verdad, tita, contesta que te oiga mi amigo, verdad que te gusta que te las toquen?



Yo entonces volviéndome sería hacía él le miro y después me giro con una sonrisa en mis labios, y quiñándole un ojo, hacía José Luis y le digo, simplemente:



“Sí”.



José Luis, se animó e irguiéndose hacía mí me metió una de sus manos por mi escote agarrando por encima de mi sujetador una de mis tetas. Yo entonces le miré, y él me dice:



“Ummm, qué tetas más ricas tienes…”



Yo me sonrío y Rubén me dice:



“Esperanza a mi amigo le gustan tus tetas…”



La mano de Rubén por debajo y la de José Luis por la parte de arriba me abordaban y daban rudos y fuertes achuchones a mis gordos pechos. Rubén llevo sus manos a mi espalda y me desabrocho el sujetador y después tirando de él me le quito y lo tiró al suelo. Después volvió con sus manos a mis pechos. Yo miraba a uno y luego al otro alternando mi mirada a ambos, estaba disfrutando con esas rudas caricias y estaba muy caliente, entonces les dije:



“Como sigáis así, me vais a calentar  y no sé qué podrá pasar, por favor no sigáis que me conozco y después no quiero arrepentirme de lo que haga, por favor que luego me va a dar vergüenza mirar a mi hermana (tu madre) Rubén a la cara”



Entonces me levanté y les dije:



“Voy a la cocina a ver si veo donde tienes el café y hago un poco, a ver si de esa forma mientras lo preparo me baja un poco la calentura, y por favor vosotros quedaros aquí quiero, no vengáis conmigo pues sé que si venís no dejaríais de meterme mano y entonces aún sería peor de esa forma”



Entonces José Luis me dijo:



“Bueno si no quieres que vayamos contigo, te digo: el café lo tiene en el armario que está colgado justo al lado izquierdo de la cocina según miras hacía ellos y la cafetera en el armario de debajo de la encimera  que hay bajo el que está el café. Si puedes tráete también en una jarra un poco de hielo, yo en mientras voy a preparar unas copas, de que la quieres tú”



Yo le contesto:



“Cointreau con piña”



 Y me marcho a la cocina a preparar el café, al cabo de unos minutos vuelvo con una jarra de café, la azúcar  y el hielo, todo ello en una bandeja. Vuelvo a sentarme entre los dos y comienzo a servir el café. Cuando he acabado les digo con cara e olvido:



“!Ufff! perdonad se me olvido la leche en la cocina, esperad un momento que voy a por ella”



Cuando voy a levantarme, Rubén no me deja y sacándome mi blusa de mi falda y desabrochando los últimos botones que en ella quedan, me la quita quedando todo mi torso desnudo y mis dos cantaros al aire, comienza a amasarme mis pechos y apretando mis pezones comienza a ordeñarme y me dice:



“No tita Esperanza, yo prefiero beber de tu leche, déjame que te ordeñe querida y échale también de tu rica leche al café de José Luis”



Yo entonces cogí con mis dos manos mis dos pechos y cada uno de ellos con una mano acercaron su taza y con la otra comenzaron a apretar mis aureolas y pezones hasta que comenzaron a sacarme leche de ambos pechos y así estuvieron un rato ordeñándome hasta que llenaron hasta arriba ambas tazas de leche, luego José Luis dejo su taza y cogió la mía acercándola a mis pechos. Rubén dejo también su taza llena encima de la mesita y agarrando con sus dos manos una de mis tetas me las apretó y estrujo hasta que volvió a sacarme la leche de ella y comenzó a dirigir los chorros de leche que salían de él hacía mi taza. Cuando acabo de ordeñarme me dio a mi taza, y ellos cogieron la suya, nos echamos azúcar en todas las tazas y mientras las movíamos ellos con sus manos libres de nuevo las llevan a mis tetas y comienzan a sobármelas apretando con fuerza, deformándolas, estrujándolas y zarandeándomelas y jugando y apretando mis pezones. José Luis a la vez que me las tocaba me decía:



“Hija de puta, qué tetas tienes, como me gustan y encima con leche, que maravilla”



Yo cojo mi taza y comienzo a beberme el café, ellos con su mano libre hacen lo mismo. Una vez que nos hemos bebido el café, Rubén coge su cubata y bebe un poco quedándose con uno e los cubitos de hielo en su boca. Se lo saca y cogiéndolo con su mano me pasa el hielo por mis pechos para jugar luego con él en mis dos aureolas y pezones, haciendo que al sentir el frio en ellos mi cuerpo reaccione poniendo mis pezones duros como nunca han estado. José Luis viendo a su amigo coge su copa y comienza a verter un hilo muy fino de su bebida sobre mi pecho que está a su lado, arrima su boca al pezón de ese pecho y comienza a chupar de él a la vez que se va tragando el líquido que de su copa cae sobre mi caliente pecho. Cuando más estaba disfrutando con las caricias de ellos sobre mis pechos y la chupada de mis pezones por parte de José Luis, le dice Rubén a este:



“¿José Luis por qué no le enseñas a mi tía la polla? Verás, tita, qué polla tiene mi amigo…”



Sin que dejaran de manosearme las tetas, yo miro hacía el chico que ha abandonado su comida de pezón y poniéndose de pie , comienza a desnudarse , yo no dejo de mirarle , y al fin se baja los pantalones y su calzoncillo y aparece ante mi una polla extremadamente larga y de piel muy rojiza, con un capullo reluciente y afilado y unos huevos redondos y duros, luego se quita su camiseta , quedándose completamente desnudo y volvió a sentarse pero esta vez en uno de los sillones, reclinado hacía atrás y sosteniendo en su mano su polla, ya tiesa y dura. Entonces me dice ordenándome:



“Acércate y tócamela puta, seguro que te encanta y que te relamerás de gusto al tenerla en esa boca de chupona que tienes”.



Yo me levanto del sofá y me pongo a caminar hacia él moviéndose mis pechos al andar con grandes vaivenes. Me arrodillo entre su fuerte piernas y extendiendo mi brazo derecho cojo con mi mano su polla tan dura como el hierro. Se la sacudo un poco y se la meneo mirándole a los ojos, me acerco para cogerla mejor y rozo sin querer con mis tetas su punta. Entonces oigo a mi espalda como Rubén se va quitando también sus ropas y hablándome y diciéndome palabras soeces y obscenas:



“¿Te gusta, puta? ¡he! ¿Te gusta guarra?



