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Hola soy Kali y hoy les contare una aventura más con mi amigo y amante Fernando.
Después de aquella primera vez en la que le fui infiel a mi esposo, me sentí mal, es verdad que gocé como nunca en aquel motel con Fernando C. Pero eso no quitaba que había roto la regla más importante del matrimonio, así que, aunque físicamente me sentía muy bien, mentalmente estaba destrozada.
Me seguía escribiendo con Fernando, el trataba de convencerme de que no hicimos nada malo, pero yo no soy una niña y sabía perfectamente mi responsabilidad, así que decidí que ya lo bloquearía y que nunca más quería saber de Fernando, ¡borrándolo de tajo y haciendo como que no pasó nada!
K: ¡Oye te pido de favor que ya no me busques!
FC: ¿Pero linda, que pasa?
K: Es lo mejor, tu solo me revuelves las cosas y que tal si alguien se entera, ¡mejor así lo dejamos ya!
FC: Oye no seas así, ¡mínimo dímelo de frente!
K: No, ¡no es fácil verte de frente otra vez!
FC: Nena, que no te gusto estar conmigo, ¿no disfrutaste lo que te hice y me hiciste?
K: Eso pasa a otro termino, claro que lo disfrute, pero ya hasta ahí quedo, ¡vale!
El insistía, pero yo quería darle el cortón final, entonces el me propuso que fuera a bailar con él y que después de eso, el desaparecería de mi vida para siempre, yo con tal de que me dejara en paz de una vez por todas, acepte ir con él.
Quedamos de vernos cerca de Tlalpan y de ahí iríamos a un bar cerca el centro, ¡a tomar unas cervezas y un buen baile y de ahí cada quien a su casa!
Honestamente ese día quise verme coqueta, me puse un conjunto de cachetero y brasear rojo de encaje, unas medias que apretaban mis muslos y un minivestido negro con unos zapatos de tacón pequeño.
Le dije a mi marido que iba a la fiesta de una amiga que cumplía años, pero como a él no le cae bien, sin decirme más se apuntó a cuidar a nuestros hijos, así que confiada de que no me molestaría tome un taxi y llegue al lugar señalado.
FC: ¡Guau! ¡Te ves espectacular!
K: ¡Gracias, apenas si me arregle!
FC: Bueno, ¡vámonos ya está la reservación esperando!
Llegamos al lugar y pidió una botella de vodka el cual tomábamos con jugo de arándano, la verdad parecíamos buenos amigos, bromeando y brindando, él contaba chistes, todo estaba muy bien, de hecho, aunque me acariciaba mi pierna, no le decía nada, ya que de todos modos no pasaría de ahí y todo terminaría ya, ¡pobre ilusa!
Ya más entonados, como a las 11 de la noche, estábamos bailando muy pegaditos las canciones s de Maluma, el me tocaba la cintura rosando mis nalgas cada vez que bajaba su mano, yo bailaba como nunca antes, de hecho, mi vestido enseñaba de más, pero no me importo quise seguir bailando.
Fernando me tomo por atrás y me pego su pene, yo comencé a mover mi cadera y darle tremando masaje al ritmo de la música, él estaba sonriendo y yo lo miraba desafiante, la verdad estaba perdiendo otra vez!
FC: ¡Que rico bailas nena!
K: ¿Sí? ¿Tú crees?
FC: No solo yo, ¡mi amigo también!
K: jajá, si ya lo sentí, ¡que amigo tuyo!
FC: ¡No quieres bailar con él en un lugar más íntimo!
K: Te dije que no, ¡que no se repetirá!
Pero mientras hablábamos, sus manos tocaban mi tarsero, sobándolo delicadamente, su boca me besaba mi cuello, yo me alejaba, ¡pero él me tomaba por la cintura y me arrimaba su duro pene!
K: ¡ya!! ¡Mejor vamos a bailar!
FC: ¿Ven, a poco no te gusta lo duro que esta?
K: ¡ya!! ¡Uhm!
FC: Sé que te excita, ¡un round más no hace daño!
K: Pero es que….
FC: ¡Shhh! ¡Ven, bésame
Me dio vuelta me tomo de la cadera y me empezó a besar, su beso era lleno de deseo, nuestras lenguas se enredaban, sus manos acariciaban mi espalda, cadera y tarsero, no nos importó que nos vieran, él estaba deseoso de tenerme otra vez y al parecer yo estaba a punto de ceder.
