Era mi la mascota de la casa, y yo ya había tenido algunas fantasias de introducirme algo por el culo, lo había hecho con algunos aparatos, pero nunca con un animal, un día que me quedé solo en mi casa, decidí satisfacer mi fantasía, así que tomé al perro, un pastor alemán de buén tamaño, lo llevé al cuarto de visitas de mi casa y puse una alfombra en el piso, miraba algo nerviosos a jack, así que le empecé a sobar la verga a ver como reaccionaba, como no había tenido relaciones con ninguna perra, empezó instintivamente a moverse, una véz que logré exitarlo, me desnudé, quedandome con la camisa para evitar que me lastimara la espalda, le hice oler mi verga y me la lamio, pero la mejor parte fué cuando me dí la vuelta para que oliera el culo, el cual me lo empezó a lamer con su lengua aspera, era una sensación deliciosa y muy exitante, parecía que estos olores le mantenían exitado a mi perro, así que en momentos buscaba la forma de subirseme encima, no lo dejé esperar demasiado, así que me puse debajo de él a lo que inmediatamente trató de introducirme su verga, pero al inicio sentí unos como picotasos en mi ano que me hicieron asustar, ya que nunca había experimentado esto, pero la exitación pudo más, y tomé con mi mano la verga de jack y me la fuí introduciendo suavemente, tratando de evitar que me la metiera de golpe y para que no me la metiera con todo y sus bolas ya que esto no permitiría que luego nos separarmos facilmente, parece que mi culo le encantó a jack, ya que apenas sintió su calor comenzó a bombearme de una forma deliciosa, su verga no era tan grande, en estos momenos, ya que en las experiencias posteriores con mi perro, parecía que cada vez le crecía más, jack seguía con su bombeo frenético y me suguetaba con sus patas delanteras con desesperación, como queriendome introducir su verga con todo y sus bolas, yo estaba sumamente exitado y era riquisima esta experiencia que estaba teniendo, una vez que jack dejó de bombearme y quería soltarse, no le permití sosteniendolo con una mano y sobandome mi verga con la otra, para soltar una gran cantidad de leche, que luego de darme cuenta que este olor le atraía a jack, me la embadurnaba en el culo para que así jack siguiera dandome placer con su lengua viscosa y aspera.
En las experiencias posteriores con jack se unió un pequeño perro pequinés que tubimos en casa, me exitaba tanto que los disfrutaba a ambos, ya sabían cunado los tomaba a los dos para nuestros encuentros sexuales, se desesperaban por montarme, en moemntos no me permitían ni que me baje bien os pantalones y ya estaban encima mío meneandose contra mi espalda o de lado, hasta que los acomodaba y encontraban mi sabroso hueco que los recibía con mucho agrado, con el pequeño me tocaba casi poner el pecho contra el piso para que este pueda penetrarme, pero a pesar de su tamaño tenía una buena verga que me sacaba suspiros de sus culiadas fernéticas, luego de que mi culo se acopló a los encuentros con mis canes, estos ya introducían sus deliciosa vergas en mi dilatado culo con todo y sus bolas, era una sensación increible y sabrosa, lástima que pasaron los años y mis canes murieron por la edad, no he vuelto a tener otra mascota para que satisfaga mis deseos zoofilicos, pero algún momento les contaré de mis experiencias sexuales.
Saludos
muy bueno..!!busca por internet, quien tenga un perrito para prestartelo, o que te lo comparta..claro!, primero vas a tener que entregarle el culo al dueño...je! de paso, te lo ablanda un poco....muy bueno..!!