Yo le contesto



“Sí, si me gusta me encantaaaaa”.



Entonces José Luis al oír a su amigo decirme eso y mi contestación  me apremia gritándome:



“Chúpala, vamos, chúpame la verga, zorra…, chúpala verá cómo te gusta y no quieres soltarla, que eres una putorra asquerosa…..”



Cuando voy a metérmela en la  boca, me agarra Rubén por mi cintura y hace que me levante diciéndome:



“Levántate y ábrete bien de piernas, inclínate hacía delante y cómesela así, pues quiero yo comerme tu coño a la vez que tu le comes a  mi amigo su polla”



Hago lo que me dice Rubén, me curvo hacía delante y metiéndome la polla del chico en mi boca, sujetándola por su base para mantenerla erguida, se la mojo y me la saco de mi boca y comienzo a lamerla como si fuera un helado, entreteniéndome a jugar con mi lengua en su glande y frenillo, haciéndole vivar con esta caricia de placer. Rubén se coloca sentado en el suelo bajo el arco que forman mis piernas y tirando del elástico de mis bragas me las raja y de un tirón me las quita. Acerca su boca a mi encharcado coño y comienza a comerse mi almejita con furia y ganas, incluso me hace daño, pero pronto llega con su lengua a mi clítoris y comienza a acariciarle y jugar con ella en mi botoncito del placer haciéndome sentir un inmenso placer  con esta caricia. Mientras José Luis me está observando sin hacer apenas ruido alguno, me aparta mi cabello para ver mejor mi cara y observar como su larga polla entra casi toda en mi boca y ver como se la mamo. Yo me esfuerzo y se la mamo lo mejor que sé (y por experiencia y comentario de los hombres a los que se lo he hecho sé que lo hago bien), se la chupo despacio, con la lengua fuera, se la ensalivo por todas partes, Mis tetas me cuelgan hacía abajo y Rubén mientras me mama mi chocho no deja de tocármelas y jugar con ellas. Yo subo mi mano de la base de su glande y bajo más mi cabeza para poder lamerle sus huevos duros y más oscuros que el resto de su polla, con su piel arrugada y peluda. Los lamo moviendo la cabeza con la lengua fuera, (lo cual hace que mis tetas comiencen a moverse como los badajos de dos campanas), le estoy lamiendo sus huevos y parezco una perra haciéndoselo. Luego regreso a la polla para continuar mamándosela, succionándosela y sujetándosela con mis labios como si fuera un puro entre ellos. Entonces José Luis dando un suspiro le dice a Rubén:



“Mira qué mamona es tu tía, Rubén, mira a la hija de puta cómo le gusta…joder como me la chupa la cabrona”



La comida de coño de Rubén me estaba haciendo llegar a un orgasmo, pero quería que antes José Luis se corriera en mi boca y tragarme su semen, por eso aguantaba y aceleré mi chupada en el tronco de carne que tenía en mis labios, Yo se la chupaba con todas mis ganas y con el placer que me estaba dando Rubén no podía por menos que moverme con fuerza y hacer que mi cuerpo se moviera con rapidez. Entonces José Luis me agarró la cabeza y apretándome hacía ella me metió la punta de su verga hasta mi garganta, con la otra mano me acariciaba mi espalda desnuda, yo note que se tensaba y que se venía en mi boca y comenzó a decirme:



Uohhhh…. Uohhhh….chupa, puta, quiero que te tragues mi leche… qué suerte, Rubén, qué suerte de que tu tía sea tan puta…aaaahhhhhhhh…..ya esta aquíiiiiiiiii….me corrroooooo……me corrrooooooo…..putaaaaa………traga…..tragatela todaaa….aaahhhhhhhhh   que placeeeeeerrrrrr……tomaaaaaa zoraaa…….puta asquerosaaaa……”



Tras esto José Luis comenzó a  derramar su semen dentro de mi boca, a chorros intermitentes, chorros que yo procuraba irme tragando, aunque cuando terminó de eyacular tenía toda mi lengua manchada y con ella continué lamiéndole la polla como una posesa, muy despacio, impregnándole el tronco de esperma. José Luis se relajó dejándome chupar. Yo ya no pude aguantar más y comencé a correrme como una posesa llenando toda la boca y cara de Rubén con mis jugos, quedando en un estado de éxtasis total, cuando me recuperé un poco y me incorporé, ellos dos se pusieron de pie a mi lado y entonces Rubén me preguntó:



“¿Te gustan mis amigo, guarra?”



Me apretujó las mejillas y me obligó a mirar a José Luis y me dijo de nuevo:



“Mírale, ¿te gusta?”



Yo tomando el papel de sumisión y dándole a él el protagonismo le dije fingiendo gimotear:



“Sí, me gusta y me encanta”.



José Luis, se acercó a mí y a la vez que me cogía una de mis tetas y me la apretaba dándome un beso en mi boca me dijo:



“Gracias, Esperanza por darme tanto placer como me has dado con tu boca. Ahora será mejor que recojamos todas nuestras ropas y nos marchemos y a ti te aconsejo Esperanza que subas a la habitación que esta al final del pasillo (que es la de huéspedes) y te eches un rato a descansar , pues luego vendrán algunos amigos más y convine que estés descansada. Yo voy a vestirme y esperaré a  que llegue Almudena, pues quedo en venir a las 16,30h. y ya casi son “



Yo y Rubén recogimos nuestras ropas y Rubén me dijo:



“Tía, te acompaño hasta la habitación, luego cuando vea que estas acomodada y a gusto me bajaré con José Luis para ayudarle a organizar todo lo que tenemos pensado hacer esta tarde”



El me cogió con su mano derecha por mi cintura y subió al cuarto conmigo. Al subir me contó que Almudena era la amante de su amigo José Luis y que el hijo que esperaba (pues estaba preñada) era de él aunque habían hecho creer a su marido que era suyo. Y que José Luis tenía pensado incluirla en la juerga u orgía que tendríamos luego más tarde. Tras dejarme Rubén acostada en la cama abandono la habitación dejándome dormir y descansar durante un tiempo.



