Todos mis relatos son 100 por ciento reales. No tengo porque fantasear porque realmente siempre he tenido una vida sexual muy activa.

Lo que les voy platicar me ocurrió en Acapulco, México, durante una convención que se realizó en este paradisíaco lugar de mi país. El tema era el turismo y hasta ahí habían llegado altos funcionarios y muchos periodistas.

Este fue el caso del señor Macías, un hombre ya bastante mayor. Yo le calculo unos 70 u 80 años de edad quien en esa ocasión se hizo acompañar de su esposa y de su cuñada, mujeres con apenas algunos añitos menos que mi querido amigo.

Durante toda la convención Macías me estuvo insistiendo en que los acompaña a tomar una copa en el cuarto del hotel en que nos hospedamos, y como ya había un antecedente pues no le encontré motivos para no hacerlo.

Como a las once de la noche toque la puerta de la habitación y efectivamente ahí estaban todos. Yo conocía a doña Lily, su esposa pero no a su cuñada. Doña Lily, he de decirles, es una mujer que a pesar de sus años se arregla mucho, se viste muy bien y siempre anda muy bien perfumada, además de que es muy sonriente, muy amable y eso hace que sea agradable a la vista, sin embargo, y por ser una persona mayor siempre mereció el mayor de mis respetos.

Al calor del ambiente todos empezamos a tomar, todos, excepto la cuñada quien por cierto es todo lo contrario de doña Lily, una mujer no muy agraciada y que tampoco hace mucho para disfrazar su fealdad y su vejez pero bueno, el caso es que Macías, doña Lily y yo la estábamos pasando súper.

Por cierto es necesario aclarar que por aquel entonces (hace dos años) yo tenía 33 años, o sea que cualquier de ellos podía ser mi papá o mi abuelito.

Empezamos a sentir los estragos del alcohol y como es natural doña Lily, que no estaba muy acostumbraba a estos menesteres, pues ya andaba bailando sola. A Macías se le ocurrió poner música y el viejito muy feliz empezó a bailar con su esposa y a mi me aventaron a la cuñada quien sin mucho esfuerzo empezó a bailar conmigo. El caso es que entre broma y broma la viejita, de la nunca supe su nombre, restregaba su cuerpo con el mío y eso provocó que se me empezara a parar la verga.

Me fui excitando y entre el alcohol y la fiesta ya no le veía la cara a la cuñada más bien el placer que me daba el estar untando mi instrumento a una mujer aunque ésta bien pudiera ser mi abuela.

Terminamos de bailar y nos fuimos a seguir tomando. Macías y su familia tenían una habitación con vista a la bahía de Acapulco, preciosa vista.

Yo no vi en que momento se desapareció doña Lily pero el caso es que ya no estaba con nosotros y con eso del alcohol y los refrescos me dieron ganas de ir al baño a descargar los líquidos, así que pedí permiso a mis anfitriones y me dirigí al baño. La que me vigilaba todos los movimientos era la cuñada quien como no estaba alcoholizada pues veía perfectamente bien todo lo que estaba ocurriendo.

Macías se quedó sólo con su cuñada en el balcón mientras que yo iba al baño. Sin mayo preámbulos abrí la puerta del baño y ¡oh sorpresa! Que ahí estaba sentada doña Lily haciendo pipí. Me dio mucha risa pero lejos de pedir disculpas y de cerrar la puerta y retirarme, efectivamente cerré la puerta pero conmigo adentro:

- ¿Qué está haciendo doña Lily? Jajajaaj

- Hay muchacho pues estoy haciendo pipí…

De inmediato se iba a parar pero cuando lo hizo, todavía con la falda subida en la mano la abracé y le di un beso y doña Lily me respondió el beso con muchísimas ganas como si ello estuviera esperando y nos besamos sabroso, por momentos se me olvidó que era una señora mayor, por momentos se me olvidó todo pero ya la tenía bien parada y no iba a dejar desaprovechar esa oportunidad

Con mis manos obligué a doña Lily a que otra vez se sentara en la tasa y luego me bajé el cierre del pantalón y me saqué la tremenda verga que ya traía. No tengo medidas descomunales, más bien 16 centímetros de carne gruesa, gorda.

