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Categoría: Confesiones

ME MUERO DE LA VERGÜENZA PERO ME ENCANTÓ

"Mi cuñado me tomó por sorpresa y aunque me moría de la vergüenza no me pude resistir y me gustó muchísimo"

 

Tengo necesidad de expresar este suceso en mi vida y no puedo contárselo a nadie porque me da mucha vergüenza y porque me da mucho miedo que alguien de la familia se entere y se lo diga a mi hermana.

Una amiga me había platicado de estos sitios de relatos pero no me había llamado la atención hasta ahora por la necesidad tan grande que siento de sacar esto de mí, no se si hay sitios para principiantes y avanzados o para personas que saben escribir muy bien o con muchas experiencias sexuales, ni siquiera me gustan las palabras obcenas con que algunos nombran al acto sexual y las partes íntimas del cuerpo, solo yo soy una mujer común que tuvo una aventura prohibida breve y sencilla pero intensa y que me ha inquietado mucho, espero que mi relato no parezaca tonto y aburrido, ni siquiera se me ocurrió un título llamativo pero en fin, lo que más quiero es sacar esto que tengo dentro a ver si me siento más tranquila...

Mi cuñado siempre me ha gustado, es varoníl y atractivo, nos llevamos muy bien y con el pretexto de saludarnos cuando nos vemos lo abrazo y lo beso (casi siempre en las mejillas pero si mi hermana esta descuidada lo beso muy rápido en los labios) y me encanta sentir su cuerpo firme, no es alto como mi marido pero esta "muy bien hecho", lo que más me gusta son sus pompitas firmes, redonditas y levantaditas, ¡vieran cómo se ve bien en pantalón de vestir!, bueno, él casi siempre viste formal, elegante pero relajado, en fin, me encanta, no es fondongote como mi marido que siempre anda de jeans flojos, playera y tennis.

La semana pasada mi hermana y su familia vinieron a comer a la casa, como de costumbre la sobremesa se prolongó hasta tarde, la pasamos muy bien platicando y riendo, como era sábado nadie tenía prisa por terminar la reunión y cuando nos dimos cuenta ya eran las once de la noche y los muchachos se habían quedado dormidos en la salita de TV, así que les dije muy contenta "¡quédense!, mañana temprano se van con calma, para que no despierten a los muchachos y los saquen al frío...!" todos estuvieron de acuerdo alegremente excepto mi marido a quien no le gusta pasar incomodidades y dijo que se iba a dormir a casa de su mamá para que tuviéramos más espacio, como ya lo conocemos no le insistimos que se quedara, lo dejamos ir y continuamos platicando muy contentos hasta la madrugada, a las dos de la mañana decidimos irnos a dormir. En lo que nos pusimos de acuerdo para acomodarnos nos dieron las tres, todos encontramos acomodo en la planta alta en las recámaras y la sala de TV, menos mi cuñado que se quedó en la sala en la plata baja...

Como a las cuatro de la mañana me despertó la preocupación de que el comedor y la cocina habían quedado hechos un desastre y me dió pena pensar que se levantaran mis invitados a querer desayunar y encontraran ese desastre así que me levanté a ordenar un poco... por más que traté de tener cuidado de no hacer ruido para no despertar a mi cuñado de repente apareció en camiseta de tirantes y short (¡guau!, ¡que cosita más linda mi cuñado!, se veía super bien con esos brazotes morenos y el torso de un gorila, ¡igual de peludo que un gorila! jijiji) y preguntó "¿qué haces cuñadita?... a ver, te ayudo", y ya saben el clásico "¡ay, no, cómo crees!", "no, no hay problema, de verdad, permíteme", yo estaba apenada porque traía puesta una camiseta de mi marido pero no traía bra, solo un shortsito ajustado sin calzones pero total que nos pusimos a asear y la verdad se lo agradecí mucho porque mi hermana no había querido levantarse conmigo, dijo que lo dejáramos para mañana... 

En el movimiento en la cocina varias veces se rozaron nuestros cuerpos y eso me comenzó a excitar un poco y según pude ver de reojo, a él también, en una de esas sin querer vi su entrepierna y podía apreciarse perfectamente una media erección, me turbé mucho, trataba de no mirar, ¡qué vergüenza si se daba cuenta que le miraba ahí!, pero me estaba poniendo hasta nerviosa de la excitación, cuando estaba lavando los últimos platos le dije a mi cuñado "ya, cuñadito, si quieres ya vete a dormir, ya casi son las cinco, mira, ya casi termino"... vírgen santísima, ¡lo que pasó después!...

