Esta es una de mis aventuras con mi querida amiga Martha Ligia, somos de Bogotá, nos conocimos por relaciones puramente comerciales pero con el correr del tiempo hicimos una gran amistad.
Un día que fuí a visitarla a su negocio me dijo como a eso de las cinco de la tarde que quería que nos besáramos, entonces salimos de su trabajo y nos dirijimos a un sitio cercano a su casa, ya estaba un poco oscuro, estábamos dentro de mi auto, parqueamos en un parque en donde había una bahía de estacionamiento, nuestras bocas se acercaron y empezamos a besarnos como locos, ella usaba un sostén que le apretaba y realzaba las tetas, se le veían muy ricas y eso lo había notado desde días atrás, no resistí las ganas de acariciarle esos lindos senos, solo lo hice por encima de su ropa, ese día no pasó mas sino el beso y las caricias de sus senos.
Esa hermosa cita se nos volvió costumbre, cada vez que podíamos yo la recogía en su trabajo y nos íbamos a esa misma bahía de parqueo para besarnos y tocarle sus tetas, un día me pidió con su excitada y dulce voz que le acariciara la chocha, le levanté la diminuta falda, ella abrió sus piernas y comencé a masajearle su chochita por encima de su ropa interior, ella gritaba de placer, subí un poco mi mano y solo con tocarle su pubis tuvo su primer orgasmo, bajé un poco mas mi mano y le acaricié su rica y mojada rajita, le dí dedito hasta que se derramó por segunda vez, ella sacó mi verga del pantalón y me la acarició, estaba muy dura, se la llevó a su boca y allí me derramé, se tomó toda mi leche, estábamos cansados pero felices.
esa hermosa rutina la hicimos varias veces, nos masturbábamos dentro de mi auto uno y otra vez, uno y otro día, una y otra semana, uno y otro mes, un sábado fuí a su casa y la invité a comer merengón a Tabio, nos fuimos, almorzamos en el camino, después nos fuimos a la fábrica de merengón a Tabio, cuando nos devolvimos para Bogotá eran como las cinco de la tarde pero la verdad el día estaba oscuro como si ya fuera de noche, me vine muy pero muy despacio manejando por la carretera, mi mano izquierda estaba en el timón, mi mano derecha estaba entre sus piernas, solo se las acariciaba pero en la medida que el tiempo fué pasando ella se fué calentando mas y mas, abrió bien sus piernas después de bajarse sus calzones, recostó el espaldar de su silla al máximo, puse mi mano derecha en su chocha y se la acariciaba a todo lo largo de su raja, metía mis dedos y los sacaba mientras ella gemía de placer y se movía como loca en esa silla, cada vez que tenía un orgasmo cerraba sus piernas con mi mano entre ellas y me la apretaba, mientras tanto su mano estaba en mi verga dándome un rico pajazo, yo manejaba muy despacio para disfrutar el momento.
Ese mismo día acordamos hacer el amor, cuando llegamos a Bogotá nos fuimos de una para Chapinero, entramos a unas residencias, cuando estuvimos solos en la habitación nos acostamos vestidos en la cama, empecé a acariciarle los senos sobre la ropa mientras ella se masturbaba contra una de mis piernas, todavía estábamos vestidos, sentía su caliente chocha sobre mi pierna, estaba esa mujer mas rica que nunca, nos deseábamos como locos, se quitó la blusa mientras yo me quitaba la camisa, no tenía brasier, sus tetas quedaron prácticamente en mi boca, se las besé como nunca lo había hecho, estábamos muy excitados, mientras se las besaba le metí mi mano bajo su falda para bajarle su tanguita, estaba empapada, se la bajé y ella se quitó la falda, después ella me quitó el pantalón y los calzoncillos, mi verga ya no cabía allí, se llevó mi verga a su boca y me la empezó a chupar, se sentía muy rico tener mi verga en su boca, su lengua jugaba con ella, sus labios me la chupaban duro, que delicia, luego ella se acostó boca arriba con sus piernas cerradas, poco a poco se las abrí y quedó su rica chocha frente a mí, me incliné y primero le besé las ingles, luego pasé mi lengua por su raja y tuvo una gran convulsión, me parece que tuvo su primer orgasmo, empezó a moverse como loca en mi boca, que rica estaba mi Martha Ligia hermosa, me puse encima, ella cogió mi verga y poco a poco se la metió dentro de su sabrosa chochita, con sus propias manitas, hasta en fondo, volvió a convulsionar, que rico me apretaba la verga con su chochita, empecé a bombear, primero muy despacio, luego mas rápido, sentía como se derramaba ella, estábamos muy arrechos y muy mojados, que rico polvo, me derramé en su estómago, mucha leche salió de mi verga y ella se acarició todo su cuerpo con mi leche, ella es especial conmigo.
Hemos venido haciendo el amor cada vez que queremos, no tenemos ningún tipo de compromiso, somos amigovios o amigos con derechos, niñas arrechas si les gustó mi historia escríbamne a masturbemonos@hotmail.com , espero sus comentarios, besos, Francisco.