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Categoría: Confesiones

Mi amor de una noche

Había tenido un día muy ajetreado. Me di una ducha y me fui a dormir. Soy una mujer soltera lo que quiere decir que duermo aun sola. No tarde en quedarme dormida, pero mi sueño fue muy intranquilo. Soñé que me encontraba en un jardín, pensando y descansando, cuando alguien por detrás, agarró mi cabeza y me puso un pañuelo en la boca con un olor a almendras amargas y caí en un profundo sueño.



Sentí como me trasladaban solo que no podía decir nada, ni protestar o preguntar. Me desperté en una cama más grande que la mía y pude comprobar que estaba desnuda, solo estaba la habitación iluminada, por luces tenues de color rojo y me asusté mucho, al fin pude articular una pregunta: Hay alguien ahí, mientras cogi la almohada e intenté taparme mi desnudez. Cosa a todas luces insuficientes. Una voz desde la oscuridad me dijo: No tengas miedo solo quiero observarte. ¿Quién es Vd? Pregunté y de nuevo sonó la voz diciéndome: Un admirador tuyo, que está obsesionado por verte desnuda.- Hazme el favor y quítate la almohada, quédate así acostada y abre las piernas, si así lo haces no te pasará nada te lo prometo. Presa del pánico lo hice y deje la almohada a un lado y abrí mis piernas.- La voz siguió: Masturbate. Quien sea Vd no me da la gana. No voy a hacer nada de lo que Vd me diga.



Yo sabia que estaba durmiendo, que todo aquello era producto de mi fantasía, pero era tan real. Segundos pasaron y sentí un golpe entre mis muslos que me causo un profundo dolor y me obligo a abrir las piernas: Así me gustas lo hubieses hecho antes cuando te lo pedí te habrías ahorrado el golpe y ahora comienza a masturbarte. Impresionada y dolorida dirigí mi mano a mi entrepierna y me metí los dedos en mi concha y comencé a masturbarme, aunque sin ninguna clase de deseo. Algo cayó a mi lado, era un consolador de goma negro de grandes proporciones, que yo reconocía pero que nunca había usado, mientras la voz ordenaba de nuevo; Métetelo y muévelo, follate tu misma y no te dejare hasta no ver que te produces un orgasmo. No me quedó más remedio que hacerlo y puse toda mi fantasía para intentar llegar aun orgasmo, con la esperanza de que aquella pesadilla tuviera fin y comencé a masturbarme con aquel enorme consolador que tuve que meter en mi vulva con gran trabajo y no poco dolor debido a su grosor.



No sé cuanto tiempo llevaba masturbándome pero la naturaleza me avisó que mi orgasmo se acercaba y comencé a gemir de placer. La voz me alentaba a que siguiera diciendo: Así así, sigue sigue ves como lo pasas bien, sigue y chorréate bien que después entrare yo, para que sepas quien te ha llevado a la gloria en contra de tu voluntad. Estas palabras me llevaron a intensificar mi deseo de llegar al final, pero en el fondo con el deseo de conocer, de palpar al causante de esto que yo estaba ya comenzando a sentir como placer, disfrutar y, al menos. Saber su identidad y él porque de esta tortura que se estaba convirtiendo a la fuerza en un placer al que no quería renunciar. La habitación seguía a oscuras, pero sentí que alguien entraba y subía al colchón e inmediatamente note como un pene o algo parecido me penetraba para a continuación sentir como era penetrada y mi orgasmo aun no terminado volvía a resurgir y acepte aquella penetración sin la menos protesta al contrario. Sin querer y fuera de mi levante mi trasero para recibirlo con mayor intensidad y gozar de esta penetración esta vez de algo vivo, muy distinto al consolador con el que había conseguido forzadamente, mi primer orgasmo que creo era el mismo pues no había tenido ningún tiempo para relajarme y comenzar el que estaba sintiendo ahora. El bombeo en mi vulva era impresionante y no me daba tiempo a pensar, solo en gozar de la maravilla de ser penetrada y sentí todo el peso de un cuerpo que me tomaba de mis senos y mis nalgas con gran fiebre y apasionamiento, disfruté de esta sensación largo rato, hasta notar la entrada de chorros calientes en mi interior y poderme dar cuenta que el hombre que me las producía acababa de corrérse dentro de mi y sentí en mi cuello y en mi oído sus jadeos de satisfacción e incluso oí como me decía gracias llamándome," mi amor Me desperté y aun no se si fue un sueño o una realidad pero yo estaba húmeda y sabia que había tenido uno o mas orgasmos, En lo que fuera me gustaría que me volviera suceder, Sueños así los quisiera tener cada noche.


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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