Fui al baño para mojarme la cara y pelear nuevamente contra mi impulso, en mi cabeza solo pasaba la imagen de nosotros cogiendo como locos, como aquella primera vez, sentí humedecerme, ¡maldita sea! Me dije golpeado mis muslos.
Cuando salí del baño él me estaba esperando, al mirarnos fijamente no necesitamos decir más, nuestros cuerpos se llamaban, nuestras mentes eran una sola, el tomo mi mano y me dijo que ya había pagado, que era hora de seguir en otro lugar, ¡yo no dije nada y nuevamente solo acerté con la cabeza y me fui con el!
Subimos a su moto y fuimos a un motel donde curiosamente ya había estado con mi marido, me sentía rara, el solo me miraba con deseo, su pantalón mostraba lo entusiasmado que estaba, yo solo continuaba pensando en que no era correcto, pero ya estaba ahí.
Al entrar apenas si pude dejar mi bolsa ya que él me tomo por atrás y comenzó a besarme mi cuello, ¡mientras sus manos entraban debajo de mi vestido y tocaban mis muslos, nalgas y mi vagina que inmediatamente se humedeció más delatando mi deseo carnal y excitación!
FC: Mamacita que buena estas, uhm, que ricas se te ven esas piernas, ¡uhm!
K: ¡Ah!! ¡Me vestí así para ti!
FC: Lo se mi amor, uhm, ¡que rica!
Me tiro en la cama y me quito mi vestido, él se emocionó al verme con mi conjunto de lencería rojo, besaba mi cuerpo sin quitarme las medias, el comenzó a desvestirse, ¡me gustó mucho ver lo dura que se veía su verga que sin que me lo pidiera me levanté y fui directo a besarla y comérmela!
FC: ¡Uhm! ¡Ya tenías ganas!
K: ¡Uhm, que sabrosa!
Como toda una ramera me tenía arrodillada mamándole su duro amigo, el cual expulsaba fluidos pre seminales que me ¡tragaba con gusto!
FC: Que rica te ves con esas medias, uhm
K: ¡Más rica esta tu dureza uhm!
Interrumpió la rica chupada que le estaba dando para costarme en la cama y pedirme lo masturbara con mis pies, quería sentir la suavidad e mis medias y mis pies, eso me aprecio muy fetichista, pero nunca lo había hecho, ¡así que lo hice sin dudar!
Él estaba parado y yo con mis pies, lo masturbaba suave, acariciándolo moviendo mis dedos, eso lo tenía loco, excitado, su verga se mojaba cada vez más y verlo así, ¡me ponía más caliente a mí también!
FC: ¡Uhm, que rico se siente, uhm!
K: Uhm, sí, eso, gime, ¡uhm!
Me tomo de las piernas y empezó a lamerme los dedos cubiertos de mi sed ay sus fluidos, que escena más bizarra, jamás en la vida había hecho eso, ¡pero era una experiencia nueva!
Él estaba fascinado disfrutando de mis pies, me apretaba los muslos, me ponía los dedos y se los chupaba, me quito el brasear, me metía los dedos en mi vagina, juagando con mi clítoris, yo estaba súper mojada y el sin poder resistir más, comenzó a venirse llenado de leche mis pies, su caliente esperma salpicaba mis medias, no sé porque, pero eso me ¡excito demasiado!
Sin decir más, me quito mi cachetero y se fue directo a chuparme mi vagina húmeda.
Mientras el me metía su lengua, lamiendo mi clítoris, dándome pequeños mordiscos, yo le acariciaba su verga con mis piernas, ¡quería que se pusiera duro otra vez!
FC: Uhm, ¡que rica esta tu vagina nena!
K: Si, cómetela, uhm, ¡cómetela!
Gracias a que lo acariciaba con mis piernas que aun traían las medias, conseguí se pusiera duro nuevamente.
El subió como serpiente, yo abrí mis piernas para ser penetrada por él.
Su verga entro hasta el fondo, él se movía riquísimo, su dureza me hacía gozar, nos besábamos salvajes, lamía mis tetas, yo también movía mi pelvis para sentir más su rico pene ¡que buena sensación!
FC: ¡Ah, nena, que rico, uhm!
K: ¡Que duro, ah!!
Levanto mis piernas y me dio de patitas al hombro, que rico era tenerla dentro, nos besábamos, le arañaba la espalda, que rico estábamos cogiendo.
