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Merendero junto al mar

~Soy una mujer que se cuida mucho durante todo el año y según me dicen los chicos soy una mujer cañon. Aprovechando que este fin de semana hizo bueno saque mis pantalones cortos ajustados y y una camiseta corta de tirantes. Los chicos se dan la vuelta al pasar junto a mí, siempre me ha pasado desde que era muy joven hasta ahora que tengo 21 años.

Quede con unas amigas para ir a un merendero junto al mar a tomar algo y aprovechar para tomar el sol y ponerme morena. Estábamos pasándolo muy bien y los chicos no dejaban de entrarnos porque mis amigas también eran muy guapas. A mí no me interesaba ninguno eran niñatos y yo quería un hombre que me cogiera y me diera caña. Para mi sorpresa se me acerco uno y me dijo algo al oído que hizo que me levantara y me fuera con él mis amigas se quedaron boquiabiertas, yo nunca hacia eso pero esta vez me fui.

Me llevo de la mano a un descampado que había unos metros más allá y que tenía las vistas al mar antes de que el horizonte se cortara a cuchillo en unos acantilados. Se dio la vuelta y comenzó a besarme el cuello y a agarrarme de las nalgas, estaba muy cachondo y me arranco la camiseta de un tirón y dejo al descubierto mis pechos desnudos y firmes, no muy grandes pero con unos pezones grandes y abultados que les gustan mucho a los hombres. Comenzó a chuparme los pezones y tirar de ellos dándoles al principio pequeños mordiscos y luego haciéndolo con más fuerza hasta un punto que dolía pero a la vez sentía un placer inigualable.

Nunca me había sentido tan cachonda y le gritaba que no parara, el me desabrocho el pantalón, me arranco el tanga y me hecho en la hierba recién cortada, fue bajando chupándome cada centímetro de mi piel hasta que llego a mis muslos y luego volvió a subir hacia mi sexo donde comenzó a pasarme la lengua por mi clítoris de una manera magistral. Me agarraba con los dientes mi clítoris y lo mordía tirando con fuerza de él. Yo estaba loca de placer y le pedía que me follara y él me metía la lengua en mi sexo a la vez que con sus brazos estirados me acariciaba los pechos y me agarraba los pezones y me los retorcía mientras notaba su lengua dentro de mí, lo cual me ponía más caliente aun.

Le pedí que me follara que quería sentir su polla dentro de mí, el se arrodillo encima de mi cara y me puso los huevos en la boca y comencé a chupárselos metiéndomelos enteros en la boca a la vez que le cogía la polla y le masturbaba. El gemía de placer y me agarraba de la cabeza y me pedía que no parara. Me saque los huevos y me metí su polla grande y gorda en la boca y comencé dándole mordiscos en la punta y apretándole los huevos.

El estaba tan cachondo que me dijo que me iba a enterar, me puso de rodillas a cuatro patas y se coloco detrás de mí de pie y me metió su polla en el culo a lo bestia. Note como mi culo se abría al paso de esa polla y como empujaba una y otra vez, me la metía hasta que los huevos chocaban con mi piel. Me decía a gritos “te gusta zorra” se que te gusta, eres una buena zorra. Nunca había estado con nadie que me diera caña y me ponía mas cachonda todavía, no sabía que me gustara ese tipo de cosas.

Comenzó a darme fuertes palmadas en las nalgas con sus fuertes manos hasta dejarme la marca de las mismas. Me tumbo de lado en la hierba y se puso detrás levantándome la pierna y me metió su polla en mi coño, y comenzó a empujar una y otra vez con fuerza mordiéndome en el cuello y diciéndome “te voy a reventar zorra”. Yo le gritaba si siiiii, reviéntame el coño y correrte en mis tetas. Notaba su polla entrar hasta el fondo y era increíble lo gorda que era que rozaba con todo mi coño con cada embestida.

Yo estaba muy caliente pero el me dijo que aguantara y cambio de posición para darme un respiro, me hecho boca arriba y se puso encima metiéndomela y ampollado sobre sus fuertes brazos empujo una y otra vez con más ritmo y mucha más fuerza, tanta que notaba como con cada embestida la hierba me arañaba la espalda al desplazarme unos centímetros. Yo estaba fuera de mí y mis gritos y gemidos le ponían más cachondo aun y empujaba con más fuerza.

Me agarro de las nalgas y echando todo su cuerpo sobre el mío, me mordía el cuello y en una de las embestidas me encontró el punto G, creí que me moría de placer, no pude aguantar mucho mas y me corrí con su polla dentro, el al notar su polla húmeda por mi corrida y mis gritos no le dio tiempo y se corrió dentro de mí, dándomelo todo. Fue tan intenso el orgasmo que los dos nos quedamos en esa posición unos minutos exhaustos.

Al recuperar un poco la respiración saco su polla aun dura de dentro de mí y volvimos con el grupo, yo con mis amigas y el desapareció.

Mis amigas me preguntaron qué, qué tal y yo les dije que había sido el polvo más intenso de mi vida. También me preguntaron qué me había dicho al oído para irme con él, pero eso se queda para mí.

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