Esperando en la fila a las cajas en el banco estoy embrujado y cautivado hasta provocado con erecciones en mi pinga que está la prostituta colombiana de Melisa con falda cuerina y corsé negro con botas largas de tacones altos negra con las piernas abiertas exhibiéndome y mostrándome su riquísima, sabrosísima, buenísima, deliciosisima, deseadísima, deleitosisima, asimismo calientísima vagina desnuda mientras está hojeando una revista y dejándose entretener cómo distraerse hasta dominarse con jodiendas de dos viejos verdes en el sillón donde esta ella emparedado con estos.

Avanzo en la fila en que con saco azul puesto tiene un seno fuera del corsé en que me lo muestra y exhibe con todo el gusto que lo tiene rosadito parecido a la piel de un recién nacido que me tiene caliente cómo excitado hasta endemoniado en que continúan tocándola cómo manoseándola a lo largo y ancho estos dos viejos verdes con las piernas sumamente abiertas en que no puedo quitarle los ojos a la vagina de la propia Melisa y mucho más en ese instante.

Bueno me toca mi turno hago todas las diligencias bancarias salimos agarrados de las manos mientras vamos al auto me pregunta estás muy celoso de esos viejos verdes que me tenían en un emparedado que te tenia entretenido y distraído matando el aburrimiento en la fila del banco con mi vagina y desnuda debajo del atuendo que visto siempre al salir contigo y cuando te metes en el prostíbulo donde me conociste y trabajo hoy día papi en que le sonríe al besarlo cómo fueran de la boca para fuera un matrimonio ejemplar y común y corriente tanto Melisa cómo yo y viceversa.