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Categoría: Maduras

ME LLAMA PARA DARLE DURO

T: ¿Qué onda que haces tan madrugada?



I: A cabo de llegar, andaba de fiesta, ¡no mames ahora si tome como si no hubiese mañana!



T: ¿En serio? ¡No invitaste!



I: Pues si quieres vente y la seguimos en mi casa, ¡estoy sola!



Desde la última vez que la vi habían pasado dos meses, de hecho, ella se hizo novia de un gordito barbón que me caía bien, pero estar con ella era de las oportunidades que siempre buscaba.



Tomé mi motocicleta y prendí el camino rumbo a la casa de Ivette, quien me esperaba con una minifalda negra, sus tacones rosas y una blusa escotada muy sexy como solo ella sabía ponerse.



Me recibió con un abrazo, el predominante aliento alcohólico me dejaba ver que ella ya estaba más enfiestada que nada, pero a mí no me importo, yo quería pasar un buen rato con ella.



Nos fuimos al área de juegos que tiene en su patio, ahí nos sentamos en el sofá de descanso y tomábamos mientras me contaba lo bien que la había pasado, obviamente no dejaba de mirarle sus ricas piernas, y sus tetas, me daban ganas de lanzarme a ella, mi pantalón ya parecía carpa de circo, puso una música y comenzamos a bailar.



Como es mi costumbre me le acercaba de mas, ella sonreía y se movía muy rico, en eso puso una música muy sensual y comenzó a bailarme mientras yo la miraba atento.



T: ¡Que rico te mueves!



I: ¡Te gusta!



T: Un montón, ¡quítate la ropa!



I: ¡Jajá, me viste cara de teibolera o que!



T: ¡Ándale te ves buenísima!



Tal vez por el alcohol demás, ella sonriendo empezó a quitarse su blusa sensualmente y su falda, no podía más, mi verga estaba por estallar, mientras que ella lentamente se acercaba a mí, dándome la espalda y meneando su cintura de forma espectacular.



I: ¿te excito?



T: ¡Sabes que me encantas!



Le di un par de nalgada y apreté sus ricos muslos, ella se quitó su brasear lentamente arrojándomelo en la cara y se sentó en mí, ¡se movía muy bien mientras mis manos apretaban con fuerza su rico par de tetas! Nos comenzamos a besar mientras ella seguía moviéndose rico, ahora le mordía los pezones en especial ese perforado que tanto me excita.



T: ¡Chiquita, quiero cogerte!



I: Sé que a eso viniste, ¡jajá!



Interrumpí su sensual baile cargándola y llevándola al sofá, ahí la acosté y comencé a disfrutar de su cuerpo, mi lengua recorría de sus pies a sus ojos, no deje ni un solo cm de piel sin probar, le quité su tanga y sin decir más inmediatamente comencé a hacerle un oral.



I: ¡Uhm!! ¡Me encantas!



T: Y tú a mi nena, ¡no me importa que tengas novio!



I: Le dije que viniera y no quiso, ¡que porque no lo dejan salir! tú crees?



T: ¡Tonto! Teniendo esto para él y no te atiende, ¡para eso estoy yo nena!



Le metía los dedos con velocidad y le lamía su ano, luego comía su clítoris mientras mis dos dedos estaban dentro de su culo, Ivette estaba encantada con lo que le hacía y yo continuaba gozando mi amiga.



Me desnude totalmente y ella tomo mi verga con sus pies, lentamente comenzó a sobarme, sus pies me encantan, son hermosos, no soy tan fetichista pero que ella estuviera haciendo eso me ponía más duro.



Se sentó en el sofá y me jalo del trasero, comenzó a darme una mamada espectacular, ¡luego puso mi verga en medio de sus tetas y me hizo una “rusa” que me tenía viendo estrellas!



T: ¡Uhm!!! ¡Que rico nena, no pares!



I: ¡Que rica verga!! ¡Es mía!!!



T: Sí, ¡es tuya mi amor!



Le apretaba la nuca y le follaba su deliciosa boca, el sonido que hacia me excitaba muchísimo, esta vez Ivette estaba entregadísima y yo quería salir bien gañón de eso.



Ella se sentó bien en el sofá y levanto las piernas yo inclinándome un poco se las cargué y empecé a penétrala, era una pose incomoda en especial para mí, pero no quería dejarla sin su dosis de verga.



Parecía que estaba haciendo ejercicio, mientras ella gemía y disfrutaba de tenerme dentro de ella.



