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Me vestí de reina

Una de las cosas más eróticas que he experimentado para mi es vestirme de mujer, me resulta verdaderamente exquisito el placer que me proporciona sentir en mi cuerpo esas prendas femeninas tan suaves y tan deliciosas.



De tal manera que cada vez que tengo la oportunidad y me encuentro solo en casa lo hago, utilizo prendas del guardarropa de mi esposa que cuenta con una buena variedad de todo tipo de vestidos, faldas, blusa, y mucha lencería muy erótica, cosa extraña porque ella no la utiliza conmigo, y cuando le pregunto sobre ello solo me dice –para cuando se ofrezca, y bueno yo empiezo a sospechar que es con otro con quien las luce, porque encontré una tanga con rastros de semen, y conmigo no fue; pero bueno esa es otra historia.



La primera vez que me vestí de reina fue hace tiempo, porque mi esposa e hijos se fueron de visita a Monterrey a visitar a mi suegra, yo con el pretexto de mi trabajo no quise ir, pero la verdadera razón era otra.



Mi familia se fue en la mañana y yo al trabajo, todo el día estuve pensando en que haría llegando a casa y me recorrían oleadas de placer hasta el culo.



Y bueno lo primero que hice fue meterme la baño y depilarme todo lo que puede, dejando mis piernas muy tersas, aclaro tengo buena pierna casi de mujer, y buena nalga también muy paraditas.



Después me puse a elegir las prendas que usaría, cosa que me resulto un poco difícil pero excitante, y saque un buen del closet de mi esposa, así como medias, ligueros, tangas, vestidos de licra entallados, zapatillas bolsos y todo eso.



Con todo listo para la gala. Me dispuse a vestirme de reina o de puta como quieran llamarme, y empecé por maquillarme un poco, no soy experto pero me defiendo, me puse base de maquillaje, rubor, me pinte los ojos, me puse rímel, lápiz labial y una peluca rubia de mi esposa muy abundante, que de verdad daba un aire de puta barata.



Me puse un conjunto que encontré en el cajón de la lencería de mi mujer, blanco el sostén y la tanga de encaje en las orillas muy sexi, medias blancas para liguero, y un baby doll blanco transparente y zapatillas blancas. Me sentía tan sexy capaz de pararle la verga a cualquiera si me vieran. Porque ni el bulto se me notaba, aparte que la tengo chica, me la puse para atrás con un truco que aprendí en YouTube, y de verdad parecía concha de puta, hasta la rajadita se veía.



Aparte ya me había pasado buena parte de la tarde probándome vestidos, faldas, blusas, tangas, panties etc., un placer tan rico.



Y así estuve tomándome video buena parte de la noche, caminando como prostituta contoneándome por toda la casa, hasta que sonó el teléfono y fui a contestar, era mi amigo Rubén que andaba un poco tomado y me invitaba a tomar con él, y en ese instante se me ocurrió una gran idea, invitarlo a mi casa, y que me viera así vestida.



Él ya sabía que yo era joto de closet, pues ya habíamos tenido una rica aventura, y creo que cada vez que toma se acuerda de mí, porque me llama y esta vez sí se le concederá volverme a coger.



Tardo como diez minutos en llegar y toco la puerta yo bien coqueta me había puesto un vestido blanco entalladísimo que se notaba todas mis nalgas como una gran señora puta.



Wow dijo Peter eres tú? Si yo soy le dije, -te gusta? Me encanta dijo el, pareces toda una mujer estas bien buena, mira nomas que culo te cargas.



-ya te había contado Rubén, que a mí me gustaba vestirme de mujer recuerdas?



-Si ya recuerdo, el día en que te estrene, pero no creía que pudieras verte así.



- pues aquí me tienes, que quieres hacer?



-para empezar vamos a tomarnos unos tragos, traje una botella para brindar.



-te gustaría bailar conmigo? Le pregunte…



-Si ahorita vamos a hacer muchas cosas no te preocupes.



Me sirvió una copa y brindamos, yo me senté en el sofá con aires de diva, muy sensual Rubén enfrente de mí, yo cruzaba la pierna dejando ver el triángulo frontal de la tanga, Y se me quedaba viendo mucho, y yo cada rato lo hacía excitándolo.



La vista que yo tenía también era deliciosa su enrome bulto se le notaba riquísimo entre sus ajustados jeans, la verga dentro del pantalón, empezaba a endurecerse.