Cuando me desperté miré el reloj y eran ya las 18,00h. había estado durmiendo y descansando hora y medía, la verdad es que me encontraba ahora bastante bien y descansada. Me puse ropa limpia, tanto interior como el resto. De ropa interior, sabiendo lo que se aproximaba, me puse un conjunto transparente blanco con abertura tanto en las bragas (coño y culo) como en el sujetador en mis pezones y aureolas. Luego me coloqué un liguero blanco haciendo juego con el conjunto de ropa interior y unas medias de cristal blancas también, Encima de ello me puse una de las falditas súper corta de vuelo, para que al menor movimiento se me pudieran ver bien  mis muslos y culo y la ropa interior. Para acabar colocándome en la parte superior una blusa transparente completamente, de color marfil y por supuesto desabotonada hasta el quinto botón de la misma. Me calcé unos zapatos de tacón alto color marfil y baje a buscar a Rubén para que me dijera que le parecía.



Cuando llegue al salón, donde oí murmullos y jadeos, estaban José Luis y Rubén con una mujer poco más o menos de mi edad, era Almudena. Se encontraba desnuda a cuatro patas, se la estaba chupando a Rubén y José Luis se la tenía metida en su jugoso coño, y con sus manos la abría sus nalgas quedando completamente a la vista del chico que la follaba el agujero de su culo grande y prieto. José Luis la daba fuerte meneándose con fuerza sobre la trasera de ella, rugiendo de placer. Almudena jadeo sobre la polla de Rubén que tenía en su boca. Todo el cuerpo de la mujer se movía, su follador la daba fuerte y arrastraba su cara por la cara y los huevos de mi amante. Rubén la cogió la cabeza y apretándola contra su pubis, la metió toda su polla en la boca llegándola hasta la garganta y produciéndolas unas nauseas por el ahogo que ella le producía. Al retirarla un poco hacía atrás Rubén, la mujer emitía gruñidos de placer jadeando sobre la polla. Yo desde la puerta de entrada a la estancia, medio escondida, podía observar a la mujer cogida por los dos jóvenes uno follándosela por el coño y el otro masturbándose con la verga dentro de la boca de ella.



José Luis contraía el culo vertiginosamente y deslizaba las palmas de sus manos por toda la espalda de Almudena. La polla del chico, libre, sin condón, resbalaba con suma facilidad hacia dentro del chocho, todo empapado de la mujer, su follador bufaba de gusto:



“Uuuoooohhhhh ,   uuuuooooohhhhh, que bien te mueves puta,siiiiii si tu marido supiera los cuernos tan grandes que le pones y supiera que la criatura que llevas dentro no es de él sino mía, uuuuuooooohhhhhhh que gusto me das golfaaaaa con tu coñitoooooo todo mojado mira como me deslizo dentro de tu coñoooooo putaaaaa……..”



 Rubén al oír a su amigo, la agarraba la cabeza con la derecha y con la izquierda se sujetaba su gorda polla haciendo con ella que el capullo de su instrumento la golpeara la lengua y la decía:



“Chupa, chupa puta, chupa con ganas quiero que te tragues toda mi leche, chupa y ordéñame quiero que te tragues toda mi leche puta adultera, que lastima no poder preñarte por haberlo hecho antes este cabrón, que ahora mismo te está follando por ese coño de golfa que tienes, aaaahhhhhh siiiiiiii sigueeeee chupandooooooo ooooohhhhh que gustoooooo….estoy apuntoooooo de correrme sigue putaaaa sigueee no pareeeesss ahoraaaa…..



Se veía a los dos chicos que estaban a punto de correrse, por la intensidad de sus embestidas y por las palabras y groserías fuera de sí que estaban emitiendo en ese momento. El primero en correrse tras dos jadeos escandalosos fue José Luis, este sacó la polla del coño de la mujer, se dio un par de meneos en ella y le salpicó todo el coño de su leche  con una abundante corredura, porciones espesas de su semen se pegaron y se quedaron colgando en su raja y en su vello, goteando el resto al suelo.



 Pocos segundos después era Rubén el que comenzaba a derramar su semen dentro de la boca de Almudena, a chorros intermitentes, chorros que ella procuraba irse tragando, cuando terminó de eyacular, ella tenía toda la lengua manchada y con ella continuó lamiéndole la polla como una posesa muy lentamente llenándole todo el tronco de esperma. Rubén parecía relajado, una vez que se corrió  la dejó a la mujer chupar su exquisita polla. José Luis se levando del suelo y se sentó desnudo como estaba en uno de los sillones. Luego alargó una de sus manos y cogiendo un buen manojo del pelo de la mujer tiró de ella haciéndola que se incorporará y soltara la polla de Rubén. La hizo llegar hasta donde él estaba sentado y sentándola, desnuda como estaba, encima de sus rodillas la apretó contra él, también desnudo, haciendo que sus gordas tetas se aplastaran contra su cuerpo, para luego hacerla abrir su boca y fundirse con ella en un beso apasionado, cuando acabó la dijo:



“Mi amor, ¿te ha gustado?, ¿has gozado siendo penetrada por el coño a la vez que chupabas la polla de mi amigo?”



Ella le contesta:



“Si, si he gozado muchísimo, me ha encantado, ya sabes lo caliente que soy y lo que me gustan las pollas”.



José Luis continúa diciéndola:



“Ya lo sé putilla, ya se lo golfa que eres y lo que te gustan la pollas de todos los que se te cruzan. Pobre Germán, la cornamenta que tiene y no se entera.¿ Le has dicho que esta noche no dormirás en casa?, pues ya sabes que tengo una buena organizada con Rubén y 6 amigos más , juntos con otra jaca, la tía de Rubén que es tan puta y golfa como tú, según me cuenta este, su sobrino”



Ella le contesta:



“Si ya está todo arreglado, pero me ha salido mejor de lo pensado, pues no le he tenido que decir nada, pues le han llamado de su pueblo y se ha tenido que marchar por un asunto importante que tiene que solucionar. Le llamo esta mañana su primo, de modo que ha marchado esta mediodía tras comer y no volverá al menos hasta dentro de tres días. Lo que quiere decir que me tienes completamente para ti y si te apetece también para tus amigos durante todo este tiempo que te he dicho y si la tía de Rubén quiere también para ella”



Al oír esto sentí una cosquilla en todo mi sexo y en las puntas de mis pezones. La tarde noche prometía. Rubén no me había comentado que me iba a compartir con 7 hombres y él 8 y mucho menos que participaría otra mujer en la juerga. Bueno esto último igual él tampoco lo sabía.