Doña Lily la estaba viendo atónita, ese vergajo lleno de venas que parecía explotar. La tenía a centímetros y cada vez se la acercaba más y más:

- Pe, pe, pero ¿Qué estás haciendo muchacho?

No notaba en sus palabras reprobación. No vi en ningún momento deseos de querer pararse y salir huyendo de ahí. En cambio noté el brillo de sus ojos, ¿cuántos años habrán pasado de no tener una buena ración de sexo?

Doña Lily tragó saliva, se olvidó de que allá afuera la esperaba el señor Macías. Me aprisionó la verga con la mano derecha y con mucha delicadeza fue engullendo aquel palo de carne, duro, caliente y venoso. Doña Lily cerraba los ojos disfrutando de aquel momento mientras que yo sentía estar en paraíso. Jamás me la habían mamado con tanta experiencia, con tanto cariño. Sentía su lengua recorrer mi dura cabeza y doña Lily seguía en lo suyo, me bajó los pantalones y empezó a acariciar las nalgas. No sé cuantos minutos estuvimos así pero el tiempo se me hizo muy corto, jamás he sido precoz pero esa mezcla de novedoso con peligro me provocó una excitación que me hizo venirme en segundos….

Doña Lily me acariciaba los huevos y a pesar de darse cuenta que ya venía la leche en camino siguió mamando de una manera tan deliciosa que confirmaba con ello su abstinencia sexual, me imagino que por años… Y de pronto ¡¡¡¡Aaaagggggggggg!!!!!!

Vi la lengua de doña Lily inundada por mi semen y la vi a ella disfrutando, gozando sin desperdiciar una sola gota… Luego se levantó, me dio un tierno beso en la boca y ya sin fuerzas la dejé ir, no sin antes decirme te espero allá afuera…

Naturalmente y para despistar a Macías tuve que quedarme unos minutos más en el baño, luego saldría y seguiríamos tomando hasta que le dije "Mi querido señor Macías yo me retiro"

Macías, un viejito simpático, muy buena onda (aunque lamentablemente ya me había cogido a su mujer) me dijo que la habitación era amplia y que podía quedarme en una de las dos camas matrimoniales. El y doña Lily en una, y su cuñada y yo en la otra, quizás hasta entonces había caído en la cuenta que lo mejor el viejito buscaba es que me tirara a su cuñada pero si esa era la idea pues el tiro le salió por la culata.

Estaba muy ebrio; estábamos todos excepto la cuñada quien seguía observando y cuando apagaron las luces yo ya estaba en completo estado de indefensión. La cuñada no tardó en desnudarme y a acariciarme la verga, luego al oído me dijo: ¿Crees que no me di cuenta que te metiste al baño con mi hermana? Tuve que distraer a Macías durante todo ese tiempo que duraron horas, ¿pues que estaban haciendo? No hubo respuesta mía, así que ella siguió acariciándome y besando todo el cuerpo, se ve que la traía atrasada y eso solamente alcancé a decirle.. Quiero que me la mames….

Me había encantado lo que me había hecho doña Lily así que imaginé que su hermana sería igual y la verdad es que no me equivoqué. Con la oscuridad y con alcohol yo no estaba con una anciana sino con una mujer hambrienta que devoraba todos los centímetros que tengo de verga.. Y estaba en su juicio, ella no estaba tomada, muy por el contrario estaba consciente de lo que estaba haciendo. Me vine en su boca, y también como su hermana se tragó toda mi leche. Luego me pidió que la montara y la monté, con mucho trabajo pero lo hice gracias a la tremenda excitación que tenía y en eso me pude dar cuenta que desde la cama de junto doña Lily me estaba viendo, sin poder hacer nada porque el marido la tenía muy agarrada.

Tuve deseos de tirarme un palo con doña Lily pero ya lo consideré muy inoportuno… Tal vez la calentura se me había pasado. Tomé mis cosas y salí de la habitación… A la mañana siguiente me encontré con Macías en la convención y me dijo que su esposa y su cuñada me mandaban muuuuchos saludos y que no habían ido a la convención porque se sintieron un tanto indispuestas… Jajajaja a que Macías… A lo mejor y él lo planeó todo, no me extrañaría…

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