Me puso a cabalgarlo, yo me movía en círculos, bajaba a besarle el cuello, el apretaba mi tarsero, me apretaba el cabello, se empujaba para dejármela ir más adentro, esa sensación me hacía escurrir, yo gritaba, ¡me movía más rápido estaba cogiendo como nunca!
K: ¡Ah, que rico, ah, uhm!
FC: Muévete cariño, ah, ¡uf!
Me di la vuelta y subiendo y bajando mi cadera me ensarta solita, el me acariciaba mi ano con su dedo, me daba muchísimo placer como me sobaba, lentamente mientras yo seguía cabalgándolo le metía un dedo en mi ano, luego dos, ¡que rico sentía!
K: ¿Quieres entrar ahí?
FC: Chiquita, ¡me harías muy feliz!
K: Ok, ¡pues disfrútame toda!
FC: Nena, ¡eres la mejor!
El seguía acostado, yo abrí mis nalgas lo más que pude y empecé a ensartarme su peen en mi ano, ¡que sanación! Lentamente entraba en mi culo, hace meses que no hacia anal, ¡y la verdad que rico me dolía!
Me movía yo solita, para adelante para atrás, el me acariciaba las nalgas, ¡me tomaba de la cintura para dejármela ir hasta el fondo!
K: ¡Que rico, ah, uhm!
FC: ¿te gusta mi amor?
K: ¡Ay sí!! ¡Me encanta, uhm!
Había veces que me movía tan rápido que se me salía, pero el me la metía en mi coño, rompiendo toda higiene, a veces era una metida a mi coño y otra en mi ano, ¡que rico la estaba pasando!
Me puse en cuatro, empinándome todo lo que pude, levantando mis nalgas, las cuales el besaba, lamía y mordía, apretándome los muslos y las tetas, yo tome su verga y coloque su cabeza en mi culo, el sin dudarlo, empezó a meterla despacio, uf, que rico sentía.
Con mi marido no había cogido así nuca, y con los demás no llegue al anal, pero Fernando me tenía como perra en brama, ¡recibiendo su dureza en mi apretado ano!
K: ¡Ah, que rico, ah, uhm, ah!!
FC: Eso, así mi amor que rico, ¡que rico culo!
K: Ah, cógeme, uhm, como duele, pero que bien se siente, ¡ah!
FC: Tómala nena, ¡tómala todita!
Me tomaba del cabello y me al empujaba con fuerza, mis dedos apretaban mi clítoris para aumentar la sensación de placer, su pene continuaba entrando y saliendo con violencia de mi culo, el dolor ya era placer, gemía y gritaba como perra, ¡sabía que ya no era la misma y que alguien nueva estaba naciendo ahí!
Me dio vuelta y levanto mis piernas para seguir destrozándome mi ano, yo lo arañaba lo jalaba para que me empalarla con fuerza, que rico, sentía que vomitaría, ¡pero el placer era inmenso!
K: Así bebe, sigue, cógeme, cógeme, ¡ah!
FC: Si, ah, disfruta, coges riquísimo nena, ¡no te quiero dejar nunca!
K: ¡Métela, uhm, que rica verga!, ¡que rica verga me metes!
FC: ¡Me vengo nena, uhm!
K: Córrete, ¡lléname de ti mi amor!
FC: ¿De quien eres nena?
K: ¡Tuya papi soy tuya!
Que rico momento, Fernando comenzó a venirse dentro de mi ano, al mismo tiempo yo tenía un orgasmo expulsado fluidos por mi vagina a cantaros, ambos gritábamos y disfrutábamos del orgasmo obtenido.
Me moví como gusano para exprimirle hasta la última gota, él se retorcía y quedo tirado en la cama, mientras yo aun con espasmos, ¡me subí en el a besarlo y quedar encima mientras sus manos apretaban mi tarsero!
Cuando regresamos a nuestros cinco sentidos, me di cuenta que ya eran casi las 6 de la mañana, así que como loca me vestí y aun con olor a semen en mi cuerpo, ¡me llevo a mi casa!
Nos despedimos con un apasionado beso, yo que según iba a terminar con eso, creo que termine abriendo el camino no solo a él, si no a mas individuos también.
Al entrar mi marido y mis hijos dormían, como pude me acosté en la cama, él no se dio cuenta, así que toda olorosa a semen, dormí, al despertar el desayuno estaba servido y un mensaje en mi celular donde me decía que descansara, que me amaba y que regresaría al rato, me sentí miserable, ¡pero ya era tarde para detener todo lo que se venía!
Kali
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