Tras las palabras de Almudena, José Luis la dio una fuerte palmada en uno de sus muslos y la dijo:



“Almudena, vístete y arréglate un poco, pues Esperanza, la tía de Rubén no creo que tarde y el resto de los amigos han quedado en llegar alrededor de las 19,00h. y son ya menos cuarto.”



La mujer cogió sus ropas que las tenía repartida por toda la habitación y acercándose con ellas en la mano le dio un beso en la boca a Rubén y le dijo:



“¿Me ayudas a vestirme, cariño?, con mi pancita, aunque aún es pequeña, solo de 4 meses me cuesta ponerme algunas prendas, como mis bragas y sujetador”



Rubén no la dijo nada, solo la pasó su brazo por la cintura y la apretó hacía él. Entonces Almudena le dio sus bragas y le invitó a que se la pusiera y así con el resto de la ropa. Cuando acabaron, se vistieron ellos dos (José Luis y Rubén) y se sentaron los tres en el tresillo, ellos dos en los sillones y la mujer en el sofá. Yo espere como un minuto para hacer mi aparición en el salón. Antes de continuar os describiré un poco como es Almudena: Es una mujer de una estatura de 1,65 metros aproximadamente, con un cuerpo un poco regordete, sin ser gordo, pero muy proporcionado y su seña de identidad son sus grandes pechos, de una talla aproximada de 150, su culo es un poco respingón regordete y duro. Su cabello es castaño largo, llegándoles hasta unos 15 centímetros más abajo de sus hombros, en definitiva es una bella mujer muy deseable en esos momentos para su edad (45 años) y el estar embarazada, quizás este último detalle, con su prominente barriguita, la hace más apetecible.



Hice un poco más de tiempo y entré en el salón, cuando lo hice ya estaban los tres vestidos y sentados cada uno al lado de Almudena, como si no hubiera pasado nada, entonces fue José Luis el que me dijo:



“Mira Esperanza, esta es Almudena, es la mujer de del encargado de la finca y a la vez hace de guardesa. Su marido ha tenido que marchar al pueblo de su familia, por un asunto familiar grave y ella se ha quedado para atendernos. Pero yo tras acabar su cometido la he invitado a pasar la tarde noche con nosotros. Almudena esta señora, tan guapa, es la tía de Rubén de la que ya te hemos hablado”



Almudena se pone de pie y cuando yo la voy a dar la mano y decirla:



“Encantada”



Ella se acerca a mí y me da un beso en mi cara muy cerca de mis labios, rozando sus pechos con los míos. Yo la sonrió y al sepáranos, la miro y la digo:



“¿Estas embarazada? ¿De cuánto estas? ¿Es el primero o ya tienen más familia?”



Ella sonriendo me contesta:



“Si señora, estoy embarazada de 4 meses, y será el primer hijo que tenga, pues aunque tengo 45 años, mi marido no ha conseguido preñarme y… (echa una mirada a José Luis), bueno después de tanto tiempo sin lograrlo parece que gracias a……(vuelve a mirar a José Luis y le sonríe) …bueno que al final me he quedado preñada” 



Entonces Rubén nos dice:



“Venid sentaros las dos aquí, entre José Luis y yo, los demás no deben de tardar. Tita Esperanza, es hora de que te tomes tus pastillas y a ti Almudena también te vendría bien tomar otras dos como mi tita, son unas vitaminas y a la vez producen un bienestar muy agradable y a ti en tu estado de embarazada seguro que te hacen bien. Tomad las dos, tomaros dos cada una. José Luis puedes traer unos vasos de agua para que se las tomen”



Rubén saca la caja de afrodisiacos y nos da dos a cada una de las mujeres, en mientras José Luis se levanta y va a por dos vasos de agua. Cuando vuelve nos los da y nos las tomamos, pero antes de hacerlo Almudena me pregunta:



“¿Es verdad que me sentarán bien, a ti te vienen bien, Esperanza?”



Yo la contesto:



“Mira Almudena, estos dos mozalbetes lo que tratan es de excitarnos y calentarnos, y lo que nos están dando a tomar y yo me lo he tomado no es otra cosa que un afrodisiaco para que nos suba el libido y no tengas más que ganas y más ganas de sexo. Ahora que lo sabes tú verás, yo como ves sabiendo lo que era me lo he tomado pues no quiero dejar pasar la oportunidad de disfrutar de la fogosidad de estos jóvenes y si llegan otros cuantos como ellos, seguro que para que todos disfruten de nuestros cuerpos lo vamos a necesitar y no este solo sino dentro de unas horas deberemos tomar otro. Tú eres libre de hacer lo que quieras. Me has preguntado y yo te he dado mi opinión y te he dicho lo que en verdad son esas pastillas.”



Al oírme José Luis y Rubén se miran como diciendo, ya nos lo ha estropeado esta. Entonces Almudena llevándose las pastillas a su boca y bebiendo un poco de agua para tragarla, nos dice:



“Pues me las tomo, si tu lo has hecho, yo lo hago. Además no voy a dejar pasar la oportunidad hoy que no está mi marido y se me ha presentado la ocasión de disfrutar y ponerle unos buenos cuernos. Y además si es con el padre y los amigos del hijo que llevo en mis entrañas mejor, porque son jóvenes y fogosos y si no a las pruebas me remito”



Dice esto tocándose su barriga un poquito abultada por el embarazo.



Entonces yo haciéndome la tonta la pregunto:



¿Es que no estás preñada de tú marido, sino de uno de estos dos?



Y ella riéndose me contesta:



“Tú lo has dicho, mi marido en todos estos años que llevamos casado no ha sido nunca capaz de preñarme, y viene José Luis y tengo un pequeño desliz con él y mira diana, me hace una barriga, aunque ante todos esta barriga me la ha hecho mi maridito, ja,ja,ja,ja…..”



