La historia que a continuación les cuento ocurrió, apenas un semestre atrás, cuando dictaba Programación Avanzada para la Escuela de Ingeniería en Informática. Me contrataron porque necesitaban una docente con habilidades para enseñar... y, yo como necesitaba el dinero... acepté.
De esta manera, conocí a F. C. (famoso por dormir en clase). F. C. era el típico estudiante pesado... a todo profesor, fastidiaba. Además, no me podía ver por los pasillos... siempre tenía alguna pregunta absurda, estúpida... algún pretexto para acercarse a mi... y, en clase se dormía!!!. Tal vez por eso era gordo y encorvado (con seguridad el enorme maletín negro, con el que siempre se le veía, ayudó a deformar su figura.
Si bien es cierto, soy una mujer en extremo atractiva y, con curvas muy bien definidas, F. C. se ponía nervioso cuando advertía mi presencia: Tartamudeaba y, me miraba de pies a cabeza. Era evidente que, cuando llegaba a su casa se mataba a pajas pensando en lo generoso de mi escote, en el trozo de piernas desnudas que dejaba ver mi falda... en el picón que se pudo escapar. Él intentaba disimularlo pero, era imposible. Con frecuencia se le notaba algo creciendo bajo sus pantalones.
De hecho, el día que apliqué la prueba, correspondiente al primer lapso, le vino otro calentón, se puso totalmente colorado. Ocurrió que, mientras vigilaba a los estudiantes caminaba... se oían mis tacones, se respiraba mi perfume...él estaba respondiendo la prueba, o por lo menos lo intentaba, dudo mucho que pudiera mantener la concentración. Sin proponérmelo, me puse delante de él, retiré el teclado y me senté en la mesa, él estaba perplejo, se había quedado helado, separé un poquito mis piernas para cruzarlas delante de sus ojos... Yo llevaba una mini falda, bastante cómoda, pero que, al sentarme, se había subido un poco más. No llevaba medias. Solo mi ropa interior... me quedó mirando.
- ¿nunca has visto a una mujer desnuda? –pregunté-
Se notaba que se estaba poniendo cardiaco y que no podía contestar con cordura. No era para menos... sus ojos se clavaron en mi bikini blanco translucido... donde una hermosa mancha negra se podía ver sin mucho esfuerzo.
- ¿Es que acaso me vas a desnudar con la mirada? –insistí-
De hecho, todo parecía indicar que desabrochaba los botones de mi blusa... se dio cuenta que no llevaba sujetador... sentí que mis pechos quedaron al descubierto y sus manos sobre mis tetas... Dios, me está tocando!!!!... Se está pasando!!!.
Estoy segura de haber captado sus pensamientos:
- no imagina profesora Judith que desde mi pupitre la contemplo... Deseo acariciarla... tocarla toda... cuánto daría por hacerlo!!!. Suavecito, muy suavecito la amaría... deslizaría mi mano sobre todo su cuerpo... sobre su humanidad... Ricoooo!!!. Definitivamente, moldearía con mis manos su figura...la sensación se ha grabado en mis manos... aaaaahhhhhhhhh es muy estimulante!!!.... creo que levantaría un poco más su vestido, de ser posible... es imposible dejar de mirar... que tremendo picón le vi profesora Judith!!!. Mi pene lo sabe y por eso se está transformando... Está creciendo, se está inflando... poco a poco se está convirtiendo en un corpulento ser: imponente... elegante. Lo siento duro, muy duro... y, todo por usted.
Lo cierto del caso es que, a partir de ese día, F. C,, nunca más se durmió en mis clases.