Hola, me llamo Vanesa y voy a hablaros acerca de mi mayor pasión, me excita tremendamente exhibir mi cuerpo, permitidme que os diga como soy: morena, pelo largo, ojos azulados y un cuerpo de infarto. No puedo ser modesta, pues así es tal y como soy, tengo una talla 90 de pecho, imaginaros... cinturita estrecha y un culito respingon, la mayoría de los hombres coinciden, dicen que estoy para follarme y no parar, Hmmm, como me excita que me digan eso!!. Cada vez que me lo susurran al oído me dan ganas de rasgarle la ropa y hacerle allí mismo el amor salvajemente en mil posturas follándomelo durante horas, me gusta que admiren mi cuerpo, que me observen, disfruto exhibiéndome.
Lo que mas me excita es ponerme mi faldita corta blanca y no llevar braguitas debajo. Ahhhh, me encanta llevar mi coñito suelto, libre de ataduras, y no es únicamente por comodidad, sobre todo en verano, sino también por morbo, para poder mostrarlo disimuladamente a la menor oportunidad que se me presenta, cuando me siento en el metro, en la barra de un bar, en un parque... Sí, habéis leído bien, me encanta mostrar mi coño, sentir como las miradas masculinas se posan en el, me pone muy cachonda observar las reacciones de los hombres, los hay tímidos, que hacen que no miran, pero que se excitan como el que mas, los hay que no le quitan el ojo de encima, me da la sensación de que me lo comen con la mirada Hmmm, y luego hay otros, una pequeña minoría que mientras me observan, con todo el descaro del mundo se acarician el paquete. Nunca lo haría con un tipejo como estos últimos, yo me exhibo por puro morbo, por placer, no pretendo conseguir una cita fácil, pues no tengo ningún problema para conseguir una siempre que tengo "necesidad".
Voy a contaros de donde viene esta pasión, este tremendo deseo de mostrar mi sexo. Fue una mañana de primavera, hace unos cuantos años cuando estaba estudiando en la facultad. Llegaba tarde a clase y me vestí apresuradamente con la primera ropa que tenia a mano, me puse una faldita, una blusa y una pequeña cazadora. Salí disparada hacia el metro, cuando llegué a la estación, logre alcanzar un vagón que estaba a punto de partir, logré entrar en el mientras las puertas se estaban cerrando, lo cierto, es que debido a la voluminosidad de mis senos, casi me quede atascada, hice un ultimo esfuerzo y logré entrar en el vagón, pero uno de los botones de mi blusa se rompió, dejando al descubierto parte de mi sujetador.
Disimuladamente me puse contra la pared y me abroché la cazadora, pensando que nadie lo había visto, pero no era así, un muchacho no dejaba de observarme. En esto, un movimiento del tren hizo que casi me cayera al suelo, amarrándome a la barra y soltando mi carpeta. Me agache al suelo en posición de cuclillas para recoger mi carpeta, no tuve mas remedio que abrir un poco las piernas, cuando me di cuenta, aquel muchacho, estaba observándome disimuladamente, estaba mirando entre mis piernas. Yo estaba muy avergonzada por la situación, me sonroje de inmediato, le observe de reojo, había dejado de mirar, pero pude comprobar que su bragueta estaba muy abultada. Me preguntaba porque se habría excitado tanto. ¿Nunca había visto las piernas de una mujer? El resto del trayecto lo pase con la cabeza agachada, estaba avergonzada, aunque tenia que reconocer que aquel chico era muy atractivo, no me habría importado...
Cuando llegué a la facultad lo primero que hice fue ir al baño, con las prisas no me había dado tiempo ni de orinar en mi casa. Cuando entre en el servicio, me bajé la falda y ZAS!! NO LLEVABA BRAGAS!!! con las prisas se me había olvidado ponérmelas, Con razón aquel chico se había excitado tanto, me había visto el coño. No se por qué, pero me senté en la taza y mis manos comenzaron a recorrer todo mi cuerpo, estaba muy excitada, cerré los ojos recordando lo ocurrido, desabroche mi cazadora y mi blusa y comencé a estrujar mis pechos con mis manos, acariciando mis pezones, manosearme las tetas era algo que siempre me ponía tremendamente cachonda. Después, una de mis manos bajó por mi vientre, abrí suavemente las piernas y toqué mi chochito con la yema de mis dedos, estaba muy mojada.
Querida amiga, nos complementaríamos enormemente. A ti te encanta exhibirte; pero a mi me encanta ver. Cuando encuentro una chica como tú; con su faldita muy corta, sus tanguitas hilo dental o ausentes no puedo dejar de verla y excitarme. Tenía una vecina así y yo la espiaba en las noches. Es un relato que luego escribiré.Lo prometo.