Soy Georgina tengo treinta y nueve años soy madre de un adolescente que tiene diecisiete años es guapisimo, alto, esbelto, musculoso hasta muy inteligente tiene a quién salir no lo dijo por que soy su madre biologica pero entre nosotros salió totalmente a mí. He notado dese hace tiempo atras que al vestir acostumbradamente con faldas entalladas ajustadas ceñidas a mis contornos anatomicos les comento que semi gruesa con imponente senos y que decir de mis gluteos femeninos; al momento que llego de trabajar ya esta en casa mi hijo es independiente ya se atiende solo me recibe con una grandioso como acogedor beso en la mejilla izquierda al preguntarme como estuvo mi día en el trabajo al contestarle siempre muy bien.
Estando en mi recamara empezandome a desvestirme ya me quite el saco se acerca por la espalda me pone la mano en mi vientre al deslizarlo a mis entrepiernas al notar cuanto le desea, excita, calienta también al sentir contra mí su pené erecto, duro, gigantesco, parado y sobre todo lo principal rozandome los relieves de mis gluteos; con los ojos cerrados le tumbo mi cabeza a su hombro derecho le digo que estas haciendo hijo mío.
Me habla en voz baja cercano a mi oído derecho que estoy enamorado de tí mamita y yo se que tu también quieres que te haga el amor como nunca lo supo hacer mi difunto padre, dejandome llevar por los movimientos calculados por mi hijo me deje seducir por consiguiente no podía controlar y ni siquiera tenia dominio propio en mi persona para ponerle ya un hasta aquí por el compartamiento asumido por mi hijo adolescente que me expreso algo que considero aberrante.
Empezo a desabotonarme la blusa al desabrocharme el cinturo ni espero para nada me abrio el boton y el zipper de la falda al desnudarme dejandome solamente con la ropa interior femenina puesta y con las botas hasta la rodilla al acostarme abriendole mis entrepiernas para recibirlo que me penetrara en el centro de mis entrepiernas al dejarlo libremente que me diera besos en todo mi estomago como vientre nunca senti tanta delicia, emociones, pasión igualmente deseada que nunca vivi con mi difunto esposo que dios lo tenga en su santa gloria.
Continuamos ahora estando concretamente abrazados desnudos con nuestros cuerpos pegados al besarnos en todos los rincones de mi cuerpo femenino viviendo un momento trascendental en nuestras vidas al dejar que me hiciera pleno sexo sintiendo y palpando con hechos explicito toda la verga cabrona saliente como bombeada muy lubricado el semén de mi hijo dentro de mí no volvimos a repetir esa escena nunca más y no hablamos de ese día nunca más pero les quiero confesar que fue el mejor día que tuve y pase como disfrute a granel en compañía de mi hijo adolescente de diecisiete años.
si lo que pensabas era exitar a alguien creeme que no lo logras... osea asko total