Lo supe al leer el segundo párrafo, cuando mi espalda se arqueó para recibirte, luego sin pensarlo seguí adoptando diferentes movimientos de gata en celo.
Como siempre mi cuerpo habló antes que mis labios, de repente se fueron abriendo mis sentidos. Mis párpados se tensaron, mis ojos estaban mojados y brillantes, como el deseo. Al seguir leyendo, un par de contracciones vaginales dieron la inequívoca señal de que yo también quería.
Quiero que tu cuerpo se pegue al mío por detrás, que me rodees con tus brazos y al abrir mis piernas notar como se va endureciendo tu sexo. Te pido que me acaricies, quiero sentir el roce de tus dedos, desnúdame de cintura para arriba, busca mi ombligo y luego aferrarte a mis pechos. ¡Que dulzura sentir tu aliento y los besos en mi cuello!. El vello de mi espalda se eriza con el roce de tu pecho, mis pezones se endurecen al vibrar con tus pellizcos. Muevo mis caderas y busco tu sexo, me froto contra ti, tiemblo por el calor de tu miembro. Te deseo.
Te pido que bajes con tu mano y acaricies mi vagina, que metas tus dedos y juegues con ellos. Dibujas una deliciosa filigrana; te detienes en el clítoris, lo rodeas, lo presionas y lo vuelves a rodear, luego encuentras mi centro. Te deslizas con la yema de los dedos, resbalas hacia dentro, entras y sales varias veces. Tú mano va de atrás adelante, luego repites el recorrido inverso, de la vagina al culo, cada vez abriendo mas compuertas, me dilato, percibo mi sexo expandido. Me derrito.
-Me vuelves loca, entre susurros, te digo. El calor y la humedad de mi concha lo claman a gritos. Túmbame boca arriba, quiero que me mames.....
Me gusta sentir tus labios en mis tetas, que me chupes. Acaríciame con tu lengua mientras amasas con tus manos mi pecho.
-Así, cada vez más fuerte, tú sabes lo que me gusta.
Te abrazaré con mis piernas y con mis pies te empujare hacia mí, con mis talones clavados a tu culo te pediré que entres. No lo harás todavía, lo sé.
-Deja, no me quites la falda, quiero ver como se entierra tu cabeza por debajo de ella... y al abrirme cogeré mis rodillas con las manos para elevar mi concha en busca de tu lengua.
-Mírame, quiero que veas mis nalgas bien abiertas ofreciéndose a tus dedos. Métemelos,... por favor!.
Con tus manos separas los labios de mi sexo que inflamados por tu lengua se han puesto más carnosos. Me hueles, lames y tu saliva se mezcla con mi jugo, te metes dentro de mí, me recorres con la lengua y tus dedos penetran. Gimo...
-Si sigues acabare..... para,... aún no quiero terminar, sigamos, ahora me toca a mí. Pídeme. ¿Qué quieres que te haga?, Seré tu puta, me has puesto así.
Yo también quiero mamarte la pija, metérmela en la boca y golpearla suavemente con mi lengua, dibujar con la punta el mapa de tu deseo.
Déjame hacer. Ven
Con mi mano busco tu erección a través del pantalón, siento cómo crece cuando te desabrocho el cinturón y bajo lentamente tus pantalones. Te separo las piernas y con mi mejilla acaricio la parte interna de tus muslos, voy subiendo lentamente y te recorro con mi lengua hasta llegar a tus huevos, me los meto y saco suavemente de la boca y escucho tus suspiros.
Quiero que lo único que sientas sea mi boca y las oleadas de calor que como centelleadas te trasmite mi lengua cálida y húmeda. Llego a tu pija, hermosa y soberbia como siempre, la beso y voy dibujando círculos alrededor de tu capullo..., está tan jugoso, me detengo en el agujerito de la punta...
No puede resistirlo quiero chuparla, comienzo a mamarte lentamente y te ordeño con mis labios, primero despacio pero aumentando progresivamente la velocidad.
Sé que te controlas, que no quieres acabar, me detengo. Gruñes dulcemente.
-Metémela dentro de la concha y empuja hasta el fondo..., te pido...
A horcajadas me monto sobre ti, la pija entra sola al primer intento, me clavas y casi no puedo moverme, lo hago despacio con las caderas, y con mis paredes vaginales te la aprieto, te succiono con mi concha, te seguiré mamando ahora de esta forma.
Tu agarras mis nalgas y me sacudes con más fuerza. Estamos a punto de perder el sentido. Luego de un largo rato mezclando así nuestros fluidos me pides...
-Date la vuelta. Quiero ver como entra y sale en cada embestida.
Me tumbo y me apoyo en mis rodillas y las manos, en cuatro patas, me abres más las nalgas y con la punta de tu pija vas desplazando el flujo hacia el ano, te detienes allí. Primero lo humedeces y vas alternando los movimientos, me coges... bombeas, y cuando mis gemidos se ahogan de placer vuelves al culo..., lo acaricias con la humedad no penetras... pero empujas y vuelves a la concha..., así varias veces.
-Quédate dentro, estoy enloquecida, clávame por todos lados, no pares sigue, sigue..
Me agarras las nalgas y me elevas, tu pija entra hasta el final en mi concha y ves como entra y sale cada vez más roja y mojada.
-No pares, te pido entre aullidos ahogados por el placer, ya sin habla.
Cuando notas que estoy a punto de explotar tus dedos se meten en mi culo, primero uno, luego dos y tres, con tu pija en mi concha y tus dedos en el trasero no paras ya de empujar frenéticamente.
Luego de un breve momento de confusión por la extensión del placer, siento que entras por todos lados, me lleno de ti y me invade el orgasmo más largo e intenso de todos los que te he dado.
Tu pija esta empapada y caliente, no para de moverse pero no la sacas, te mueves sólo dentro. Con los dedos del ano percibes las contracciones interminables de mi orgasmo. Me estas gozando... Rendida y satisfecha me queda unos segundos abrazada a ti...
-Te amo, te digo.
Basta con olerte para que me recupere y vuelva a desearte.
POR TODO ESTO ME GUSTA QUE ME DIGAS LO QUE SIENTES PORQUE YO TAMBIEN LO QUIERO... Y JAMAS DEJARE DE AMARTE Y ADORARTE.
Si realmente lo tienes y es bueno. Es una escritura verdaderamente erótica que logra de a poco involucrar al lector con todos sus sentidos, en definitiva sabes escribir bien la prosa erótica. Tambien me gusta lo que descubrí, esta es la versión del otro miembro de la pareja de tu cuento quiero arrancate los botones de la blusa, o si no es así este fue escrito antes y el otro es su respuesta. Realmente a mi parecer eres bueno.