Se acercó por atrás de mi y comencé a escuchar su respiración muy cerca, comenzaron a temblarme las piernas, me dió un beso muy suave en el cuello y yo sin querer cerré lo ojos e hice la cabeza de lado para recivir su beso y en seguida pensé "¡pero qué demonios¡, ¿qué estoy haciendo?" y de inmediato dije "no, espera, ¿qué haces?" y lo empujé... ¡con las nalgas, pero qué ocurrencia!, en seguida sentí su pene erecto contra mis nalgas y de inmediato me arrepentí, "¡pero que hice, va creer que... oh, Dios... no!", entonces me abrazó y en un instante recorrió con sus manos mi vientre y mi pecho y pude sentir su cuerpezote cubriéndome, me di media vuelta y traté de empujarlo con las manos mojadas y dije algo como "¡no, espera, qué haces!" pero no me hizo caso, me abrazó estrechamente y me sujetó de la cintura y la espalda, sentí su pene erecto apuntando hacia arriba sobre mi vientre y trataba de besarme, por supuesto que me pareció delicioso pero ¡me moría de vergüenza!, cuanto más forcejeaba más me apretujaba y trataba de besarme y más me gustaba y más me daba vergüenza, entonces me sujetó de las nalgas y me asusté, pensé "esto va en serio, tengo que parar ahora, tengo que parar... ¡tengo que parar!" pero no quería parar, no podía, me distraje un instante en mis pensamientos y el aprovechó para encontrar mi boca y darme un largo, mojado y delicioso beso como nunca habíamos podido darnos y siempre habíamos deseado hacer, por un momento dejé de forcejear y el metió una mano bajo mi short y la otra bajo la camiseta y eso me hizo despertar, lo empujé con fuerza y dió un paso atras, yo le dije en voz baja "¡en serio Paco, detente, qué crees que estas haciendo!, ¿qué tal si alguien baja?", nunca le había llamado "Paco" siempre había sido mi "Cuñadito", estaba enojada y turbada de excitación al mismo tiempo pero él no respondió, se quitó la playera y no pude evitar dirigir la vista justo a su pecho, ese enorme, y peludo pecho, luego se quitó el short y no pude evitar mirar su pene completamente erecto apuntando ligeramente hacia arriba y hacia un lado... ¡estaba comletamente desnudo frente a mí!.. dio un paso y me abrazó, yo traté de detenerlo poniendo las manos en su pecho y lo único que logré fue derretirme al sentir su vello y me dijo muy cerca "Bety, mi amor, me encantas, muñeca, te adoro, lo sabes, eres tan hermosa, te amo, te necesito, por favor, corazón...", y muchas cosas más, todo tipo de palabras lidas que me aniquilaron, nunca me había llamado "Bety", siempre había sido su "Cuñadita", ese fue el tiro de gracia, luego comenzó a besarme y dejé de resistirme... y lo que tenía que pasar... ¡pasó!

Originalmente aquí terminaba mi relato, pero después de releérlo varias veces me dí cuenta de que no era lo suficientemente atrevido por lo que seguramente no lo publicarían, así que continúo...

Mientras me besaba, sus manos cálidas recorrian suave y lentamente mi espalda y.... ¡mis nalgas!, cada que tocaba mis nalgas yo suspiraba, cada que tocaba mis nalgas me avergonzaba más y me subía el color... ¡y la excitación!, también sentía su pene sobre mi vientre y me preguntaba hasta cuándo me penetraría, cuanto más iba a tardar torturándome con sus caricias antes de penetrarme al fin y súbitamente me quitó el short, me sujetó con firmesa las nalgas y comenzó a tratar de penetrarme, yo, con todo y la vergüenza que me inundaba, movida por el deseo, incliné la pelvis para ayudarle a encontrar la entrada y de repente... ¡la encontró!, su pene se deslizó dentro de mí con gran facilidad hasta su total longitud, entonces me di cuenta de que la excitación había hecho que mi vagina se mojara en gran manera, sentí el calor de su cuerpo en mi interiór y cómo ocupaba el estrecho espacio antes vacío y aunque nos estábamos besando no pude evitar soltar un gemido de placer, ¡me apené tanto!, pensé que mi cuñado pensaría que era una zorra, una golfa de lo peor, pero ya no me importaban los pensamientos, me atraparon las sensasiones, de inmediato comenzó a moverse como lo hacen los hombres y a cada movimiento yo sentía una especie de energía acumulándose en mi vagina y recorriendo todo mi cuerpo, para ser franca tenía mucho tiempo que no sentía algo así, creo que desde que era adolescente, se sentía como las primeras veces que haces el amor con el novio y experimentas sensaciones tan intensas que sientes que te vas a desmayar, tuve que dejar de besarlo para poder respirar, o mejor dicho, ¡jadear! y de inmediato continuó diciéndome cosas al oido como "preciosa, hermosa, te adoro..." lo cual me súper encantó...

