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Hola, soy Fernando y quiero compartir con ustedes esta hermosa experiencia que verdaderamente me puso a mil por hora.
Sucedió una bella tarde en el DF, concretamente por la zona del Centro, en un cine ubicado sobre el eje central Lázaro Cárdenas. En dicho cine se proyectan durante todo el día películas con clasificación 3X, algunas de las cuales son muy cachondas y sugerentes.
Una tarde en que había ido de compras al centro, para descansar un rato se me ocurrió ir a ese cine y disfrutar de la función, que inició tranquilamente.
La luz dentro de la sala amainó y después de un rato se comenzaron a sentar algunas personas cerca de las otras, y en unos instantes comenzaba la gente a tocarse.
Es común ver también que algunas personas se comiencen a acariciar sus miembros por encima del pantalón, y otros más atrevidos descaradamente sacaban su miembro y empezaban a frotárselo suavemente mientras gozaban de las imágenes eróticas que se proyectaban en la pantalla.
Naturalmente, la mayor parte de la audiencia es masculina, tratándose sobre todo de personas cuyas ocupaciones y labores los hacen andar por el centro de la ciudad.
Al ver a mi alrededor, y como nadie dice nada, pues se me hizo lo mas natural del mundo comenzar a tocarme yo mismo, primero ligeramente por encima del pantalón, y después, al sentir mi pene en toda su extensión, y sintiendo las molestias que me provocaba dicha erección con el pantalón de mezclilla azul que llevaba puesto, simplemente comencé a aflojarme el cierre y el broche del pantalón, lo que permitió que me acariciara de forma más cómoda y sensual, sintiendo como se me subía la temperatura cada vez más.
Mientras eso pasaba, en las filas de adelante se lograba ver que dos señores se estaban acariciando mutuamente, hasta que uno de ellos se comenzó a agachar a fin de poder introducir el miembro de su acompañante en la boca, lo cual hizo con maestría y después procedió a chuparlo lentamente, disfrutando esas lamidas lentas y pausadas, lo que producía en su acompañante un placer extremo.
Obviamente, al ver eso en vivo y a todo color, sentí como mi pene se me ponía cada vez más erecto y dentro de mí surgió el pensamiento de que me gustaría ser alguno de esa pareja, por lo que sin darme cuenta, el movimiento de mi mano se aceleró un poco, y gracias a que en ese momento tenía puesto un calzón tipo bikini, logré sacar mi pene sin mucho esfuerzo y continué mi labor de masturbación dentro del cine.
Cual iba a ser mi sorpresa cuando de repente me di cuenta de que un muchacho se había sentado cerca de mi, para ser más precisos a mi lado derecho en el asiento de junto, y al voltear a verlo me sonrió de una forma muy dulce y bonita, y yo también le devolví la sonrisa. Al parecer el chico tenía rato observándome y al fin se animó a sentarse a mi lado, lo que me hizo sentirme muy a gusto, pues nunca antes eso me había pasado.
Ahora juntos estábamos observando la película, yo con mi miembro de fuera y el a mi lado.
Fue entonces cuando simplemente quité mi mano derecha dejando que mi pene se mostrara en toda su erección, con la cabeza apuntando para el techo del cine, en una pose invitante para que quien quisiera algo en ese momento simplemente lo tomara.
Afortunadamente el chico de junto se percató de ello, y a los pocos segundos sentí como su suave mano izquierda se posaba suavemente sobre mi pene y comenzaba a acariciar mi miembro con una ternura que nunca antes sentí.
Por supuesto que la temperatura de ambos comenzó a subir y el movimiento se aquella mano sobre el pene me hacia sentir maravillas, sobre todo cuando se comenzó a deslizar hacia la base de los testículos una y otra vez, lo que aumentaba mi lujuria y deseo.
Para facilitarle yo mas las cosas, en un momento le dije que me esperara un poco para que yo pudiera abrirme bien el cierre del pantalón, a la vez que me lo bajaba un poquito para que pudiera introducir su hermosa mano por adentro de mi calzón y así que acariciara mi miembro completamente.
Sin embargo, lo que a continuación sucedió fue algo que no esperaba y que me tomó por sorpresa, pero que me provocó oleadas de placer inmensas.
El chico comenzó a meter su mano suavemente, acariciándome el pene a todo lo largo hasta llegar a los huevos, pero en ese momento no se detuvo, sino que siguió más abajo y lo que sentí a continuación me provocó una descarga eléctrica que recorrió toda mi espalda hasta la cabeza.
Simplemente el decidió llegar hasta mi ano, y con su dedo medio lo comenzó a acariciar y a darle masaje en círculos, lo que hizo que yo estuviera a punto de venirme en un momento, pero logré controlarme un poco para seguir disfrutando esa rara, nueva pero deliciosa sensación.
Lo único que alcancé a hacer fue abrir mis piernas lo más que pude al mismo tiempo que levantaba mi culito del asiento para que el no tuviera ningún obstáculo para llegar a mi ano.
Sin darme cuenta, yo hacía mi cabeza hacia atrás, en el respaldo del asiento, lo que hizo que una persona que estaba sentada atrás de mí se diera cuenta de que ocurría algo sabroso adelante de él, y simplemente se movió para contemplar a sus anchas el espectáculo que mi acompañante y yo le estábamos dando en ese momento.
Al darme cuenta de ello, yo simplemente lo miré pero no dije nada, y seguimos dándole mi pareja y yo el show.
Fue en ese momento en que me di cuenta de que mi ano estaba cada vez más lubricado, que el calor que sentía se reflejaba en el sudor cada vez más abundante en el ano, y que eso mismo le facilitaba a mi acompañante que su dedo se comenzara a introducir cada vez más en mi ano, entonces decidí ayudarlo un poco y cada vez que el metía su dedo, yo me hacía hacia delante para que se introdujera cada vez más profundo, lo que incrementaba mi placer al máximo.
Lo mejor vino al poco tiempo, pues el chico se encontraba con su mano izquierda entre mis nalgas, metiendo y sacando su dedo de manera muy rítmica, mientras que con la mano derecha se estaba masturbando, hasta que al cabo de unos minutos que se me hicieron eternos, al fin logró eyacular de forma majestuosa vertiendo un chorro de semen caliente y espeso sobre el asiento delantero, y simultáneamente provocando en mí otro orgasmo intensísimo que me puso a mil por hora.
El chico comenzó a limpiar su hermoso pene y después se volteó hacia a mí para decirme que yo tenía un riquísimo ano, y que lo había calentado mucho, a lo que yo le respondí que para mí eso había sido algo que nunca en la vida me había pasado pero que fue delicioso, y que me gustaría sentir su pene dentro de mí, lo que me dijo que en alguna otra vez sería porque tenía otras cosas que hacer.
Muy dentro de mí espero que algún día se haga realidad mi sueño de sentir un miembro dentro de mi culito, ya que ese joven encendió en mi una chispa de los placeres desconocidos que me falta por sentir.
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