Yo la abrazo y me echo a reír también y los chavales al vernos se unen a nuestras risas, se levantan de donde están sentados y nos abrazan y besan metiéndonos manos por donde pueden. Después José Luis me coge de la mano y me lleva con él a uno de los sillones se sienta y hace que yo me siente encima de él. Rubén al ver a su amigo hace lo mismo con Almudena y se sienta en el otro sillón que hay en el salón. Los dos chicos nos empiezan a besar y tocar nuestros pechos y noto como José Luis me introduce una de sus manos bajo mi corta falda llegando con ella a mis bragas, comprobando que tienen aberturas al tocar directamente con sus dedos los pelos de mi coño y los mismos labios vaginales ya húmedos por las ganas de comenzar la fiesta. Él al darse cuenta de la abertura de mis bragas me dijo:



“Por favor Esperanza, levántate un momento, mira tú sobrino como se lo está pasando con Almudena, quiero prepararme para que nosotros también lo pasemos bien mientras acaban de llegar los demás y se nos haga más corta la espera”



Yo me levante, como me dijo, y miré hacía Rubén el cual había ya sacado las gordas tetas de Almudena al aire y se las comía y chupaba como haría un bebe en los pechos de su madre y con una de sus manos la apartaba sus bragas y trataba de arrimarla a su sexo su polla que se la había sacado del pantalón y la tenía ya completamente tiesa.



José Luis se puso de pié y se desabrocho los pantalones, se bajo estos y los calzoncillos quedándose de cintura para abajo, totalmente desnudo, solo con los calcetines y zapatos, al igual que Rubén tenía su miembro tieso como una barra de hierro. Luego se sentó de nuevo en el sillón y me dio la mano para que me volviera a sentar, cuando lo fui hacer me dijo:



“Esperanza, levántate tu faldita y siéntate mirando hacía mi, quiero sentir el calor de tu cuerpo y de tu zona vaginal en mi polla”



Yo hice lo que me dijo y cuando me subí la falda le mostré mi entrepierna con mis braguitas transparentes y con la abertura en las mimas por mis dos rajas (mi coño y mi culo) entonces, me sujete la faldita con una de mis manos y me fui a sentar sobre sus piernas, pero él me dijo:



“No, no querida siéntate encima de ella y si puedes y quieres me gustaría tanto que fuera entrando en esa maravilla que tienes entre tus piernas toda ella cubierta de pelos, me encanta es precioso”



Yo le sonrió y le digo:



“Huy ,huy eres un pícaro, no te das cuenta que soy una señora casada y que además soy la tita de tú amigo, que pensará esta señora, también casada y decente como yo”



Él me agarra por mis caderas y yo me pongo de pie entre sus piernas y voy dejándome caer hasta tocar la punta de su polla con mi coñito, entonces me abro todo lo que puedo y me dejo caer un poco más hasta que noto que la cabeza de su verga comienza a entrar dentro de mí, mi sexo al estar mojado no le ofrece ninguna resistencia ni yo siento dolor, entonces sin que él lo espere, me dejo caer de golpe introduciéndome toda su polla dentro de mi vagina. Me agarro a su cuello y comienzo a saltar sobre él, notando como su pene se desliza cada vez más deprisa a dentro y fuera de mi sexo.



Rubén y Almudena en una posición parecida hacen lo mismo. Los dos chicos se afanan por aumentar el ritmo y las fuerzas de las embestidas, se les nota su poca experiencia, pero su fogosidad la suple. Yo comienzo a sentir bastante placer y a emitir suspiros. José Luis  esta como loco penetrándome, me  suelta mis caderas y se agarra fuertemente a mis pechos agarrándolos y apretándolos sobre la tela de mi blusa y mi sujetador. Si sigue a ese ritmo pronto se vendrá y yo quiero que dure, que dure aún más. Entonces acerco mi cara a su oído, se le beso y le digo:



Tranquilo, mi amor, tranquilo, un poco más despacio, no hay prisa tenemos todo el tiempo que tú quieras, la noche es larga y si no mañana podemos continuar, no te apures, tranquilízate y disfruta.



Almudena, parece que es de la misma opinión que yo pues también ha tranquilizado el ímpetu de Rubén. Tanto ella como yo hemos nos hemos oído una a la otra y las dos al final hemos dicho prácticamente lo mismo a nuestros jóvenes amantes. Ellos se sosiegan y ahora su follada es más calmada pero no menos placentera. Llevamos ya más de 15 minutos con sus miembros dentro de nuestras vaginas y aún no se han venido. Pienso que esto es porque hace un rato se han corrido los dos cuando estaban con Almudena a solas y les tarda un poco en subirles la leche. Pero también por nuestra experiencia, dado que cuando notamos que están a punto paramos el ritmo y les dejamos descansar unos segundos, para que se le baje la leche que tienen prácticamente en la punta de sus pollas. Cuando estamos de lleno concentrados en la follada, oímos que llaman a la puerta, nos paramos las dos parejas en nuestros metes y saca de golpe y entonces José Luis saliéndose de mí y echándome a un lado, se pone de pie coge sus pantalones y mientras se los pone nos dice:



“Debemos de parar, los demás han llegado, vestiros o al menos adecentaros, para que no sospechen lo que estábamos haciendo. Quiero que les vayáis calentando poco a poco y  nosotros les iremos animando para que se lancen. No quiero que os vean de golpe y porrazo dispuestas para follar, si fuera así no tendría gracia.”



Tras decirnos esto, yo me empiezo a colocar mis ropas, Rubén se sale de Almudena y como ninguno de los dos se ha desprendido de ninguna de sus prendas de ropa, solamente se las tienen que colocar en su sitio. Nos sentamos como si estuviéramos los cuatro conversando y José Luis, da una voz a los que llaman diciéndole:



“Quién es”



Contestando a la otra parte de la puerta



“Somos nosotros, que ya hemos llegado, abre José Luis”



José Luis ya vestido y adecentado se dirige a la puerta abriéndola y haciendo entrar a sus amigos. Cuando llegaron donde estábamos nos pusimos de pie y José Luis hizo las presentaciones. Eran 6 chicos todos ellos comprendidos entre los 18 y 22 años. Se llamaban: Marcos, Charlie, Jorge, Emilio, Santiago y Álvaro. El mayor era Charlie y como digo no tendría más de 22 años y el menor casi un niño era Emilio. Medían entre 1,70 y 1,80, tenían todos unos cuerpos delgados y bien formados, como consecuencia de realizar bastante deporte.



