Eric siempre me parecío un buen chico. Nos hicimos amigos casi al tiempo que empecé a trabajar en aquella empresa. Siempre hacía lo posible por ayudarme con cualquier problema que tuviera. Yo le contaba de mis aventuras con las chavas y él siempre tenía algun comentario atinado para darme.
No me fijo en chavos, pero Eric no tenía nada que envidiar al resto de los compañeros; incluso habían algunas chicas que preguntaban por él e incluso en alguna ocasión intenté hacerle un ligue, pero no funcionó.
Yo sí ya había notado algo particular en su comportamiento o en ciertos comentarios, aunque era normal entre nosotros echarnos algún chiste tipo gay, pero sólo para molestar.
Cuando compré el auto me pidió varios aventones a la universidad o a su apartamento y siempre íbamos charlando. La primera ocasión "extraña" fue un día que lo llevaba a la universidad. Eran ya pasadas las 6:30 de la tarde. Entre que conversábamos y la molestadera noté que un par de veces palmeo mi pierna mientras me contaba algo. En principio no fue nada raro o incómodo, pero luego noté que cada vez lo hacía con más frecuencia e incluso dejaba mayor tiempo su mano sobre mi muslo. Yo no quise hacer mayor problema de la situación en ese momento.
Lo mismo se repitió la siguiente vez que le di aventón. Ese otro día hablábamos de una chava de la oficina y entre risa me decía "velo.velo.te trae muerto la chava esa" y con la punta de su dedo índice pullaba mi estómago como a manera de cosquillas. Yo reía con la broma. Cuando bajó su mano, no la retiró sino que la dejó sobre la parte más alta de mi muslo. La punta de sus dedos casi rozaba mi pene, pues lo tenía acomodado hacia arriba. En ese momento me pasaron cien cosas por la mente. Que si le decía que quitara la mano, si se la quitaba yo.entre que pensaba su mano seguía sobre mi pantalón.
-Te molesta- fue lo que rompío el silencio. Yo esta que no sabía cómo reaccionar. Le dije: -Eh.no tranquilo.bueno.digo.- En ese momento movío su mano y con suavidad empezó a acariciar mi pene sobre el pantalón de tela. Yo estaba algo así como en chock, no podía creer que Eric estuviera acariciándome el pene en mi auto.
-Qué haces- le dije.
-No te molestes, somos amigos y nadie sabrá de esto. Eres guapo y yo la verdad, pues me gustan las chavas, pero también me siento atraído por algunos hombres. No se lo digas a nadie. Sé que hay compañeros que sospechan algo, pero nadie sabe nada y prefiero que quede así. Te lo digo a ti sólo porque te tengo confianza.-
La charla seguía pero yo estaba frio. Su mano seguía sobre mi pene y sus dedos frotaban a todo lo largo. Bajo su mano y empezó a acariciarme los testículos. Yo estaba incómodo, pero no era realmente algo que me estuviera molestando. Era como si una chava lo hiciera, pero con decisión total. Sin níngún tipo de pena. Yo seguía conduciendo y sin darme cuenta ya mi erección era completa. Él seguía mirando hacia el frente como si nada pasara y de vez en cuando volteaba a mirarme como fijándose si me molestaba o algo.
-Estás molesto- "No" le contesté, "pero no sé qué decirte". -No te preocupes esto es entre nosotros y si no estás molesto, pues, todo queda entre amigos de confianza.
Llegamos al estacionamiento de la U y yo detuve el auto. Mi pene palpitaba bajo el pantalón mientras Eric solo seguía sobándome y yo sin decir nada. Bajó del auto y se despidío como siempre. Manejé hasta mi casa todo el camino con el pipí que quería salírseme del calzoncillo. Cuando me cambié después de llegar vi como brillaba la punta por el líquido preseminal. No podía creer lo que había pasado.
Dos días después Eric me preguntó que si lo llevaba al apartamento. Yo acepté, aun cuando sabía que podía pasar lo mismo que la vez anterior. En cuanto doblamos la esquina de la calle de la oficina Eric puso su mano sobre mi pantalón y empezó a frotarme como si nada.
-Otra vez le dije?- "Sí" contestó. "Pero sólo si no te molesta". Yo no contesté nada. La verdad me parecía una situación sí.muy gay.pero también completamente excitante. Sobaba mi glande con sus dedos y supongo que al ver que yo no decía nada, dio el siguiente paso.
-Tú sigue manejando, que yo me encargo de que veas que vale la pena el aventón-
Bajo el zipper de mi pantalón. Yo seguía manejando. Metío su mano dentro, estiró el elástico de la ropa interior y saco mi pene. Sus manos estaban frias. Mi pene a reventar. Estaba nervioso, pero la verdad me estaba gustando lo que hacía. Lo tomó son su mano, lo acariciaba todo y me masturbaba suavemente. Yo no me podía concentrar y si no fuera por los papeles ahumados limosine, creo que me hubiera detenido. Me sobaba todo y me decía -tienes un pene hermoso, nunca hubiera pensado que fuera tan grande- Sacó su pañuelo y lo acomodó sobre mi pantalón. "te vienes rápido?" preguntó. "depende" fue lo que dije.
-entonces vamos a probar-
En ese momento comenzó a hacerme una (debo admitirlo" deliciosa paja. Su mano subía y bajaba con destreza mientras apretaba y aflojaba la mano. Estaba completamente claro con lo que hacía. La velocidad fue aumentando y no me di cuanta cuando empecé a jadear.
Ya sentía mis testículo calientes.
-Me vengo- le dije. -Yo sé- contestó.
-Paro?- -No, no.sigue.sigue-
No aguanté más y gemí.
La leche empezó a salir a borbotones. Me corría en sus manos y él me seguía pajeando, y la leche seguía saliendo hasta el punto de casi dolerme. Tuve que orillar el auto en la oscuridad.
-Qué rico, que pene más rico. lo siento Marcos pero no puedo desperdiciar la oportunidad de probar tu semen. no sé si ya luego nunca me vuelvas a hablar- Yo estaba ido y solo cerré los ojos. Su lengua empezó a recorrer todo mi pene y lo poco que había bajado empezó a subir de nuevo. lo tenía duro por la excitación. lo metío todo a su boca y lo lamío y chupó cuanto quiso. Metío la mano en el calzoncillo y mientras me apretaba las bolas con una mano me volvío a pajear con la otra hasta que volví a correrme en su boca.
Guardó mi pene, subío mi cremallera, se despidío y se bajó a tomar un taxi.
.aún somos amigos, pero esto no ha vuelto a ocurrir.