Había tenido muchos problemas con mi esposa que un día fueron tan seguidos que un día me tuve que ir de la casa, platicando con mi mamá le contaba lo que hacia sucedido y que tenia que buscar a donde irme; no había terminado de contarle mi situación cuando dijo que su mamá o sea mi abuelita se había quedado sola en la casa, porque los familiares que vivían con ella se habían cambiado de casa por razones de trabajo y que le caería bien una compañía.
Terminamos de hablar e hicimos los contactos con mi abuelita, mamá la llamó le explico todo y estuvo de acuerdo en yo me fuera a vivir allá con ella.
Tome mis maletas y me dispuse a trasladarme con mi abuelita, ella una persona muy cariñosa y compresiva me recibió como siempre lo hacia con un gran abrazo y un beso, pasamos adelante y ya me tenia lista la habitación, me acomode me bañe y baje a platicar con ella, platicábamos durante largo tiempo yo le exponía mis problemas y le contaba con detalles cada situación, ella me oía y me daba consejos, me decía que allí estaba ella para oír todo lo que quisiera contarle, terminado de cenar por las noches nos quedábamos platicando hasta alta horas de la noche, yo por consideración cortaba la platica y la invitaba para que se fuera a dormir, ella pocas veces acepto la invitación y se dedicaba más a escucharme, como veía su interés le decía que mejor siguiéramos platicando en su habitación así ella calientita ya estaba metida en su camita y poco a poco se quedaría dormida.
Ella pasaba siempre adelante sin dejar de hablar se cambiaba de ropa yo la seguía atrás y esperaba hasta que dejara de hablar para responderle; ya con su ropa de dormir se sentaba en la cama y con una paciencia celestial jalaba sus sabanas y poco a poco se iba introduciendo en ellas, hasta quedar acostadita.
Un par de veces no pude dejar de verla cuando se cambiaba de ropa y la miraba semidesnuda, lo que no creía correcto por ser una mujer mayor y mi abuela.
Entre tantas cosas que platicábamos, le decía que me hacia falta estar con mi esposa y que la extrañaba ella me respondía que le diera tiempo y que cuando estuviera arrepentida ella misma me buscaría, fueron palabras sabias porque con el pasar de los días así fue.
Cuando ella estaba acostada yo permanecía sentado a su lado para seguir hablando, muchas veces yo me sentía nostálgico y me rodaba una que otra lagrima ella siempre con sus palabras llenas de sabiduría sabia consolarme y desviarme la atención con otras clase de recuerdos o anécdotas más gratas.
Como el tiempo seguía pasando y la noche avanzaba,como si fuera un niño de corta edad, ella me invitaba a que cobijara con sus sabanas y endredón, yo para no tener que irme a mi solo a mi cama aceptaba y así nos íbamos quedando dormidos.
Yo tengo la costumbre de no acostarme con ropa y de dormir solo con camiseta y bóxer, inconscientemente al estar acostado me quitaba la ropa y me acomodaba, ella siempre se hacia a la orilla para dejarme suficiente lugar y me acostara cómodamente.
Así lo hicimos muchas noches, pero una de esas y al estar varios días sin tener sexo, instintivamente al sentir un cuerpo femenino cerca, se me despertó el deseo sexual, estaba inquieto y con la verga sumamente dura no podía conciliar el sueño y no sabia si irme al baño y masturbarme o hacerlo allí en la cama con mi abuelita a la par, con el riesgo que se despertara y me hiciera pasar un mal rato por la vergüenza.
En cuestión de segundos paso por mi mente la idea de cogerme a mi abuelita arriesgándome a la debida llamada de atención y la posible expulsión no solo de su cama sino de su casa.
Como el deseo pudo más que la vergüenza, me hice el dormido y poco a poco me fui acercando a mi abuelita, di un par de vueltas y me situé a escasos milímetros de su cuerpo, lo podía sentir caliente pero la gana de coger me estaba matando y la verga no había modo que volviera a su tamaño normal por más que pensaba en lo malo que estaba pensando y lo que me esperaría al despertarse la abuelita.