A mí me presentó José Luis como una tía de Rubén y a Almudena como la guardesa de la finca. Les dijo que yo había acompañado a Rubén para que no viniera solo y que Almudena había tenido que ausentarse su marido por unos días y  que ya que estábamos e íbamos a celebrar una fiesta, la había invitado para que no estuviera sola mientras su marido estaba ausente.



Los chicos nos dieron un beso a cada una en nuestras mejilla, y por lo menos cuando me lo dieron a mí, más de uno procuro rozarme con su cuerpo e incluso las manos algunas parte de mi cuerpo. Ellos no dejaban de mirarme, pues como llevaba una faldita tan corta y la blusa desabotonada hasta el 5º botón, les mostraba gran parte de mi anatomía, lo que parece ser que les excitaba el ver a una madura vestida de esas guisas y mostrando lo que yo enseñaba. Almudena estaba con ropas más normales, tenía una blusa abierta y abotonada por delante  (tenía desabrochado solo tres botones, pero lo suficiente para enseñar todo el canalillo de sus pechos y gran parte de estos, y en la parte baja llevaba una falda de vuelo que la llegaba hasta unos 15 centímetros por encima de sus rodillas, la verdad que al estar embarazada y tener esos pechos tan grande , que parecía que luchaban por liberarse del sujetador y la blusa , yo estoy segura que a los chicos también les excito verla.



José Luis nos dijo que nos sentáramos, y nosotras lo hicimos cada una en uno de los dos sofá que había en la estancia. Los chicos aprovecharon para sentarse, repartiéndose a nuestros lados, José Luis con otros tres de sus amigos se sentó conmigo dejándome a mí a su lado y en el medio de ellos. Rubén hizo lo mismo y ocupo la misma posición que José Luis en el otro sofá, también con tres de sus amigos.  José Luis preguntó si querían beber algo y levantándose de mi lado dijo:



“Vosotros, no me quitéis el sitio, yo quiero estar al lado de Esperanza, voy a por la bebida, Marcos ven conmigo”



Marco se levantó del sofá y acompañó a José Luis a por la bebida. Yo con el toqueteo y el folleteo que había tenido con José Luis, antes de que llegaran el resto de los chicos, y el afrodisiaco que me había tomado, comenzaba a estar muy caliente. Y viendo como Almudena no hacía más que moverse, cruzar las piernas, bajarlas y abrirlas y cerrarlas, coquetea con los chicos, acariciándolos sus caras y piernas como distraída, me hacía suponer que se encontraba en la misma situación que yo.



José Luis sirvió bebidas combinadas bien cargadas de alcohol para todos y volvieron a sentarse tanto Marcos como él en el sofá donde estaban, que no era otro que el mío. Los chicos no hacían más que hacer con que bebían e invitándonos a nosotras hacer lo mismo, mientras ellos se bebieron dos en 20 minutos a Almudena y a mí nos llenaron nuestras copas una o dos veces más que a ellos, y siempre como con el doble de alcohol. Estaba claro lo que trataban, no era otra cosa que emborracharnos para poder gozar de nuestros cuerpos. Yo no apuraba las copas lo que hacía que pareciera que bebía pero no era así, pero Almudena sí que bebía. Estuvimos hablando durante más de una hora y ninguno de los chicos nuevos se lanzaban solamente como con disimulo nos pasaban sus manos por nuestras piernas, alguno hacía con que sin querer chocaba con nosotras para poder tener contacto con nuestros pechos y cuerpos. Yo al ver que no se lanzaban y que mi calentura iba en aumento hice como por descuido se me desabotonara el sexto botón, y como si estuviera un poco acalorada, me sacaba la blusa de mi falda, quedándose completamente abierta mostrando mis pechos bajo mi sujetador transparentes y con sus copas con aberturas por la que aparecían mis peones y gran parte de mis aureolas. Entonces José Luis llevo una de sus manos a uno de mis pechos y comenzó a tocármelo mientras que acercando su boca a la mía me empezada a dar un morreo con lengua y todo que me volvía loca. Charlie que estaba al otro lado mío, al ver a su amigo, le imito haciendo lo mismo. No habían pasado ni dos minutos  yo ya me encontraba sin sujetador y con mis tetas libres una en cada boca de cada uno de los adolescentes. Miré de respajilón a Almudena y Rubén estaba echada sobre sus muslos, que los tenía abiertos y la estaba chupando o comiendo su coño, mientras otros dos de los chicos la hacían la misma operación que a mí en sus grandes pechos. Cuando llevábamos un rato así y las dos con un estado de calentura que no podíamos y con ganas que nos penetraran, se levantó Rubén y nos dijo:



“Amigos, creo que esta noche va a ser inolvidable para todos. Hemos tenido la suerte de encontrar a estas dos bellezas, a mi tía Esperanza, hermana de mi madre, que es tan puta o más que ella. Y a Almudena, la guardesa de aquí, que según parece y a los hechos me remito, es tan puta o más que mi propia tía. Vosotras dos levantaros y poneros aquí en el medio, golfas va a comenzar la función. Seréis esta tarde y noche las putas de todos nosotros, cuando acabemos no habrá sitio ni agujero en vuestros cuerpos por donde no hayan pasado nuestras ocho pollas. Porque hoy seréis folladas las dos por todos nosotros, porque aunque nos agotemos al ser 8 mientras dos os follamos los otros nos podemos ir recuperando. Y cuando unos acaben otros ocuparemos esos lugares que esos dejan en vuestros apetecibles cuerpos”



Almudena y yo nos pusimos como Rubén nos dijo en medio de la habitación tal como estábamos ambas sin sujetador pero con nuestras blusas y resto de nuestras ropas puesto, yo entonces le dije a Rubén:



“Sobrino que golfo depravado eres. Mira que decir esto de mi, de tú tía y hacernos que nos comportemos como lo que tú y todos tus amigos quieren: como unas verdaderas putas, que en realidad eso es lo que nos gusta  y es lo que queremos nosotras, ser poseídas por unos chicos tan guapos, jóvenes y vigorosos como vosotros”



Se acerca Rubén a mí y comienza chuparme primero mi cuello y con sus manos comienza a recorrer mi cuerpo por encima de mi blusa y faldita tocando, al pasar sus manos por ellos, mis desnudos pechos, jugando con sus dedos en mis pezones. Santiago al ver a Rubén se acerca a Almudena y comienza hacer lo mismo que mi “sobrino” me está haciendo. La sube su falda y juega con sus manos pasándola por encima de sus bragas, sobando su coño, sube su mano hasta el elástico de la prenda intima y la mete en su interior tocando directamente el húmedo coño de la mujer preñada que no puede por menos que emitir un suspiro de placer:



“Unnnnffff …..aaahhhhhh que siiiii sigueeeee que placeeeer….”