Repentinamente me cargó de las nalgas y me levantó, me tomó por sorpresa y me asusté un poco, pensé que me caería y me sujeté con fuerza de su ancho cuello para no caer, comenzó a penetrarme de abajo hacia arriba, me puse la mano en la boca para apagar otro gemido, la posición propició una penetración más profunda que en principio me provocó una mezcla de dolor y placer pero pronto se apagó el dolor y quedó solo el placer, lo que antes eran movimientos horizontales estando de pie ahora eran verticales estando yo cargada por él, por sus formidables brazos, todo su cuerpo estaba tenso y comenzó a sudar deliciosamente, se miraba como cubierto por una lluvia de diamantes y sus movimientos verticales hacian tambalearse a mis piernas como si montara a un potro salvaje, luego se acercó a la pared y apoyó mi espalda contra la pared, hasta entonces me quitó la playera y me dió pena que me mirara desnuda, su forma de mirar mis pechos me apenó y a la vez me hizo sentir deseada, hermosa, además que no paraba de decirme hermosa, preciosa, muñequita linda y lo mucho que me quería y me adoraba y después de unos minutos no pude más... me vine de la manera más intensa que puedo recordar, gemí fuerte, afortunadamente mi playera aún estaba atrapada entre la pared y mi espalda y la tomé para taparme la boca y apagar mis gemidos y me desguancé totalmente...

¡Pero él no se detuvo!, al notar el fin de mi orgasmo me dijo "¡oh, si mi amor!, ¿te gustó, corazón?, ¡maravilloso, excelente, te adoro!" y me abrazó y me recostó suavemente en la mesita de la cocina y levantó mis tobillos delicadamente hasta ponerlos en sus hombros, todo esto sin salirse de mí, comenzó a acariciarme suavemente las piernas desde los tobillos hasta las ingles, luego mi cintura y mi abdomen y finalmente mis senos, por primera vez tocó mis senos con sus manos y de inmediato estos respondieron como por sí mismos endureciéndose mis pezones, luego se inclinó y me besó delicadamente los labios y el cuello y continuó diciéndome toda clase de cosas bonitas y comenzó a moverse otra vez como lo hacen los hombres, primero suave y despacio y luego poco a poco más rápido y más fuerte, pensé que no lo resistiría, que en lugar de disfrutarlo lo sentiría desagradable puesto que acababa de tener un fuerte orgasmo, pero inició tan suavemente y sus caricias y sus palabras eran tan dulces que comencé a disfrutarlo de nuevo, conforme aceleraba sus movimientos aumentaba mi gozo y supe que si seguía así tendría otro orgasmo, sentí ganas de decirle "¡oh, si mi amor, sigue así, no te detengas, sigue!" pero la vergüenza me detuvo y solo me mordí los labios, además no necesitaba decir nada, por lo visto estaba dispuesto a continuar, por lo menos hasta conseguir su propio orgasmo, llegó un momento en que sus movimientos eran tan violentos que todo mi cuerpo se estremecía al compás de sus penetraciones, y tuve que sujetar mis pechos porque me daba pena que los mirara así, agitándose violentamente y él sonrió y me dijo "¡pero qué hermosa eres, es... increíble!, ¡no puedo creer ser tan privilegiado, no lo puedo creer!", eso me hizo sentir muy bonito, como si él pensara que yo era algo así como una famosa estrella de cine o una cantante de pop y que él había tenido el privilegio de que yo lo aceptara, jijiji, que loco ¿no?, eso alimentó mi ego y mi placer de manera que comenzó a presentarse un nuevo orgasmo, me sujetó de la cintura con fuerza, sujeté sus muñecas también con fuerza sus embestidas eran brutales y en unos minutos tuve un orgasmo apretando los ojos, gimiendo y mordiéndome los labios para no gritar, nuevamente me desguancé, esta vez me quedé totalmente sin fuerza, dejé caer brazos y piernas a los lados de la mesa, respiraba con dificultad...

