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ME ENAMORE DE MI INQUILINO

Mi nombre verdadero Oscar y el de él Iban, somos de Perú, de casado me convertí en travesti empecé con la ropa de mi mujer, alquilo habitaciones en mi segundo piso, un día llegó un joven y me enamoré de él y decidí convertirme en su mujer y al fin lo logré.
Era el 2015 cuando Iban llegó a alquilar una habitación, quede impresionada, era pequeño blanco pero muy atractivo, le ofrecí cómodo a fin de que se quedara y así fue por las mañanas cuando mi esposa iba a nuestro negocio me dedicaba a observarlo cuando iba a la ducha, ya que esta quedaba frente a su habitación.
Un día en que me encontraba vestida de dama con una mini, mi sostén, mi top y mis zapatos de taco, vi que él estaba en el tragaluz que da a mi habitación, me puse nerviosa, pero decidí salir al tragaluz como si fuera a regar mis plantas, yo estaba observándole en la pantalla de reojo, vi que él se asustó y se escondió, pero al rato volvió a asomarse a mirarme, mi cuerpo era como el de una mujer o por no decirlo mejor que el de dama, por que trataba de formarlo con ejercicios.
Desde ese día comenzó a observarme y yo me excitaba mucho y me masturbaba a escondidas imaginándome ser su mujer.
Un día decidí subir al segundo piso vestida de mujer pero vi que su puerta estaba cerrada y más bien la de su vecino otro inquilino que lo llamábamos el solterón, que estaba a su costado estaba abierta, me acerque cautelosamente y le vi acostado en su cama pero desnudo, tenía su verga más grande que la mía y estaba parada, pensé en entrar porque no aguantaba la arrechura, pero más pudo mi amor por Iban, pensé que si me entregaba al solterón ya no podría tener a mi amor iban.
Pasó el tiempo y nada sucedía Iban un día me silbo cuando me vio en el patio, pero tuve mucho miedo y me escondí, creo que dejé pasar tanto el tiempo que un día él llegó a su habitación, con una mujer, me dio mucha rabia, pasaron los días y su mujer que se llamaba Carolina no sé cómo se enteró que me vestía de mujer y comenzó a observarme, le gustaba tanto que todos los días me observaba, hasta que un día a propósito subí al segundo piso y dejé que me viera frente a frente, ella me preguntó que por qué me gustaba vestirme así, yo le expliqué, nos hicimos amigas y nos reuníamos de vez en cuando en su habitación, un día me contó que estaba sacando la vuelta a Iban con el solterón ya que yo le veía que entraba a su habitación.
Sucedió que en una oportunidad en que nos encontrábamos en su habitación intenté besarla y ella se molestó mucho y me dijo que no le gustaban los maricones y quizás si no me vistiera así podría estar conmigo, no sé qué paso pero mi mujer se enteró de que todas la mañanas me vestía de mujer, Carolina la había contado, eso me molestó muchísimo y decidí llamarla la atención, nos distanciamos a pesar que ella me pidió disculpas y a pesar que me buscaba para reunirnos porque no tenía con quien conversar de putería.
Comenzó a pelearse también con su esposo y el un día la llevó a la sierra donde sus padres, el estaba de vacaciones en su trabajo, a la semana regresó antes que ella.
Era un día martes a eso de las tres de la tarde que le vi subir a la azotea con una tina de ropa, iba a lavar, me vestí tranquilamente, me maquillé y subí al segundo piso haciendo sonar mis zapatos a fin de que el me escuchara, creo que me había visto pero no bajaba, pasaba el tiempo eran como las cuatro entonces decidí subir a la azotea, la escalera era de metal y hacia mucho ruido al subir, yo simulé que no lo había visto, el volteó a verme y sonrió, mi cuerpo estaba tenso, me saludó, hice el ademán de bajarme y le dije no vayas a hablar que me has visto así, él dijo no yo pensaba que era la señora, le dije mejor baja para hablar por que vaya a venir alguien, le tomé de la mano y bajamos las escaleras al segundo piso, pensé que iríamos a su habitación pero como no dijo nada, le dije hay que bajar, preguntó no está la señora, no le dije y su cámara está pagada dijo, si le dije, le tomé de la mano nuevamente y bajamos el me miraba sonriente y yo también le sonreía.