I: ¡Que rico, uhm!!



T: ¿Te gusta?



I: ¡Si, uhm!!



La puse de pie y le subí una pierna en el sofá y así de patita de ángel comencé a metérsela rápido y fuerte, apretando sus ricas nalgas y besándole su sensual boca.



Sus miradas me excitaban más, sus arañazos eran un extra que me ponía más duro, le mordía el cuello, no me importaba que quedara marcada, ella era mía, y su novio no era algo que duraría mucho.



La acosté en el sofá y subí en ella metiéndosela hasta el fondo, apoyándome del brazo del sofá me empujaba con fuerza, Ivette gemía y se quejaba muy rico, nos besábamos muy rico, parecía como si fuera la primera vez que lo hacíamos.



T: ¡Que excitada estás, corazón que rico!



I: ¡Si y tú me coges rico!



T: ¡Que suerte tengo, uhm!!



I: ¡Ay Tyson!! ¡Mas, dámela toda!



Me acosté y ella subió a cabalgarme muy rico se movía espectacular, ese día, lucia más rica, no sé cómo si se hubiese hecho algo, pero su cuerpo y su forma de coger eran aún más placenteras que otras ocasiones.



Sus movimientos me tenían jadeando, sudábamos y disfrutábamos del rico momento, no toleraba ms, ¡estaba por llegar y ella lo sabía así que hizo unos movimientos que me dejaron sin aire y que prácticamente nos hicieron corrernos juntos!



T: ¡Ivette, uhm!!



I: ¡Ah!! ¡Que rico!!



Ivette se alejó toscamente, mi orgasmo aun no pasaba y ella fue nuevamente a lamerme la verga!



La lamia enterita, limpiaba cada fluido de ella y mío, que rico era tenerla ahí en mi pelvis, lamiéndome la cabeza, mordiéndome los huevos, una mujer de esas pocos tienen el gusto de probar y yo tenía esa suerte.



T: ¡Que rico, uhm!!!



I: ¡Me encanta!! ¡Que rica!!



Ahí estaba como sanguijuela, no se despejaba de mi verga, la mamaba, besaba y lamía como una verdadera ninfómana, poco a poco me puse duro nuevamente, ella al notarla me pido me levantara, ¡se puso en el sofá a cuatro patas y abriéndose sus nalgas me la pidió por el culo!



Ni lo pensé le di un par de lamidas a su rico ano, que estaba dilatado, escupí un poco y empecé a meterle mi cabeza, ella se movía en círculos, su estrecho culo se abría lentamente, ¡que placer!



I: Si, uhm, métela, ¡ah!!!



T: ¡Ivette, que culo!!!



La metía rápido y fuerte, le daba de nalgadas, me empujaba duro hacia ella, ella mordía el cojín del sofá, se movía en círculos, le dolía, pero gozaba bien rico, yo de igual manera estaba en la gloria, ese culo me estaba haciendo gritar.



T: ¡Nena, uhm, que rico!



I: Si, no pares, uhm, ¡no pares!!



T: ¿De quién eres putita?



I: ¡Tuya, uhm, soy tuya!!



T: Si amor, ¡eres mía eres mi puta!!



I: ¡Agh, que rico!!!



La embestía estrujándola con fuerza, sus nalgas estaban rojas de las duras nalgadas que el daba, los arañazos en su espalda estaban frescos y se ve que le ardían demasiado, le jalaba el cabello hasta casi dejarla calva, que rico.



Sus movimientos también se sentían fenomenal, Ivette empezó a correré un nuevo orgasmo le había hecho tener, yo estaba en la gloria, pronto no toleré más y comencé a llenarle su rico culo de semen.



I: ¡Ay!! ¡Que rico, uhm, que rico!!



T: Mi amor, ah, toma tu leche, ¡uhm!!



I: ¡Lléname de ti, agh!!



T: ¡Tómala nena, uhm!



Mi orgasmo fue genial, que encima de ella con mi verga goteando y ella escurriendo semen del culo.



Bebimos unas cervezas más y subimos a su habitación a continuar cogiendo, cogimos hasta casi las 9 de la mañana, mi verga me dolía, pero estaba bien feliz, me había venido muchas veces en Ivette, al final terminamos abrazados y dormimos hasta casi la una de la tarde.



Espero les haya gustado, aún tengo muchas historias mas que contra, no solo con Ivette, si no con más ricuras que he tenido la oportunidad de comerme.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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