Yo estoy igual que ella y también comienzo a emitir suspiros de placer:



 



“Sigue cariño, sigue tocando a tu tita no dejes de hacerlo mi amor, asiiii, asiiiii ooooohhhhh que gusto das a tita, chupa, chupa mis pechos, mama mis pezones mi amor, asiiiiii, asiiiiii…..oooooohhhhh que gusto me daaaaassss….”.



Los otros amigos de ellos nos han rodeado haciendo un círculo. La mayoría de ellos se han sacado su miembro y ante la escena se están masturbando. Algunos, los más atrevidos, incluso se han bajado y quitado los pantalones (Charlie, Emilio, José Luis, Jorge), se les ve excitado contemplando cómo sus dos amigos nos tocan y soban a placer.



Rubén coge una de sus manos y la lleva a mi entrepierna y toca con su palma una y otra vez toda mi almeja. Para al final subir su mano al elástico de mis bragas y tirando hacía abajo me las baja hasta medio muslo. Luego deja de chupar mis pezones y tocarme. Se separa un poco de mí y poniéndose de rodilla, acaba de deslizarme hasta mis tobillos mis bragas. Yo  levanto primero un pie y luego el otro y me deshago de ellas dejándolas tiradas en el suelo. Después el acerca su boca a mi sexo ya desnudo libre de las ataduras de mis bragas y comienza a besar mis posaderas. Va lamiéndome todo mi trasero y con sus manos separa mis glúteos, cuando los tiene bien abiertos y queda ante su vista el agujerito oscuro de mi culo, lleva a él su lengua y comienza a lamérmele y a jugar con él, esto me vuelve loca y no puedo reprimirle y le digo:



“Ohhhhhh cariño asiiiii siiiiiimi amor aiiiiiida plaeeeerrrr a tu tita mi niño sigueeeee juega con tu lengua en mi orto ooooohhhh siiiiiiiasiiiiiiique placeeeeerrr….no pareeeess sigueeee….”



Rubén no deja de chuparme mi ano, entonces suelta uno de mis glúteos y la mano que ha dejado libre la lleva a mi sexo, donde con ella  da dos o tres pasada con toda la palma de su mano y acaricia mi almejita. Luego, comienza a meter dentro de mi coño primero un dedo, luego otro y otro hasta que consigue tener metido en él cuatro dedos de su mano y comienza a moverlos como si de un falo se tratara y a imitar follarme con él. Esto me vuelve loca y me produce un placer inmenso, no puedo resistirlo y me corro en su mano con un orgasmo grandísimo, que hace que me flojeen mis piernas y caída al suelo, donde me quedo tendida.



Mientras, Santiago también de rodilla, ha comenzado a pasar los dedos de una de sus manos una y otra vez por toda la raja del coño de Almudena, por encima de la tela de sus bragas. Y con la otra mano la soba sus glúteos, metiendo esta bajo la tela de la prenda intima llegando a tocarla el agujerito de su culo, en el que ha conseguido entrarla uno de sus dedos y juega con él hacia dentro y hacia fuera, lo cual parece que a Almudena la esta encantando. Después saca el dedo y con sus dos manos tira fuerte de las bragas hacía arriba, haciendo que al tirar de ellas se la entre en sus dos rajas ( la de su coño y la de su culo), quedando en medio de sus labios vaginales. El chico acerca sus labios a ellos y comienza a lamérselos y chupárselos. Así esta un rato, hasta que suelta las bragas, volviendo estas a su sitio y coge le separa la parte de ellas que cubren su almejita y comienza a comerla con ansia y pasión el coño. Haciéndola al cabo de unos minutos venirse con un orgasmo brutal en la boca del chico. Cuando termina, se deja caer y se tumba en el suelo a mi lado.



Entonces los que están de pie y nuestros dos amantes se incorporan y comienzan a menearse fuertemente sus miembros masturbándose hasta que se van corriendo encima de nuestros cuerpos cayendo y llenando nuestras carnes con la leche que sus jóvenes y potentes miembros han expulsado.



Cuando vamos a limpiarnos los goterones que nos han caído en la cara, José Luis nos dice:



“No os limpiéis, aún no hemos terminados, mientras nos recuperamos, colocaros de rodilla y atended a lo que vamos hacer a continuación. Para darnos tiempos a recuperarnos de nuestra corrida y a la vez nos calentéis. Iremos pasando uno por uno ante vosotras y cada una de vosotras nos limpiareis el culo a cuatro de nosotros, después nos cambiaremos y cada una chupará y limpiara las pollas de los otros cuatro a los que no les haya chupado el culo. Lo habéis entendido guarras, porque decidme es lo que sois ¿no? Unas putas guarras y golfas que estáis aquí, por voluntad propia, para que nosotros gocemos y hagamos lo que nos plazca con vuestros estupendos cuerpos de mujeres maduras. Que además os gusta poner los cuernos a vuestros maridos, golfas, contestadme, es vedad o no, ¿queréis que gocemos de vuestros cuerpos, si o no?.



Nosotras nos miramos y sonreímos y contestamos a la vez:



“Si, somos unas guarras, unas putas, unas golfas y unas infieles, que ponemos los cuernos a nuestros maridos. Y queremos y deseamos entregarnos a vosotros y gocéis como más os guste y os plazca de nuestros cuerpos maduros. Somos todas vuestra a partir de ahora podéis hacer con nosotras todo lo que queráis”.  