Entramos a mi habitación y lo primero que hice fue colocarme frente al espejo y le dije me veo bonita, y él dijo es usted una mujer, le dije si hubiese sido mujer te hubieras enamorado de mí, si me dijo.
Sabías que yo estaba enamorada de ti desde que llegaste a mi casa, y dijo yo también, sino que usted no me dio oportunidad.
No esperé más y bajé la mirada a su short y vi que tenía parada su verga, se te paró tu pinga y él dijo no en eso lleve mi mano abajo y la toque estaba dura, le baje rápidamente el short u la trusa y saqué su verga, no era muy grande como me esperaba, pero estaba durísima como un palo y sus testículos estaban a reventar, me arrodille y llevé mi boca a su verga era la primera vez que tenía en mi boca algo sabroso, un sabor desconocido, la comencé a mamar como me hacia mi esposa y le pregunté te gusta, él dijo si muy rico mi mujer no me hace así, yo te voy a hacer más rico que tu mujer le dije, seguí mamando era maravilloso tener una verga en mi boca, sentí que se le palpitaba y pensé que se iba a venir, dejé de mamarlo porque no pensaba seguir virgen ese día tenía que ser su mujer completamente.
Me bajé el calzón y me levanté la minifalda, mojé rápidamente su verga con saliva y la llevé a mi huequito que estaba pitito, comenzó a intentar introducírmelo, sentí un pequeño dolor y no me importó, siguió hasta que logró introducírmelo, yo sentía como si quisiera ir al baño, lo metió hasta el fondo y comenzó a meter y sacar, al principio no era muy agradable hasta que se humedeció más y me volvió loca de gusto le pedí más y más él se movía rápidamente, en mi desesperación le cogí de la mano y le llevé hacia mi cama, me desnudé rápidamente y el también, nos metimos a la cama el me montó y comenzó a introducírmelo, sentía que acostados era más rico porque podía saborear todo su cuerpo y el chocar de sus testículos en los nalgas, grité y le pedía más y más, le dije mi amor te quiero mucho al fin soy tu mujer, no quiero que me dejes yo y Carolina te daremos cuando tú quieras, métemela más rápido tienes la verga más rica del mundo, rómpeme todo que para ti soy lléname con tu leche y embarázame, le cogí de las piernas y le atraje hacia mi todo lo que pude, voltee mi cara y le entregue mis labios el me besó locamente, luego sentí que se me venía y pegué un grito le dije mi amor que rico, el sintió que me venía y también se quejó, nos quedamos quietos, había terminado y yo no le pedí más, después de un rato sentí el peso de su cuerpo y él fue sacando su maravillosa verga la más rica del mundo, sentí que era el día más feliz de mi vida al fin era su mujer y lo tenía todo completo, ya no me daba vergüenza, el sacó su verga y sentí que algo se me venía entre mis piernas, era algo calientito y maravilloso eran sus jugos, ajusté mi coño para que no siguieran saliendo me volví a vestir de mujer, él se colocó su ropa y subimos le deje en su cuarto le di un beso y baje era la mujer más feliz del mundo, desde ese día mi vida cambió.
Así fue que todas las tardes iba a su habitación hacíamos el amor y nos quedábamos dormidos, hasta que llegó nuevamente su otra mujer Carolina, y teníamos que hacerlo a escondidas cuando ella salía o cuando él iba a su trabajo por las mañanas de pasadita en mi mueble, este relato es completamente real y les cuento porque sé que muchos de los que lo lean quedran experimentar lo maravilloso de ser mujer, no se repriman y prueben como yo tanto hombre como mujer es lo más rico del mundo.
Datos del Relato
  • Categoría: Gays
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