Fue mucha la excitación que me anime, le pase un brazo al rededor de su cintura y me pegue a ella, quede por unos minutos así para esperar su reacción; como no hizo nada le di un beso en la mejilla y le susurre al oído que pasara feliz noche, no me respondió y le di otro beso, solo que esta vez más cerca de la oreja allí me quede y la seguí besando, le hice presión con mi cuerpo, pegandole la verga y seguía besándola como no decía nada baje la boca a su cuello y le daba besos, estaba de espaldas a mi y tenia mi verga exactamente pegada a sus nalgas. comencé a hacerle movimientos de ida y de venida con la verga, la seguía abrazando atrayendola hacia mi y besandole el cuello y la mejilla.
Como ella no despertaba y no hacia nada por evitarlo, le metí la mano entre su camisón para buscarle la chocha, empece desde el estomago, ombligo hasta encontrarle la chocha, encima del calzón se la buscaba y seguía sin decir nada, supuestamente bien dormida; ya con esa excitación que tenia y con la mano en su chocha me volví loco de deseo, la tome del hombro muy suavemente y la coloque de tal forma que quedara boca arriba, con su cuerpo a mi total disposición ya que no estaba rígida, le metí la mano adentro del calzón y empece a jugarle sus vellos para después introducirle los dedos en su chocha, estaba completamente para lo que yo quisiera hacerle, que le encontré el clítoris y suavemente empece a sobarselo, para eso yo ya le buscaba los labios para besarla, algo que me anime a hacer de inmediato, porque si no decía nada porque le tenia la mano en la chocha mucho menos iba a decir algo porque la besaba.
Me imagino que a esas alturas ya tuvo que haber sentido lo que le estaba haciendo y para complacer a su sobrino se estaba dejando hacer todo o solo que haya tenido el sueño muy pesado no sentía nada, pero más bien creo que fue lo primero.
Me despoje del bóxer y la playera en un segundo, sin dejar de acariciarle su clítoris y de besarle la barbilla y la boca, hice un intento de quitarle el calzón, no me costo mucho y de un par de tirones logre quitárselo, le separe las piernas y pude sentir la humedad de su vagina, estaba caliente a pesar de su edad había logrado excitarla y que se mojara, le metí un dedo y lo saque super mojado, se lo seguía metiendo a manera de masturbarla, cuando ya no pude aguantarme más y viendo la disposición de mi abuelita me puse encima de ella, con la verga dura busque metersela, algo que no me costo mucho, lo que pude sentir o imaginar no creo es que cuando le estaba metiendo la verga ella se arqueo para permitir que le entrara con toda facilidad, pero algo que me volvió aún mas loco fue que cuando estaba encima de ella bombeandola la chocha abrió la boca para dejar que mi lengua le entrara, se pueden imaginar fue algo que me excitó mucho más y yo seguía dándole con la verga hasta saciar mi deseo, allí estaba mi abuelita a plenitud en la cama con su nieto dejándolo que se la cogiera; me vine en un orgasmo maravilloso que tenia mucho tiempo de no sentir esa sensación tan excitante con una mujer y quien lo iba a decir que lo sentiría con mi abuelita.
Me hizo llegar a un orgasmo único e incomparable, le di verga hasta que salio la ultima gota de semen, la besaba que no podía creer que me acababa de coger a mi abuelita, se me aguado la verga y me quite encima de ella, me quede acostado a su lado, hasta que nos quedamos dormidos así yo desnudo y ella sin calzón, todavía con mi semen que le escurría.
A la mañana siguiente, se levanto temprano como de costumbre preparo el desayuno, me despertó para que me bañara y nos dispusiéramos a desayunar juntos.
Estaba de muy buen humor y me trato como no lo había hecho antes, se le miraba con otro semblante y por supuesto que a mi también, no hubo necesidad de decir nada, estaba claro que lo había disfrutado y sabia que yo también.
Espero poder contarles lo que paso en los días posteriores.
Me parece bueno y excelente tu relato en diferentes formas, además aquí no hablas de edad y eso no es importante cunado dos seres humanos se entiendes en la cama, discreción y gozo del momento.