Marcos fue el primero en dirigirse hacia mí y Jorge hacía Almudena. Rubén me cogío por detrás de mi cabeza y me hundió la cara en el culo de su amigo Marcos. Jorge fue él el que acerco su culo abierto ayudado por sus manos hasta la cara de mi querida Almudena, que dudo en chupársele, pero entonces José Luis la sujeto su cabeza y la obligo hacerlo. Yo notaba la piel fría de Marcos en mi cara. Con la nariz clavada en la raja y los labios apretujados, yo procuré lamerle el ano estirando la lengua y mojándole el orificio. Rubén “mi sobrino” me mantenía la cara pegada al culo, así estuve un rato, hasta que poniéndose al lado Charlie me puso al lado su culo para que hiciera lo mismo que estaba haciendo en el de su amigo, este tenía sus nalgas llenas de granos. Deje el culo de Marcos que paso a ponerse a la cola de los cuatro que le tocaban chupar el culo a Almudena, para cuando acabara con ellos, sé el primero al que le comiera y mamara su polla. Charlie cuando arrime mi lengua a su agujero, no se aguanto y soltó un tremendo pedo en mi boca, cosa que me desagrado y me vino una arcada. Entonces Rubén al verlo me tiró de mis pelos y de nuevo me pego mi cara y boca al culo mal oliente de su amigo. Este trato y el ser sometida de esta forma por unos mocosos, me excito calentándome aún más aún. Con la lengua dentro de su ano, yo movía la cabeza lamiéndosele, y con mis manitas, para ayudarme a sostenerme,  plantadas en las nalgas de él, cuando acabe con él ocupo su lugar Emilio y cuando finalice con este ocupo su lugar José Luis. Almudena se lo chupo a Jorge, Santiago, Álvaro y Rubén, los cuales como habían hecho los otros cuatro a los que yo les comí el culo con Almudena (esperando a que esta les comiera su rabo) se opusieron en fila delante de mí para que yo comenzara a tocar con mis manos sus huevos mientras les mamaba y chupaba sus jóvenes pollas. Allí nos encontrábamos las dos mujeres maduras, arrodilladas ante los ochos amigos jóvenes chupando y mamando sus pollas. Íbamos de una a otra esperando ponérselas tiesas y duras para que comenzarán cuanto antes a follarnos. Nosotras permanecíamos arrodilladas ante ellos viendo como al dejar de chupársela y mientras se la mamábamos a otro compañeros ellos se la meneaban con ganas, viendo pronto como alcanzaban de nuevo su erección y dureza, era una maravilla ver con la rapidez que estos chavales se recuperaban. Entonces uno de ellos creo que Santiago dijo:



“Joder tíos, vayas dos putas, no se cansan y como la chupan, me han hecho que se me vuelva a poner tiesa en un momento, cuando yo suelo tardar un buen rato, quién pudiera tenerlas de novias. A mí me encantaría que si un día me caso, mi mujer fuera igual o más puta que estas dos zorras maduras.”



Entonces, José Luis nos dijo:



“Dejad ya de mamarnos las pollas ya va siendo hora de que pasemos a algo más serio. Tú Almudena ven conmigo y venid también tú Ruben y tú Marcos, que nosotros nos vamos a encargar de la preñada, pues en su estado no debe de ser taladrada por muchas más pollas, no vaya a ser que a esta puta la estropeemos la criatura que lleva dentro. Y que lo sepáis, no es de su marido, sino mía aunque el muy cornudo cree que es suyo, ja,ja,ja,ja,…Nosotros estaremos en esta habitación de al lado y vosotros quedaros aquí con la zorra de Esperanza, la tía de Rubén que esa sí que traga las 5 pollas vuestras e incluso alguna más nuestra, pues por eso estaremos en esta habitación, así si alguno quiere cambiar de hembra puede hacerlo, sin que por la distancia le dé tiempo de que se le baje la verga…¿os parece bien?.”



Todos asientan con la cabeza, entonces José Luis da la mano a Almudena para que se levante y junto con los que había nombrado salieron de la habitación a la otra de al lado, dejándome a mí con los otros cinco chicos. Me rodean  haciéndome un círculo, yo permanezco en el suelo, entonces Charlie, que es el mayor, me dice:



“Esperanza, nos gustaría que acabaras de quitarte la camisa, pero quédate con la faldita y que dieras unos saltitos, queremos ver como se te mueven esos cantaros que tienes de tetas al saltar, eso me excita mucho y creo que a mis amigos también les gustará, pues son divinos los melones que tienes “



Yo ya estoy muy caliente y salida, el afrodisiaco está en su pleno efecto aparte de que me excita saber que voy a ser poseída y follada por todos mis agujeros por cinco pollas jóvenes , todas de buen tamaño y potentes. Por su edad sé que aguantarán bastante y que si se les baja no tardarán mucho en recuperarse y al ser cinco si esto ocurre alguno de ellos estará en forma mientras los otros se recuperan y no me dejarán parar, que es lo que más deseo en estos momentos. Me pongo de pie, me deshago de mi blusa y me quedo solo con mi faldita corta, mis medias y el liguero, me quito incluso los zapatos y comienzo a dar saltitos como me ha indicado Charlie, comenzando mis pechos a saltar y bambolearse como si fueran dos grandes campanas, eso a los chavales parece encantarlos y ahora es Jorge el que me dice, al verlas como se mueven:



“Joder señora, sus tetas me vuelven loco, como se mueven, me gustan me están volviendo loco viéndolas agitarse arriba y abajo. Me ha puesto como loco, loco por follarla, desde que la he visto al entrar me ha gustado usted más que la otra señora y he tenido deseo de follarla y es lo que quiero hacer ahora”



Una sonrisa burlona aparición en la cara de los otros cuatro compañeros y entonces se acercó Álvaro y me dijo:



“Señora, no nos haga más de esperar, vamos señora, si lo está deseando, verá como nuestras pollas no son como la de su marido. Vera como con nosotros tendrá polla todo el tiempo que quiera hasta que usted no pueda más. Yo le aseguro que al menos una siempre la tendrá dentro de alguno de sus agujeros hasta que usted misma nos diga que paremos porque ya no tenga más fuerza”



Después él y Jorge (que eran los que más cerca tenía) me cogieron cada uno una de mis tetas y las comenzaron a chupar. Esto me enloqueció y acrecentó aún más mis ganas por sus pollas. A la vez que me chupaban y mamaban mis pechos

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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