De tal manera que cuando se paraba a cualquier cosa se le notaba la tremenda erección, sus huevos se le notaban mucho y abría las piernas para que se lo viera, yo no dejaba de mirárselo como hipnotizado.



Yo me pare a servirle hielo en su vaso y me agache frente a él mostrándole mi culo, y él me dio una nalgada y me dijo –ya no aguanto más vamos a coger. Y le conteste yo también quiero.



Pero primero bailemos le dije es otra de mis fantasías contigo, y pusimos muisca romántica, luz tenue y el me abrazo de la cintura y yo le eche mis brazos al cuello, se me pegaba tanto que podía sentir su paquete entero en mi pubis.



Me beso delicadamente el cuello y luego en la boca metiéndome su lengua ardiente hasta la garganta, yo lo disfrute mucho, sentir los besos de un macho haciéndome sentir frágil como una mujer.



Me tomo las nalgas con las dos manos al bailar, tan pegado a mí que sentía su cuerpo duro y caliente fundirse con el mío, metió una mano a mi pubis para acariciármelo así suavemente y unas oleadas de placer me recorrían el cuerpo, era toda una puta bailando con un macho.



-vamos a la cama me dijo ya no aguanto, quiero metértela



-vamos le dije, y subimos las escaleras de su brazo como si fuera su novia.



Pusimos la luz tenue también, y él se quitó la camisa y el pantalón quedándose en bóxer nada más.



Le dije –quítame el vestido papi



Y él se puso detrás de mis nalgas acercándome su bulto. Y me empezó a bajar el zipper del vestido que cayó al piso dejando ver la lencería blanca y entallada que cubrían mi cuerpo, y el exclamo –Puta que buena estas y me empezó a manosear como loco.



Yo no quise que me quitara la lencería, porque así me sentía más mujer, y bueno así me dejo, pero metía sus manos por debajo desesperado.



Yo le quite sus boxers, dejando al descubierto su verga ya muy dura y chorreante, que amenazaba con explotar, sus huevos brillosos repletos de rica leche.



Le tome la verga en mis manos, puñeteandosela un poco, a lo que me dijo ya no le muevas que se me salen, mejor deja te la ensarto en tu culito.



Le puse lubricante en su verga gruesa y venosa que pedía a gritos coger, y me puse también en mi culo para que resbalara bien, y me tendió en la cama boca abajo y se me subió encima y sentía su miembro latir entre mis piernas.



De pronto sentí que hacía a un lado mi tanga y empezaba a meterme sus dedos para dilatar el esfínter, mientras me sentía como una puta a punto de complacer a su hombre.



Sentí su verga apoyarse en mi culo y poco a poco la fue metiendo, esa enorme tranca de unos 18 cm pero gruesa y venosa curvada un poco hacia adentro.



Sentí como se deslizaba entre mis carnes y me estremecí un poco por el dolor que esto causa, pero aguante gimiendo de placer y dolor, y me susurraba al oído, calma amor que ya la tienes toda dentro, aguanta, ahora vas a sentir rico. Y empezó a bombear hasta que mi culo se dilato y la aguanto toda, hasta el tronco, porque yo estire mi manos hacia atrás y toque en la base de su pene y me la tenía adentro toda.



Sus huevos chocaban con mis nalgas en un ritmo frenético, creo que nos habíamos calentado demasiado, me estuvo cogiendo como 20 minutos diciéndome cosas sucias al oído que me excitaban más, pero mi verga no se paraba el placer estaba en otra parte, en mi culo.



Sentí como se tensaba al momento que me decía –ahí te van Peter, ahí te van.



Y sentí un chorro de semen inundar mis entrañas, de caliente leche de los huevos de mi macho, yo apreté el esfínter lo más que pude y le dije –échamelos, échamelos papi.



Cuando termino de descargar sus mecos, me la saco y quedo mi agujero dilatado, tanto que cuando me incorpore se me salieron, escurriendo por mis piernas.



-Tengo sed me dijo, vamos por un trago a la sala, y así desnudo como estaba fuimos a la sala, yo seguía con mi atuendo de reina. Con mi lencería puesta.



-Era todo un espectáculo mirar a ese macho con su verga y sus enormes huevos al compás de su andar.



Estuvimos tomando y platicando hasta casi la madrugada, luego se despidió con la condición que nos volviéramos a ver.



Fin


Datos del Relato
  • Categoría: Gays
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