Pero... él... ¡NO SE DETENÍA!, al notar que había terminado mi orgasmo se salió repentinamente, me hizo voltear bruscamente para ponerme con el pecho y el vientre sobre la mesa y los pies en el piso, acarició mis nalgas, o mejor dicho las restregó, luego me las leventó un poco y apoyándose con las manos en mis nalgas me penetró por atrás hasta el fondo en un instante, ya no hubo delicadeza, no comenzó lentamente, continuó con una intensidad bárbara y yo estaba completamente exhausta, ya no podía más, me relajé en la mesa y le permití hacer lo que quisiera deseando que terminara lo más pronto posible, luego me sujetó de tal forma de la cintura que no hubiera podido hacer nada para escapar ni tenía ya una sola pizca de fuerza para oponerme o protestar, entonces, cuando pensé que no podía ser más intenso, comenzó a empujar de tal manera que la mesa se tambaleaba ruidosamente, nuevamente me provocaba un ligero dolor, entonces me levanté un poco y apoyé los codos en la mesa y volteé para decirle "¡cuidado nos van a oir...!" pero no continué hablando, al mirarlo quedé perpleja, tenía los ojos volteados casi en blanco, volteaba la cara hacia arriba, luego hacia un lado, luego hacia el otro, jadeaba trabajosamente y repentinamente apretó los dientes y comenzó a gruñir como si cargara algo muy pesado y súbitamente se detuvo sujetando con furia mi cintura y empujando con todas sus fuerzas, pude sentir su pene unos centímetrós más profundamente dentro de mí, otra vez sentí un poco de dolor y luego unos espasmos de su pene, ¡estaba sintiendo su orgasmo!, ¡un violento, intenso y prolongado orgasmo!, ¡increíble, jamás en la vida había sentido el orgasmo de un hombre!, esa expresión de infinito placer, esa tensión muscular, esa tremenda fuerza al sujetarme y ¡por todos los cielos!, ¡esos tremendos espasmos peneanos en mi interior!, no sabía que existieran y me pregunté ¿en verdad yo hice que este hombre sintiera algo tan intenso?, ¿en verdad me desea tanto como para sentir esto por mí?, varios segundos después seguía sujetándome con fuerza, recobró la conciencia lentamente y en cuanto la respiración se lo permitió me dijo "¡oh, corazón, que pena, discúlpame!, ¿te lastimé?, perdón, me perdí por un momento, me perdí en tí!, me arrancó una sonrisa, dejó de sujetarme con fiereza, ahora me sujetaba suavemente pero no me soltaba, comenzó a retirar lentamente su pene y a cada deslizamiento se quejaba un poco como si le doliera y su pene se estremecía, podía sentirlo claramente, fueron tres espasmos más antes de salir por completo de mí y al salir escurrió de mi vagina un poco de tibio sémen por mis piernas, pensé "¡qué bárbaro!, debe haberme arrojado como tres litros!" y con todo y vergüenza pensé "¡que rico!" y volví a sonreir, se dejó caer pesadamente en una silla totalmente eshausto pero con el pene aún erecto, ¡increíble!, solo entonces me di cuenta de que era de un tamaño ligeramente mayor al promedio, no es que yo conozca muchos penes, ¡he leido algo al respecto!, coloqué una silla junto a la suya, recargue la cabeza en su pecho, me abrazó y con toda la vergüenza del mundo le pregunté "¿te gustó, corazón?" y en seguida me arrepentí, solo una golfa de lo más bajo se atrevería a hacer una pregunta así, en seguida contestó "no existen palabras para decir lo mucho que me gustó, tanto tiempo deseándote..." y me besó la frente... y le creí... porque lo ví con mis propios ojos y lo sentí también, casi al mismo tiempo nos levantamos, nos abrazamos, nos besamos por última vez y desaparecimos.

A la mañana siguiente todo parecía normal, dominé mi inmensa vergüenza para tratar de actuar normal y nadie pareció notar nada, en especial mi hermana, ¿cómo podría mirarla a los ojos después de haberme revolcado de esa manera con su marido?, ¿cómo podría mirar a mi marido, hacer el amor con él, después de lo que había sucedido?, ¿como podría borrar de mi mente la cara de mi cuñado teniento ese monstruoso orgasmo conmigo?, ¿cómo olvidar los espasmos de su pene que sentí dentro de mí?, ¿cómo olvidar los sublimes orgasmos que me hizo sentir?... Pues lo hice, actué con normalidad, todo transcurrió normalmente, mi marido regresó de casa de su mamá, desayunamos, salimos a pasear al parque con los muchachos, nos despedimos y volvimos a la vida normal... eso sí, no se que va a pasar la próxima vez que vea a mi cuñado, voy a tratar de evitar que se presente la ocasión de caer, lo voy a rechazar fírmemente si se me acerca con malas intenciones, no me volveré a dejar llevar... espero

Dicen que recordar es volver a vivir y es verdad, no he podido terminar de escribir estas líneas sin tener que ir al baño a masturbarme para tranquilizarme y poder continuar, deseo volver a estar con mi cuñado y deseo no volver a verlo jamás.

Por lo menos me he tranquilizado bastante, sí me sirvió de mucho escribir esta experiencia, si publican mi relato o no creo que no importa demasiado, aunque me gustaría verlo publicado y releerlo ya que obviamente no guardaré ningún tipo de copia en mi poder.

Por tí

Para mí

Bety

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 10
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1962
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Kro
invitado-Kro 29-10-2020 15:37:45

Betty no sólo escribes muy bien! sino que además suena deliciosooooooo!!! que rico ser tú y disfrutar de esa embestida. No pares, pero cuídate.

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